Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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lunes, 22 de marzo de 2021

Tratado de pedagogía práctica (a propósito -¡para variar!- de un artículo disparatado de "El País")

     Para que veáis que soy un tipo sin doblez y de esos que van con la verdad por delante, empezaré por haceros una advertencia: este artículo va a ser más bien larguito. Tiene como punto de partida otro publicado hoy en "El País", ese órgano oficial de la innovación educativa (si admitimos como innovación educativa lo que lleva al menos cincuenta años presentándose como tal), cuyo título es Mezclar asignaturas, la medida que llegó por la pandemia y va a quedarse en la escuela. La verdad es que los tics tramposos del pedagogismo -patéticos en general- cada día me resultan más hilarantes. Tic número uno de este titular: intentar vergonzosamente sacar provecho particular de la pandemia (ya lo señalé aquí); tic número dos: dar por hecho que eso que a ellos les gusta (en este caso, la mezcla de asignaturas) ha llegado para quedarse. ¿Razón? Una inapelable y universal: que "El País" lo dice. Ojo con esa frasecita tan de moda de "ha llegado para quedarse", porque nueve de cada diez veces que alguien la usa es para darnos gato por liebre. Hay además en el artículo una inexactitud: que la mezcla de asignaturas llegó con la pandemia, porque es algo que en el sistema logsiano ya estaba regulado en los ámbitos de diversificación (el sociolingüístico y el científico-técnico), por no decir que ha existido de toda la vida en las prácticas de esa odiosa, momificada, franquista, gótica (por los reyes godos) y memorística enseñanza tradicional. Esta claro que se trata de un intento de manipulación desde el titular, porque en el propio artículo se menciona el precedente de la diversificación. 

    ¿Y por qué razones de fondo va a quedarse la mezcla de asignaturas? Por estas: porque es el no va más de la excelencia pedagógica, porque ya la llevan a cabo 50.000 alumnos de secundaria (nótese el detallín de que hay casi dos millones en España) y porque la LOMLOE o Ley Celaa permite su aplicación en los tres primeros cursos de la ESO. Poco puedo decir aparte de lo ya dicho en cuanto a las dos últimas razones, pero sí hay mucho acerca de la primera, que es, además, la moto que se nos está vendiendo en el artículo. Iré abordando mis objeciones al hilo de lo que en él se dice.

    La verdad es que la primera perla "El País" se la pone en bandeja a vuestro amigo el guachimán, porque resulta que, para mostrarnos en vivo y en directo cómo es esto de las asignaturas compartidas, han ido y se han metido en una clase que unía la de valenciano con la de español. En algún momento, dice una profesora: "La estructura del castellano y el valenciano es muy semejante. Al darlas juntas evitamos repetir ciertas cosas o utilizar terminología distinta, algo que suele pasar cuando se estudian por separado, lo que confunde al alumnado". Cabal, queridísima colega: cuando partimos del carnaval de la confusión educativa que ha creado el Estado de las autonomías en materia lingüística (y en alguna otra), la confusión es ya un ingrediente de base y, por tanto, inevitable, inherente al sistema. La política lingüística de TODAS las autonomías con lengua cooficial ha conseguido crear en cada una de ellas una especie de Babel, y con tan solo dos lenguas en contacto, es decir, el paradigma de la confusión elevado a la enésima: un éxito digno de aplauso. Pero tranquilos, que ahí están el bable y el aragonés asomándose para poner orden en esto, o el imperialismo en miniatura que están llevando a cabo con el vasco los nacionalistas en Navarra. Por otra parte, perdóneseme la crítica, pero ¿enseñaría usted español e italiano, que se parecen bastante, mezclándolos en la misma clase? No me parece una decisión educativa acertada esa de enseñar juntos el español y el valenciano, es contrario a lo que se ha buscado siempre en la enseñanza de lenguas: procurar usar lo más posible la lengua enseñada y no otra, es un desacierto que solo podría encajar en la confusión propia de las autonomías de la que ya he hablado.

    Más adelante, se predica que esto de las clases compartidas, al reducir el número de profesores y conseguir que cada uno de estos esté más tiempo con los alumnos, facilita su paso de primaria a secundaria. ¡¡¡Pobres criaturitas de sexto!!!   ¡Qué carita de susto llevan cuando entran al "insti" a hacer primero de ESO! Vuelvo a carcajearme, de verdad, esta memez se la podrán colar a cualquiera, pero no a los profesores ni menos aún a los propios niños, que llegan a los centros tan felices y campantes, por no hablar de que el argumento valdría para primero, pero ¿qué pasa con segundo y tercero? ¿Todavía necesitarían adaptarse? Una de las cosas que sus lectores deberían exigir a "El País" es que no los tratase como a idiotas, pero en este capítulo hay una chuscada más, pues se acude para reforzarlo al juicio de Marc, un alumno de doce años, que dictamina: 

    El cambio de la escuela al instituto no ha sido tan grande como esperaba y creo que ha sido por esto de los ámbitos. En primaria lo teníamos todo con la misma tutora, menos Música, Educación Física e Inglés. Y aquí, al tener varias asignaturas con las mismas profesoras, se nota menos.

    Caramba con Marc, se expresa exactamente igual que lo haría cualquier experto en pedagogía, ¿seguro que no era Álvaro Marchesi disfrazado? Podrían tener más arte los de "El País" a la hora de cocinar (o inventarse) las opiniones recabadas, insisto en lo de que los lectores no somos idiotas. Terminaré este apartado de las citas de "expertos" y demás con una auténtica estrella, don Miguel Soler, en la actualidad, secretario autonómico de Educación de la Comunidad Valenciana, quien, entre otras cosas, se descuelga con esto: 

    Cuando uno va por la calle no se encuentra con ecuaciones paseando, sino con problemas que hay que resolver. Las ecuaciones son el instrumento para resolver el problema. Y eso es lo que están haciendo los alumnos, aplicando sus conocimientos para resolver sus problemas en otras materias. 

    Pero esto lo han hecho siempre, señor Soler, aparte de otras cosas mucho más ambiciosas para las que faculta una enseñanza exigente, no la plana pedagogía de la aplicación empírica inmediata de los aprendizajes que usted defiende (porque es lo que ahora está de moda)  con esta torpe comparación. Me imagino que el señor Soler se pasará los días metido en casa escondido debajo de la cama, porque, claro, si lo que se encuentra cuando sale a pasear son problemas que hay que resolver... La cuestión con el señor Soler es que siempre quiere congraciarse con el auditorio y elige para ello el camino de las frases coloristas, que no es su fuerte, porque las que le salen son auténticas gili_ _ _ _ _ c _ _ de envoltorio resultón como esta que cito. Así fue la primera vez que tuve noticia de él, en el año 2011, cuando, en la clausura de un congreso de inspectores de educación, nos dejó este hallazgo, que dio pie a que escribiera uno de mis artículos más visitados, El papel de la inspección:

Tenemos aulas del siglo XIX, profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI.

    Supongo que con este escupitajo al profesorado conseguiría su objetivo: hacer levitar a los inspectores que le estuvieran escuchando previamente al cóctel, y daos cuenta de que le ha rendido sus frutos, porque ahora es lo que es y entonces era director general de Formación Profesional del Ministerio de Educación y Ciencia: es decir, su inspiración poética le ha servido para estar siempre muy bien colocado.

    El excurso sobre Miguel Soler viene muy a cuento, y no solo por la frase que cito, sino también y sobre todo porque nos sirve para desenmascarar lo que es este notición de las clases compartidas que han venido para quedarse: la enésima venta de humo presentándolo como oro molido, una mentira más de los que viven del cuento de las "innovaciones" educativas. A lo largo del artículo se nos embucha revuelta con otros de los productos de moda, como los proyectos o los aprendizajes de inmediatez práctica, ¿por qué? No solo porque estén de moda, sino porque parecen ser algunos de los pilares en los que se va a sustentar la LOMLOE de doña Isabel Celaa, una ley que ha apostado sin ningún complejo por el empobrecimiento de la enseñanza, y no perdamos de vista que en España la LOGSE, los políticos y la secta pedagógica ya la han empobrecido mucho y, si no estamos peor, es por la numantina resistencia de miles de esos profesores a los que aborrecen el señor Soler y la legión logsiana, que llevan años empeñándose en aprovechar los resquicios que las leyes y las presiones les dejan para hacer lo que todo profesor que se precie tiene que hacer: transmitir conocimiento, que, a última hora, es el bien más preciado que ellos les pueden dejar a sus alumnos. 

    He dicho unas líneas más arriba que en su permanente estafa el innovacionismo se sirve siempre de la mentira y voy a terminar este artículo desbrozando las que más destacan en él. 

    Es mentira que el aprendizaje por proyectos sea una opción educativa adecuada, porque está lastrado por una serie de defectos muy serios, que incluso pueden rastrearse en lo que se dice en ese artículo: no permiten una transmisión ordenada y sistemática de los conocimientos, que sí que se ve favorecida por la más clara programación de las asignaturas tradicionales (y téngase en cuenta que esto no afecta solo a cada curso en particular, sino también al encadenamiento de lo que se ve de cada asignatura en varios sucesivos, lo cual es muy grave); no permiten un seguimiento y evaluación fiable de lo que cada alumno va aprendiendo; están fatalmente abocados a ese autodidactismo que los innovadores venden con el nombre de constructivismo, un bello envoltorio que arropa un producto muy pobre (este truco es muy del gusto de la innovación); debido a las tres cosas dichas anteriormente, están inevitablemente inclinados a una adquisición de conocimientos por debajo de las posibilidades del alumno. Además, también es mentira que los proyectos sean ninguna innovación: se han usado siempre, pero como un apartado complementario de las asignaturas cuando cualquier profesor o departamento lo ha considerado oportuno, pero de ningún modo como el espinazo sobre el que se estructuran los cursos, eso es un disparate.  

    Es mentira que sea beneficiosa la organización de los aprendizajes centrándolos en aquellos que representen una aplicación práctica inmediata. Esto, a poco que uno se pare a pensarlo, representa un empobrecimiento de lo que se enseña y, salvo para etapas, asignaturas o parcelas muy concretas, solo pueden defenderlo quienes tengan un profundo desconocimiento de lo que es la educación y lo que con ella se persigue. Porque, en efecto, también es mentira que el aprendizaje de lo práctico esté expulsado de la enseñanza tradicional, un concepto tan amplio que muchos lo manejan sin saber lo que supone y abarca, y que por ello tiene espacio también para las enseñanzas de finalidad práctica, ya sea inmediata o profesional, desde la educación infantil hasta la universitaria, en apartados tan numerosos que me resultaría imposible citarlos aquí, pero con una pequeña reflexión cualquiera podrá reconocer unos cuantos. Pero, como vengo repitiendo desde hará unos siete u ocho años, época en la que el PP coló en la agenda esta mistificación, la reducción a lo práctico representaría un abominable empobrecimiento de la enseñanza, porque, con esa vara de medir, ¿qué ganancia práctica tiene aprender a leer a los cuatro, cinco o seis años, que es cuando aquí solemos empezar? ¿O aprenderse el sistema solar a los nueve o diez años? ¿O a hacer raíces cuadradas con once o doce? ¿O enseñarle a nadie quién era Mozart y hacerle oír sus sinfonías, o quién era Velázquez y mostrarle sus cuadros? Y así podría citar mil ejemplos que nos harían ver con facilidad el empobrecimiento que representa el pragmatismo educativo, pero andémonos con ojo, porque ahora parece ser muy del gusto de todas las propuestas políticas y muchos señalan algo que me parece muy plausible: que en realidad forma parte de un proyecto a escala universal para producir una inmensa masa de ¿ciudadanos? con los conocimientos justitos para aspirar a horizontes muy pobres en todas las esferas.

    Es mentira que esto de las asignaturas compartidas represente ningún beneficio. Está claro, dado que son un calco de los ámbitos de diversificación, que en el propio artículo se definen -por cierto que de manera muy burda- como una propuesta destinada a "alumnos que van mal y a los que se les adaptan los contenidos", que la fusión de asignaturas sería inevitablemente un empobrecimiento de las enseñanzas, así que, dado que la LOMLOE la fomenta, habrá que concluir sin lugar a discusión que esta ley es empobrecedora, lo cual no es ningún hallazgo. La propaganda pedagogista es tan torpe que ya desde sus propios panfletos se desmiente a sí misma. 

    También es mentira eso que se dice en el artículo de que el aprendizaje por ámbitos exige al profesor más trabajo que el tradicional. Es realmente bochornoso, lo digo con pleno conocimiento de causa, porque trabajé tres años en ese sistema. Todo eso que dicen de las reuniones, la coordinación, los alumnos difíciles y demás garambainas es un embuste, la típica medalla autocolgada que utilizan quienes están adscritos a los departamentos de Orientación (que tienen monopolizados o secuestrados los ámbitos) para subirse a un pedestal e intentar ocultar que, en realidad, son con diferencia unos privilegiados, los profesores que menos trabajan de los institutos, empeño por otra parte vano, porque esta es una verdad de conocimiento universal, recuérdese aquella gracieta de hace unos años, la de llamarlos paquistaníes, por aquello de que todo el mundo se preguntaba: "Y estos, ¿pa qué están?", porque no les veían hacer gran cosa. Por lo demás, esto es viejo y sucede en todos los curros: esos que presumen de ser los que más trabajan suelen ser los que menos lo hacen. Siento tener que decir esto, porque en los departamentos de Orientación sé que hay y he conocido a gente muy trabajadora y valiosa, pero ni ellos mismos me negarían que los puestos que ofrecen son muy codiciados por gente cuyo anhelo es un desempeño profesional muy descargado de quehaceres y desvelos, cosa que consiguen con esas doradas placitas de compensatoria, ámbitos, PT's y demás chollos de Orientación. 

    Como suele pasar, yo estas cosas no las diría si no ocurriese lo que he visto en este artículo: que alguien tiene la imprudencia de presumir de lo que no debiera. Y para sostener lo que digo, voy a ir desmenuzando los factores que demuestran que no miento. Reuniones: en sus horarios, estos profesores no están obligados a más que el resto. Coordinación: tres cuartos de lo mismo, por no decir que miles de veces algunos te venden como "reunión de coordinación" un acuerdo tomado en diez minutos mientras se tomaba café. Alumnado difícil: te lo puedes encontrar en los ámbitos o fuera, sin diferencia ninguna, y aun digo más: una ley no escrita para la selección de los alumnos de ámbito es que no sean problemáticos. Además, habría que hacer otra importante consideración: que, al tener menos alumnos, los profesores de ámbito reducen mucho sus probabilidades de tropezar con indeseables. Número de alumnos: aquí es donde ya puedo decir: "Tocado", porque los profesores de ámbito tienen muchos menos, nunca pasarán de quince por clase y jamás se encontrarán con los treinta o más de ESO o bachillerato, por no hablar del asunto de la corrección, en la que repito eso de "tocado": dar ámbitos puede representar que tengas un 75% de alumnos menos que cualquier profesor, y va a ser realmente difícil que tengas mas de la mitad que la mayoría, esto, sin compararlos con esos profesores de Música o Tecnología, que pueden llegar a los doscientos alumnos: reflexiónese sobre esto en términos de número de exámenes y trabajos corregidos. Dificultad del desempeño (un terreno que ha dado pie a las mayores injusticias en el reparto de medallas educativas, daría para otro artículo): aquí es donde ya digo: "Hundido", porque he conocido a bastantes profesores de ámbito a los que les aterraría la sola idea de tener que meterse a dar primero de bachillerato, no digamos ya segundo. 

    Hasta aquí hemos llegado. Sirva este artículo para avisar sobre ciertas mercancías averiadas que al pedagogismo le encanta colar y, de paso, para llamar una vez más la atención sobre "El País", que es un escaparate que las exhibe con mucha frecuencia.      

martes, 16 de marzo de 2021

Un genocida llamado Hernán Cortés

     Leo en ABC que se ha generado hoy en el Congreso un debate movidito sobre la figura de Hernán Cortés, a causa de una moción presentada por Vox que pretendía una adecuada celebración del quinto centenario de la conquista de México. La propuesta ha sido rechazada por 17 votos en contra y 14 a favor, pero quiero llamar la atención sobre dos de las respuestas que se consignan en la noticia.

    El diputado del PSC Marc Lamuà se ha despachado con argumentos de la serenidad y rigor intelectual que brillan en estos: La propuesta ha sido presentada para crispar y generar controversia [...]. Esto es antiguo, rancio y nace en buena medida durante el franquismo: las mentalidades cambian y ya se ha condenado el imperialismo en la actualidad. La hazaña bélica que celebran en su texto y la manera en que lo formulan tiene un referente muy concreto: el fascismo. Así que ya lo sabemos: Hernán Cortés, para el PSC, el partido del efecto Illa, también era fascista. Por cierto, el señor Lamuà es doctor en Historia.

    La diputada de En Comú Mar García Puig, en medio de una serie de disparates rebosantes de buenismo anacrónico, ha deslizado esta terrible insinuación: que, por culpa no sé  si de Cortés o del supongo que fascista imperio español, hubo en cuatro décadas 12 millones de amerindios muertos. Me paro un momento a pensar y... Haciendo una sencilla división, me sale un régimen de exterminio de una media de 300.000 personas al año. ¡Qué cifras, qué regularidad! Al lado de esto, el nazi de Hitler y también esos angelitos comunistas  de Stalin y Mao fueron unos incompetentes, pues hemos de contar con la menor capacidad de los medios de exterminio del siglo XVI y el factor de que los adversarios de Cortés no estaban ni de lejos en la inferioridad de las pobres víctimas de los tres monstruos que he citado. Perdóneseme el sarcasmo en un tema tan trágico, pero es que, cuando los separatistas se ponen a desbarrar contra España, pierden hasta el sentido del ridículo, porque la señora García no se ha parado a pensar en lo que he señalado ni en otro importantísimo dato: que se calcula que en 1492 América debía de tener unos 60 millones de habitantes, o sea, que los odiosos españoles nos llevamos por delante en cuarenta años al 20% de la población de todo un continente. Que la señora García odie a España hasta el extremo de soltar tópicos llenos de embustes delirantes no la retrata muy bien. Está fuera de discusión que Hernán Cortés no fue ninguna hermanita de la caridad, pero es que sus tiempos eran así y, diga lo que diga ella, sus enemigos ni eran mejores que él ni mucho menos los seres de luz que pintan el viejo indigenismo y el absurdo revisionismo histórico de hoy.

    De manera muy razonable, en los últimos tiempos han surgido voces que intentan desmentir los excesos de una leyenda negra que durante siglos desprestigió a España mediante la propaganda interesada vertida por sus grandes enemigos. No se trata, como malévolamente sugieren Lamuà y García Puig, de pintarnos a nosotros mismos como Yupi y sus amigos, sino tan solo de desenmascarar mentiras que nos hicieron aparecer peores de lo que en realidad fuimos, al tiempo que retrataban a sus interesados propaladores como más bonitos de lo que fueron de verdad. Es tan solo esto: buscar la verdad de forma equilibrada y limpiar nuestro prestigio y nuestra imagen histórica. Toda persona, todo colectivo, toda nación tienen derecho a eso. No extraña que desde sectores nacionalistas, a los que pertenecen Lamuà y García Puig, esto resulte intolerable, ya que esos sectores aún hoy en día están muy afanados en crear leyenda negra antiespañola plagada de repugnantes embustes, y bien que les cunde. Resulta benéfico que se pongan en evidencia como hoy lo han hecho ellos, por muchas razones, pero quiero terminar señalando una: en el actual polvorín catalán, los comentaristas suelen referirse al PSC como constitucionalista y a En Comú como no nacionalista: ¿están quienes así piensan muy seguros de eso?  

     

    

martes, 9 de marzo de 2021

Veinte años sin "mili", aquellas doradas vacaciones

     

    Si no me lo dice el telediario de las tres, ni me acuerdo: hace veinte años que se suprimió el servicio militar obligatorio, o sea, la mili. La noticia del aniversario se ilustraba con este reportaje, que no hubiera desentonado en un telediario de los años sesenta:

20 AÑOS SIN MILI: ¡LO QUE OS HABÉIS PERDIDO LOS QUE NO LA HICISTEIS!

    Ni una palabra crítica, ni una mención a las sombras que tuvo la mili, a las oscuras de verdad, que las tuvo, muchas y mucho más negras que eso que se menciona en el reportaje de que te suponía un paréntesis de un año en tu vida personal. ¿Qué hay de los abusos? ¿Qué hay de las arbitrariedades? ¿Qué hay de las humillaciones? ¿Qué hay de los regímenes de terror que imponían algunos mandos desquiciados en sus compañías? ¿O de los que en otras establecían bajo cuerda algunos grupitos de degenerados? Porque los compis, los mitificados compis de la mili, no siempre eran angelicales o unos tíos simpatiquísimos, os lo digo yo, que algo sé de esto. ¿Y qué hay, sobre todo, de los muchos jóvenes que sufrieron graves accidentes, se volvieron locos o perdieron la vida haciendo el servicio militar, es decir, la simpática mili? No olvidemos el pequeño detalle de que se iba por obligación, y cuando a uno le obligan a ir a un sitio lo menos que se puede pedir es que lo devuelvan a su casa sano y salvo: con un buen puñado de los que hicieron la mili, no fue así. 

    Hace unas horas, viendo el reportaje, no daba crédito: cualquiera hubiera sacado la idea de que aquello fue Disneylandia, pero me temo que no todos los que pasamos por la mili tenemos la misma visión; es más, puedo asegurar que, al menos cuando yo la hice, la imagen que tenía en la sociedad era más bien negativa. Hace veinte, treinta o cuarenta años, ningún informativo se hubiera permitido un reportaje tan almibarado sobre la mili: ¿qué está pasando con los medios de comunicación de hoy? 

    Decía antes que sé de qué hablo cuando hablo de la mili, y lo decía no solo porque la hice, sino porque en 2009 publiqué una novela titulada La república mejor, en la que me propuse dejar un testimonio de lo que fueron esos puntos negros que tuvo. Encontrarías montones de personas para las que la mili fue un calvario y fueron miles los jóvenes que perdieron la vida en ella. Datos relevantes: en 1988 murieron 185 jóvenes en nuestros cuarteles, de los que 24 se suicidaron. Durante los cinco años que pasé escribiendo La república mejor, examiné mucha información sobre casos trágicos; para la redacción final, me basé en la obtenida de los más espeluznantes, que os aseguro que lo eran: reviso el listado y compruebo que está constituido por 87 historias. 

    Ninguna editorial me quiso publicar la novela, así que la publiqué yo mismo, porque era una historia que no se podía quedar sin contar, no fuera a darse el caso de que años después los telediarios se descolgasen inventando fábulas. Hay bastante información sobre ella en la columna de la derecha de este blog y, además, todavía me quedan algunos ejemplares. Si a alguno le interesa, la puede obtener por 7'50 euros por correo ordinario y 11'00 por correo certificado: ya veis que no es por dinero, porque en esa cantidad, que es el precio final, hay más gasto por el envío que por el libro. Si os decidís, mandadme un correo para que os informe a esta dirección: repmejor@gmail.com. Saludos para todos.

sábado, 6 de marzo de 2021

Seis grandes películas de robos perfectos

     Aburrido como una mona en la ópera, me pongo a ver una película en la tele y a los cinco minutos veo que es una de esas de robos perfectos, así que apago y acabo ante el ordenador, porque no hay un género cinematográfico que me resulte más cargante, con esas bandas de tipos encantados de conocerse a sí mismos que elaboran planes de precisión digna de la NASA, pero con la pequeña diferencia de ser disparates inverosímiles. No debo de ser el único que piensa así, cuando han sido muchos los directores que han hecho parodias de esas historias absurdas, que, muy significativamente, han dado las mejores cintas del género. Os dejo aquí media docena de joyas.

-Atraco perfecto. Es la única de las seis que no es una parodia, aunque sí lleva un título irónico (en español, porque en inglés es The killing, que va por un lado muy distinto). Es de 1956 y, para mi gusto, una de las muchas obras maestras de Kubrick. En 83 minutos, narra con concisión una historia de gran crudeza que, entre otras, tiene la virtud de dejarnos claro por qué son pamplinas las historias del tipo Ocean's Eleven.

-Rufufú. El título original de esta película de Mario Monicelli es I soliti ignoti. Es de 1958 y, como suele ocurrir en este tipo de películas, parodia una anterior "seria", Rififi, por el procedimiento de la traslación a lo cutre, tanto de los ambientes y los personajes como del botín obtenido, con golpes (de humor, no de robo) realmente geniales. ¿Habrá en la historia del cine alguna película de robos que explotara este recurso anteriormente? No lo sé, pero después lo aprovecharon también con éxito otros directores.

-Atraco a las tres. Esta película de José María Forqué llegó a las pantallas en 1962 y se ajusta a la perfección a eso que se llama película de culto: conozco a gente que se sabe de memoria diálogos enteros. Aquí los chorizos desastrosos no son delincuentes habituales, sino honestos ciudadanos que un día se hartan de sus existencias grises y deciden iluminarlas por el camino de dar un palo en el banco en el que trabajan. La película es bastante corrosiva en general y, aparte de sus méritos intrínsecos, sube muchos enteros si tenemos en cuenta que se estrenó en plena época franquista: aunque no lo hubiera querido su director, la mediocridad de las vidas de esos infelices metidos a atracadores aficionados por fuerza tenía que verse como una metáfora de la vida del país. A eso contribuyó sin duda el reparto: ¿qué hacían José Luis López Vázquez, Cassen, Gracita Morales o Manuel Aleixandre planeando atracos? Surrealismo puro.  

-Granujas de medio pelo. Esta película de Woody Allen del año 2000, en alguna ocasión la he visto calificada como película menor. Ignoro las razones, pero yo me reí bastante con ella, como con todas las de este artículo, si exceptuamos Atraco perfecto, que da para pocas risas. La mezcla de alta sociedad y chorizos casposos, los personajes, la deriva de la relación entre el golpe y la tapadera... Esas genialidades del cine cómico de Woody Allen.

-Ladykillers. Conocida también como El quinteto de la muerte, esta película de los hermanos Coen de 2004 se inspira en una británica de 1955 con la que comparte título e intenciones paródicas. Tratándose de una película de los Coen, los personajes esperpénticos de andanzas ídem estaban asegurados. Genial Tom Hanks, profesor de griego metido a despiadado delincuente, pero no es, ni de lejos, lo único gracioso de la película. 

-Torrente 5: Operación Eurovegas. Es de 2014. En sus primeras escenas, Santiago Segura se metió a profeta político bufo y luego resultó que, con la deriva política real de España, casi lo clava, mejor dicho, se quedó corto, porque sacó a Pablo Iglesias de jefe de la oposición, y ahora resulta que es vicepresidente, saquemos conclusiones. Ya, ya os estoy oyendo: Oye, guachimán, ¿esta peli es una joya? Puede que no lo sea, pero tiene muchas escenas y ocurrencias muy graciosas, y además, en lo referido al tema de este artículo, tiene una gran virtud: mientras la banda está elaborando sus planes, vemos unas escenas que nos presentan la versión Ocean's Eleven, o sea, cómo imaginan ellos que van a salir, pero después vemos cómo los ponen en práctica y... en fin. En este capítulo, es la que deja más clara la construcción paródica.