Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

jueves, 29 de octubre de 2009

Hasta que los 18 nos separen

Acabo de enterarme de la propuesta de Ángel Gabilondo de alargar la obligatoriedad de la enseñanza hasta los dieciocho años, la cual, dicho sea de paso, me da la impresión de que ha sido lanzada bajo la modalidad "globo-sonda", mal asunto, porque ello me hace pensar que, en un momento en el que el propio Gobierno presentó en sociedad la idea de un pacto escolar, él mismo no tiene las ideas muy claras.
Y si son todas como ésta de dejar a los chicos en los centros escolares hasta los dieciocho años por obligación, entiendo que no lo tengan claro. A mí, personalmente, me parece que no sería muy beneficiosa, pero me voy a explicar. En primer lugar, está claro que hoy en día a nadie se le presentan dificultades para continuar en el sistema educativo hasta los 18 años, con lo que en realidad esta medida ya está instaurada de facto, pues, a esa edad, el que no sigue aún en la ESO repitiendo cursos (que los hay), está en la FP, en el bachillerato o haciendo un programa de cualificación (antes Garantía Social), con lo que concluimos que el que no continúa escolarizado no es porque no puede, sino porque no quiere y, de hecho, son muchísimos los que se quedan. ¿Qué se ganaría, entonces, con hacer obligatoria la permanencia en los centros hasta los 18? En primer lugar, me figuro que Gabilondo habrá pensado que esto conllevaría automáticamente que la edad mínima laboral también debería situarse en ese límite, pues, de lo contrario, tendríamos ahí una colisión legal que yo no entiendo, pero además, hecho este inciso, creo que hay que tomarse muy en serio el asunto de las personas que no quieren estar en los centros educativos: ¿cómo serían tratadas? ¿Cuál sería la oferta escolar de una educación hasta los 18? Desde luego, como profesor en activo, yo ya afirmo que la actual no vale: si con el sistema LOE no hay respuestas muy válidas para los objetores escolares de 15 y 16 años, no quiero ni pensar lo que sería con muchachos de 17 y 18 encerrados en los institutos por la fuerza de la ley. Estudiemos bien el asunto antes de poner en marcha un disparate más, miremos lo que la sociedad demanda a los centros, aumentemos la inversión y la diversidad de la oferta: cambiemos radicalmente un sistema que, de todos modos, habría que cambiar, porque está demostrado que ha sido un fracaso. Y, en cuanto a este plan de hoy (cuál será el de mañana?), mucho ojo: sería una aberración encerrar a los alumnos en los centros hasta los 18 sin ser capaces de darles lo que necesitan y quieren.

martes, 27 de octubre de 2009

Sobre los ángeles

Leed la noticia que he visto hoy en Público y cuyo enlace os adjunto. No digo más.

http://www.publico.es/espana/264407/barcelonesa/busca/desconocida/diagnostico/extrano/tumor/autobus

domingo, 25 de octubre de 2009

Presentación en Colmenar Viejo

Hola, amigos. El pasado viernes, a las ocho de la tarde, celebré la que es la primera presentación de uno de mis libros, concretamente, de La república mejor. Había hecho hasta ahora bastantes reuniones con grupos de alumnos que habían leído El ángulo oscuro, pero nunca una presentación. El acto fue en la galería Trueno de Colmenar viejo y empezaré por darle las gracias por ceder el local y por toda su ayuda a Pedro Alonso, alma de esta galería, que ha visto ya colgados en sus paredes los magníficos cuadros que pinta Pedro. Los siguientes a los que doy las gracias son Fernando Martínez y Carlos Arrieta, los amigos que hicieron la original presentación a dúo. En su intervención, a la que acabé agregándome para formar un coloquio a tres bandas, hicieron un análisis muy certero y perspicaz de los elementos temáticos y formales del libro. Sacaron a la luz los aspectos esenciales de la estructuración, el lenguaje, los elementos argumentales y la intención de la novela, y hasta hicieron referencia a influjos literarios que habían percibido, tales como una cierta crudeza naturalista en la elaboración de los personajes y en sus acciones. Y lo que sorprende es que, aun con toda esta profundización, se nos quedaron cosas en el tintero, porque, por ejemplo, uno de los introductores -no recuerdo cuál- me preguntó qué puede ofrecer mi libro de soldadotes a una lectora femenina, cuestión interesantísima que, finalmente, en el calor del debate, se quedó sin responder, una pena.
Voy a acabar dando las gracias a los asistentes, casi todos familiares o amigos, incluidas un par de ex-alumnas cuya presencia en el evento me llenó de satisfacción. Había también algún que otro desconocido con quien tuve ocasión de charlar y que pasó a incorporarse a la lista de los amigos. Fue un acto muy agradable, que concluyó con un pequeño cóctel y los consecuentes corrillos, que tanto juego dan. Salí muy satisfecho; reunirse con una cincuentena de amigos para hablar de un libro -no digamos ya si es tuyo- es una buena manera de pasar el tiempo. Haré lo posible por repetir.

sábado, 24 de octubre de 2009

Tres lecciones de Educación para la Ciudadanía y una clase práctica

En mi afán por sostener la tesis de que en España es muy necesaria una asignatura o lo que sea que se ocupe de formar ciudadanos independientes, libres, democráticos, con criterio personal, con capacidad de defender los derechos propios y de respetar los ajenos, dispuestos a cumplir con sus obligaciones, con espíritu crítico y sensibles ante asuntos como los derechos humanos o la conservación del medio ambiente, os obsequiaré hoy con las siguientes historietas:
-Lección de ciudadanía número 1. Mi prócer favorito, es decir, Francisco Camps, Presidente De Momento de la Comunidad Autónoma Valenciana, nos dio tiempo ha muestra de su talla política cuando, en una ocurrencia que sonrojaría hasta a un hooligan, determinó que en el territorio de su digna y felice gobernación se daría la asignatura de Educación para la Ciudadanía, sí, pero en inglés. Gracias a unas imágenes televisivas que tuvieron al menos la virtud de airear la lamentable farsa demagógica que es esta historia de la enseñanza bilingüe, este chistecito sirvió también para demostrarnos el nulo respeto de Camps hacia cosas tan serias como los programas educativos o los derechos de los ciudadanos a los que van dirigidos. Nos demostró además que Camps estaba incapacitado para una responsabilidad tan alta como la que ocupa, y aun para otras mucho más bajas. Luego vinieron los trajes, los amiguitos del alma y lo de salvar la cabeza propia cortando la de otros, una alhaja, este Camps, quizás le habría convenido cursar de pequeñito algún año de Educación para la Ciudadanía.
Consejo orientador: los antecedentes recomiendan orientar a don Francisco hacia la puerta de salida del Palau de la Generalitat.
-Lección de ciudadanía número 2. Existen en este país dos señores muy ricos conocidos como los Albertos. En junio de 2003, fueron condenados por estafa al pago de una indemnización y a cuatro años de cárcel, por un caso conocido como Urbanor. La cárcel jamás la pisaron, faltaría más y, en febrero de 2008, en virtud de unas circunstancias en las que se mezclan la tipificación de la prescripción de delitos y una sentencia del constitucional, aun admitiéndose que estos dos caballeros habían cometido estafa, sus víctimas se vieron obligadas a devolverles 24'6 millones de euros que los Albertos les habían estafado. Y ahora, último capítulo, esta pareja de ases le reclama al estado una indemnización de 4'6 millones de euros, por haberse visto perjudicados por el mal funcionamiento de la justicia. Imagínense que esta historia llega a oídos de nuestros tiernos infantes: ¿quién podría convencerles de que es serio y justo un país donde a los chorizos sinvergüenzas se les devuelve el dinero que han estafado y aún se permiten el lujo de ir presentando reclamaciones?
Consejo orientador: proteja bien la cartera si ve que se le acercan dos tipos repeinados y con gabardina.
-Lección de ciudadanía número 3. Como ustedes puede que sepan, el presidente del F. C. Barcelona, Joan Laporta, en repetidas ocasiones (algunas de ellas, un tanto chuscas), ha dado muestras de sus inclinaciones nacionalistas. A propósito de este comportamiento, hoy, en El mundo deportivo, un diario deportivo catalán, el joven jugador barcelonista Sergio Busquets hace declaraciones como éstas: "Las declaraciones políticas de Laporta quizá sean contraproducentes"; "No debemos faltar al respeto a los culés de fuera de Barcelona, pero creo que lo que hace Laporta no es de mala fe"; "Él mismo sabe que necesitamos apoyo también de fuera de Catalunya, de toda España y de Europa".
Consejo orientador: ¿Es usted un auténtico ciudadano libre? Haga entonces como Busquets, exprese lo que piensa aunque sepa que no es del gusto del jefe. Si no es capaz, sin duda se ahorrará problemas, pero también sepa usted que necesita mejorar en esta asignatura.
-Clase práctica de ciudadanía. Los profesores nos pasamos la vida dando lecciones de ciudadanía, seamos de la asignatura que seamos. la ocasión salta cuando menos te lo esperas, porque esas cosas no vienen en el programa. Hace pocos días, tenían que hacer mis chicos unas frases con el verbo abuchear y uno de ellos dijo ésta: "Los hinchas del Bilbao y del Barcelona abuchearon el himno nacional". Naturalmente, se refería al bochornoso comportamiento de la hinchada en la última final de copa, bochornoso, por cerril, por gamberril, por oportunista, por antideportivo, por fuera de contexto y por retratarnos ante el mundo como el único país con imbéciles capaces de silbar a su propio himno. Como barcelonista que soy, cuando ese hecho se produjo, me llenó de indignación, porque, como muy bien advierte Busquets a Laporta, el Barça es tan grande que tiene seguidores en todos los rincones del planeta, ya no pertenece solo a Barcelona, y menos aún, al independentismo catalán, una opción política particularmente excluyente y asnal. Que no se lo quieran apropiar, porque no sólo le hacen daño al Barça, sino a Cataluña y los catalanes; lo ha visto muy bien Sergi Busquets, a pesar de ser un chico de sólo 20 años, y se lo puedo corroborar a quien sea yo, que tengo algunos más y soy un catalán que se ha pasado décadas fuera de Cataluña y observando las reacciones de la gente ante lo catalán. La frase de mi alumno era sintomática de lo que hay ahora: un rechazo bastante fuerte, motivado por los excesos del independentismo. Y lo peor de todo es que mucha gente no piensa que eso sea cosa de los nacionalistas, sino que piensa que así somos los catalanes. Y eso sí que no: no todos los catalanes somos vándalos oportunistas de esa calaña, sino que, muy al contrario, ésos son sólo una minoría; esperemos que la estulticia de los políticos de hoy deje de una vez de favorecer su crecimiento. Todas estas cosas, diciendo antes que nada que yo soy catalán, me vi impulsado a explicárselas a mis alumnos de Colmenar Viejo, Madrid. Esa mañana, me tocó dejar de dar Lengua y ponerme a dar Ciudadanía, como tantas otras veces.

viernes, 23 de octubre de 2009

No me critiques, machista, que soy una mujer

Los que habéis elegido para ganaros el cielo el penoso camino de aguantarme (vía sin duda exigente, pero de resultados garantizados), conocéis muy bien mi aversión a la discriminación positiva. Para mí, toda discriminación es discriminación a secas; si existen colectivos desfavorecidos, la sociedad debe brindarles todos los apoyos posibles, pero, una vez hecho esto, los miembros de esos colectivos, como individuos, deben afrontar los retos de la vida en las mismas condiciones que todo hijo de vecino. En consecuencia, si resulta que usted es Ministra de Economía y un diputado de la oposición, ejerciendo su legítimo derecho de crítica, tiene la ocurrencia de afirmar que los presupuestos que usted defiende parecen más bien obra de su jefe y Presidente del Gobierno, haga usted lo que se espera de un responsable político en un país democrático: encajar la crítica y rebatirla con argumentos, si es que los tiene, pero de ningún modo puede usted recurrir a la pataleta, a hacerse la ofendida y a invocar su sacrosanta condición de mujer para descalificar al adversario llamándole machista y despachárselo sin un solo razonamiento. Eso, señora Salgado (yo sé que ahora mismo usted estará leyendo este blog, del que es asidua), no es hacer política, es practicar un lamentable victimismo ventajista. Por lo demás, usted sabe muy bien que nuestro buen amigo Mariano algo de razón tenía, pues esos presupuestos vienen lastrados por los pactos políticos que su jefe ha alcanzado para sacarlos adelante y capear un poco el chaparrón de la crisis. Y, por otra parte, lo de que Zapatero trata a sus ministros como secretarios no es de Rajoy, lo dijo hace poco Carlos Solchaga y refiriéndose a todos, hombres y mujeres, así que tampoco cuela lo del machismo.
Naturalmente, la réplica de Salgado fue el agarrarse a un clavo ardiendo de quien no tenía respuestas, pero lo cierto es que obedece a unos vicios que ya han arraigado fuertemente en la izquierda: la rigidez y la fobia a la crítica. No digamos ya a la autocrítica, aquel viejo fantasma marxista, que ya no aparece ni en las sesiones de espiritismo. A propósito de esta esclerosis de la izquierda, es muy interesante un artículo titulado "Primero demócrata, después de izquierdas", el cual fue publicado en El País el pasado 20 de octubre. Su autor, Sabino Bastidas Colinas, habla de unos particulares hechos ocurridos en México, pero su análisis es exportable a otras situaciones. Parte de esta frase de José Saramago: "La izquierda no tiene ni puta idea del mundo en que vive" y la ilustra con el ciego e irreflexivo apoyo que esta franja política está dando en México a los sindicatos por el simple hecho de ser sindicatos, a pesar de estar demostrado que son desde ya hace tiempo un cuerpo apestado por la corrupción. Y esto es lo que le está pasando con demasiada frecuencia a la izquierda: atada a sus dogmas y sus altares, a su corrección política, está cada vez más alejada de la realidad, más ciega para ver que las cosas no son buenas o malas porque sí, que no toda crítica a una mujer es machismo, que no todo sindicato es una organización de lucha por el progreso de la humanidad, que no todo blanco es un racista, ni todo hombre es un maltratador... que no es oro todo lo que reluce y que por eso todo debe estar sujeto a crítica permanente, no sea que por debajo de algún refulgente chapado se esconda una chatarra roñosa. Y es que es lo que dice Bastidas: primero demócrata y después de izquierdas: no someter nunca a crítica lo propio es puro y simple sectarismo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Cambio de formato

Hola, amigos. Poco a poco me voy haciendo con las herramientas de este blog y voy añadiendo novedades que saltan a la vista. La más evidente es el cambio de formato que os presento, que obedece a dos razones: primera, que el formato que acabo de elegir permite un mejor aprovechamiento del espacio; segunda, que es mucho más cómodo para la vista.

sábado, 17 de octubre de 2009

¿Política de partido o política de gobierno?

Por fin se cerró el acuerdo para aprobar los presupuestos de este ejercicio. El PSOE logrará pasarlos con el apoyo -nunca gratuito- de dos grupos nacionalistas, Coalición Canaria y el PNV. Por supuesto, en política nadie da nada gratis, pero el problema de pactar con los nacionalistas es que son partidos que no hacen política general, sino miserable política de campanario, y difícilmente se puede construir un país cuando hay banderías cuyo programa consiste en pillar cuanto más mejor, aunque sea a costa del resto de la sociedad. En el caso del PNV, esto es manifiesto y sangrante: su consigna es que ellos están frente a España, a la que no pertenecen y de la que, por lo tanto, es lícito sacar el máximo provecho en la relación mutua, sin el menor miramiento. Quien crea que exagero, que se acuerde de aquello del árbol y las nueces o que eche un vistazo a aquella payasada insultante y demencial que se llamó plan Ibarretxe, monumento a la oligofrenia que, por fortuna, es tan pasado como su mentor.
Y así seguimos. Ayer, en la televisión, era de risa. Al ofrecer la noticia del acuerdo, sacaron en un momento a un representante de CC, que dijo que habían firmado porque el acuerdo era beneficioso para Canarias; después salió el inefable Ercoreka -¿a qué esperan para darle a este señor el premio Nobel a la inteligencia?-, diciendo, naturalmente, que ellos habían firmado porque se obtenía un gran beneficio para Euskadi, cosa absolutamente cierta, sólo que... Finalmente, y aquí es donde me dio la risa, apareció José Antonio Alonso, el portavoz del Gobierno, mostrándose muy satisfecho por una firma que representaba grandes beneficios para todos.
El año pasado o hace dos años, el PNV logró unas competencias en FP a condición de apoyar los presupuestos de Zapatero; este año, se lleva nada menos que el blindaje de los conciertos económicos vascos, es decir, una norma que hace más inatacable legalmente el particular sistema de recaudación de la comunidad autónoma vasca, sin discusión beneficioso para ellos, que son los únicos que lo tienen, y que es por tanto un privilegio antidemocrático y asimétrico. No debe de haber ni un solo experto en economía que no admita que sería imposible mantener la hacienda pública si todas las comunidades tuvieran este sistema. Entonces, ¿por qué lo tienen? ¿Por qué ahora se refuerza? Da la impresión de que, en los últimos ejercicios, el PSOE no ha hecho política de gobierno, sino política de partido, pues ha pactado cualquier cosa con tal de mantenerse. Como aquellos ricos venidos a menos de los folletines, Zapatero, para mantenerse él, les está regalando a los usureros las joyas que no son suyas, sino de la familia. Ésta es una de las peores taras de nuestro sistema político, porque Zapatero no es el primero que ha pasado por el chantaje de los nacionalistas.
Ellos sí pueden, a ellos les sienta como un guante esta política; durante sus años en el poder (vasco), para el PNV, hacer política de partido era hacer política de gobierno (vasco), tal era el enseñoreamiento que habían alcanzado sobre las instituciones (no en vano se les comparaba con el PRI). Pero en los partidos nacionales esto ya es cada vez más inadmisible; ningún político sin apoyos puede ya salvarse él a base de aumentar los desequilibrios. Y para más inri y por si a Zapatero le quedaban dudas acerca de quiénes son sus apoyos, hoy el PNV le manda otro recadito: esta tarde, saldrán a manifestarse junto a los abertzales, supongo que para denunciar las injusticias del estado opresor español. Ya digo, la risa me dio ayer cuando oí lo que decía Alonso.

viernes, 9 de octubre de 2009

La república mejor

Antes de las vacaciones, me hice el propósito de darle un pequeño impulso a la difusión de mi novela en cuanto acabase el verano y estos días empiezan a aparecer algunos resultados. Los que seáis de Tres Cantos podréis ver la entrevista que me han hecho en el Boletín Tricantino, que ha salido en el número 177, el que corresponde a este mes. Si alguno quiere verla por Internet, que pinche en el enlace http://www.boletintricantino.com/ y así hasta tendrá ocasión de ver la foto en color, circunstancia que atenúa la pinta de mafioso de película de Woody Allen con que salgo. El viernes 23 de octubre haré una presentación en la galería de arte Trueno, de Colmenar Viejo, presentación a la que estáis invitados, pero de esto ya daré detalles más adelante.
Para los que no estéis al tanto de este asunto de la novela, os diré que la publiqué el pasado mes de febrero y que es la historia de un soldado al que en la mili le toca padecer algunas cosas muy gordas, de esas cosas gordas que unos cuantos padecieron de verdad en los cuarteles de verdad. Por medio de ella, quiero hacer un retrato de lo que fue el servicio militar, pero os tranquilizo: no me dedico a contaros mi mili ni lo perverso que era el teniente Fulano ni lo bien que desfilaba mi compañía, sino que intento ir más allá de esas historietas trilladas y escarbar en cosas de mayor calado. He tratado también de no dar un enfoque maniqueo a la historia. Parto de estos versos de Calderón, relativamente famosos:
Este ejército que ves,
vago al yelo y al calor,
la república mejor
y más política es
del mundo, en que nadie espere
que ser preferido pueda
por la nobleza que hereda
sino por la que él adquiere.
Una cosa más, para terminar. Cuando publiqué el libro, y puesto que lo editaba yo, me tuve que sacar de la manga una dirección de contacto e incluí en los créditos la de mi antiguo blog y su correo. Dado que ya no puedo usarlos, os facilito un nuevo correo de contacto para cualquier información que queráis en torno al libro, o para lo que sea:
Hasta la próxima.

martes, 6 de octubre de 2009

Sobre el arte de no decir nada con grandiosas palabras

El pasado día 5, publicó el Presidente del Gobierno en el diario El País un artículo titulado Carta abierta a los maestros, el cual me figuro que muchos de vosotros ya conoceréis. Sabréis por tanto que lo más enjundioso de ese breve artículo es que en él Rodríguez Zapatero declara su firme creencia de que ha llegado el momento para un Pacto Educativo (así, con mayúsculas) que es tanto como convocar oficialmente a las fuerzas políticas para tal pacto. Es esta sin duda una importante noticia: ya hace mucho tiempo que desde diversos sectores se viene reclamando ese pacto.
Como maestro, le agradezco al Presidente las palabras de aliento y elogio que nos dedica, y más aún, las últimas líneas de su discurso, en las que viene a decir que va a poner todo su empeño en respaldarnos. No puedo, no obstante, dejarme en el tintero algunas inquietudes, la primera de las cuales ya la manifesté en un post del blog difunto que se titulaba Pacto escolar, el cual escribí hace un mes, cuando Zapatero empezó a hablar de pactos: dije entonces que los convocados a ese pacto tendrían forzosamente que ser las comunidades autónomas, los partidos, los sindicatos, las patronales de la enseñanza, las asociaciones de padres...: instancias públicas todas que, la que más la que menos, alguna faena le han hecho a la enseñanza cuando se ha tratado de anteponer sus propios intereses, en consecuencia, ¿merecerá la pena pactar con ellos o asistiremos al típico festín de buitres en el que cada cual va a por su tajada y al final tendremos que soportar durante años vaya usted a saber qué chapuza, santificada encima con la vitola de ser el Pacto Educativo con mayúsculas? Cuidado con esto. Otra cosa que convendría sería que se establecieran mecanismos eficaces para oír la voz del profesorado, que, naturalmente, no podrían ser los sindicatos, los cuales son solo la voz de sí mismos, como seguramente sabrá muy bien el Presidente del Gobierno.
Mi segunda inquietud procede de cuestiones de fondo. El artículo de Zapatero por fuerza tenía que poseer el tono solemne y la abundancia de elevados propósitos propios de este tipo de documentos, y es cierto que los elevados propósitos tienen la tendencia a ser vagos y generales, pero, aun así... Aun así, creo que estaba obligado a concretar, a "mojarse" por una vez en su vida, porque el asunto de la enseñanza ya no admite frivolidades. Zapatero empieza su carta señalando lo que ha progresado la educación desde los años 70; faltaría más: ¿qué país de zánganos sería este de no haber sido así? Nos adula luego los oídos con propuestas como mirar al futuro con ambición o aspirar a la excelencia: ¿y quién no mira al futuro con ambición, quién no aspira a la excelencia? Solo con eso, no dice nada, me hubiera gustado ver alguna pista, algún dato acerca del futuro a que él aspira (porque futuros hay muchos) o de qué entiende por excelencia y cómo cree que hay que lograrla: este ha sido un debate crucial y envenenado en la enseñanza en los últimos años y nadie puede esperar apoyos sin tomar posiciones claras. Reclama luego la colaboración y el compromiso de las diversas administraciones y de la sociedad y de nuevo se nos ocurre que se cae por su propio peso, que su concurso es imprescindible, pero también aquí se presenta una carencia esencial: no dice para qué. Todos debemos colaborar y muchos queremos hacerlo, pero yo necesito que me digan para qué, porque pongamos por caso que Zapatero quiere colaboración para duplicar el poder de los departamentos de orientación o para impulsar planes demagógicos y demenciales como el de la enseñanza bilingüe: para eso, que no cuente conmigo.
Zapatero tiene que hacer explícitas sus posturas y sus propuestas; tiene que aclarar si está dispuesto a pactar por pactar y que salga lo que sea o a dirigir la negociación hacia un modelo serio; tiene que abrir el proceso a la participación de los profesores, si es posible, para algo más que opinar: mientras no cumpla todo esto, su Pacto Educativo será, en el mejor de los casos, un brindis al sol.

viernes, 2 de octubre de 2009

La prueba de contraste

Hoy aparece en los medios una nueva noticia acerca de José Moreno, un personaje al que juzgo capital para valorar lo que ha pasado en nuestro país en la economía y en la ética política de los últimos 27 años, más o menos, los que lleva la vida de todos los españoles siendo terriblemente condicionada por el abusivo precio de la vivienda. Ni mis conocimientos ni el espacio de un post dan para analizar este asunto en profundidad, pero sé que todos sabéis muy bien cómo este capítulo económico ha pesado y pesa decisivamente en cuestiones tan capitales como el tener hijos, independizarse o embarcarse en proyectos; cómo ha influido en que hablemos de una o dos generaciones de personas que han alargado anormalmente la etapa de la alegre juventud, que, anormalmente alargada, se hace poco a poco menos alegre; cómo ha llegado incluso a envenenar asuntos tan íntimos como el de la separación matrimonial, el cual, a la hora de descender al ineludible y mezquino terreno práctico, con demasiada frecuencia, ha desembocado en la semirruina para aquel de los cónyuges que se veía obligado a abandonar el hogar común. Y ahora, en un rizar el rizo que hace un par de años ni siquiera hubiéramos sospechado, está determinando también que algunos de esos esclavos de hipotecas desmesuradas en que nos hemos convertido gran parte de los españoles se vean literalmente lanzados a la bancarrota y a la calle, al descender drásticamente su poder adquisitivo por culpa de la crisis. Por supuesto, esta tenebrosa moneda ha tenido un reverso resplandeciente: el de los constructores, promotores, especuladores, bancos, intermediarios, ayuntamientos, partidos, políticos corruptos y demás fauna carroñera que ha sustentado su época no ya de oro, sino de platino y diamantes, en los yacimientos situados en las espaldas de todo un país de paganos. ¡Qué yates, qué lujos, qué mansiones, qué vidorras, qué encumbramientos de patanes chorizos y sin escrúpulos, sacado todo del sacrificio diario de millones de personas decentes! De esa sima de mangoneo, ha salido el que nuestra crisis sea la más galopante de Europa: y ahora, ¿qué?; ahora, ¿quién paga?; ahora todos esos, ¿de qué responden, cuál es su contribución al arreglo del problema?
Y aquí es donde entra José Moreno, al que también se conoce como El pocero bueno y El pocero de Fuenlabrada. El motivo por el que vuelve a los titulares es que ha decidido, mediante convenio, contratar a parados para que trabajen en las promociones de vivienda que tiene en marcha. Sería largo entrar en el perfil personal de este empresario, pero todos los que queráis profundizar podéis hacerlo en Internet, y os lo recomiendo, porque ahí veréis, entre otras cosas interesantes, que las razones de lo que paso a contaros sucintamente responden a un compromiso personal de encomiables presupuestos éticos. Como él mismo dice en una entrevista que se le hizo en 2007 en el 20 minutos, las cosas que hace son su forma de cambiar el mundo. Ahí van los datos:
En el año 2007, Moreno puso en marcha una promoción de pisos de unas dimensiones que oscilaban entre los 84 y los 107 metros cuadrados. Se podían obtener pisos de tres habitaciones por 84.000 euros. En esa época, os lo aseguro, el mercado estaba de tal modo que, en cierto barrio extremo de Madrid, te pedían 200.000 euros por un agujero de apenas 45 metros cuadrados. Por suspuesto, la promoción de Moreno registró una saturación de solicitudes. No sé si de esa o de otra promoción, Moreno asegura en una entrevista: "Con lo que nos dieron, se pueden hacer piscinas, zonas para niños... con una media de 14 millones" (84.000 euros, porque nuestro personaje es de esos a los que no se les quita la costumbre de calcular en pesetas). Ítem más: en enero de 2009, lanza una promoción de chalés con 120 metros cuadrados útiles, más 80 de terreno exterior. ¿Precio? Se agarren, oigan: 155.000 euros (unos 26 millones de pesetas). En mi pueblo se vendían entonces chalés de menos espacio por entre 480.000 y 600.000 euros. Y por aquel entonces, cierta promoción de vivienda ¡protegida! en Tres Cantos (mi pueblo) cobraba 150.000 liebros por unos pisos de, como mucho, 65 metros cuadrados. ¿Creerán que este señor es un romántico que vive del aire? Pues el caso es que él mismo nos informa de que, en una promoción de 402 pisos, su ganancia fue del 3'6%, lo que en términos absolutos representó 500.000 euros (80 millones de pesetas), lo que tampoco está mal y no le reprocho: tiene todo el derecho del mundo a beneficiarse de sus negocios y su trabajo.
Naturalmente, a la vista de que este constructor-promotor ha sacado adelante las promociones que ha sacado, a eso precios y sin precipitarse en la ruina, no hará falta que explique por qué titulo este artículo con el nombre de La prueba de contraste. Surgen de forma inevitable una serie de preguntas: ¿por qué, si esto era posible, la construcción y la vivienda han alacanzado en España las demenciales cotas a que hemos llegado? ¿Con qué márgenes de beneficio se habrán movido y lucrado el Pocero Pocero, el que todos conocemos como el Pocero, y los que como él no han entrado en el negocio inmobiliario con el talante de Moreno (es decir, todos menos el propio Moreno)? ¿Qué categoría humana y civil podremos atribuirles, a pesar de sus yates y demás signos de relevancia social? ¿Qué podemos pensar de los muchos políticos importantes que frecuentaron el megalómano yate del Pocero Pocero? ¿Qué podemos pensar de los políticos que encajaron a las mil maravillas en el círculo de relaciones económicas que se forraron con el boom inmobiliario? ¿Hicieron todo lo posible por moderar el alza de los precios? ¿O quizás se integraron en esos círculos para goce y beneficio de sí mismos y de sus partidos (desde el nivel municipal hasta el nacional)? ¿Hicieron todo lo posible nuestros partidos y nuestros gobiernos por frenar la corrupción y la especulación ligadas al negocio inmobiliario? ¿Cuándo se dieron cuenta y decidieron no hacer nada? ¿Hubiera sido posible otra política de vivienda? ¿Hubiera sido posible no machacarnos a todos y no meter en una ratonera a esas dos generaciones de las que hablaba al principio? ¿Cuántos están pringados y hasta dónde? La existencia de un personaje como José Moreno hace que todas estas preguntas tengan la respuesta más pesimista: José Moreno es la prueba de contraste. Un par de preguntas más: ahora que el negocio ha reventado, todos ponen cara de arrepentimiento, pero, ¿qué pasará cuando las cosas vuelvan a ir bien? ¿Van a volver a las andadas? Que Dios nos pille confesados.