Ayer escribí un artículo preguntando si os acordabais de aquel que un día dijo que la justicia era un cachondeo; hoy quiero preguntaros si no os parece que aquí hay alguien que lleva lustros cachondeándose de la justicia. Supongo que ya sabéis todos a qué me estoy refiriendo, pero, por si acaso, aquí tenéis este enlace:
En estos días nos ha tocado ver la enésima burla de los batasunos a los principios del estado de derecho en que no creen: unos partidos-disfraz llamados Sortu y Bildu, programados para sacar provecho de las elecciones de una democracia que han querido cargarse desde que nació, porque ¿acaso queda aún alguien capaz de negar que el nacionalismo radical vasco ha sido el enemigo más letal del régimen surgido de la constitución de 1978? Ni siquiera le gana el golpe de Tejero: contemos las víctimas humanas, consideremos la duración de la amenaza, miremos el odio venenoso de los aberchales contra España y nos quedarán pocos lugares para la duda.
No ha tenido gracia ver cómo este nuevo montaje producía un enfrentamiento entre instituciones tan respetables como el Tribunal Supremo y el Constitucional; no ha tenido gracia contemplar cómo la excesiva generosidad de un régimen democrático favorecía a sus enemigos. Menos gracia aún ha tenido ver lo poco que han tardado en reírse de todos ante nuestras propias narices. Ver hoy a este Errandonea con la pancarta de Bildu produce la misma sensación de escarnio que nos produjo Pinochet cuando se levantó de la silla de ruedas después de salvarse de un juicio internacional gracias, también, a un uso fraudulento de los derechos que sistemáticamente mancilló. Y es que, por mucho que los ingenuos se nieguen a verlo, todos los fascistas tienen el mismo sentido del humor: ¿derechos humanos? ¿Garantías? ¿Democracia? Mirad por dónde me paso yo todo eso, imbéciles. Les encanta carcajearse de esas cosas, especialmente, cuando se han servido de ellas mediante el engaño. En esta línea, hoy ha sido un partidario de Bildu quien se ha encargado de cachondearse de la justicia democrática y generosa que él jamás aplicaría. He leído que todavía hay tiempo hasta el jueves para corregir este error: ¿se pondrá esa justicia escarnecida manos a la obra?
No hay comentarios:
Publicar un comentario