Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

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domingo, 28 de febrero de 2021

El nuevo director general de RTVE y la educación

     A los que estaban convencidos de que  nada es para siempre, empezaban a tambaleárseles los principios gracias a Rosa María Mateo, pero el drama no se ha consumado, ya que la señora Mateo, que transmitía la impresión de ir a eternizarse en el cargo, acaba de ser relevada. Esta profesional deja un balance lamentable de manipulación, servilismo ante el Gobierno o los partidos afines y tendenciosidad, vicios en los que, para encontrar comportamientos parecidos a los de la RTVE que ella ha dirigido, tengo que retrotraerme a los telediarios de antes de 1975, y lo digo con conocimiento de causa porque en su día los vi. Para colmo, llegó al punto de adornarse con algo imperdonable en un sello televisivo estatal: la grosería, cuyo más aquilatado ejemplo fue aquello de asestarle a una niña una venganza tan indecente como el cartelito aquel de Leonor se va de España, como su abuelo, obra de Bernat Barrachina, uno de esos independentistas (¿del PSC?) asilvestrados que inexplicablemente pastan en el pesebre de la odiosa televisión española. Otra muestra de lo bajo que ha caído RTVE con Mateo: programas como el de Mónica López o Jesús Cintora.

    ¿Los suprimirá José Manuel Pérez Tornero, sustituto de Mateo? Sería un acierto, ya que en una democracia los medios públicos no deben ser partidistas. Habrá que esperar, pero los comienzos de Pérez Tornero son poco alentadores, pues se presenta en una operación con un reparto de candidatos a consejeros con demasiadas sombras. Pérez Tornero tiene mucha experiencia en televisión y cuenta entre sus méritos con haber sido el responsable de un programa de la categoría de La aventura del saber, y es que es un personaje tan vinculado al mundo de la comunicación como al de la educación. A propósito de este último, buscando información sobre él, encontré un documento titulado Las escuelas y la enseñanza en la sociedad de la información. Leyéndolo he visto algunas cosas que merecen ser comentadas. 

    La tesis principal que mantiene Tornero es que en el mundo de hoy los centros educativos ya no son los únicos que controlan la distribución del saber social, así que "su capital-conocimiento tiene que competir con el capital-conocimiento generado autónomamente por el sistema industrial, financiero y militar -que ha desarrollado sus propios centros de investigación y de divulgación- y con el que producen y mantienen los media. Especialmente, estos últimos se han convertido progresivamente en el nuevo soporte del conocimiento público". Esto ha supuesto un cataclismo para la escuela, pues debido a ello su capacidad de "mantener a los niños en un ámbito controlado de educación y aprendizaje resistente al mundo exterior ha declinado mucho", tanto es así que sus muros se están cayendo, como advirtió McLuhan en 1960 (se equivocan los muros de millones de colegios e institutos que siguen en pie: si McLuhan dijo hace 61 años que se están cayendo, es que andan por los suelos, a ver si va a saber más una pared de ladrillo que un sabio como McLuhan). Y remacha Tornero: "La sociedad se está quedando sin aulas, es decir, sin esos espacios cerrados, controlados y reservados en los que el saber fluía verticalmente del maestro a los alumnos". La escuela es una antigualla "escriturocentrista" tradicional, con profesores que ignoran que ya no son los depositarios del saber y que transmite unos conocimientos que no son nada prácticos.  Menos mal que el señor Tornero está al quite y tiene un buen manojo de soluciones: "apuesta por la renovación", "participación de la comunidad entera en la educación", "superación del modelo fabril", "renovación tecnológica de la escuela", "redefinición del rol del profesorado"... Sí, exactamente esas cosas y con esas palabras. Lo habéis pillao: el nuevo director general de RTVE es un experto en educación

    Y, como buen experto, tropieza en las piedras favoritas de este colectivo: pontificar sobre la escuela con todo desparpajo sin tener ni p _ _ _  idea de lo que es ni para qué sirve, ir de renovador y basarse en dogmas de los tiempos del cuplé, aparentar que intenta mejorar la escuela cuando lo que quiere hacer es favorecer sus intereses y, por último y aunque hay más cosas, partir de un retrato falso de la escuela para fundamentar sus propuestas o, dicho en otras palabras, crear un falso problema para sacarse de la manga soluciones innecesarias que solo van en su propio beneficio.  

    Si las propuestas del innovacionismo educativo ya eran en general absurdas y nada innovadoras en el año 2000 (año en que Tornero escribió su artículo y en el cual los heraldos de la aniquilación de la escuela a manos de las nuevas tecnologías se pusieron especialmente milenaristas), el baño de realidad que supuso el obligado cierre de las aulas de 2020 ha dejado al descubierto su penosa falsedad: leído hoy, lo que dice Tornero resulta patético; hoy en día, quien no reconozca la solidez de la escuela y la supremacía de la enseñanza presencial, de la figura del profesor y de su contacto directo con el alumno, o es muy ignorante o es muy cínico. 

    A mí particularmente siempre me ha molestado mucho el cinismo con que los innovadores basan sus disparates en caricaturas de la escuela. La que utiliza el señor Tornero consiste en presentarla como una decrépita fortaleza que se cae a cachos, anticuada, dogmática, cerrada en sí misma y peleada con toda fuente de saber que no sea ella misma. La escuela de su artículo se parece enormemente a un tétrico hospicio dickensiano en el que unos monjes necios y cerriles encadenan a los pobres niños en su cárcel de ignorancia. Frente a eso, ¡hale hop!, se saca de la chistera sus milagrosas propuestas, y, claro, no hay color: ¿quién no iba a preferirlas? Pero su problema es que la escuela de hoy no es ese espectro que él pinta; la escuela de hoy no está reñida con otras fuentes de saber, sino que las respeta, colabora con ellas y hasta les abre sus puertas e incluso es plataforma hacia ellas; la escuela de hoy no está reñida con las nuevas tecnologías, sino que se sirve de ellas: televisión, vídeo, pizarra digital, ordenador, cañón de proyecciones...: todos se utilizan o se han utilizado en la escuela, quizás el problema que tienen algunos es que les cuesta admitir que esos cacharros no son los amos y señores, sino que les toca aceptar el papel de simples auxiliares, al lado de doña pizarra o de don pupitre, es más: las ínfulas que tenían los ordenadores han quedado muy rebajadas cuando se ha visto que, como sustitutos de la enseñanza presencial, han dejado mucho que desear; la escuela no es un penal de paredes infranqueables, ni a la cultura ni a las personas, sino que está abierta a todo conocimiento y a transmitir los que sean apropiados a su ámbito y al nivel de sus alumnos; las aulas no son mazmorras, sino espacios donde el saber se transmite y se trabaja con él, los más apropiados para ello; en la escuela, los chicos no están amarrados al duro banco, porque es muy polivalente y en ella se abordan conocimientos múltiples, con metodologías múltiples y en espacios muy diversos; los profesores no son druidas ni sumos sacerdotes depositarios del saber sagrado, sino personas normales que tienen una formación especializada y un conocimiento amplio de distintas áreas del saber y lo transmiten a sus alumnos en las complejas facetas de cada uno de esos saberes, así que pecan de una enorme soberbia los enteraos como el señor Tornero que se permiten desde fuera disponer cómo debería ser el oficio y el desempeño profesional de otras personas; la escuela no les disputa espacios educativos a la industria, las finanzas o el ejército, porque tiene el suyo propio, muy amplio, importante y fecundo, y con las particularidades y sutileza suficientes para que en él solo puedan trabajar quienes están capacitados para ello, no la sociedad en comandita ni el primer aficionado que llegue, y creo que esto es un aspecto muy importante, porque la educación no es ninguna broma, sino una interacción humana que implica mucho para quien la recibe y debe, por tanto, ser respetada y ejercida con conocimiento

    El problema que tiene el señor Tornero quizás sea que nos atribuye a otros actitudes que son suyas. Cuando dice eso de que el capital-conocimiento de la escuela tiene que competir con el capital-conocimiento de no sé quién, me quedo con la boca abierta: me he pasado treinta y cinco años trabajando en la escuela y ni yo, ni los centenares de colegas que he tenido, ni los centros en que he trabajado tomados como institución hemos tenido jamás el posicionamiento de ir a competir con nadie ni de que nuestro conocimiento fuera un capital: la nuestra era otra onda, la de instruir, la de educar, la de prestar un servicio a la sociedad. Por esto decía antes que el señor Tornero no tiene ni p _ _ _  idea de lo que es esa escuela sobre la que se ha montado tan florido artículo, ni de lo que se hace en ella, ni de la intención y objetivos con que se hace. Así no hay manera de que nos entendamos, de verdad, y con los tecnócratas que meten el cucharón en el mundo de la escuela siempre pasa lo mismo: entran pensando en balances, dividendos y cosas así, sin entender que no se trata de eso. Si miramos el currículum de José Manuel Pérez Tornero (colaboración con Planeta, desempeño en el mundo de lo digital y lo audiovisual...), a lo mejor es esto lo que ocurre: cuando habla de educación, en realidad está pensando en negocio. Tiene todo el derecho del mundo a pensar en sus negocios, pero a lo que no lo tiene es a falsear la imagen de la escuela.  

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martes, 23 de febrero de 2021

El héroe olvidado del 23-F

     Se ha conmemorado hoy el cuadragésimo aniversario del intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Sobre aquel evento histórico, como no podía ser menos dada su importancia, existen multitud de documentos y análisis, pero, para los españoles que lo vivimos y lo contemplamos con temor e incertidumbre, los hechos fundamentales fueron estos: que, a las 18:23 horas de aquel día, un contingente de guardias civiles comandado por el teniente coronel Antonio Tejero irrumpió en un pleno del Congreso, secuestró a los diputados y anunció que aquello era el inicio de un vuelco en el rumbo político de España; que aquel atentado contra la soberanía nacional fue seguido por una trepidante pugna entre los conspiradores y quienes desde las instituciones se volcaron en frenarlos, con un delicado punto clave: la adhesión al golpe de las capitanías generales y las unidades más potentes del Ejército español, pues, si se extendía, el golpe triunfaría, pero, si se frenaba, habría sido derrotado; que, a la una de la noche del 24 de febrero, el rey Juan Carlos apareció ante los medios de comunicación leyendo un comunicado en el que lo esencial era la orden a todas las unidades y mandos militares de mantenerse fieles a la legalidad y la Constitución. A partir de ese momento, se acabó el golpe; a los sublevados solo les quedó el recurso del derecho al pataleo, que ejercieron demorando unas horas la liberación de los parlamentarios. 

        Después vino la complicada reposición de la normalidad política, el juicio, las investigaciones primero judiciales y después históricas y, al menos hasta ahora, las distintas interpretaciones acerca de quién impulsó el golpe, quiénes sabían o no de su gestación (y hasta qué punto) y quiénes estuvieron o no implicados en ella (y hasta qué punto). Como se conocen muchas cosas, pero también se ignoran muchas, las teorías son múltiples y de muy diverso signo, y hasta se da el caso de que resultan plausibles las más dispares. Esto es realmente sano, un inequívoco signo de sociedad libre, plural y viva. Por esto último, aunque no sorprendan, resultan abominables las reacciones que hoy han hecho públicas la confabulación de grupúsculos totalitario-separatistas y el kafkiano universo podemita, por boca de ese líder cuántico que tienen, que puede estar a la vez en un acto institucional del odioso régimen del 78 y en la trinchera de héroes que nos van a descargar de su yugo. Con su alta capacidad para la insidia, unos y otros sostienen lo que ya sabéis: que lo que ya han bautizado como régimen del 78 es una podrida dictadura, y para demostrarlo citan su último acto despótico: el haber encarcelado a esa inocente criatura llamada Pablo Hasél, con acento en la "e". 

    La mención de Hasél y los otros héroes me ha recordado a Francisco Letamendía, uno de los mayores energúmenos que el aberchalismo ha colocado en las Cortes españolas. Como cofundador de HB, puede sentirse orgulloso de haber hecho mucho en favor de la causa de la violencia y a finales de los setenta se dedicó sistemáticamente a defender la de ETA y sus aliados y a lanzar incendiarias provocaciones contra todo lo español. Letamendía era el más aberchale, el más furibundo, el más indignado, el más más antifacha. Pues bien, ¿qué hizo este héroe olvidado el 23 de febrero de 1981? Se metió en un barco y salió pitando a ponerse a salvo en aguas internacionales. Contra la tolerancia de una democracia, un auténtico león; contra el verdadero fascismo, un patético ratón. Los separatistas, los podemitas (es decir, los aliados del PSOE de Sánchez) y Hasél me recuerdan al heroico Letamendía que tronó contra la democracia; esperemos no tener la mala suerte de que un día, por sus  excesos, aquí vuelvan a venir mal dadas y veamos que, mientras otros apagan los fuegos, ellos corren a salvar el c_ _ _ en su agujeros. 

jueves, 18 de febrero de 2021

Pablo Hasél y sus defensores: ¿el nuevo Rodrigo Lanza?

     Empezaré por decir que, si Pablo Hasél es músico, yo soy técnico de gas. Lo segundo que diré es que no os recomendaría que me llamaseis si se os estropea el calentador o la caldera. Para lo de la condición "artística" de Pablo Rivadulla Duró (su verdadero nombre), encontraréis sus producciones en internet; para conocer mejor al personaje y su inequívoco perfil violento, podéis pulsar aquí, mientras que, si lo que queréis es constatar que se le envía a la cárcel por la basura que segrega por la boca y por sus delitos y es una flagrante mentira todo ese montaje de la libertad de expresión, podéis mirar aquí y aquí. Tampoco dice mucho en su favor el hecho de que, en un intento tan vano como estúpido de eludir la prisión, haya retratado su cobardía implicando y salpicando a otras personas y organizaciones. Que esto haya concluido en los lamentables disturbios que estamos presenciando no es sino una dolorosa muestra más de que España está cada vez más desquiciada: se echa uno las manos a la cabeza cuando ve la revolución que se ha montado por defender a un personajillo de los patéticos méritos de Hasél y sobre el engaño de que lo que se hacía era defender la libertad de expresión; le entran a uno ganas de llorar ante el hecho de que, por responder al vergonzoso llamamiento de Hasél a la protesta, una persona haya perdido un ojo. Esto hace que merezca la pena un breve repaso recopilatorio de los valedores que le han salido a este genio de la lírica.

    Los manifestantes.- Poco que decir para cualquiera que haya visto la televisión: una violencia tan desmesurada como injustificada, que sigue la línea de los borrokos del independentismo vasco y sus actuales émulos del separatismo catalán. La cínica presión de los sectores más corrosivos de nuestra política y la blandura de algunos gobernantes nos han llevado a una situación en la que esta permanente revolución de ninis asilvestrados resulta cada vez más alarmante, con el inri de que luego algunos dicen  que la violenta es la policía. Para acabar de clarificar las cosas, hubo también actos de saqueo.

    Carlos Puigdemont.- En su penosa carrera por salvar el trasero, que le lleva a apuntarse a cualquier jaleo que le permita figurar, Cocomocho fue uno de los primeros en brindar su apoyo estos días al inocente Hasél, y lo hizo en un correo que difundió entre los eurodiputados, en el que, con tal de escupir sobre España, solo le faltó hablar del penalti de Raúl contra Francia. Ojo con lo que le espera a Pigdemont, que ya no lo quieren ver ni en La Vanguardia.

    El maravilloso mundo de la podemia.- Esto ya es más grave, porque estamos hablando de un partido que forma parte del Gobierno de España. El buque insignia ha sido su portavoz parlamentario, Pablo Echenique, cosa que no extraña en este aspersor de maldades profesional, un resentido de libro que parece disfrutar viendo crecer la destrucción, pero después le han seguido otros como MayoralIsabel Serra o el Ayuntamiento de Barcelona. Es muy significativo este último apoyo, primero, porque, además de Junts, los de Coláu y ERC, lo firma el PSC, el del efecto Illa: la hipocresía y el cinismo de este partido son difíciles de superar; segundo, por las filigranas de otros maestros de la hipocresía, los chicos de Coláu, que defienden a Hasél y a la vez condenan la actuación policial; tercero, por el más difícil todavía: ¿alguien puede explicarse que el Ayuntamiento de una ciudad arrasada por una horda de energúmenos tome la más ínfima disposición en su defensa? Una demostración más de la demencia en que se ahoga Cataluña, que cada vez se hace más extensiva al resto de España.

    Los rectores catalanes.- Si se había abierto un circo de la hipocresía, no podían faltar estos señores, que se han descolgado con un comunicado que podéis leer aquí. Es muy grave lo de los rectores: tirando por elevación, se decuelgan afirmando defender la libertad de expresión, y lo hacen sacando la cara por un energúmeno como Hasél, que además se permitió instrumentalizar una de sus universidades. Que los rectores del separatismo aprovechen la más mínima para azuzar el lío no me sorprende ya, pero que parezca que unos personajes tan cultos no leen los periódicos... Por otra parte, no deja de ser curioso que se desgarren el pecho por defender la libertad de expresión de alguien como Hasél pero se hayan hartado de zancadillear en sus campus la de organizaciones como S'hacabat.

    Vemos, pues, el retrato del actual ruedo ibérico que arroja la indecente transmutación de un delincuente condenado por sus actos en mártir de la libertad de expresión. No es alentador, no solo por la abundancia de alegres partidarios de la violencia, la mentira y la manipulación, sino porque a ellos se hayan unido personajes como los rectores de una serie de universidades, ya que de estas se supone que deberían ser templos de la verdad, la inteligencia, el sentido común, la moderación, y la defensa razonada de las ideas: ¿en cuál de estos campos sobresale Pablo Hasél? Más grave aún es que un partido que está en el Gobierno se haya pronunciado masiva e inequívocamente en favor de un delincuente y de la violencia: ¿cómo es posible que Unidas Podemos siga ni un minuto más rigiendo los destinos de la nación? ¿O es que el desaparecido Pedro Sánchez comulga con sus puntos de vista? 

    Lo ocurrido con Pablo Hasél no justifica de ningún modo el enorme conflicto y la cascada de reacciones y declaraciones desaforadas que ha provocado. Está claro que todo ha sido -está siendo aún-  un colosal montaje para lo que persiguen sus instigadores: erosionar la normalidad, la legalidad, la paz y la convivencia en España. La ultraizquierda histérica que padecemos es especialista en estas operaciones, recordemos el caso de Rodrigo Lanza y la infame campaña que tuvo como pieza estelar la indigna película Ciutat morta. En aquel asunto, en el que un policía fue víctima de una agresión que lo dejó en estado vegetativo, también hubo protestas de los agitadores antisistema, que presentaron a Lanza como víctima del poder y de un montaje policial. Años después, Lanza demostró su verdadera naturaleza en un crimen de odio político, cuando mató de forma vil y traicionera a un hombre llamado Víctor Laínez. Leed este último enlace y veréis como todo os suena: los métodos, las mentiras y los personajes: Iglesias, Coláu, Asens, Mayoral... La historia de Lanza, repulsiva y de resultados trágicos, desenmascaró a la perfección los procedimientos y los propósitos de estas camarillas: ¿hasta cuándo van a seguir zarandeándonos?  El insostenible coqueteo de España con el delirio es cada vez más peligroso.

lunes, 15 de febrero de 2021

¿Esto era el efecto Illa?

     ¡Pues vaya chasco! No voy a hablar mucho sobre las elecciones catalanas de ayer, porque la verdad es que, cuando los números son incontestables, hay poco que decir, y os dejo aquí los grandes números de la consulta para que veáis lo claros que son: 

Partido

Elecciones 2021

Elecciones 2017

PSC

33

17

ERC

33

32

Junts x Cat

32

30

Vox

11

--

CUP

9

4

Comunes

8

8

Ciudadanos

6

36

PP

3

4

    Claros como la luz del día, ¿verdad? No dejo el número de votos ni voy a hacer comparaciones con ellos porque, con una diferencia de casi 24 puntos en la abstención, motivada por razones muy complejas y en buena parte no políticas, sería razonar de manera falaz. 

    La conclusión es clara: no estamos mejor, ni siquiera igual, estamos peor, así que, si esto era el famoso efecto Illa, Dios nos libre de él. El gran problema de Cataluña es el separatismo golpista, encarnado claramente en tres de las fuerzas presentes en el parlamento autonómico: ERC, Junts x Cat y la CUP, las cuales, en 2017 juntaron 66 escaños y en 2021 han conseguido 74. Y punto. Y hay un dato que puede parecer secundario, pero que considero muy significativo y bastante desalentador: que un partido tan radical, fanático y desquiciado como la CUP haya sacado más del doble de los diputados obtenidos hace cuatro años. Parece, por tanto, que hay otra cosa absolutamente clara: lo que ha sucedido desde 2017 hasta hoy no solo no ha frenado el golpismo separatista, sino que lo ha fortalecido y radicalizado. Da la impresión de que estos señores se sienten aún con más derecho que entonces a cargarse la convivencia, pisotear las leyes y ejercer la violencia.

    ¿Y cuáles son las cosas más significativas que han ocurrido en este campo durante esos años? Básicamente, dos: un 155 blandito de Rajoy incapaz de disuadir y que, por tanto, no sirvió para nada y una genuflexa actitud pactista de Sánchez, con bochornosos encuentros con Torra y la demencial mesa por el diálogo, cuyos efectos inmediatos, aparte del "efecto Illa", son los proyectos de gobierno separatista y de poner en marcha cuanto antes la mesa de diálogo -en condiciones que los de ERC creen favorables para ellos- que he percibido en declaraciones de los ganadores de facto salpicadas aquí y allá. 

    Todo entra dentro de una lógica elemental de la que parecen no haberse enterado Rajoy, Sánchez, ¿Casado? y ciertos sectores políticos e informativos: cuando alguien se salta los límites, hay que hacérselo pagar cuanto antes para que desista; si, por el contrario, se le trata con benevolencias, comprensiones, apaciguamientos y signos de temor, lo único que se consigue es que se sienta fuerte y con impunidad para seguir rompiendo los límites. El problema catalán es gravísimo y ya ha producido y sigue produciendo consecuencias tan desastrosas como el 1-O o el hundimiento de la paz social en Cataluña. Es indiscutible que la táctica del avestruz solo ha servido para agravarlo. Dejemos pasar el tiempo y esperemos a ver con qué exigencias se descuelga Pere Aragonés dentro de una semana. Quizás entonces algunos empiecen a darse cuenta de que esto no se arregla con palmaditas en la espalda de quienes queman contenedores, cortan calles a diario y someten o acosan a quienes no piensan como ellos. 

sábado, 13 de febrero de 2021

Algo falla en nuestra democracia, tiene razón Pablo Iglesias (como ya muchos han señalado)

     Como soy catalán y hoy es la jornada de reflexión para las elecciones autonómicas catalanas, voy a hacer una pequeña reflexión en este artículo. El pasado día 8, Pablo Iglesias hizo públicas unas declaraciones en las que sostuvo que en España no hay una situación de plena normalidad política y democrática, declaraciones en las que nuestro tóxico vicepresidente del Gobierno se ratificó, dejando bien clarito en qué manos estamos. Si atendemos a los hechos que voy a referir a continuación, no puedo estar más de acuerdo con él.

    -Día 6 de febrero de 2021. Un acto de campaña de Vox es atacado por independentistas en Vic:

Tiran piedras y huevos contra un acto de Vox en Vic y una persona se encarama a un coche de la comitiva | Cataluña | EL PAÍS (elpais.com)

    -Día 7 de febrero de 2021. Un acto de campaña de Vox es atacado por independentistas en Salt:

Lanzan piedras contra Santiago Abascal en Salt - YouTube

    -Día 8 de febrero de 2021. Un acto de campaña de Vox es atacado por independentistas en Barcelona:

Nuevo acto de acoso contra Vox en el centro de Barcelona (abc.es)

    Después, que yo sepa, no hubo nada reseñable, pero la razón -y me da igual que haya quien piense que soy demasiado suspicaz- fue que los "incontrolados" de Cataluña están en realidad pero que muy controlados por quienes cortan el bacalao en aquella región, y a la tercera se dieron cuenta por fin de que esto, al contrario que otros abusos como los silenciados cortes diarios de la Meridiana que llevan meses provocando Arran y compañía sin que la Generalidad ni Colau hagan nada, estaba trascendiendo y les podía perjudicar.

    Es evidente que, si en un momento tan emblemático de la democracia como son las campañas electorales, en un país se da tal proliferación de violencia contra quienes piden el voto, en ese país la democracia tiene un problema. Y, como todos sabemos, este tipo de ataques no se han dado solo en la actual campaña catalana, sino que hubo incidentes parecidos en las municipales catalanas de 2019 (Valls y Álvarez de Toledo acosados por independentistas), en las elecciones vascas de 2020 (mitin de Vox atacado en Bilbao; la diputada de Vox Rocío de Meer recibe una pedrada durante un acto electoral en Sestao); en distintos momentos de 2018 (grupos independentistas sabotean un acto de Ciudadanos en Barcelona, sabotaje, que por cierto, fue celebrado por ese Puigdemont por el que el vicepresidente Iglesias va sacando la cara; Ciudadanos es atacado en Alsasua), etc. 

    Sería agotador hacer una lista de los innumerables actos de violencia perpetrados solo en los últimos años por separatistas catalanes o vascos (1), actos que siempre han tenido como blanco a partidos o ciudadanos que no han hincado la rodilla ante sus abusos. Si Pablo Iglesias los desconociera, estaría incapacitado para ser vicepresidente del Gobierno, pero lo que pasa en realidad es que los conoce, todo hace pensar que en realidad los aprueba y ha decidido ignorarlos para permitirse reventar alegremente el prestigio internacional de España (cosas las cuatro que lo incapacitan más todavía), ante la pasividad de ese dudoso presidente del Gobierno llamado Pedro Sánchez, que en 2019 se mostraba muy preocupado con las posturas de Podemos sobre los presos independentistas (vedlo aquí), pero poco después se alió con ellos y en 2021 no ha hecho lo que debería haber hecho ya con un vicepresidente que ataca a su propia nación: cesarlo. 

    Desconozco cuál será el resultado de las elecciones de mañana, pero me parece una cuestión secundaria ante el hecho de que una facción política -como siempre, la nacionalista- haya sembrado de violencia la campaña electoral. Y hay otra cosa igualmente grave: la tranquilidad cómplice con la que desde hace un tiempo excesivo están aceptando nuestros gobernantes, demasiados medios de comunicación y buena parte de la ciudadanía estos repugnantes ataques contra la convivencia y el estado de derecho. Ciertamente, algo falla en nuestra democracia.

1. Dejo aquí algunos artículos míos con datos concretos:

-A cantazo limpio. Incluye el chiste de Pablo Echenique sobre la agresión a Rocío de Meer.

-La Generalidad de Cataluña y la violencia política.

-Bon Nadal y puta Espanya.

-Enseñanzas de Alsasua.

-Inés Arrimadas, los ataques obscenos y la prensa española

-El fascismo va cada vez más en serio. Para que se vea que la violencia nacionalista no acabó cuando cesó la kale borroka, sino que lleva años renacida.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Escuela y (tran)sexualidad

 Aparece hoy en Vozpópuli un artículo que informa sobre un programa de educación sexual que el Ayuntamiento de Baracaldo va a llevar a cabo en los centros de primaria de la localidad, en colaboración con Naizen, una asociación de familiares de transexuales. Esta iniciativa, que afectará a 1.300 alumnos, ha sido objeto del frontal rechazo y la denuncia de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, principalmente, porque considera que los materiales que utilizará Naizen manejan una terminología adoctrinadora en materia de identidad sexual. Vuestro amigo el guachimán, en su incansable desvelo por descubrir la verdad y ponerla ante vuestros ojos en su resplandeciente desnudez, ha entrado en la página de Naizen, donde ha encontrado un apartado que tiene el nombre de PARA PEQUES. ¿Soy niña o soy niño? -ayayay el titulito...-, ha pulsado y lo primero que se ha encontrado, junto con un dibujito grande muy mono, ha sido esta sucesión de frases, escritas en diversos formatos:

-Niñas con pene y niños con vulva. 

-No eres chica o chico, por tener el pelo corto o largo, por jugar con muñecas o balones, por tener pene o vulva.

-No eres chica o chico porque te lo digan los demás.

-Yo soy chica porque sé que lo soy. Y sólo yo puedo decir qué soy, quién soy.

-Yo soy chico porque sé que lo soy. Y sólo yo puedo decir qué soy, quién soy.

    A continuación, viene el desarrollo de esa "guía rápida para peques", como se define en el enlace, con el postre fuerte de los cuatro dibujitos del final. Es, sencillamente, para quedarse sin respiración: como ser humano a secas, como padre o como profesor con treinta y cinco años de experiencia, imagino el estropicio que la exposición de estas más que discutibles doctrinas puede causar en un aula (mayor cuanto menores sean sus alumnos) y me echo a temblar. Esto es adoctrinamiento puro y duro, y en un campo tan delicado y personal como el de la sexualidad. Tiene toda la razón la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, cuyos planteamientos podéis ver en los enlaces que os facilito, pero debo hacer una seria matización a sus propuestas: esta ofensiva de los sectores más integristas del mundo trans y LGTBI+ no es perjudicial solo para las mujeres, lo es para toda la sociedad, muy en especial y en este caso que nos ocupa u otros similares, para los menores, a los que estamos obligados a proteger contra todo proselitismo. 

    En mi artículo titulado Unas observaciones sobre el pin parental (1), lancé una seria advertencia sobre ciertas asociaciones y personas que mosconean en torno a los centros y aprovechan la grieta de la colaboración extraescolar y las áreas transversales para colarse en ellos y sembrar su mercancía ideológica. Aunque las hay de todas las clases, hoy en día las más activas tienen que ver con materias como el feminismo o la definición sexual (2) y este episodio de Baracaldo es solo un ejemplo. En ese y en otros artículos míos he señalado que es perfectamente lícito y comprensible que los padres se rebelen contra estas manipulaciones y también que los centros como instituciones y los docentes como profesionales estamos obligados a una firme vigilancia para impedir que nadie entre en las aulas para decirles a los alumnos que tienen que hacerse, lo bonito que es hacerse o cómo hacerse heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, asexuales, cristianos, musulmanes, sintoístas, ateos, calvinistas, animistas, budistas, derechistas, izquierdistas, podemitas, comunistas, fascistas, democristianos, socialistas, independentistas, pujolistas, feministas, machistas, pastafaris o cualquier cosa que represente una de esas opciones que están adscritas al exclusivo y sagrado ámbito de la libertad personal. A la escuela se va a aprender, no a ser adoctrinado o inducido a la duda y la confusión sobre cosas tan íntimas y trascendentales como la identidad sexual. Y desde aquí lanzo una duda: en vista de que algunos se están poniendo muy beligerantes con transfobias, homofobias y demás, ¿no sería ya el momento de que se empezase a hacer lo mismo con todo aquel que intentase arrimar a su molino a la infancia y juventud en cuestiones que atañen a su íntima libertad personal? No creo que ninguna asociación, ayuntamiento, consejería, partido, club de animación erótica o gabinete psicológico tenga el menor derecho a entrar en un aula a insinuarles o decirles abiertamente a los niños que pueden andar con experimentos en materia de identidad sexual. A estos efectos, siempre he sido muy partidario de que se ejerza una drástica limitación sobre los colaboradores externos que entran en los centros, porque juegan con la ventaja de no estar sometidos al control de responsabilidades, cosa que les permite cualquier alegría y yo encuentro inexplicable. Me parece sensatísimo que un profesor deba rendir cuentas si intenta adoctrinar a sus alumnos, les dice cualquier disparate o, ya no digamos, se atreve a meterse en harina con su sexualidad, y los colaboradores externos tienen que recibir exactamente el mismo trato.

    Hoy en día observo con mucha inquietud que son demasiados los grupos de presión y/o ideológicos que están dispuestos a echar sus redes en la escuela y no estoy muy seguro de que todos nuestros gobernantes entiendan que eso no puede hacerse ni permitirse. 


1. Unas observaciones sobre el pin parental.

2. Aquí dejo otros artículos en los que toco el tema de la pertinaz obstinación de estos sectores ideológicos por parasitar la educación de nuestros niños y jóvenes:

-Pseudofelación en Huércal-Overa.

-Ley trans: cuidado con la confusión entre sexo y género.

-La Generalitat valenciana y la identidad de género.

-Sobre la escuela feminista de Yera Moreno y Melani Penna.

-La manipulación del sexo y el género en la enseñanza.


domingo, 7 de febrero de 2021

Un repulsivo editorial de "El País" sobre la Ley Trans

  Tan solo quince días después de mi artículo sobre la disparatada ley trans que pretende colarnos el ala radical del Gobierno, leo un editorial de "El País" que confirma la sospecha que allí expresé: que el debate va a ser duro. De su lectura se desprende que a este medio las líneas generales de la propuesta le parecen maravillosas, sobre todo, la esencial, que es precisamente la más insostenible, la más polémica y la que hará que esta ley nunca llegue a entrar en vigor: el asunto de la autodeterminación, ya sabéis, esa barbaridad de que para cambiar de sexo sea suficiente con que uno vaya al registro y lo diga. "El País" tiene todo el derecho del mundo a mantener esta postura, que argumenta con una serie de razones las más de las veces vagas o inexactas que no voy a discutir, pero lo que no puede hacer es caer una vez más en ese vicio tan del gusto de este periódico: la descalificación de los que no piensan igual, que se concreta en la siguiente frase:

    El debate tiene un fuerte componente ideológico y raíces sociales y generacionales que van mucho más allá de todo eso, con argumentos liberales que se alinean con la posición de Podemos, y otros reaccionarios que, paradójicamente, apoyarían la del PSOE.

    Haciendo una vez más uso de la potestad que un día Dios concedió a este medio de extender credenciales de buenos y malos, de progres y fachas o de liberales y reaccionarios, con solo estas tres líneas, deja el asunto zanjado: póngase usted del lado de lo que dice Podemos -o sea, de la Ley Trans-, pues, de no hacerlo, será usted un reaccionario. ¡Qué fácil es arreglar el mundo cuando se está en posesión de la verdad! Ahora bien, lo que el PSOE, Carmen Calvo (por una vez, estoy de acuerdo con ella) y me temo que millones de ciudadanos sostenemos es que sería un disparate promulgar una norma en que cada cual pudiera establecer su sexo según su mera percepción subjetiva, despreciando lo que su naturaleza anatómica determinase, así que se me ocurre una pregunta para el editorialista del "El País": ¿desde cuando son reaccionarias la lógica, la sensatez y la objetividad?

    "El País" se toma la libertad de afirmar que "en términos generales, la autodeterminación representa un avance para quienes tengan una visión progresista y liberal de la sociedad" y parece imaginar con una apreciación tan frívola que con eso queda demostrada la excelencia de la autodeterminación, pero está claro que no demuestra nada, porque quedan un montón de preguntas en el aire: ¿por qué razones objetivas la autodeterminación representa un avance? ¿Por qué saben ellos que todos los progresistas y liberales así lo creen? ¿Por qué tendría que bastar para que la autodeterminación fuese beneficiosa el que les gustase a los progresistas y liberales? ¿Es que los progresistas y liberales no se equivocan nunca? Como ya señalé en mi anterior artículo, la ley propuesta es una orgía de disparates y un establecimiento de privilegios para los trans (al contrario de lo que sostiene "El País") y quien piense que no es así debería presentar razones objetivas de peso, no una santificación basada en que la ley va a gustarles mucho a los progresistas y los liberales: esto no es cuestión de gustos, sino de regular normas sociales que afectan a todos, y no solo al feminismo, a los trans y a los progresistas.

    Pero el problema es que "El País" desde el principio ha apostado fuerte y alegremente por todo lo que parezca  santificación de las propuestas trans, sin pararse a pensar ni un momento en que algunas pueden ser muy desaconsejables. Si hacéis memoria, hace ya más de dos años, en julio de 2019, publicó en su suplemento dominical un reportaje titulado Yo soy Cora, que habla de un niño que quería ser niña y, con el apoyo de sus padres, realizó el tránsito. Empieza con estas palabras: 

    Una noche de 2014, en su cama, antes de dormir, le dijo a su madre: "De mayor quiero ser una niña". Tenía tres años. Le gustaba usar vestidos y jugar con muñecas. Pero Cora aún no era Cora.

    Unas líneas más adelante, después de exponer todo el proceso, encontramos estas otras:

    El 16 de noviembre de 2016, Ana Valenzuela despertó a su hija con palabras nuevas: "Buenos días, princesa". Esa mañana iba por primera vez a la escuela siendo Cora. 

    Ana Valenzuela es la madre de Cora. ¿Con tres años ya se tienen las ideas tan claras y suficientes elementos de juicio para un asunto tan grave?  ¿Con cinco o seis años hay una base lo suficientemente sólida como para fundamentar el cambio de niño a niña? A mí me parece rotundamente que no y por eso soy de los que están en contra de la ligereza con que algunos como "El País" o los impulsores de la Ley Trans parecen enfocar el encaje de los menores en esta cuestión, diga lo que diga el Tribunal Constitucional. Terminaré con una última cita del reportaje, unas palabras que proceden de una experta:

    La identidad de género "no viene determinada por el conjunto de informaciones cromosómicas, órganos genitales, capacidades reproductivas o características secundarias", sino que responde a la más humana y universal de las preguntas: ¿Quién soy yo?". 

    No sé si compartiréis estos planteamientos, que no hará falta que os diga que a mí me parecen un disparate pseudofilosófico que puede acarrear las consecuencias monstruosas que ya se están viendo, pero, en todo caso, os animo a leer la historia, porque me parece sumamente esclarecedora.  

martes, 2 de febrero de 2021

La fobia de Castells contra la enseñanza presencial

    Es indiscutible que en el actual y superpoblado gobierno español hay ministros prescindibles, ministros perjudiciales y ministros que son las dos cosas, y entre estos figura Manuel Castells, titular de la cartera de Universidades. El pasado 27 de enero, se despachó vía Twitter (que para eso es un tío moderno y 3.0) con un comunicado que arremetía contra la convocatoria de exámenes presenciales en la universidad, fundamentalmente, por dos razones: que está muy preocupado por la salud de los alumnos y que la fiabilidad de los exámenes en línea está plenamente garantizada, "según las Agencias de Evaluación pertinentes", hubiera sido un detallazo por su parte decir cuáles. El comunicado es un cúmulo de vaguedades, acusaciones veladas y tergiversaciones, que, para colmo, no ha complacido ni a los sectores estudiantiles a los que adulaba, un brindis al sol de intenciones puramente demagógicas que termina con estas palabras:
    Aun así, entiendo perfectamente que a los estudiantes les da igual de quien sean las competencias, porque lo que quieren es proteger su salud. Por eso, ruego a los decanos de las facultades de todo el Estado que sean sensibles a la preocupación de los estudiantes y de sus familias.
    Ahí queda eso. ¿Qué es exactamente este documento? Por el lenguaje parece una charla de bar; por el alcance conceptual, un cohete de feria (barato); por la modalidad textual, un tuit; por el membrete, un comunicado ministerial; por el poder normativo, la nada; por la intención comunicativa explícita, un ruego, y, por la intención comunicativa implícita, un ataque insidioso al buen funcionamiento de la universidad, como muy bien entendió la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que publicó el mismo día una dura réplica de la que entresacaré dos párrafos: 
    La educación superior es un derecho y un servicio esencial, y así se ha venido defendiendo desde el inicio de la pandemia por parte de los equipos de gobierno de las universidades que, junto con el resto de la comunidad universitaria, han realizado un gran sacrificio para garantizar una docencia y una investigación de calidad. Las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, a las que agradecemos su colaboración, han avalado todas las acciones que se han llevado a cabo. Por eso lamentamos profundamente que ahora se cuestionen vía Twitter desde otros ámbitos gubernamentales y se haga eco a situaciones puntuales, olvidando el formidable trabajo realizado por los profesores, investigadores y personal universitario y el enorme esfuerzo de los propios estudiantes. [...]
    El formato online debe ser el último recurso, aplicado solo cuando las circunstancias lo hagan inevitable. La realización de los exámenes telemáticos conlleva la implementación de unas medidas extraordinarias y con complejas derivadas legales y técnicas en el ámbito de la protección de datos y la identificación de quienes se examinan. Pero aprovechándose de estas dificultades y de las lagunas normativas que existen, se han producido intentos de fraude. Con las pruebas presenciales lo único que se pretende es proteger a esa inmensa mayoría de estudiantes que afrontan su formación con honestidad, transparencia y responsabilidad. 
    La primera pregunta que deberíamos formularnos es esta: ¿mienten los rectores cuando sostienen que contaban con el respaldo de las autoridades sanitarias? Si mienten, son unos verdaderos irresponsables y Castells y el Gobierno deberían haber atajado los exámenes con algo más contundente que un tuit, pero, si no mienten, el tuit de Castells es un documento que, aun en sus formas chapuceras, resulta gravísimo, porque entonces el que queda como un mentiroso es nada menos que un ministro, el de Universidades, que ha intentado con deplorable torpeza sabotear unas pruebas completamente legítimas y atacar al prestigio de las instituciones universitarias que las organizaron.  
    Cada cual creerá a quien quiera, y yo creo a los rectores, aunque solo sea por el hecho de que los estudiantes de niveles no universitarios no solo han llevado a cabo de forma presencial los exámenes, sino también las clases regulares y diarias: ¿de qué se quejan esos universitarios que han puesto el grito en el cielo porque les iban a examinar presencialmente? Parece poco sostenible esta marejada que han querido levantar, más aún, cuando diversas noticias aparecidas el verano pasado, lo que dice el documento de la CRUE y hasta algún esclarecedor artículo de hoy mismo apuntan hacia la evidencia de que esos exámenes en línea representan el río revuelto que anhelan los pescadores amigos de hacer trampas. Del artículo citado os reproduzco el testimonio de una estudiante:
       Nos hacían poner la cámara, pero solo para tomar fotos aleatorias para verificar la identidad. No graban, es un choteo. Además, eran 20 preguntas tipo test para responder en una hora. Daba tiempo a copiar una por una prácticamente.
    Y esto no es lo más gordo del artículo, ni mucho menos. Merecen todo mi apoyo los rectores cuando hacen lo necesario para que ni los exámenes ni los títulos sean un regalo y para que los mejores alumnos, los que se esfuerzan y cumplen las reglas, no resulten perjudicados mediante el expediente de practicar una negligencia que favorezca a los peores. Justicia, honestidad, rigor intelectual, valoración del mérito y el esfuerzo: cosas muy saludables para toda educación y que a mí me agradan, aunque al señor Castells quizás no tanto, a juzgar por lo que piensa de las becas.  
    El ministro de Universidades se ha comportado de una forma lamentablemente demagógica, para variar; ha escuchado a los alumnos, supongo, pero a los que le ha convenido, según su costumbre. Como nadie ignora, Castells es un ministro de cuota, en su caso, izquierdo-independentista, y quizás el peor recuerdo que nos va a dejar su paupérrima gestión vaya a ser el particularismo al que es tan inclinado: como a él le molan la falta de rigor y el independentismo, pues hacia esas causas se inclina sin el menor reparo. Puede que aquí esté también la clave de su cruzada contra los exámenes presenciales. Si observamos su creación intelectual, vemos que en ella concede un gran valor a las tecnologías digitales, y si por otra parte tenemos en cuenta su vinculación con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), un centro de educación a distancia al que ensalza y en el que incluso ha trabajado también su esposa, estamos muy legitimados para preguntarnos si sus zancadillas a la enseñanza presencial hasta en los exámenes no son, una vez más, una forma de barrer para casa, eso a lo que tan aficionado es este señor. Por tanto, me ratifico: si por barrer para casa Manuel Castells se obstina en combatir las prácticas educativas más aconsejables,  se señala no ya como un ministro  innecesario, sino como algo mucho peor: un ministro perjudicial.