Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

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jueves, 29 de septiembre de 2022

Irene Montero: una fanática incompetente en la cabina de mando

     Llevaba unos días siguiendo con cierto disgusto algunas de las recientes actuaciones públicas de la ministra Irene Montero -y digo con disgusto y no con asombro y escándalo porque hace tiempo que esta señora dejó de asombrarme y de escandalizarme-, cuando acabo de ver la que hasta este momento es su última coz al decoro y la cordura, os la dejo aquí:



    ¿Habéis oído? Según nuestra ministra de Igualdad, el problema de la okupación es un problema inventado y una agenda de la derecha: difícilmente se podrá caer más bajo en el arte de mentir, aunque me figuro que, ni siquiera con toda su desvergüenza, se atrevería esta señora a decirle eso a la cara a cualquiera de las miles de personas a las que algún okupa ha rapiñado su vivienda y/o le ha arruinado la vida, ante la cómplice pasividad, durante décadas, de quienes mandan en este país. 

    Aún no hace ni dos días, vimos a la ministra Montero, descompuesta y fuera de sí, llamar fascistas a unos adversarios políticos, como si estuviese en uno de esos escenarios que le serían adecuados, qué sé yo, un "parlamento" bananero o una asamblea perrofláutica, respondiendo con incongruencias a una diputada que la interpelaba por su penúltimo disparate, su aberrante desvarío sobre la libertad sexual de los menores, helo aquí:



    Por estos desatinos, mayores aún cuando proceden de alguien con las responsabilidades que ostenta Irene Montero, Vox la ha denunciado ante los tribunales, por eso perdió los papeles en las Cortes, pero no solo es que Vox haya hecho lo correcto, sino que además lo que extraña es que a estas horas aún no haya nadie del Gobierno que haya salido a desautorizar a la señora Montero, y no vale que piensen que ya es suficiente con que ella se vaya desautorizando solita a cada momento. Las razones por las que creo que estas declaraciones son muy merecedoras de llevarlas a los tribunales las ha explicado muy bien Juan Carlos Girauta en este artículo, que os animo a leer. 

    Lo de Irene Montero pasa de castaño oscuro desde hace muchísimo tiempo. Por su fanatismo rabioso (mirad las caras de algunos de los enlaces). Por los disparates que defiende, los cuales, ojo con esto, que es lo más grave, son o serán leyes que influirán en la educación de nuestros hijos y en nuestras vidas en general, ahí es nada: la ley trans con su cámbiese quien quiera, de la que ahora se queja hasta Carmen Calvo, ¡cómo me río de ella!, le está bien merecido, por defender con uñas y dientes al mayor déspota que nos ha gobernado desde que murió Franco, al que tanto parece añorar; la ley de Libertad Sexual (ejem), que nos convertirá a todos en presuntos delincuentes sexuales, pero suavizará las penas de los violadores efectivos, esto es lo que hay. Por permitirse pontificar con sus memeces lingüísticas, siendo como es una completa ignorante

    Y, por si todo esto fuera poco, esta misma señora, que creo recordar que alguna vez hizo chistecitos sobre guillotinas, es la que se pegó unas vacaciones en Nueva York con sus amiguitas a costa de nuestros impuestos o, siendo la número uno de la emancipación de la mujer, ascendió en su partido y accedió al Gobierno por las sultanares razones que todos conocemos, a ver por qué habría que callarse esto.

    Es demasiada carga para la nación tener como ministra a una persona de la incompetencia y el fanatismo que ha demostrado con creces Irene Montero. Serán responsabilidad suya las consecuencias del enorme reguero de despropósitos que ha ido sembrando, naturalmente, pero no olvidemos que haberla puesto donde está y no haberla quitado aún es responsabilidad no pequeña que corresponde a don Pedro Sánchez.

martes, 20 de septiembre de 2022

La guerra de las lenguas y el motín de los dialectos

     En el año 1989, pasamos las vacaciones en Galicia y recuerdo una anécdota muy significativa. Una tarde, hablando con un amigo que pertenecía a uno de esos cuerpos nacionales que garantizan una legalidad sólida y que por eso los separatistas se los quieren cargar, me dijo que estaba haciendo un curso de gallego, lengua que ni necesitaba para su trabajo ni valoraba tanto como para meterse en profundizaciones, aunque la había hablado toda la vida. ¿Por qué lo hacía entonces? Porque ya por aquellos años se empezaba a ver, incluso en esa Galicia donde creíamos que el indepedentismo no era un peligro, que los peajes identitarios había que tomárselos muy muy en serio. 

    Ni por asomo sospechábamos la verdadera magnitud de la amenaza: si en aquella época nos hubiera dado por pronosticar trayectorias, nadie habría pintado un futuro que se aproximase lo más mínimo al penoso y desalentador presente que vivimos hoy; nadie se habría creído que en España llegaría un momento en que hubiera millones de niños y adolescentes a los que se les impidiera escolarizarse en español, y no porque desconociéramos las abyecciones de las que eran capaces los nacionalistas, sino porque creíamos vivir en un país con leyes que jamás permitirían una cosa así: ¿no habíamos alcanzado en 1978 una democracia que había abierto la puerta a los derechos de todos y al respeto a todas las lenguas de España? ¿No habíamos creado un sistema en el que el gallego, el vasco y el catalán tenían garantizado pleno reconocimiento cultural y político, en convivencia con el español, en las regiones donde se hablaban?  ¿Cómo íbamos a sospechar que aquellos que tanto graznaban por la persecución y arrinconamiento que sus lenguas habían sufrido durante el franquismo iban a hacer con el español cosas iguales que las que aseguraban haber padecido, o incluso peores? Si hasta eso, aun habiéndose quitado ya la careta Jordi Pujol y otros de su calaña, era difícil de creer, lo que ya resultaba inconcebible, repito, era que tal cosa la fueran a permitir las leyes. 

    Pero nos equivocamos: en la España del siglo XXI, hemos llegado a la aberración kafkiana, a la demencial incongruencia, al despótico atropello de que a millones de personas se les impida estudiar en la lengua oficial del país, el español. Esto se debe a dos causas: que ciertos gobernantes regionales han retorcido hasta la infamia las potestades que les concede el Estado autonómico y que los gobernantes nacionales se lo han permitido con una pasividad que los hace cómplices del crimen, porque nadie en su sano juicio puede dudar de que esto es un crimen, así que espero que algún día sus autores lo paguen.   

    La situación es sencillamente esta: en España vivimos hoy una guerra de lenguas cuyo objetivo es borrar el español de extensas regiones del país. Actuando de facto como déspotas de las regiones en que solo son administradores, ciertos gobernantes están incumpliendo las leyes, aplicando normas para las que no tienen potestad y pisotenado los derechos de millones de ciudadanos. Esto es gravísimo, una quiebra sistemática y ya muy prolongada del Estado de derecho que, al no ser atajada por quienes debieran hacerlo y no lo hacen, nos convierte en un Estado fallido en el que los ciudadanos carecen de amparo legal. No es ninguna exageración decir que, si esta deriva no se frena y se desmonta, vamos de cabeza al despedazamiento del país, lo cual, a la postre, es el objetivo de quienes han declarado esta guerra, entre los que no están solo los furibundos separatistas de toda la vida (1), sino que se encuentran también extraños compañeros de viaje, como el pepero Alberto Núñez Feijoo, quien, a la chita callando, ha impuesto en Galicia una inmersión lingüística radical (2). Teniendo en cuenta que este señor aparece como el más que probable próximo presidente del gobierno y que asegura que acabará con el problema de las lenguas con una filfa que él llama "bilingüismo cordial", la lectura del artículo de la nota 2 produce algo más que inquietud; a mí personalmente me hace pensar que Núñez Feijoo pretende engañarnos, y sería catastrófico para España que a un mentiroso enfermizo como Pedro Sánchez le sucediera otro aficionado a mentir. Por lo demás, la guerra de lenguas en que estamos metidos es un asunto gravísimo (mirad cómo llaman los nacionalistas a sus adversarios en ella: ñordos) que ya no admite bromas ni enjuagues. 

    Pero, si os molestáis en ver el vídeo de la nota 1, que muy acertadamente se titula Operación Babel, encontraréis entre la abundante información que facilita mucha relativa a los intentos de elevar al rango de cooficiales en diversas zonas de España a una abundante serie de hablas (presentando algunas con pretensiones de lenguas) que hace muy lícito pensar que, además de una guerra de lenguas, España está padeciendo un motín de dialectos. A mi modo de ver, detrás de todo esto hay sobre todo dos propósitos: primero, aumentar el número de rivales de esa sólida lengua común y única oficial en todo el país, el español, para debilitarla y crear así una mayor división no solo lingüística, sino también política, porque no podemos perder de vista que el objetivo último que persiguen los principales promotores de este plan -los que quieren independizarse, como los separatistas vascos o catalanes; los que hablan de ocho naciones, como Iceta; los que creen que España es una nación de naciones, como Pedro Sánchez...- es la destrucción política de España tal y como hoy la conocemos. Segundo, la pesca en el río revuelto de la diversidad: la creación de chiringuitos lingüísticos o culturales y la exhibición de identidades nacionales ha demostrado ser un excelente negocio económico y político, así que ¿por qué iban solo a disfrutarlo los catalanes, los vascos o los gallegos? En todo caso, esto nos abocaría a un sindiós de lenguas oficiales, porque, al elevar los dialectos al rango de lenguas, nos podrían salir decenas y, de hecho, suenan por ahí un buen puñado de cooficializables: el aragonés, el bable, el extremeño, el murciano, el leonés... ¿Dónde iríamos con tanta "lengua" cooficial? Esto sería una locura, detrás de la cual están el nacionalismo y la izquierda, que parecen empeñados en llevarnos a la ruina, como intentaré demostrar con algunas consideraciones. 

    Una de las "lenguas" que se pretende cooficializar es el dariya, por su presencia en Ceuta. Pero ¿qué es el dariya? Pues ni más ni menos que el árabe dialectal marroquí (no voy a aburriros explicando las relaciones entre el árabe culto y sus numerosísimas variantes dialectales), con lo que sería realmente chusco que le diéramos aquí el rango de oficialidad que seguro que no tiene en su país, parece que hemos perdido el sentido de lo que nos conviene y hasta del ridículo. Otra "lengua" que anda en esta feria es el aranés, pero esta reliquia posee ya el rango de cooficial, concedido por la Generalidad catalana, ¿por qué? Muy sencillo, porque los catalanistas, que están acosando al español y a sus hablantes en Cataluña, Valencia y Baleares, le conceden mayor rango a esta "lengua" de ¡2.785 hablantes! por dos razones: humillar al español y presentarse como una gente abierta a la convivencia con otras lenguas, ambas, como se ve, a la altura de la indecencia del separatismo. ¿Qué decir del bable, el aragonés, el leonés, el andaluz, el extremeño, etc.? Sin entrar en el prolijo asunto de diferenciar entre lengua y dialecto, señalaré que ninguna merece el rango de la cooficilidad, por el simple hecho de que son dialectos, es decir, sistemas (o, más bien, subsistemas) sin los rasgos y la entidad que poseen las lenguas, y no lo digo yo, sino autoridades indiscutibles de la dialectología hispana, tales como Alonso Zamora Vicente o Manuel Alvar, quienes en sus obras las clasifican y las estudian a todas como dialectos, y mucho me temo que estos lingüistas saben de estas cosas más que Adrián Barbón. Ya que cito a este señor, empezaré con el bable, que es ni más ni menos que un dialecto de una lengua en retroceso (y, por tanto, dialecto a su vez), el leonés, y que además, incluso en su limitadísimo alcance, resulta que tiene tres variantes: ¿cuál de ellas piensa colarnos el señor Barbón como una "lengua" cooficial? En cuanto al leonés, el aragonés, el murciano o el extremeño, además de compartir con el bable ese rasgo tan dialectal de la atomización, le acompañan en otros, muy señaladamente, la fijación en ámbitos dispersos y poco poblados y el no acreditar una producción cultural y literaria de la menor entidad. 

    El separatismo y cierta izquierda disolvente quieren sembrar confusión, dispersión y retroceso por procedimientos espurios, como la guerra de las lenguas y el artificioso motín de los dialectos, y, de paso, beneficiar sus intereses más prosaicos. No tienen el menor miramiento en hacerlo aun en perjuicio de la unidad, la convivencia y la prosperidad de la nación, porque para ellos lo primero es su medro, así que sería muy conveniente que empezásemos cuanto antes a poner freno a esta ofensiva inicua.


1.- En este vídeo de la organización Hablamos Español, se da un repaso general a lo que se está haciendo en materia de lenguas en las distintas comunidades autónomas y de los planes que tienen algunas en materia de oficialización de lenguas y dialectos:

Operación Babel. Lo que no te contaron. #HablamosEspañol - YouTube

    Aunque aparecen algunas informaciones que son un tanto inexactas, en general aporta datos creíbles, importantes y muy inquietantes.

2.- En esta noticia se retrata con abundancia de datos el cordial trato que en la Galicia presidida por Núñez Feijoo se le está dando al español:

Feijóo impuso el gallego en Galicia con medidas a las que nunca se atrevió Cataluña (Castilla-La Mancha, Atrapados en la Red) (dclm.es)  

domingo, 11 de septiembre de 2022

Ayuso y el comienzo del curso escolar

     Cuando hace unos días vi en ABC un titular que informaba de que la presidenta de la Comunidad de Madrid se abría a estudiar que el curso escolar comience el 1 de septiembre, no pude evitar acordarme de otras comunidades autónomas que anteriormente habían hecho demagogia con el tentador asunto de las vacaciones escolares de los profesores, que es en realidad el señuelo que subyace siempre cada vez que alguien agita este asunto: meter en cintura a esos vagos de profesores que tienen tres meses de vacaciones, así que tendré que recordar una vez más que las vacaciones veraniegas de los profesores empiezan el uno de julio y terminan el 31 de agosto, por lo que son de dos meses nada más, y que en lo referente a julio hay una serie de aspectos técnicos, profesionales y salariales que no pienso repetir -quien esté realmente interesado en este cansino asunto, que los busque- que hacen que en realidad no sea de vacaciones exactamente y que, en todo caso, esté muy justificado que sea de asueto. 

    Quiero volver a lo de los precedentes, porque deberían servirle de aviso a la señora Ayuso para no caer en el espejismo de creer que con andar enredando con los límites de las vacaciones veraniegas se va a embolsar un montón de votos y va a mejorar algo en la educación, porque no va a ser ni lo uno ni lo otro, y me temo además que lo segundo no se lo cree ni ella. En el año 2012, la comunidad valenciana anunció a bombo y platillo que haría trabajar a los profesores en julio, una ruin cortina de humo con la que unos dirigentes peperos a los que lo más suave que se podía llamar era ineptos pretendieron desviar la atención sobre los problemas de desgobierno, déficit y corrupción que la crisis de aquellos años destapó en aquella región. Después de unos años de tener a profesores y alumnos asándose de calor en los últimos días de junio, hoy aquel disparate está revertido. De 2016 en adelante, el consejero cántabro Ramón Ruiz se sacó de la manga un calendario tan disparatado que aún no me explico cómo la guardia pretoriana de anchoas de Miguel Ángel Revilla le dejó seguir adelante. Lo diseccioné en este artículo, que incluye un enlace a un interesante estudio de ANPE sobre calendarios y horarios en Europa, y di cuenta de su triste devenir en este otro. Por último, citaré el precedente más reciente, el de la comunidad catalana, que es de este mismo curso, pero el desastre educativo catalán -y no me refiero solo a lo del 25%- es de tal magnitud que no me explico cómo ni Ayuso ni nadie puede tomar como modelo lo que se haga allí; eso sí, para que os echéis unas risas, os enlazo un artículo de mi amigo Gerard en el que se reproducen los vídeos con que la Generalidad hizo propaganda de la medida y os reto a que encontréis algo más cursi, tontorrón y ridículo. 

    La señora Ayuso, insisto, haría muy mal en meterse por esta senda, porque de zarandear a la enseñanza para intentar hacerse la guay o sacar votos el único fruto que va a obtener va a ser ese: zarandear a alumnos, profesores y padres, una verdadera pena. Los sindicatos le han dicho algunas verdades de gran calibre, empezando por el hecho -que ella y su consejería deberían conocer muy bien- de que meter a los alumnos en los centros el 1 de septiembre representaría una de dos: o negarles a los profesores y a los centros el tiempo que necesitan para organizar el curso naciente (lo que sería tanto como condenarlo al caos), o hacerles incorporarse, qué sé yo, el 24 de agosto, lo que representaría asestarle un soberbio hachazo al muy consolidado derecho de sus vacaciones: desde luego, si se atreve a hacer algo así, ya no va a poder llamar bolivariano a Pablo Iglesias. También, ante el pretexto que ella esgrime de que se haría para favorecer la conciliación familiar (con lo que se ha atrevido a algo tan vergonzoso como tomar a los padres como rehenes), le han recordado que los colegios no son centros asistenciales, sino formativos, y que, si el problema es la conciliación, lo que debe hacer es abordar ese problema, no crear otro en la escuela. 

    Cada vez que sale algún político queriendo arrearle una dentellada a las vacaciones, yo añado de mi cosecha un argumento que me parece capital, pero que suele olvidarse: que las vacaciones tienen un valor en sí mismas, son muy importantes y no son ningún capricho, el hecho de que estén ahí desde hace siglos debería hacerles reflexionar. Lo siento enormemente por los que envidian a los profesores y les gustaría tenerlos amarrados al pupitre 365 días al año, pero las vacaciones les benefician indirectamente, porque, en realidad, no se inventaron pensando en ellos, sino en los alumnos, que son niños o adolescentes y tienen yo diría que una necesidad vital de esos periodos de desconexión. Cuando la señora Ayuso, en esas reflexiones suyas rebosantes de demagogia y de motivaciones que no vienen a cuento, se muestra preocupada por la cantidad de días de vacaciones que tienen los niños, inevitablemente me hace pensar lo que he pensado otras veces cuando algún otro estajanovista del trabajo infantil ha mostrado parecidas inquietudes: que debería acordarse de cuando tuvo siete, diez o quince años: ¿qué habría pensado de alguien que le hubiese querido recortar esos periodos en que escapaba de la escuela y los profesores, que le hubiese querido birlar el día de Reyes (como pretendió el mentecato de Ramón Ruiz, que propuso y no sé si llegó a imponer que las vacaciones de Navidad acabasen el 2 de enero), que hubiese tocado uno solo de los sagrados, inolvidables y mágicos días de las vacaciones de verano? ¿Le habrían aplaudido los señores Ruiz, Ayuso y tantos otros o lo habrían mandado a la m _ _ _ _ _? Que se hagan estas preguntas y se las respondan. 

    En cuanto a los profesores, que somos adultos y estamos en la enseñanza ganándonos la vida con nuestro trabajo, lo de las vaciones nos lo organizamos de otro modo, que no sufran aquellos genios de la comunidad valenciana que hoy por fortuna estarán fuera de la política. De mí, que he sido profesor treinta y cinco años, les diré que me he pasado muuuuuuchos días de vacaciones corrigiendo exámenes, preparando clases, leyendo..., es decir, trabajando, y ya podrán entender que no soy ni de lejos el único que ha actuado así; no se preocupen, repito: trabajamos (me incluyo aunque esté jubilado) tanto como pueda hacerlo cualquier hijo de vecino y me temo que mucho más que la mayoría de esos incompetentes que toman las decisiones políticas mal tomadas, así que les pido un favor: dejen ya de joder con la pelota con las vacaciones, lo digo por los profesores, pero, especialmente, por los chicos. 

domingo, 4 de septiembre de 2022

Los profesores valencianos se rebelan contra la fusión de asignaturas

         Cuando la desvergüenza, la irresponsabilidad y la insensatez se convierten en la pauta de conducta de quienes figuran como gobernantes, suceden cosas como las que demasiado a menudo están ocurriendo hoy en España: se imponen de manera tan arbitraria como despótica políticas y leyes en las que lo demencial convive con lo insultante. Por ceñirme al ámbito de la enseñanza, esto se aprecia de forma meridiana con la LOMLOE, la ley en la que el PSOE perpetró el increíble logro de empeorar sensiblemente los disparates de esa LOGSE que nos había impuesto treinta años atrás. En un artículo que dediqué a analizar los principales males de la LOMLOE (pulse aquí), incluí el aprendizaje por ámbitos, contra el que ahora, con gran satisfacción, veo que los profesores de instituto de la comunidad valenciana se han rebelado, argumentando que empeoran la calidad de los contenidos y son sobre todo un camuflaje bajo el cual los burócratas educativos de aquella región pretenden ocultar el descenso de la exigencia y el consiguiente abaratamiento del aprobado, pues, como no me cansaré de repetir, el canallesco fin de nuestro sistema educativo y los canallescos políticos que lo sustentan es conseguir el cien por cien de aprobados, aunque sea a base de que los alumnos no aprendan nada en la escuela. Y es que otra cosa que sucede cuando los que mandan pierden la vergüenza y la sensatez es que los gobernados se hartan y rompen la cuerda. Ojalá el haber llevado el atropello logsiano hasta el paroxismo de la LOMLOE sirva al buen fin de acabar con esta pesadilla educativa que llevamos padeciendo tantos años y que ha dejado en la educación de millones de españoles carencias que ya se perciben a simple vista.

    El artículo mío que he citado antes lo organicé bajo la forma de trece observaciones acerca del desarrollo de la LOMLOE, la última de las cuales tenía este enunciado: 13.- Sobre mi última gran esperanza: que habrá muchas personas que sabrán desactivar este disparate, así que desde aquí quiero enviar mi apoyo y un abrazo a esos profesores valencianos, a esos compañeros que han dicho rotundamente NO al engaño de los ámbitos, por la integridad y honestidad que están demostrando, por haber tenido la dignidad de levantarse contra un fraude y declarar, desde su perspectiva y autoridad de profesionales de la educación (es decir, de verdaderos expertos en la materia, diferénciense de los charlatanes embaucadores que asesoran sobre las moquetas y disparatan desde las revistas de pedagogía), que esa superchería de los ámbitos empobrece la enseñanza. Los veo y los saludo como un cumplimiento de mi esperanza, lúcidos hasta el extremo de ir más allá de refutar esa mentira de los ámbitos (una más de las que abarrotan la LOMLOE) y pedir además la dimisión de Miguel Soler, el número dos de la Consejería de Educación valenciana, un experimentado fontanero del emburrecimiento que lleva muchos años favoreciéndolo desde trincheras burocráticas, pues revolverse contra los abusos es muy bueno, pero hacerlo también contra quienes los perpetran, sostienen y defienden es mejor todavía. ¡Ánimo, amigos!, ojalá vuestro ejemplo se extienda y se os unan más miles de docentes de los que ya sois, ojalá que todos digáis ¡BASTA! y así, a última hora, sea del profesorado de donde brote la ola que arrase la LOMLOE con todas sus aberraciones, ese indigno desvarío que ofende a la inteligencia y al saber, tendría algo de justicia poética.     

    Las supuestas excelencias de la fusión de asignaturas combinan muy bien con otro de los espejismos que vende la LOMLOE: los proyectos. En la comunidad valenciana esta batalla ya viene de lejos, porque en marzo del año pasado la inauguraba "El País" en uno de esos inefables artículos-panegírico tan habituales en la labor propagandística en la que este medio se ha embarcado desde hace algunos años. Allí se encomiaban algunos de los embustes que la consejería está manejando ahora (lo de que los ámbitos facilitan el tránsito de primaria a secundaria o que mejoran los resultados: increíble el descaro al que los partidarios de la LOMLOE pueden llegar), con alguna pintoresca intervención del antes mencionado Miguel Soler. Si queréis acceder a ese artículo, conocer más a fondo las "ventajas" de los ámbitos y los proyectos y las objeciones que les planteo, pulsad aquí. Yo trabajé con la modalidad de ámbitos en tres cursos y algo sé también de proyectos: tengo razones muy sólidas para no comprar esas motos ya viejas, por muy tuneadas que nos las venda ahora la LOMLOE.