Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

miércoles, 23 de marzo de 2022

¿También en la biblioteca?

     El pasado día 16, una niña de 11 años fue agredida por siete compañeros suyos de edades comprendidas entre los 11 y los 13 en la biblioteca de la localidad alicantina de Benejúzar. Por lo que cuentan los medios (ver aquí y aquí), tres chicas la condujeron a los servicios, donde las esperaban otras tres, y allí le propinaron una paliza entre las seis, mientras el único chico que participó en el suceso grababa con un móvil la escena, que luego subiría a las redes. Nos hallamos ante un nuevo episodio de esa violencia de jóvenes -en este caso, niños más bien- ejercida contra jóvenes y con dos repulsivos ingredientes bastante habituales en la actualidad, aunque uno es de toda la vida y otro una innovación de nuestros días: la cobarde superioridad numérica y la estúpida publicación de la "hazaña" en internet, como si fuera algo divertido o de lo que enorgullecerse. Aun tratándose de artífices de tan temprana edad como los de este caso, no logro entender que alcancen las altas cotas de estupidez necesarias para ser ellos mismos quienes publiquen sus fechorías en las redes, porque ya hasta el más ignorante sabe que eso siempre tiene tres nefastas consecuencias para los autores: que ayuda a identificarlos con prontitud, que sirve como prueba irrefutable de su autoría y que también deja constancia de su calaña.

    Si miráis los comentarios de la primera noticia que enlazo, veréis que ha promovido cierto vaivén el hecho de que la violencia en sentido estricto haya sido ejercida por las chicas, aunque supongo que ya muchos sabréis que hace ya tiempo que aparecen como autoras en asuntos que la llevan envuelta. Hará unos quince años, o quizás alguno más, saltó a los periódicos un incidente ocurrido en una localidad madrileña de tamaño mediano, en el cual una turba de quince o veinte chicas de alrededor de catorce años persiguieron por la calle a una pobre infeliz a la que se la tenían jurada y, cuando la alcanzaron, le dieron una paliza y la desnudaron de cintura para abajo. Por suerte para ella, alguien que pasaba por allí las ahuyentó y la salvó de sus iras. Unos años antes, a finales de los noventa, recuerdo que una mañana unos compañeros del instituto en que yo trabajaba me contaron que el día anterior, al acabar la jornada, habían tenido que intervenir en una trifulca multitudinaria en un parque cercano, en la que participaban solamente niñas de 3º de ESO de nuestro propio centro, y que prácticamente no les habían hecho ni caso. Estaban asustados por eso y por la forma de zumbar que habían exhibido algunas. Recuerdo un detalle genial: me contaron que en el parque había un jardinero que estaba paralizado de asombro por el espectáculo. Y otro bastante significativo: el centro se encontraba en una zona de nivel socioeconómico alto, por usar una pedante terminología muy del gusto de los docentes.

    La verdad es que los comportamientos violentos de las chicas, en épocas anteriores a la actual, eran en casos aislados y muy infrecuentes. A finales de los ochenta, estando aún en EGB, tuve una alumna que, ya desde 6º, demostró ser temible: dejó bien escarmentados a los chicos que se atrevieron a pelearse con ella, daba miedo a todas las niñas y tuvo aterrorizada al menos a una de ellas, y digo lo de al menos porque fue el primer y único caso -un asunto de acoso en toda regla- que llegó hasta nuestros oídos: en cuanto nos enteramos de la historia, pusimos a aquella señorita en su sitio con una sanción que le quitó las ganas de repetir. Pero era un elemento aislado y muy particular -y actuaba sola, no en pandilla-, alguien que acabó teniendo problemas con la justicia. De parecido perfil debían de ser unas damiselas con las que, me viene ahora a la memoria, trabé fugaz conocimiento cuando tenía veinte años. Una noche, cogí un autobús a las doce o las doce y media en un barrio extrarradial. Íbamos solo el conductor, un par de viajeros que iban en la cabecera charlando con él y yo, que me senté por el centro del vehículo. A las dos o tres paradas, se subió un grupo de diez o doce chicos de entre doce y catorce años. Ya me dieron mala espina conforme iban pasando a mi lado, porque tenían muy mala pinta. Eran casi todos chicos, y una de las pocas chicas se paró a mi lado y me dijo que me levantase de mi asiento, que quería sentarse ella. Yo me quedé asombrado y le dije que se fuera a otro sitio. Entonces ella y otra que la acompañaba, que eran de las más mayorcitas del grupo, se sentaron en el asiento de detrás del mío y, al poco rato, una de ellas me soltó un viaje en la nuca, bastante fuerte. Me volví muy cabreado y las vi a las dos mirándome con una risita de "adivina quién ha sido". Les dije que se estuvieran quietas, pero, nada más sentarme, me arrearon otro. A esas alturas, ya se había colocado cerca de mí un enano de doce o trece años que me miró sonriendo y, muy cínico, me dijo:

    -No puedes hacer nada, somos muchos.

    Ahí estuvo el error, porque sí que podía hacer algo. Me levanté, empecé a dar guantazos (contenidos, tampoco ningún puñetazo de tumbar a un burro) y a los dos minutos estaban todos muy juntitos en la plataforma final del autobús murmurando "este tío está loco". Valían para menos de lo que creían.

    En fin, que ha habido una evolución en esto, y no para bien. Si os fijáis en los dos últimos casos que he contado, da la impresión de que, antes, las chicas de comportamiento violento eran escasas y pertenecían a un perfil sobre el que creo que no necesito dar más precisiones, pero, por algún entramado de motivos que sin duda será complejo y largo de explicar, en algún momento hubo una "modernización" que trajo dos consecuencias muy indeseables: el número de violentas aumentó y se fue haciendo habitual la actuación en grupo. Esto último no es un aspecto secundario, sino muy relevante. Primero, por la cobardía y la vileza que representa (reflexionad un poco sobre la conducta del mequetrefe aquel del autobús, al que todavía recuerdo con el asco que me dio entonces); segundo, porque genera indefensión en la víctima, o, en cualquier caso, la aumenta; tercero, porque el efecto psicológico negativo sobre esta -de pavor, de aislamiento, de rechazo...- tiene que ser muy fuerte y me temo que en más de una ocasión de consecuencias dolorosas. 

    Pues bien: por si fueran poco este lamentable aumento de la violencia juvenil femenina o el uso de los móviles para un perverso exhibicionismo, males ya conocidos, en la agresión de Benejúzar se añade una novedad, referente al escenario y quizás menor, pero muy desalentadora: se ha producido en una biblioteca. ¿También en la biblioteca vamos a tener agresiones y episodios violentos? Es para llorar.

    Nos habíamos resignado -ya que no podemos erradicarla- a tropezar de vez en cuando con la violencia juvenil y a que a veces apareciese en parques, calles, autobuses, patios de recreo, servicios..., pero ¿en una biblioteca? ¡¿Cómo es posible?! Podréis llamarme exagerado, pero el lugar elegido por la jauría de esta noticia aumenta mi desazón. Puesto que a nadie le obligan a meterse en una biblioteca y puesto que las bibliotecas son templos de la cultura y el saber, conceptos por naturaleza diametralmente contrarios a la violencia, hasta hoy, me hubiera parecido inimaginable que en una biblioteca pudiera ocurrir un incidente así. Hay un tenebroso simbolismo en el hecho de que un manojo adolescentes desquiciados elijan una biblioteca para dar una paliza a una niña.       

lunes, 14 de marzo de 2022

Ponsatela y Pigdemón, agencia de sublevación

     Como ya sabéis, entre los líderes del intento segregacionista que el separatismo catalán nos asestó en 2017, sobresalen unos cuantos que iluminaron su heroísmo y su compromiso saliendo por patas en cuanto vieron que la cosa se ponía fea. Para mí, aunque hubo alguno más, los más significativos fueron estos cuatro: Marta Rovira, Toni Comín, Clara Ponsatí y, ni que decir tiene, el Verdadero President de Todas las Cataluñas, Carles Puigdemont. Hoy de la que voy a hablar es de la señora Ponsatí, y me figuro que la mayoría conoceréis la razón: la tía se ha coronado con unas declaraciones en las que, respondiendo a una pregunta de Gemma Nierga, afirma tajante que la independencia de Cataluña es tan importante como para justificar la pérdida de la vida de una persona. Podeís verlo y oírlo pulsando aquí.

    Atendiendo a su respuesta, lanzada rotundamente y sin titubeos, no sería extraño que, un buen día, la señora Ponsatí, que acostumbra a materializarse ante nuestros ojos con esta apariencia de dulce abuelita de anuncio de bizcochos...

    ...adquiriese una imagen similar a esta:


    Aunque, si profundizamos en sus posteriores explicaciones, tal vez resulte bastante improbable, porque, cuando la entrevistadora le ha preguntado si ella estaría dispuesta a morir, la exconsejera de Educación de la Generalidad le ha respondido: "Evidentemente, lo intentaría evitar por todos los medios".
    Si os molestáis en leer con algo más de profundidad sus declaraciones, descubriréis muy bien cómo doña Clara se destapa como un auténtico modelo a imitar: es malvada, cínica, incongruente, fanática, embustera y hasta un poquito estúpida. Malvada, por el desprecio que demuestra por la vida humana (la de los demás, huelga decirlo), desprecio que ya evidenció burlándose de la mortalidad provocada en Madrid por el coronavirus; fanática, por anteponer su delirio de la imposible independencia de Cataluña a cosas tan sagradas como la vida; embustera, por la última -de momento- de las mil mentiras que hemos oído de su boca, en este caso, una bastante indecente: que en el 1-O la violencia policial fue tal que bien hubiera podido producir muertos y que al Gobierno de la nación no le habría importado tal resultado, mentira más repugnante e indecente por el hecho de que la verdad era (y, como vemos, sigue siendo) justo al revés: eran los partidarios de la independencia quienes estaban deseosos de algún muerto al que explotar políticamente, recordemos sus insistentes especulaciones con la vía eslovena, por no hablar de que ella misma demuestra con estas declaraciones quiénes son en esta historia los que están deseando que corra la sangre, ya he dicho que también deja claro que es un pelín estúpida. Por último, en lo que verdaderamente se corona es en incongruencia y cinismo: sostiene que la independencia vale más que la pérdida de vidas y a la vez afirma estar en contra de la violencia; declara lo anterior, o que las grandes causas precisan sacrificios, o que cada uno debería saber lo que está dispuesto a pagar y lo hace después de haberse fugado cobardemente, desde su "abnegada" condición de parlamentaria europea (6.200 € netos al mes más múltiples y sustanciosos extras) y reconociendo que ella intentaría salvar su miserable pellejo: está clarísimo lo que la señora Ponsatí está dispuesta a pagar por sus sueños y  que más bien espera que los paguen los demás.
    Un alarde de indecencia, y aun se permite engrosarlo con una comparación entre Cataluña y Ucrania que deja claros los niveles de indignidad de que es capaz esta señora, que sin duda ha de ser una auténtica descerebrada, pues recordemos que ahora nos viene con estas efusiones épicas, pero hace unos años ella misma declaró que, cuando pusieron en marcha el prusés, iban de farol: entonces, ¿qué pretende? ¿Que para que prospere una causa vacía y sin fundamento corra la sangre? 
    Está claro que la Sra. Ponsatí no rige bien, como no rige bien su compañero de fuga y chollo europeo, Toni Comín, que también reclamó sacrificios en cierta ocasión mientras él se pega la gran vida, ni Marta Rovira, que azuzó como nadie la escalada "revolucionaria" y luego, ante el juez, echó las culpas a los demás, ni, por supuesto, el gran líder, ese Puigdemont que fue capaz de declarar la independencia de Cataluña, suspenderla a los ocho segundos y largarse de España escondido en un maletero a los tres o cuatro días: ¿puede haber un comportamiento más insensato, miserable, cobarde y grotesco?
    Estos son los guías del independentismo catalán, así se retratan con sus palabras y sus actos, mientras esperan de los demás sacrificios y bravura. Con estos pilares, ¿qué puede esperarse de su sublevación? Muy ciegos tienen que estar quienes crean en ellos para no darse cuenta de que les están haciendo quedar como auténticos idiotas. Todo el odio, la división y el empobrecimiento sembrados en Cataluña por y para estos, ¡qué pena!  

miércoles, 2 de marzo de 2022

Trece observaciones sobre las directrices curriculares que van saliendo

     La verdad es que, en lo que se refiere a los proyectos, propuestas o incluso normas educativas, echo de menos una cosa: en tiempos de Gabilondo, Wert, Méndez Vigo u otros ministros, cada vez que se ponía sobre el tapete alguna propuesta, me resultaba relativamente fácil acceder al documento original, pero esto cambió con Isabel Celaa: a partir de su llegada, bien porque el MEC hiciera más críptico el acceso a sus propuestas o bien porque yo hubiera perdido habilidad para encontrar los documentos originales, el caso fue que me vi obligado a basar mis análisis sobre refritos periodísticos, como va a ocurrir en este artículo, que va a consistir en unas observaciones sobre los últimos planes ministeriales

    1.- Sobre el sentido emocional, socioafectivo o como queramos decir que lo va a impregnar todo. Que la educación se fundamente sobre los afectos y no sobre el conocimiento es un disparate tan colosal y evidente que resulta inexplicable que un gobierno se haya atrevido a asumirlo. Que la sociedad española lo esté aceptando con tanta mansedumbre habla muy mal acerca de nosotros. Dejando aparte lo formativo, ¿no parece claro como la luz del día que la vía de lo emocional en la educación puede ser muy adecuada para la manipulación personal y el adoctrinamiento? Y lo será más tarde o más temprano.

    2.- Sobre la regla de tres. No entiendo que cosas tan fáciles vayan a ser desterradas de los programas. Y tan útiles, incluso para la vida cotidiana. Un ejemplo: voy al supermercado y veo una caña de lomo de 800 gramos por 16 euros. Como quiero saber a cuánto me sale el kilo, con una fácil operación averiguo que es a 20 euros. En la base de esta operación, está la regla de tres. ¡Olé con los defensores de los aprendizajes con aplicación práctica para la vida!

    3.- Sobre los números romanos. Siguen siendo necesarios para cualquiera que quiera tener eso que se llama una cultura básica, claro que a lo mejor aquí lo que importa un pimiento es la cultura básica. ¿Llegaremos al día en que alguien que esté mirando cualquier monumento no pueda interpretar el significado de esos palitos de la placa de arriba, con lo fácil que es aprenderlo? ¿Tendrán los arqueólogos, los historiadores o los filólogos del futuro que aprender en la facultad lo que siempre se ha aprendido con siete años, y casi como un juego? Otra ridiculez más de esos tecnopedagogos tan obsesionados con parecer modernos que suprimirían todo lo anterior a la semana pasada.

    4.- Sobre los dictados y la ortografía. Los dictados son fascistas, memorísticos y una antigualla de la pedagogía rancia, esa de los reyes godos. Y la ortografía, para cuyo aprendizaje son un instrumento sencillo a la par que utilísimo, exactamente lo mismo. Los pedagogos, unos señores que pretenden saberlo todo sobre enseñanza, desprecian -casi parece que lo odian- un ejercicio sencillo y muy rentable a efectos educativos, sorprende, la verdad. ¡Qué decir de la ortografía en general! Tendrían que saber el daño a la cultura que le han hecho con su menosprecio de décadas, con esas gansadas tan típicas suyas del tipo y bueno, ¿qué más da que el chico no sepa que "vamos" se escribe con "v"?, que han inyectado en la escuela con su suficiencia frívola y asnal. Gracias a ellos, millares de alumnos de dieciséis años hoy cometen al escribir fallos que deberían haber dejado de cometer a los nueve. Viniendo a los planes actuales, esa LOMLOE que ahonda en el menosprecio de la ortografía se propone a la vez mejorar la comprensión y la expresión escrita, inaudito. Cosas como estas son las que evidencian que el primer problema de la educación en España es que está en manos de incompetentes que la desconocen. 

    5.- Sobre la supresión de la calificación numérica. Esto no es ninguna novedad. Yo soy testigo de épocas en las que se calificaba de 0 a 10 y de otras en que el suspenso era I (lo del MD duró poco) y el aprobado tenía los grados Sf, B, N, Sb. Daba igual: se aprobaba y se suspendía prácticamente lo mismo, y tenía al menos un defecto innegable: que era un reflejo poco fino, porque, dijeran lo que dijeran sus defensores, hay diferencias entre el notable de 7 y el de 8, como la hay entre el sobresaliente de 9 y el de 10, y eso los primeros que lo aprecian son los propios alumnos. También fue un error la supresión del MD, porque hacía iguales al alumno que había suspendido con un 4 y al que había suspendido con un examen en blanco, creo que sobran comentarios. En realidad, esa representación era una pequeña farsa, porque los exámenes, como no podía ser de otro modo, los calificábamos de 0 a 10 y luego eso se adaptaba a la notación con siglas como buenamente se podía. Con ese parcheo, se consiguió al menos que un sistema peor no acabase resultando catastrófico. Así pues, rescatar este sistema no mejora nada y, por cierto: ¿se va a implantar solo en la primaria o en toda la educación básica, como podría deducirse de cierta frase del artículo que he enlazado? No lo sé, pero se dice también algo que me parece delirante: que la supresión de la calificación numérica se hace "con objeto de ir avanzando en una concepción más cualitativa que cuantitativa en el proceso de evaluación". Después de lo que he relatado, esta memez deja claro que a los socialistas no les han bastado treinta años de fracaso de su maravilloso sistema para reconocer que es un desastre.

    6.- Sobre la aberrante inutilidad que a partir de ahora tendrán las calificaciones y los títulos. Ya no es la primera vez que hablo de esto: si el alumno de ESO sabe que podrá titular lo mismo con cero suspensos que con ocho, ¿qué importancia dará a las calificaciones que obtenga y, en consecuencia, a alcanzar aprendizaje alguno? En cuanto al Bachillerato, hoy en día, ya de hecho se podía aprobar con una suspensa, porque al alumno que llegaba al final en esas condiciones, era frecuentísimo que se le convirtiera milagrosamente ese suspenso en aprobado. Como ahora se podrá aprobar directamente con una suspensa, la situación de hecho llevará a que un buen puñado de calculadores directamente se desentenderán de dos asignaturas, y ya la junta de evaluación final se encargará de que acaben quedándose en una o, quizás, en ninguna, dejemos pasar el tiempo. Y como este juego perverso se basa mucho en la presión sobre el profesor, el paso a junio de las pruebas de septiembre lo favorecerá. Los responsables de la LOMLOE están tan obsesionados con fomentar la mediocridad y penalizar la excelencia que hasta van a suprimir las matriculas de honor y, encima, proclaman que todo este lamentable artificio es motivador, porque, según su descabellado parecer, el suspenso desmotiva, a cínicos no hay quien les gane. Ante este asesinato del esfuerzo, el interés y la excelencia: ¿qué valor tendrán las calificaciones de los expedientes y los títulos de nuestros centros?

    7.- Sobre la persecución de la gramática y la destrucción de la asignatura de Lengua. Según declara, la LOMLOE persigue el objetivo de mejorar la comprensión lectora y la expresión oral y escrita de los alumnos, pero, aparte de lo ya dicho acerca de la ortografía, en sus presupuestos está el restar importancia a la conjugación verbal, la morfología y la sintaxis. Minimizar la gramática en la enseñanza de la lengua es un disparate per se, cuyo origen está de nuevo en el desprecio de los pedagogos hacia unos conocimientos que, en su ignorancia -que multiplica su asnalidad y su saña cuanto más desconocen una materia-, han condenado siempre por considerarlos teóricos, y ellos la teoría la odian por sistema, rasgo que casualmente comparten con quienes ni por asomo tocarían un libro. Si unimos a esto que querer mejorar la comprensión y la expresión prescindiendo de la gramática es como querer hacer casas ignorando cómo se mezcla el cemento y se colocan los ladrillos, llegaremos a la conclusión de que las propuestas de la LOMLOE para Lengua son absurdas y delatan la ignorancia de sus autores sobre la materia. Pero el destrozo tiene un último capítulo que produce alarma, algo que, desde 1975 y si exceptuamos las hazañas de los nacionalistas, yo al menos creía erradicado. He aquí unas palabras textuales de mi fuente:

    En esta asignatura se va a potenciar la lucha contra las noticias falsas y el compromiso de los alumnos con "el desarrollo sostenible, la defensa de los derechos humanos y la convivencia igualitaria, inclusiva, pacífica y democrática".

    Como profesor que he sido durante muchos años, veinticinco de ellos, precisamente, de Lengua, y meramente como ciudadano, esto me preocupa, y mucho, porque es una intolerable invasión de una asignatura para ponerla al servicio de unas particulares posturas políticas. En primer lugar, está eso de la lucha contra las noticias falsas, que es una vergonzosa intrusión de las preocupaciones puntuales de los políticos de hoy en la programación de una asignatura, algo que nunca debe plantearse sometiéndose a las modas. Quedémonos con aquel honesto, razonable y sólido fomento del espíritu crítico de toda la vida, que alcanza no solo a las fake news, como seguramente habrán dicho mil veces los genios que han cocinado este disparate, sino a todas las esferas de la comunicación y del conocimiento, desde las noticias de los periódicos hasta las mentiras de los libros de historia que dicen, por ejemplo, que Cataluña es una nación, pasando por los engaños de algún ministro o los sofismas que puedan aparecer en cualquier texto filosófico. Por favor, señores asesores chupópteros, tengan ustedes un poco de decencia, no intenten reducir a los profesores de Lengua a comentaristas de periódicos solo porque se lo hayan "sugerido" sus jefes políticos, algunos de los cuales, por cierto, son verdaderas factorías de mentiras. Luego está todo lo demás, lo del desarrollo sostenible y tal, cosas todas muy respetables, pero también muy susceptibles de convertirse en un terreno apropiadísimo para el adoctrinamiento político. La asignatura de Lengua está para que los alumnos mejoren sus conocimientos y capacidades lingüísticas en un marco muy amplio, no en ese tan restringido de esta propuesta, que la reduce a lo político y coincide sospechosamente con esas "áreas transversales" a través de las cuales, desde la implantación de la LOGSE, la izquierda ha intentado garantizar un rinconcito en la enseñanza para su particular escala de valores. Repasad la cita de unas líneas más arriba y decidme si no es verdad lo que señalo. ¿Qué piensa hacer el actual Gobierno con la asignatura de Lengua, reducirla a una especie de Formación del Espíritu Nacional del siglo XXI? La izquierda española cada vez atufa más a franquismo.  

    8.- Sobre la aniquilación de la literatura. Porque, además, recordemos que, precisamente desde que así lo dispuso la LOGSE, la asignatura es en realidad Lengua y Literatura. Esta última ha sido una de las materias más machacadas por los planes educativos de los últimos treinta años, es decir, socialistas, y lo poco (o más bien, nada) que he visto sobre ella en la LOMLOE sigue en esa línea, que quiero recordar cuál es: sustracción del tiempo necesario para darla en condiciones y reducción, de cara a la selectividad, al famoso listado de autores y obras que tanto denostaba el progresismo educativo que iba a cambiar el mundo, listado de autores y obras que, por cierto, también tiene su importancia, pero quien sepa lo que es desde hace unos años la literatura en la selectividad me entenderá muy bien. 

    9.- Sobre el engaño de los proyectos y los ámbitos (o agrupación de asignaturas). Este es uno de los mayores golpes de la LOMLOE a lo que va a ser la enseñanza, sometiéndose, una vez más, a las ensoñaciones de los ¿expertos? Con la tradicional organización de los saberes en asignaturas, se tenía al menos una mínima garantía de lo que al alumno se le iba a enseñar, pero, con el embuste ese de los proyectos que se nos viene encima (repetiré una vez más que yo acepto los proyectos, pero solo como un modo complementario de trabajo, no como el eje vertebrador de los aprendizajes), esa garantía pasará a la historia. El propio Consejo de Estado se pronuncia en este sentido, bien que con palabras bastante cínicas, tomando a los docentes como rehenes y demostrando que esa institución también le besa el anillo a la secta pedagógica y sus dogmas:

    Aunque son bienvenidos los métodos pedagógicos que se implantan con el fin de dar un sentido más abierto y transversal al contenido de los saberes básicos, no queda claro, a la luz de los comentarios expuestos, que contribuyan a facilitar el trabajo de los docentes en las diferentes situaciones de aprendizaje

    Un complemento de esta estafa de los proyectos es el trabajo por ámbitos o unificación de asignaturas, asunto complejo cuya realidad ya expliqué aquí

    10.- Sobre la sectaria introducción del concepto de género y sobre su aberrante tratamiento. Las poderosas organizaciones ultrafeministas y LGTBI llevan años, mejor dicho, décadas, intentando colonizar la escuela para sembrar en ella sus doctrinas, y a veces uno sospecha que más bien para imponerlas. Un buen ejemplo de esto último sería que ya han conseguido hacerlo con uno de sus términos cruciales, la palabra "género", para referirse a cuestiones que tienen que ver en realidad con el sexo. Cuidado con esto, porque lleva una profunda carga sectaria, ya que mientras el sexo es una realidad natural con la que venimos al mundo todos los seres humanos, unos como niños y otros como niñas, el género, en este contexto, es un dogma ideológico de ciertos sectores LGTBI, que pretenden imponernos a todos su disparate de que el sexo (al que por eso han rebautizado como "género") no es algo con lo que venimos al mundo por naturaleza anatómica como la nariz o los codos, sino que es una elección que luego hace uno según su capricho. Las implicaciones políticas y sociales de esto son tremendas y los defensores de las doctrinas de género están poniendo toda la carne en el asador para que desde la escuela se impongan como una realidad incontrovertible, cosa que no son en absoluto. Por todo esto, no tiene nada de inocente la menor sumisión de las leyes educativas a estos dogmas, y no solo eso, sino que es una práctica de adoctrinamiento que debería abolirse y atraer gravísimas responsabilidades sobre quienes la fomentan. 

    Otro uso interesado que se está haciendo de la palabra "género" es el vinculado a los planteamientos feministas. Ha producido el lógico rechazo eso de enseñar las matemáticas con perspectiva de género, en primer lugar, por la obvia razón de que toda ciencia es igual para los hombres que para las mujeres, así que dos más dos serán cuatro para Pepito y para Manolita. Ya no digamos lo de vincular las matemáticas con lo emocional y de ahí saltar al "género", algo tan inenarrable que me niego a detenerme en ello. Dejo para el final esa interpretación de que lo que hay que hacer es fomentar en las niñas el estudio de las disciplinas científicas y técnicas, porque me parece la mayor aberración de todas. En primer lugar, porque en España, desde hace ya muchísimo, las niñas estudian lo que les da la gana, como he podido comprobar con mis propios ojos y como demuestran los miles de mujeres que han realizado estudios de cualquier tipo, incluidos el científico y el técnico, y los ejercen profesionalmente. En segundo lugar, porque los "feministas" que defienden esta política se están comportando en realidad como tremendos machistas, como aquellos señoros de hace siglos que presuponían que las mujeres no tenían capacidad para elegir por sí solitas lo que les interesara o para enfrentarse a ciertos retos intelectuales, formativos o profesionales. En definitiva, detrás de toda esta farsa lo que hay es algo muy viejo: la creación de un problema inexistente para ganarse la vida y la notoriedad combatiéndolo. Un plan que está además al servicio de imponer a la sociedad ciertos discutibles dogmas y del que se están beneficiando unas cuantas organizaciones extremistas. ¡Cuánta rentabilidad le están sacando! ¡Qué gran vida se están pegando ejerciendo de asesores e ideando campañas en ministerios y negociados por completo innecesarios! Y encima, cosechando una nada despreciable parcela de poder y control social, que ahora se está consolidando en la escuela.     

    11.- Sobre el gran secreto a voces: que, como no se sabe qué van a aprender exactamente los alumnos, lo que se sabe es que no van a aprender nada. Este es el gran corolario: que, con los contenidos jibarizados, el vaporoso criterio de las competencias, las metodologías inconsistentes y unos decretos de evaluación catastróficos y que deberían avergonzarnos como sociedad, lo que está claro y meridiano es que la LOMLOE edifica un sistema educativo que tan solo garantiza, si acaso, unos aprendizajes muy pobres, aunque nadie podrá negarme esto, que va bastante más lejos: que, con la actual ley en la mano, el graduado en Educación Secundaria Obligatoria se podrá obtener sin saber absolutamente nada, y pensemos que se da cuando los alumnos tienen dieciséis años, o incluso dieciocho, porque, que no se engañe la señora Alegría con su voluntarismo: aun con todas las trampas que ha puesto, seguirá habiendo alumnos que repitan, como se repite la historia: la LOGSE pretendió reducir el fracaso escolar disminuyendo los porcentajes de suspensos a base de poner el aprobado sonrojantemente  fácil, pero lo que consiguió fue exactamente lo contrario: que el fracaso escolar se disparase, aparte de empobrecer la enseñanza española, así que no sería nada extraño que, treinta años después, su LOMLOE (porque ya es tan suya como de Isabel Celaa) consiga los mismos resultados, ya que persigue los mismos propósitos y usa los mismos medios.

    12.- Sobre la eterna demonización de la memoria. Y no puedo terminar sin dejar un recadito para los que serán, una vez más, los causantes (los responsables, no, porque aquí pasará lo de siempre: que los culpables del desaguisado no se responsabilizarán de nada) de la catástrofe: los pedagogos, los expertos y los políticos que se habrán puesto en sus manos y se habrán dejado llevar por sus ensoñaciones y sus fobias. Entre estas, sigue ocupando un lugar de privilegio la memoria: desde el odio al dictado y la supresión de la regla de tres hasta el megavaciado de contenidos que representan las competencias y  los proyectos, todo el edificio de la LOMLOE se sustenta en la aversión a la memoria, por el simple hecho de que es uno de los aliados del esfuerzo, el saber y la excelencia, otros tres sempiternos damnificados por la pedagogía. Que nadie lo olvide, en honor a la memoria.  

    13.- Sobre mi última gran esperanza: que habrá muchas personas que sabrán desactivar este disparate. Entré en la enseñanza en 1983, es decir, nueve o diez años antes del nacimiento de la LOGSE, y ya entonces existía la pugna entre los partidarios de intentar que el alumno aprendiera algo (lo que hace inevitable el esfuerzo) y los alegres defensores del aprobado por la cara, pugna que me temo que será eterna. Ya entonces (no digamos con lo que vino después) existían ciertas normas que favorecían al gandul, la presión sobre el profesor, algunos inspectores que ejercían de paladines de la ignorancia... Y ya entonces, como en los años de la LOGSE, existía la resistencia: profesores empeñados en enseñar y calificar con justicia, padres muy interesados en que sus hijos saliesen de los centros más sabios, mejores y más listos de lo que entraron, alumnos respetuosos y que estudiaban... Entre 1983 y 2018, vi cómo esa sociedad, en general, discreta y silenciosa, hacía frente a la molicie, el embrutecimiento y el imperio de lo fácil, con el resultado de que, efectivamente, muchos alumnos, cuando salían de su EGB o de su Secundaria, lo hacían siendo más listos, mejores y más sabios. Esa sociedad secreta ha conseguido que los efectos de la LOGSE y sus hijuelas no hayan sido lo catastróficos que habrían podido ser, y esa sociedad va a hacer lo mismo con la LOMLOE. No lo creo: lo afirmo.