Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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lunes, 24 de agosto de 2020

Fernando Simón y los "influencers"

   Cuando hace apenas unos días vi por televisión a Fernando Simón, portavoz del Ministerio de Sanidad en la lucha contra la pandemia por coronavirus, pidiendo ayuda a los "influencers" para difundir entre la población las cosas que se debían hacer en esta lucha, me quedé tieso por el asombro. La lucha contra la pandemia es un asunto tremendamente serio que afecta a toda la sociedad, así que, en un país bien organizado y avanzado, a los ciudadanos lo que se nos debe pedir es una actuación responsable y un cumplimiento de las indicaciones o normas que procedan de las autoridades competentes, en este caso, sanitarias. Por otro lado, en un país al que se le supongan las antedichas condiciones, deberían ser esas autoridades y no otras instancias quienes tomasen bajo su cargo y responsabilidad toda acción efectiva dirigida a la superación de la crisis.
    A esas autoridades no les corresponderá ese delicado papel así porque sí, o por causas espontáneas e inconsistentes, sino por las muy sólidas razones por las que en las sociedades avanzadas se alcanzan los puestos de responsabilidad colectiva, y recalco esta palabra, responsabilidad, porque está en la esencia del desempeño de toda función pública y es la clave que señala de manera inequívoca que el llamamiento del señor Simón fue un lamentable disparate. Todo aquel que desempeña una función pública lo hace en virtud de una fundamentada idoneidad para ese desempeño y sometido a una responsabilidad por lo que haga o deje de hacer. Pongo ejemplos: el policía, el médico, el profesor, el bombero, el administrativo ministerial, el técnico de hacienda o el socorrista, para llegar a esos puestos, habrán tenido que demostrar su capacitación mediante la superación de pruebas y/o la presentación de títulos o méritos adecuados, pero la cosa no se quedará ahí, porque, además, cualquiera de esos profesionales que desempeñe sus funciones de forma negligente o ineficaz tendrá que rendir cuentas por ello.
    Por tanto, las preguntas son estas: ¿cuáles son los méritos demostrados por los "influencers" para ejercer como guías de la conducta ciudadana ante la pandemia? ¿Qué mecanismos ha utilizado el señor Simón para constatarlos? ¿Cuáles son los cauces que fijarán sus responsabilidades en caso de que cometan algún error? Me temo que la sola formulación de estas preguntas basta para evidenciar que el peregrino llamamiento de Fernando Simón fue una completa frivolidad, lo cual resulta inadmisible, pues ni su puesto ni la situación que atravesamos son aptos para frivolidades. Tendríamos razones los ciudadanos para sentirnos ofendidos por un coordinador gubernamental que parece presuponer que somos unos descerebrados que, ante tan delicado asunto, vamos a seguir los consejos de personas cuya notoriedad procede de tener seguidores en internet y no de sus conocimientos médicos; tendrían razones para molestarse los "influencers" ante el intento del señor Simón de arrastrarlos en su demagogia.
     Porque, en  realidad, se trata de demagogia y no de un interés real por aportar mejoras a la lucha contra la pandemia. Esta escenita tiene todo el aroma de una ocurrencia efectista más ideada por Iván Redondo y permitida por Pedro Sánchez, Illa o quien controle a Simón. Ahora toca poner el foco sobre los jóvenes, porque a alguien hay que culpar del alarmante ascenso de contagios que estamos padeciendo en las últimas semanas, de ahí vendrían la machaconería con que se está hablando de fiestas y discotecas, esta delirante comedia de los "influencers" (como si el pobrecito Illa no tuviera otro recurso para parar el incremento de casos) o la aberrante manipulación que he visto hace solo unas horas: el telediario de la 1 abriéndose con esta noticia: ¡200 jóvenes sin mascarilla en una fiesta de Torremolinos! ¡Estos c _ br _ n _ _  de jóvenes nos la van a liar parda! Ninguna responsabilidad de Simón, ni de Illa y su ministerio, ni de Sánchez, que ya ha decidido descargarlo  todo sobre las comunidades autónomas. Pero si uno se toma la simple molestia de ver cuántos brotes hay ahora mismo en España, resulta que tenemos activos 1.126: ¿son todos obra de jóvenes sin mascarillas montando fiestorros? Otra cosa sobre la que llamo la atención: ¿por qué no abren mañana un telediario con los millones de jóvenes que sí llevan mascarilla y se portan con la responsabilidad que parece faltarles a ciertos responsables (?) políticos e informativos?
    Sinceramente, no me cambiaría por Fernando Simón, porque está sometido a una presión y unas críticas que deben de ser muy difíciles de soportar y tal vez sea esto lo que le empuje a cometer los patinazos que está cometiendo últimamente, cada vez más y más absurdos. Aunque ahora todos le critican, muchos de los que lo hacen le alababan hasta hace solo unos meses. Pienso que la equivocación de su vida fue aquello que dijo de que, si su hijo le preguntase si podía ir a la manifestación del 8-M, él le respondería que hiciera lo que quisiera, una frase que muy poco después se demostró insostenible y que le ha pasado la tremenda factura de cargarse su prestigio. No tengo nada personal contra él, pero pienso que hoy lo mejor para todos sería que dimitiese o que sus superiores lo relevasen. 

domingo, 16 de agosto de 2020

¿Soy yo el único que ve que España puede dar un petardazo?

Queridos cuatro gatos que leéis este blog:
    Cuando dentro de unas horas amanezca otra luminosa mañana agostina, puede que alguno de vosotros, al igual que vuestro amigo el guachimán, haya leído ya dos notables artículos que publica "El Confidencial": uno de José Antonio Zarzalejos titulado España toca fondo y otro de Juan Carlos Monedero que se titula Hacia un debate constituyente
    Como puede verse, ambos son bien explícitos ya desde el título. En el primero, el señor Zarzalejos da un repaso a una serie de problemas y perspectivas de nuestra situación actual que la retratan como catastrófica, lo que le lleva a invocar una gran concertación nacional que los extremistas, según su opinión, no quieren. Dejo aquí una enumeración de los males que señala el periodista: la amenaza de un desastre socioeconómico, laboral y sanitario; el derrumbe de los sectores motrices de nuestra riqueza y empleo; la incertidumbre sobre los ERTES y la vuelta al trabajo y a los centros educativos; nuestra insuficiente preparación para afrontar los desafíos que se nos avecinan, debida al fracaso sin paliativos que ha supuesto el Gobierno de coalición; la estrategia de agitación subversiva que ha desatado Podemos para tapar sus vías de agua; la espantada de Juan Carlos I; el desgobierno y el caos político.
     Es un muestrario elocuente, y también espeluznante, aunque en esto último creo que se queda corto, y para sostenerlo me basta con señalar hacia el otro artículo, en el cual Juan Carlos Monedero lanza sin ningún disimulo un torpedo contra el sistema constitucional, situando el alza de su mira telescópica en la monarquía, sobre la que propone un referéndum. Naturalmente, no estoy de acuerdo ni con la propuesta de cargarse esa monarquía que tanto odian el señor Monedero y otros seres angélicos y que ya solo por eso se hace simpática ni con la de laminar el "régimen del 78", por el motivo anterior y porque, con todos sus defectos, me temo que resultaría cien veces más democrático que lo que anda en la cabeza de cualquiera de sus detractores para sustituirlo. Además de esto, las razones de Monedero son en general tramposas: distorsiona la historia, omite las virtudes del sistema constitucional y le atribuye taras que no tiene; hay incluso un momento en que parece que culpa a Felipe VI de la epidemia del coronavirus, no os digo más.
     Y si no os digo más es porque ese artículo tenéis que leerlo para daros cuenta de que, como decía más arriba, Zarzalejos se ha quedado corto, pues la cosa es cada vez más seria: sabíamos ya de largo que los podemitas  (y los separatistas, claro) iban contra la monarquía y la Constitución del 78 con el cuchillo entre los dientes, pero creo que esto ya no es ningún chiste (si es que alguna vez lo fue): con el partido del señor Monedero en el Gobierno, cositas como ese artículo suyo deberían hacernos tomar conciencia de que existe una amenaza muy real de cambiar la monarquía constitucional de 1978, hoy tambaleante pero muy democrática, por una república que nos traerían personajes como Juan Carlos Monedero, Ada Colau, Jaume Asens, Pablo Iglesias o Gerardo Pisarello, a quien, por cierto, en su artículo tiene Monedero la desvergüenza de citar como "el constitucionalista Gerardo Pisarello", una autoridad política citando a una autoridad jurídica, vamos. No es un juego: esta gente quiere cargarse el sistema constitucional con el mayor de los empeños. Y no olvidemos que otros que vienen con el cuchillo entre los dientes y con todo su empeño son los separatistas vascos y catalanes, cada vez con más exigencias y cada vez con más pretensiones, que lo que quieren cargarse es España (a no ser que se les permita esquilmarla). Uno esto a las cosas que señala Zarzalejos y me pregunto: ¿soy yo el único que ve que España puede dar un petardazo? 
     Por cierto, otra cosa que me pregunto: ¿Pedro Sánchez qué piensa de todo esto?