Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

lunes, 28 de junio de 2021

Promocionar o titular por razones no ya vagas, sino holgazanas

     He tenido por fin tiempo de echarle un vistazo al proyecto sobre evaluación para el curso 2021-2022, un documento que anticipa cómo se va a llevar a cabo este crucial paso del proceso educativo en cuanto se aplique plenamente la LOMLOE. Presenta algunas novedades que han producido polémica y rechazo, las cuales se enuncian desde el principio del cuerpo expositivo inicial y se concretan en los artículos, especialmente, en los que van del 9 al 17, ambos inclusive, que son los que se refieren a la ESO y al Bachillerato. Esas novedades conflictivas son en esencia las siguientes:

    1.- Que, para promocionar en la ESO, ya no será el criterio principal el número de asignaturas aprobadas, sino que el alumno lo hará "cuando el equipo docente considere que la naturaleza de las materias que, en su caso, pudieran no haber superado, les permite seguir con éxito el curso siguiente y se estime que tiene expectativas favorables de recuperación y que dicha promoción beneficiará su evolución académica". Esta es la enrevesada fórmula que utiliza para determinarlo el artículo 10, 2, de cuya confusa y lamentable redacción lo que transcribo es solo una muestra. Traducido al lenguaje de la junta de evaluación, que es donde esto va a escocer, y para decir a las claras lo que el redactor ha querido eludir: que un alumno podrá promocionar con, pongamos por caso, siete suspensos, quizás ya esté sucediendo. 

    2.- Que la repetición de curso será una medida excepcional (se podrá aplicar solo dos veces a lo largo de toda la educación básica del alumno). En realidad, el procedimiento del paso anterior es el recambio que Celaa y su equipo han habilitado para sustituir esa repetición que tanto han denostado.

    3.- Que, en coherencia con la novedad 1, se podrá titular en ESO con un número ilimitado de asignaturas (artículo 13, 2). Vuelvo a lo de las siete asignaturas suspensas, pero aquí, corregido, aumentado y agravado.

    4.- Que, con todas las excepcionalidades y tiritas que en la redacción del artículo 17, 2 se pongan, el título de Bachillerato, en la España de la LOMLOE, de Isabel Celaa y de Pedro Sánchez, se podrá obtener con una asignatura suspensa, aunque espero que seguirá habiendo alumnos que lo saquen con todo aprobado, y hasta con nota, porque me consta que por ahí anda suelta gente seria y de mucho talento. 

    Solo con lo dicho en los puntos tres y cuatro bastaría para declarar que este decreto y la LOMLOE son dos aberraciones educativas y acabar aquí, pero quienes conocéis al pelma que suscribe este artículo sabéis que esto último le resultaría ontológicamente imposible. 

    En lo referido al punto 1, tendré que empezar diciendo que, en realidad, los redactores de esta norma han ofrecido aquí una muestra de realismo, pues, dando por hecho que la mayoría de esos alumnos que suspenden las asignaturas en gran cantidad son refractarios a los programas regulares, les abren, en los artículos 11 y 12, la posibilidad de incorporarse a diversificación o ciclos formativos básicos ya desde segundo, lo cual es un acierto. Pero, en todo caso, como el alumno puede rechazar esta opción, los que lo hagan -que serán los que quieran, o sea, muchos- se verán abocados a esa vía de pasar de curso con un número equis de suspensos... que tendrán que recuperar de algún modo. ¿Cómo? En un artículo de "El País", uno de esos que por su concepción no harían el ridículo en la colección Alfaguara Primeros Lectores, nos lo pintan al modo que podéis esperar. Incluso en esa visión idílica, se filtran algunas cosas interesantes. La primera, crucial: que, postergadas las asignaturas, nos hemos quedado sin algo esencial: los criterios de evaluación. Llevo años diciéndolo, pontifique lo que pontifique don Andreas Schleicher: el sistema tradicional es muy sólido, no solo por la actualidad  e idoneidad de las asignaturas que enseña, sino por otras muchas razones, entre ellas, que su evaluación descansa sobre algo tan objetivo como los conocimientos demostrados, mientras que, por el contrario, los sucedáneos elegidos por sus detractores, cosas como las capacidades, las competencias, la madurez o las expectativas favorables de recuperación del alumno y el beneficio de su evolución académica, esas dos nuevas estrellas que nos presenta el documento de la Sra. Celaa, son vaguedades inaprehensibles y que, en cualquier caso, no serían adecuadas para valorar el progreso educativo de los alumnos. Así pues, para la evaluación son de escasa o nula utilidad, aunque en el artículo los defensores de este sistema dicen haber encontrado una fórmula para pulverizar esta gran china en el zapato de su propuesta, fórmula que, como si fueran los secretos de Fátima, se guardan con celo.

    La segunda cosa interesante va a lo concreto: ¿cómo recupera el alumno? ¿Cómo adquiere un alumno que tiene doce asignaturas de segundo de ESO y siete de primero en un mismo año los conocimientos de las diecinueve? Esto, de lo que tengo experiencia, puede resolverse de muchas maneras, con ingredientes como el milagro, la ayudita, la absorción de contenidos de primero en otros de segundo, la buena disposición del alumno... Al final es este el único que vale, pues su ausencia hace inviables los demás. Así ha pasado siempre, así pasará a partir de ahora y así pasa con esa alumna que se pone como ejemplo en el artículo, con lo que este sistema ni es novedoso ni demuestra nada nuevo, porque ya existía desde hace mucho, precisamente para los alumnos que habían repetido y no podían volver a repetir. En todo caso, no nos dejemos engañar, porque ahora y siempre tiene y tendrá graves carencias: pasar al curso siguiente con asignaturas suspensas representa una sobrecarga y, si son muchas, es tanta que resulta un disparate. En el 99'999% de los casos, el éxito con un sistema así será más que dudoso, como sucede con el que se presenta en el artículo de "El País", el de esa niña que aprobó en un solo año segundo más nueve asignaturas de primero.

    Y es que, yendo al punto dos, la solución del uno, aparte de ser una barbaridad inútil, no solo no es nueva, sino que está mal enfocada, porque su blanco no debería ser reducir las repeticiones, sino que el alumno recuperase, cosa que, como no me cansaré de repetir, depende del alumno y solo sucede cuando el alumno pone de su parte lo que le toca: estudio, interés y trabajo. Cuando se parte de la omisión de este factor, se trata al alumno como una entidad inerte y el aprobado no se enfoca como el fruto de su aprendizaje, sino como una obligación del sistema, que tiene que habilitar fórmulas legales para que se produzca sí o sí, llegamos a la LOGSE y sus consecuencias, cuyo último capítulo es la LOMLOE. Como todos los logsianos, Celaa ha malinterpretado la repetición, que en sí no es más que un sistema para intentar que un alumno que no ha adquirido unos conocimientos debidos los adquiera en una segunda oportunidad. Y eso funciona si el alumno quiere, porque lo he visto, así que tampoco es muy razonable la estigmatización a la que se está sometiendo a las repeticiones, porque es como si criticásemos a los libros por sus pobres resultados con quienes no saben leer. Quien te dice que en España tenemos un problema con las repeticiones porque repiten un 28'7% de los alumnos mientras que en Finlandia lo hacen solo un 3'3% no ha entendido que el mal no es que nuestros alumnos repitan mucho, sino que estudian poco. Este es el gran problema al que tendríamos que hacer frente en la enseñanza española y la LOMLOE y estos criterios, lejos de afrontarlo, lo que harán será profundizarlo. Lo de la repetición lo explico por extenso aquí.  

    Llegamos por fin a los puntos tercero y cuarto. Sinceramente, ¿alguien cree que es necesario decir mucho acerca de ellos? Para obtener el graduado escolar en EGB, hacía falta haber aprobado todas las asignaturas, y a quien no lo conseguía se le daba su correspondiente certificado de escolaridad. A partir de 1992, ese título, que se obtenía con catorce años, se sustituyó por el de Graduado en ESO, que se obtiene con dieciséis. Casi treinta años después, en 2021, tercer milenio, el Graduado en ESO te lo podrás llevar con cero, tres, cinco o seis suspensos, pero, eso sí, el Bachillerato no te lo van a dar con más de uno, ¡hasta ahí podríamos llegar! Y todo ello, no despreciemos este dato, bajo la tiránica exigencia de los procedimientos de evaluación establecidos en el decretito que acabamos de ver. Este es el gran logro de la LOMLOE de doña Isabel Celaa, ministra de Educación del presidente Pedro Sánchez. ¿Hacen falta más explicaciones? 

jueves, 24 de junio de 2021

Indulto a los golpistas: documentos importantes

     En el momento en que escribo, el indulto a los máximos responsables del 1-O que fueron condenados y encarcelados es ya un hecho, pero este asunto tiene unas implicaciones tan graves que parece claro que la concesión de la gracia no es su final, sino solo el principio de una historia que el tiempo dirá cómo se enreda, por lo cual me parece útil tener a mano los documentos más señalados de su desarrollo. 

1. El rechazo de la Justicia

    A partir del momento en que fueron solicitados los indultos, diversas instancias institucionales tuvieron que pronunciarse manifestando su postura en torno a la medida. La Abogacía del Estado no los apoyó expresamente, aunque tampoco los rechazó, mientras que el tribunal sentenciador y la Fiscalía del Supremo se pronunciaron abiertamente en contra. En este artículo de "El confidencial" tenéis los escritos a tales efectos de los tres órganos:

Informes de la Abogacía del estado, la Fiscalía y el Tribunal Supremo

2. Las explicaciones de Pedro Sánchez y Salvador Illa

    El lunes 21, Pedro Sánchez hizo la presentación de su medida en el Liceo de Barcelona. El texto completo de su discurso lo podéis encontrar en este enlace que saqué del diario "República":

conferencia-de-pedro-sanchez-en-bcn-en-defensa-de-los-indultos-933f453.pdf (republica.com)

    El día 22, Salvador Illa, el señor aquel que fue ministro de Sanidad y luego encabezó una cosa que se llamó operación Illa, escribió en "El País" una tribuna que se tituló "Por la concordia". El enlace es este:

Por la concordia | España | EL PAÍS (elpais.com)

    Si leéis ambos documentos, veréis que el de Illa parece un resumen del de Sánchez, asombra el sometimiento a su jefe del ministro, que a menudo usa sus mismas palabras y hasta sus mismas frases, o casi. El discurso de Sánchez apela a estas tres razones como causa de su concesión del indulto: que la Justicia ya se pronunció dictando unas condenas (= ellos ya tuvieron su turno) que la potestad de dar indultos está sostenida por la ley (= ahora le toca a él) y que la pandemia "nos ha recordado hasta qué punto nos necesitamos unos a otros" (pongo la cita literal para que los que no deis crédito no achaquéis este disparate a error mío). Sobre estos fundamentos, va a dar los indultos por su convicción de que son un paso claro hacia la concordia que se va a conseguir gracias a ellos. El discurso de Sánchez está lleno de trampas, como la de sostener que dar estos indultos es poco menos que un mandato constitucional, pero, como es bastante largo, no lo puedo analizar a fondo y solo voy a entresacaros algunas citas que me parecen peligrosísimas cargas de profundidad. En la página 6 dice:

    Encabezo un gobierno que cree genuinamente en la unión de España, en la unión de todos los pueblos de España que defiende la unión de todos y todas los españoles y españolas.

    Aparte de esas cacofonías de lenguaje inclusivo que no puedo dejar de señalar y que proliferan, afeándolo, en un discurso de por sí no muy brillante, quiero señalar aquí lo que realmente importa: la palabra "unión". Lo que esos indultados amenazan seriamente es la unidad de España y, para tranquilizar a quienes teman por esto, Sánchez ha intentado engañarlos (cosa extraña en él) con el uso de la palabra "unión", que no significa ni mucho menos lo mismo, creo que no hace falta que lo explique. A mí no me sorprende, porque desde hace mucho tiempo, concretamente desde que hace casi cuatro años dijo aquello de que España es una nación de naciones, tengo claro que Sánchez es contrario a la unidad de España y quiere convertirla en una unión de nacioncitas, a las que en esta frase llama pueblos. Así pues, no nos dejemos engañar: aunque quiera aparentar otra cosa, Sánchez es muy partidario de algo parecidísimo a lo que quieren los indultados, y en su consecución labora. Más adelante, en la página 8, vemos otras palabras que confirman la sospecha de que Sánchez, intentando aparentar otra cosa, quiere darle a la nación de todos un vuelco que solo les interesa a él y a sus cómplices:

    Y con ese espíritu de diálogo y de concordia podremos poner en pie un nuevo proyecto de país. Hablo, por supuesto, de un nuevo proyecto de país que se exprese de forma plena, tanto en español como en euskera, como en gallego y por supuesto, hoy aquí en Barcelona y en Cataluña, en catalán. Porque yo no concibo una nueva España sin una nueva Cataluña al frente. 

    Lo del nuevo proyecto de país, en boca de Sánchez, con sus presupuestos ideológicos, con la mercancía que estaba vendiendo en este discurso, con sus intenciones demostradas y en las actuales circunstancias, produce alarma, como la produce también eso de que Cataluña tenga que estar al frente. ¿Por qué razón le atribuye este privilegio? ¿Por los méritos contraídos por sus gobernantes, su clase política y los ejemplares personajes a los que él mismo ha indultado? Sánchez no puede chalanear de esa forma con el futuro de la nación y, desde luego, comete uno más de sus excesos al dar por hecho que él está legitimado para embarcarnos en un nuevo proyecto de país. Por lo demás, el discurso en general y estas palabras en particular me producen la impresión de que el propósito de Sánchez es halagar al separatismo prometiéndole que en sus planes encontrará unos niveles de autogobierno a su gusto, lo que me ha recordado estas palabras:

    Por eso me siento con autoridad para decir al pueblo vasco, a los ciudadanos vascos, que la construcción de su identidad y que sus aspiraciones de las más altas cotas de autogobierno son posibles. Y como hoy son posibles y las vamos a llevar adelante, hay que hacerlo decidiendo juntos.

    Pertenecen al discurso con que, el 1 de febrero de 2005, argumentó José Luis Rodríguez Zapatero, entonces presidente del Gobierno, su rechazo del Plan Ibarreche. El enlace de aquella sesión, a mi juicio, histórica, es este: PL_065.PDF (congreso.es), y recomiendo su lectura, sobre todo por los discursos de Rajoy y del propio Zapatero, que solo cometió un error, pero gravísimo, precisamente estas tres líneas, porque fueron las que inauguraron sus políticas de elevación de los techos competenciales como freno de los berridos independentistas, las cuales nos han traído hasta aquí. ¡Pero no comparemos, qué enorme diferencia, en todo! Comparar el vuelo del discurso de Zapatero (o el de Rajoy) con el de Sánchez es como comparar el de un águila con el de una gallina; además, el plan Ibarreche se frenó, mientras que la ofensiva desencadenada por Artur Mas no hemos podido aún detenerla, entre otras cosas, por otro gran error de Zapatero: que despenalizó la convocatoria de referendos ilegales. Pero a lo que voy: lo que propone hoy Sánchez, eso de apaciguar prometiendo más autogobierno, ya se ensayó y no ha servido para nada más que para acrecentar las ínfulas de los nacionalistas. 

    Yendo a la columna de Salvador Illa, destacan en ella dos cosas: su insistencia en la palabra "concordia" y la desvergüenza que exhibe al culpar, aunque veladamente, al gobierno de Rajoy del estallido del prusés. Pero lo que más inquieta son estas palabras:

    La sociedad catalana es hoy una sociedad afectada por múltiples dolores. El dolor de los independentistas, muy visible a través, entre otras señales, de los lazos amarillos. Pero no menor es el dolor de muchos no independentistas que vieron cómo consensos trabados con dificultad a lo largo de mucho tiempo se hicieron añicos por la actuación temeraria de líderes de las fuerzas independentistas. Uno y otro dolor requieren de reconocimiento y perdón mutuos.  

    Cabría, naturalmente, preguntarle al señor Illa cuál es la ofensa que los independentistas tienen que perdonarles a quienes no lo son. Esta vil igualación de inocentes y culpables lleva el sello del catalanismo (a veces tan difícil de diferenciar del independentismo) del PSC, un partido que hasta poco antes del 1-O defendía el referéndum y el derecho a decidir. Considero esto y las propuestas de Sánchez y me replanteo algo que dije más arriba: quizás no sea Illa quien hace seguidismo de Sánchez, sino Sánchez quien hace seguidismo de Illa. O de Iceta, como dicen no pocas voces. 

3. Los expedientes de los indultos

    He estado buscando los textos íntegros de los expedientes con que el Gobierno ha respaldado los indultos, que, por lo que he visto en algún sitio, son unos documentos de unas treinta páginas por indultado, pero no los he encontrado, aunque sí puedo enlazaros este artículo de "La Vanguardia": Los indultos en el BOE, en el que enlaza a su vez las órdenes de liberación de cada uno en la gaceta oficial. No obstante, en cuanto a las razones aducidas por el gobierno en sus informes, sí que existen compendios publicados por diversos medios, de los cuales os facilitaré enlace a dos:

-Motivación de los indultos en "República".

-Motivación de los indultos en "El Confidencial".

    Puesto que los tenéis ahí y en otras muchas fuentes, vosotros mismos habréis podido ver lo insostenible y a menudo vergonzoso de las razones en que el Gobierno fundamenta una medida tan arriesgada como la que ha tomado. Nos encontramos en general ante una auténtica estafa. En primer lugar, por lo más obvio: al perdonar arbitrariamente sus condenas a personas que han cometido graves delitos, el Gobierno está arrasando los principios básicos de la justicia, y, en segundo lugar, porque, para sacar motivaciones de donde brillan por su ausencia, con todos ellos, ha pasado por alto las muestras abrumadoras que los indultados han dado de que volverán a delinquir y ha magnificado la valoración de indicios positivos que a menudo ni eran indicios ni eran positivos, con lo que ha alcanzado niveles insultantes para los ciudadanos que sí respetamos las leyes. Es insultante decir que el peso de Junqueras en el devenir de las relaciones entre España y Cataluña resulta indiscutible; primero, por esa igualación miserable y entreguista entre España y Cataluña, y segundo, porque el peso de Junqueras para la convivencia entre los españoles es el de una carga -muy gorda, claro- de dinamita. Es insultante ponderar el liderazgo de todos ellos en la sociedad catalana, porque es obvio que lo ostentan solo para una parte y con un mensaje de destrucción. Es insultante valorar que todos están a favor de una vía dialogada, porque sabemos que es porque la vía del mamporro les ha fallado, que el diálogo para ellos solo puede acabar en la independencia y que, antes del golpe del 1-O, también decían estar por el diálogo. Es insultante decir que gran parte de la sociedad catalana reconoce a Jordi Sánchez como un activista por los derechos humanos, cuando este señor ha ido a degüello contra los derechos humanos de millones de catalanes y de españoles. Y así hasta el infinito, podéis leerlo, por no hablar de las conductas que todos ellos han mostrado y los mensajes que han proferido nada más salir de la cárcel, tan rebosantes de concordia que vamos a tener que empezar a pensar en proponer a Pedro Sánchez, ese valiente a decir de él mismo, para el premio Nobel de la Paz. Sostiene hoy Juan Carlos Girauta en un artículo que, con la concesión de estos indultos, el Gobierno de Pedro Sánchez ha roto la baraja. Si no es así, poco le falta, y eso es cosa muy grave.

domingo, 20 de junio de 2021

Indultos a los golpistas: adelanto de lo que dirá Sánchez el día 30

     Uno de los procedimientos que están utilizando el PSOE y sus aliados políticos para justificar esos indultos con que el Gobierno de Sánchez va a castigar a Oriol Junqueras y los restantes separatistas condenados por el golpe del 1-O es que otros gobiernos anteriores también dieron indultos muy discutibles, argumento (?) que arroja un pobre retrato de quienes lo esgrimen, pues es como si un ladrón se defendiese ante un juez diciéndole que en su barrio hay más gente que roba. Ayer nos recordaba eldiario.es que, en 2011, el Gobierno de Mariano Rajoy indultó inexplicablemente a Ramón Jorge Ríos, un malvado que decidió un día meterse a conductor kamikaze, aventura que acabó causando la muerte de una persona y gravísimas lesiones a otra. La noticia que os enlazo cuenta por extenso el vergonzoso proceso de aquel indulto y deja en evidencia a unos cuantos políticos del PP, pero, con una sorprendente ofuscación, quienes están utilizando este argumento no se dan cuenta de que en el delicado asunto de excarcelar a los golpistas de lo que se trata no es de hacer política rastrera, como están haciendo ellos, sino de posicionarse ante la justicia o injusticia de una decisión del poder, y por ello no han caído en la cuenta de que el caso de Ríos, lejos de darle la razón al Gobierno con sus indultos de hoy, lo que hace es quitársela, porque no legitima al PSOE para cometer un abuso similar al cometido en su día por el PP, sino el rechazo a que sigan cometiéndose ese tipo de arbitrariedades aberrantes. ¿Qué disparate es ese de que un abuso del PP dé al PSOE derecho a cometer otro? La potestad gubernamental de indultar no puede interpretarse como una licencia para atropellar a la justicia. 

    Pero existe otra razón que hace más inexplicable aún que la izquierda acuda al precedente de este indigno personaje: que la familia del joven al que mató recurrió la medida de gracia y, como era de esperar, la justicia la revocó. Pues bien, sorpréndase quien aún sea capaz: Sánchez también va a echar mano de él, si hemos de creer lo que dice en el artículo titulado "Las razones de los nueve indultos: fomentar la convivencia en Cataluña" Carlos E. Cué, portavoz oficioso y lanzador de sondas del Gobierno desde el buque insignia de su poderosa flota mediática. Voy a entresacar y puntualizar algunas de las cosas que se dicen en este cuasicomunicado de Moncloa, ya que se presenta como un adelanto y compendio de las monsergas que nos va a asestar Sánchez el próximo 30 de junio:

    Las razones de los nueve indultos: fomentar la convivencia en Cataluña.

    La primera en la frente, o, mejor dicho, en el frente, o sea, en el titular. Este aireadísimo embuste ha sido ampliamente comentado y refutado por múltiples voces, pero creo que es un despropósito tan brutal que no necesita muchas palabras para rebatirlo, como no gastaría ni un segundo en discutir con uno que viniera a decirme que los pingüinos saben hacer raíces cuadradas: indultar a quienes atentaron gravemente contra la convivencia es todo lo contrario de fomentarla

    Se trata de una apuesta para facilitar la salida de la crisis catalana, con un mensaje para los ciudadanos que sienten un profundo desgarro por la cárcel de sus líderes, y no tanto como una medida de gracia a los propios presos [...]. Es un gesto hacia la sociedad que les vota, no hacia ellos, explican fuentes del Ejecutivo

    Esto pone los pelos de punta, porque viene a decirnos que, si una sociedad lo vota y lo respalda, el golpismo debe perdonarse y a esa sociedad que vota a delincuentes insensatos hay que alabarle el gusto y la mala elección con este tipo de guiños. ¿Cuántas veces habré oído decir a sesudos comentaristas de izquierdas, para prevenirnos contra tiranos populistas, que a Hitler también le votaron grandes mayorías? ¿Será necesario recordarle al PSOE que Franco reunía a millares de personas en la plaza de Oriente? ¿No saben las fuentes del Ejecutivo que ese Perón que arruinó Argentina tenía el respaldo de las masas? La verdad es que ya son demasiadas las veces, en este asunto y en otros, que Sánchez y su entorno nos toman por idiotas, no deberían insultar de este modo a los españoles. Lo mismo ocurre con eso de "no tanto como una medida de gracia a los propios presos": ¡hombre, no!, que no nos digan que están dando el indulto pero que en realidad están haciendo otra cosa. Termino con lo del profundo desgarro, que, aparte de ser una concesión a la cursilería hipócrita y efectista (ya me imagino a millones de indepes abriéndose las venas porque Junqueras o Romeva estén en chirona viviendo a cuerpo de rey), supone un grave desprecio hacia quienes (millones también, y muchos más, si contamos lo que debe contarse: Cataluña y el resto de España) lo que sentimos es alivio por ver que a los delincuentes que envenenan a la sociedad se les encarcela.

    Se dará mucha importancia a gestos que demuestran que hay posibilidades de iniciar un nuevo tiempo en Cataluña,  como la reciente carta de Oriol Junqueras, líder de ERC condenado a 13 años de prisión, en la que hace autocrítica y admite que la vía unilateral no sirve. También en el discurso de investidura del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en el que apostó por un referéndum pactado y no por la consulta ilegal que desencadenó los acontecimientos de octubre de 2017.

    Otro intento de tirarnos a la cara mentiras como montañas. No existe el menor indicio de que la carta de Junqueras sea una propuesta de pacificación, es insultante que se nos esté presentando ese desafío chulesco que nos ha remitido como un documento esperanzador. Lo único que nos ha dicho don Oriol es que la vía unilateral no le sirvió para sus fines, pero no va a renunciar a ellos, tan solo va a buscar otros medios. Volviendo al símil con otros actores delictivos, es como si un asesino hubiese dejado viva a una víctima después de apuñalarla y nos anunciara que, para eliminarla, renuncia al cuchillo y va a explorar nuevas vías, como la pistola, el veneno o los explosivos. Junqueras no ha dejado de insistir en sus peligrosas intenciones, y qué decir de Aragonés, que en los últimos días ha hecho ostensión de desairar al rey (sin tener en cuenta que no ofende quien quiere, sino quien puede), se ha ido a Waterloo a intrigar con Puigdemont, un demente que no pierde ocasión de dañar a España, y ya ha anunciado que mañana no estará en el Liceo para respaldar a Sánchez, al que sí que desaira, porque es el bellaco de su misma condición con el que anda firmando acuerdos: ¿estos son los nuevos tiempos que traerán los indultos? Y, por cierto, a la vista de las razones por las que se elogia a Aragonés: ¿debemos entender que el referéndum pactado es el final feliz al que se aspira con todo esto? 

    Esto es lo principal, pero el artículo es largo y representa un repulsivo panfleto destinado a embellecer y respaldar los postulados del Gobierno. Así, dedica varios párrafos a dar por hecho que estas maniobras de Sánchez están haciendo mucho daño a sus adversarios del arco político y que la manifestación de Colón del pasado día 13 fue un error que sus convocantes ya están pagando. ¿Por qué? Porque lo asegura el señor E(lordi). Tan despreciable no será esa manifestación, en la que miles de ciudadanos ejercieron su derecho a manifestar su repulsa a una nueva gran traición que prepara Pedro Sánchez, porque, si lo fuera, sus esbirros no se hubieran apresurado a intentar minimizarla con patéticas mentiras acerca del número de asistentes. Hace bien el señor Sánchez en tener miedo a esos actos, porque son el embrión de la corriente ciudadana que primero lo desalojará del gobierno y después le hará rendir cuentas por sus abusos. Algo que no están valorando bien ni él, ni el señor E., ni el resto de sus esbirros es el constante aumento de la indignación ciudadana con las extralimitaciones de este gobernante que dista mucho de ser digno del honorable puesto que ocupa.  

    Terminaré llamando la atención con el detalle más esperpéntico del artículo del señor Elordi. El penúltimo de sus apartados se titula "Interlocución al máximo nivel", el cual se personifica en Junqueras (por vía epistolar), Sánchez, Aragonés, sus respectivos jefes de gabinete (Iván redondo y Raül Murcia), Gabriel Rufián y Adriana Lastra. Si estos son los personajes que marcan el máximo nivel de este negocio, ¿qué resultados podemos esperar? 


    

martes, 15 de junio de 2021

Unas palabras de Almudena Grandes

     Confieso que no me hubiera gustado escribir este artículo. Cuando el pasado jueves fue encontrado el cadáver de Olivia Gimeno Zimmermann, la niña de seis años que semanas atrás había sido secuestrada junto con su hermana Anna por el padre de ambas, quedaron disipadas todas las dudas y supimos ya que la historia había tenido un final trágico, por la muerte de Olivia y por la más que probable de su hermanita, de tan solo un año. A esto hay que añadir el dolor que su pérdida habrá producido en su madre, familiares y todas las personas que las conocieran y amaran, dolor que sin duda ha de ser inmenso, si se tiene en cuenta que millones de personas que las desconocíamos estamos hondamente apenadas. Queda por fin la incógnita de lo que haya podido ocurrir con Tomás Gimeno, padre y asesino de las niñas, quien por un acto tan demencial y despiadado merece la condena más fulminante.

    A mi modo de ver, ante un crimen tan trágico y horrendo, las reacciones deberían quedar respetuosamente limitadas en el ámbito humano y particular, es decir, el de los sentimientos de piedad y afecto hacia las víctimas que lo han padecido y de repulsa hacia el autor y sus abominables hechos, pero la realidad es que en este caso, por desgracia, tardaron muy poco en hacerse públicas unas cuantas declaraciones y posicionamientos que, con escaso respeto hacia esas niñas y el dolor de sus allegados, extrapolaron la tragedia a una esfera social y general e intentaron instrumentalizarla en el campo de un gravísimo problema que hemos tenido la torpeza de convertir en materia de acusaciones políticas: la llamada violencia de género. 

    Al día siguiente del hallazgo del cadáver de Olivia, Irene Montero, una persona que ha dado ya repetidas muestras de no estar a la altura de su condición de ministra, trató de sacar partido de su drama y el de la desafortunada Rocío Caíz para invadir el territorio de la justicia, reclamar algo tan grotesco como una justicia feminista y defender (¿consistirá en esto esa "justicia feminista"?) a Juana Rivas, una mujer condenada en firme por el hecho probado de haber secuestrado a sus hijos. Ni vergüenza, ni respeto, ni principios, esa es la ministra Montero.

    Después salió Carmen Calvo utilizando el caso para arremeter contra quienes no creen en las leyes que ella defiende, aunque lo que dijo de ellos fue que negaban que exista la violencia contra las mujeres, cayendo una vez más en el vicio de la falsa acusación, tan habitual en la vicepresidenta. Puso también su aportación Pedro Sánchez, con una reflexión sobre la violencia vicaria, cuyo espíritu queda condensado en estas palabras: "La violencia vicaria es violencia machista doblemente salvaje e inhumana", pero no tardaron en levantarse voces que le recordaron el caso de Yaiza, la niña de Sant Joan de Espí asesinada por su madre con el fin de hacer daño a su expareja y padre de la niña, un caso que ha tenido lugar en estos mismos días, que no tuvo demasiado eco mediático y que dejó completamente en evidencia a Pedro Sánchez y sus teorías en torno a la violencia vicaria. Quiero llamar la atención sobre este término para que no se nos vaya de las manos, porque, en cuanto saltó a la luz pública, los medios se lanzaron sobre él con irreflexiva avidez, pero hubo otro efecto mucho más perverso: que, definitivamente, Olivia y Anna pasaron a un plano secundario y el hecho condenable ya no fue que existan padres monstruosos capaces de matar a sus hijos (Gimeno, Bretón, Oubel...), sino que lo hagan con el fin vicario de dañar a sus parejas, los muy machistas. Y, finalmente, llegamos a una de las cumbres: la homilía el editorial de "El País" del pasado día 12, que incurre en varias muestras de cinismo, tales como hacer mención expresa de los niños muertos a manos de sus padres, pero omitiendo el hecho de que existen tantos o más que han sido asesinados por sus madres, o el de defender que se hable de violencia machista en las aulas, una propuesta que se merece un debate algo más amplio que dos pontificales líneas en un editorial de un periódico. Pero lo más tremendo del que nos ocupa fueron sus dos últimas líneas, estas:

     Pero el país no logrará evitar nuevos casos si no destierra la cultura de dominio machista que aún pervive en la sociedad

    Me complazco en disentir con esto, porque creo sinceramente que, por fortuna, en nuestra sociedad dejó de existir hace tiempo la cultura (?) del dominio machista. Hoy en día, en lo que llamamos cultura, es decir, en los patrones de pensamiento dominantes en la sociedad, eso del dominio machista está muy desacreditado. En todos los ámbitos de convivencia, en los libros, la política, los medios de comunicación, las diversas capas sociales y su pensamiento, la educación, las artes... ese patrón de relaciones humanas es objeto de rechazo. Que se busque otro pretexto "El País" para defender lo que defiende, porque este no vale: existen sin duda energúmenos machistas y tipos que creen en eso de la dominación del hombre, pero son casos que se dan a título individual y es verdad que resultan más de los que a todos nos gustaría, pero no conforman ni mucho menos una cultura, si es que esos modales merecen tal nombre. 

    Todas estas muestras de penoso aprovechamiento político de una horrible tragedia he visto en los últimos días, y en más de una ocasión pensé en escribir este artículo, pero finalmente preferí no hacerlo. ¿Cuál ha sido la razón de que hoy me haya decidido? Una columna de Almudena Grandes titulada Gangrena. Partiendo de la consternación que le producen las tragedias de Anna, Olivia y Rocío Caíz, propone soluciones para este mal que a todos nos horroriza -a todos, no solo a ella- que incurren en los gravísimos errores en que se están empecinando las por lo demás poco eficaces propuestas del progresismo: cargarse la igualdad ante las leyes, criminalizar a los hombres por el hecho de serlo y cercenar su presunción de inocencia, ahí he enlazado el artículo para quien no me crea.  Entre todo esto, desliza una secuencia que me parece sencillamente escalofriante:

    Anna y Olivia no eran solo dos niñas, son todos los niños. Rocío no era solo una mujer, es todas las mujeres. La violencia machista es una gangrena que ataca a toda la sociedad, hombres mujeres y niños, más allá de los nombres, los apellidos de cada víctima y cada verdugo. Combatirla es tan urgente que las pequeñas arbitrariedades que pueda comportar esta lucha no deberían frenar nuestro esfuerzo

    Hasta aquí se ha llegado estos días en la instrumentalización de unos hechos trágicos: hasta el punto de tomarlos como trampolín para propuestas totalitarias tan persuadidas de su excelencia que proclaman abiertamente su disposición a la arbitrariedad. Me hago una pregunta: cuando dice que Anna y Olivia son todas las niñas y Rocío es todas las mujeres, ¿acaso piensa Almudena Grandes que sus matadores son todos los hombres? A la vista de sus planteamientos, es algo que quizás debería aclarar, así como esto otro: ¿qué clase de justicia propone? ¿Qué justicia es esa que, además de lo señalado, va más allá de los nombres y los apellidos de cada verdugo y, sobre todo, de cada víctima? A mí personalmente no me parece muy humana ni con mucho sentido. Una justicia que deje a un lado a las personas concretas, las personas de carne y hueso que viven, sienten, ríen, lloran y son felices o sufren no merece tal nombre.   

martes, 8 de junio de 2021

Junqueras nos desprecia de nuevo

     Ayer,  desde el Olimpo de superioridad al que se ha autoelevado, envió Oriol Junqueras un excelso mensaje en forma epistolar. El receptáculo que eligió para depositarlo fue doble: el diario Ara (que significa "ahora" en catalán, no tiene nada que ver con los altares romanos, aunque pudiera parecerlo en este caso) y La Sexta, pero podéis leer lo más sustancial en cualquier medio, en El Confidencial, sin ir más lejos. La sola elección de los mensajeros ya es muy ilustrativa.

    Las principales conclusiones que se pueden sacar de la cartita son estas: que a Junqueras le está haciendo pupa la cárcel y quiere salir como sea; que intenta blanquear a ese Sánchez que tanto le beneficia colando lo de la mesa de diálogo como un ejemplo de gran política, y no del chanchullo entre bribones que es; que la independencia de Cataluña sigue siendo su principal objetivo; que desprecia a los españoles (a pesar de que él lo es) y a la legalidad española, pues de sus delirios se deduce que para él los unos son el enemigo y la otra es como si no existiera. Esto se ve muy bien en algunas frases:

    -Tres cuartas partes de la ciudadanía de Cataluña defiende que la solución al conflicto político existente se resolverá votando en un referéndum

    En primer lugar, esa proporción es una mentira. En segundo lugar, al igual que en su día hiciera el separatismo vasco, Junqueras quiere presentar lo que son los planes secesionistas de unos conspiradores como un conflicto político entre dos partes situadas en el mismo plano. Si no supiéramos que nos toma a los demás por idiotas, sorprendería su reiterado uso de la palabra "conflicto" como eufemismo, porque ya la dejó muy desgastada hace años Ibarreche con su famoso plan, que fue otro ataque a la nación española. En tercer lugar, este asunto no atañe solo a los catalanes, sino a todos los españoles, porque lo que intentan Junqueras y sus secuaces es cargarse España: ¿por qué este señor se empeña en no querer enterarse de cuál es el verdadero ámbito de decisión? En cuarto lugar, todos sabemos que lo del referéndum, puesto en boca de un nacionalista, es una trampa, pues solo les valdría en caso de ganarlo; de no ser así, no pararían de insistir en que se celebrase otro, como está ocurriendo en Escocia, región que Junqueras toma como modelo.  

    -Cualquier gesto en la línea de desjudicialización del conflicto ayuda a poder recorrer este camino.

    Inenarrable: si tanto le importaba eludir los caminos judiciales, debería haber empezado por no saltarse gravemente las leyes, las cuales parece que a este señor le importan muy poco, o que se imagina que es él, como si no fuese más que un vulgar recluso encarcelado por incumplirlas, quien decide cómo se hacen, pues parece que también ha dicho que, bueno, que acepta el indulto, pero lo que habría que dar es una amnistía. La soberbia y la ceguera de este conspirador son de gran calibre. 

    Han bastado tres líneas para pillarle la intención, pero dice muchos más disparates, podéis verlos donde queráis. Sorprende el positivo recibimiento que ha tenido esta farsa en medios gubernamentales e izquierdistas. El Gobierno valora esta carta -en la que  Junqueras, por varios puntos, culpa a sus adversarios del golpe separatista- como un gesto que rebaja el enfrentamiento: lo único que quiere rebajar el líder de ERC es su permanencia en prisión. Por su parte, "El País" pone el énfasis en que Junqueras rechaza la unilateralidad, pero omite que lo hace porque ha visto que le perjudica, y minimiza el hecho de que sigue teniendo como objetivo la independencia. 

    La carta de Junqueras es una maniobra en beneficio propio y de sus planteamientos, en los que no cede ni un milímetro, por lo que no puede considerarse una buena noticia, como tampoco lo es que el Gobierno y sus voceros estén empeñados en sacarlo de la cárcel, incluso hasta el punto de valorar positivamente este gesto tan burdo como hipócrita.

    Post Data. Unas horas después de terminar este artículo, veo esta noticia: Encuentro entre Sánchez y Aragonés,  en otro foro muy significativo y que hoy rezuma euforia:  La Vanguardia. Recomiendo su lectura, pues es muy ilustrativa acerca de lo que se pretende por parte de cada cual y de bastantes más cosas. Resulta que Aragonés y Sánchez se encontraron nada menos que en la entrega por parte de Foment del Treball de un premio al conde de Godó. Sánchez habla de valentía y concordia, y Aragonés, de independencia, de amnistía y de presos políticos. Y a la vez, ambos hablan de acuerdo, cosa prodigiosa. ¿Dónde van a encontrarlo? En un referéndum pactado. Al tiempo. 

sábado, 5 de junio de 2021

¿Dónde está Isabel (Celaa, por supuesto)?


    Esta mañana, me he acercado al ayuntamiento a ver qué novedades había para ese colectivo de los jubilatas al que me honro en pertenecer y en la pizarrilla que nos tienen dedicada me he encontrado con esto:
    -Fauna urbana y veganismo: nuevas propuestas para la alimentación de los patos de los estanques.
    -¡Pasa la manguera por el otro lao, hostias! - III. Curso de supervisión de obras, nivel avanzado.
    -Ciclo cinematográfico: De Paco Martínez Soria a Alfredo Landa. La evolución del cine casposo en el tardofranquismo.
    Os lo diré con sinceridad: como propuesta de ocio, no molaba pero nada, así que me he decidido a flagelaros con otro artículo, me divierto mucho más. Andiamo.
    Confesaré que mi confianza ciega en la racionalidad, la sensatez y la inteligencia me ha llevado más de una vez a colosales meteduras de pata. El 15 de febrero de 2019 (¡hace poco más de dos años, y da la sensación de que hubieran pasado veinte!), escribí un artículo muy crítico con nuestra actual ministra de Educación titulado La gestión de Isabel Celaa, el cual finalizaba con estas palabras:
    En menos de tres meses será ministra en funciones y muy probablemente en junio será ya exministra: ¿qué futuro espera alguien con estas perspectivas para una ley hecha con precipitación meteórica, sin apenas publicidad ni debate, plagada de lagunas, con pésimos apoyos y presentada en una reunión que era más bien un funeral?
    Como interrogación retórica se salía de la tabla, reconocedlo, tal cual yo estoy dispuesto a reconocer que, si me tuviera que ganar la vida como adivino, iba a pasar más hambre que el que se perdió en la isla, que veía margaritas y se creía que eran huevos fritos. Yo pensaba e insinuaba que la señora Celaa ya jamás sería ministra: ¡ja!; yo pensaba e insinuaba que la ley que ese mismo día presentaba ante el consejo de ministros estaba destinada a gravitar eternamente en el limbo: ¡ja!
    Me equivoqué por completo: Isabel Celaa sigue siendo ministra, y de Educación, y su ley se aprobó en noviembre de 2020
    De todos modos, voy a permitirme una reconsideración. Es cierto que en los resultados, que generalmente son lo que más importa en la vida, me equivoqué, pero, si miro hacia el retrato que hice de la LOMLOE, el acierto fue pleno, relea los rasgos quien lo dude, lo que no es achacable a especiales virtudes mías, pues me limité a enunciar hechos palmarios a la vista de todos. Esto tiene sus consecuencias, y son importantes, porque tan innegable como que Celaa logró al fin que se aprobase su ley, lo es el hecho de que esta nació fuertemente lastrada por esas condiciones que yo señalé, las cuales suponen una rémora tan onerosa que a alguien con más sensatez que doña Isabel y su jefe de filas le habría animado a no seguir adelante, pero, una vez que lo que hizo ella fue tirarse a una piscina con dos palmos de agua, loa resultados han sido los esperables: que esa ley, por descabellada y sectaria, apesta a papel mojado cuando aún no hace ni un año que se aprobó. 
    En cualquier caso, esto a ella parece no importarle, porque, siguiendo el ejemplo de su jefe de gabinete, la ministra de educación parece valorar sobre todo la inmediatez, el vivir al día, los hechos consumados y la imagen de éxito, aunque solo sea una fachada. Sin embargo, un responsable público no puede permitirse el lujo de no estar permanentemente a pie de obra, porque la cosa pública requiere atención constante, y en esto la señora Celaa está cometiendo un grave error, porque, desde que consiguió a base de brazadas desesperadas llegar a la playa de que una mayoría con muy pocos fundamentos le aprobase su ley, ha desaparecido del mapa, cosa inadmisible, porque tiene múltiples asuntos a los que responder: ¿dónde está Isabel Celaa? 
    Escudándose inicuamente en la pandemia, a finales del curso pasado, se permitió el grosero lujo de amparar el aprobado general, mucho más grosero si quien se lo permitía era la máxima autoridad educativa de la nación, es decir, la persona que debería ser la primera implicada en que nuestra enseñanza tuviese o aspirase a tener unos niveles óptimos de calidad, cosa frontalmente reñida con aprobados generales y demás regalitos de tómbola educativa. Después implantó su ley, que presenta elementos muy poco tranquilizadores en lo referido a los niveles de calidad, pero en este debate, lo mismo que en el que suscitó la enseñanza concertada, la señora Celaa ya ni se dignó pronunciarse: conseguido a trancas y barrancas ese objetivo que parecía tan improbable en 2019 y sin embargo salió, ella ya se encerró en el Olimpo. Hoy, 5 de junio de 2021, llegamos a la segunda selectividad que sufre los efectos de la pandemia, pero esta vez ya sería de un cinismo insostenible defender paños calientes ante tan crucial prueba educativa. ¿Que sería de un cinismo insostenible? Está visto que nunca me apearé de mi ingenuidad innata, porque resulta que nueve comunidades (curiosamente, las gobernadas por socialistas o nacionalistas) van a permitir presentarse a la EBAU con asignaturas suspensas en junio. Ante semejante atentado a la exigencia y por tanto a la calidad de la enseñanza, ante semejante atropello a los alumnos que estudian, ante semejante desmentido de la justa valoración en nuestro sistema educativo, ¿dónde está Isabel Celaa? En el día de hoy está desaparecida, pero ya se pronunció el 23 de mayo y lo hizo, como era esperable, en el sentido más perjudicial para una educación en condiciones: parece ser que por parte de su ministerio no hay inconveniente alguno, al contrario: se recibe con satisfacción. Supongo que ella y sus asesores se imaginarán que son el colmo de la pedagogía, pero atención a esto: así que pasen cinco años (como diría el Lorca más surrealista), los alumnos que gracias a esta gracia hayan aprobado un bachillerato y quizás una selectividad para los que no estaban preparados empezarán a ver las consecuencias del engaño y de la píldora dorada. Que no se preocupe doña Isabel: son muy jovencitos y no se estarán dando cuenta de su responsabilidad en la estafa, así que lo más probable es que para entonces no se acuerden de ella.    
    En conclusión, Isabel Celaa está donde por su ejecutoria se la esperaba: justo donde no debería estar la máxima responsable educativa no ya de un país, sino tan siquiera de una aldea perdida en medio del monte. Quiero terminar este artículo haciendo alusión a un asunto sobre el que ya he hablado mucho y no procede, por tanto, otro artículo completo: la aberración de pasar a junio los exámenes de septiembre (1). A cualquiera que analice esta medida con un mínimo de objetividad le parecerá un disparate, pero cualquiera que hable con profesores en ejercicio verá que es además un abuso y una cacicada mantenida porque sí ante abrumadoras evidencias de lo que perjudica, que es mucho. Los síntomas más evidentes e irrefutables son estos: desde que se puso en pie, en los institutos el último mes se ha convertido en un un demencial maratón de exámenes; condicionado por lo anterior, los días en que se imparte materia (es decir, en que se enseñan cosas, no en que se examina sobre ellas) en el tercer trimestre han quedado drásticamente reducidos, un ejemplo palpable y comprobable lo tenemos en el presente curso, en el cual, dado que las vacaciones de Semana Santa terminaron el 5 de abril, ha habido menos de mes y medio de clases regulares no interferidas por exámenes, mes y medio durante el cual, además, en toda la nación española ha sido fiesta el uno de mayo. Aunque no tiene competencias en el asunto, ¿qué opina Isabel Celaa, ministra de Educación, sobre esto? Si se pronunció el año pasado con determinación a favor del aprobado general y de la lenidad con la EBAU, también podría hacerlo en este caso. 

1.- Este es, si no me equivoco, el último artículo que escribí sobre la cuestión:
    Enlazo en él todos los anteriores, lo cual suministra una abundante información sobre la historia y la evolución de este atentado contra la buena práctica docente y los intereses de los alumnos que suspenden a lo largo del curso regular.