EL ENLACE DEL RELATO SE ENCUENTRA AL FINAL DEL ARTÍCULO
Hace un par de días, encontré en "El Mundo" una interesante entrevista en la que el director del IES de Excelencia "San Mateo" de Madrid hablaba de su centro y exponía algunos de sus puntos de vista sobre nuestra enseñanza. Una de las cosas a las que se refirió fueron las juntas de evaluación, os reproduzco sus palabras:
En las juntas de evaluación hay más regateo con los suspensos que en los mercados persas. Nunca he estado de acuerdo con este sistema, que es muy arbitrario, irregular y chapucero. Un alumno puede entrar con suspensos y salir limpio de ahí dependiendo del humor del profesor, del carácter del chico o de cómo presionen los padres. La nueva normativa del Gobierno lleva esto hasta el límite: no sirve el criterio individual del profesor, sino que se supedita todo a un aquelarre colectivo.
Comparto estas consideraciones al cien por cien y felicito a su formulador, porque difícilmente se podrá retratar en menos palabras y con mayor exactitud el desacertado rumbo que muy a menudo han tomado las juntas de evaluación, que desembocó en una generalización del error y en el desastre actual: lo que durante años fue una desaconsejable y demasiado extendida laxitud se ha convertido hoy en la elevación a norma legal de ese vicio, y además, corregido y aumentado. Las juntas de evaluación son un elemento delicadísimo y fundamental del proceso educativo y hay que reconocer que el colectivo docente quizás no las haya cuidado todo lo que hubiera debido. De aquellos polvos, estos lodos.
El uso en estas reflexiones de las palabras "mercados persas" me recordó un relato que escribí hace años sobre las juntas de evaluación y que titulé Junta final, en el cual hice la misma comparación para referirme a las juntas que eran lo que no debían ser. He vuelto sobre ese relato -es breve, 66 páginas a letra 14- y he descubierto que no solo no ha envejecido, sino que, gracias a las normas de la señora Celaa, ha cobrado mayor actualidad. Os dejo aquí un enlace para los que queráis leerlo e incluso compartirlo:
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