Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

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sábado, 26 de noviembre de 2022

Expulsión totalitaria en Baleares

     Supongo que entenderéis que me refiero a la que tuvo lugar ayer viernes en el colegio "La Salle" de Palma de Mallorca, donde una profesora de Catalán conminó a sus alumnos de un grupo de 1º de Bachillerato a quitar una bandera española que habían colgado en el tablón de avisos, tras lo cual, al no ser obedecida, se marchó del aula. Poco después, llegó otra profesora, que comunicó a los alumnos que  esa clase y la siguiente, que era de Filosofía, quedaban suspendidas. La faena la remató a continuación el jefe de estudios, que hizo saber a los alumnos que estaban expulsados, así que debían irse a sus casas hasta el lunes siguiente. La información para este artículo la he tomado de "Diario de Mallorca" (DM) y "Libertad Digital" (LD), que me parecía que sintetizaban suficientemente los hechos. He buscado en otros muchos medios, y no sé si "La Vanguardia", "El País" o "Eldiario.es" se han ocupado de este asunto, pero, hasta el momento en que empiezo a escribir, no he encontrado referencias de que así fuera. 

    Lo primero que no es que llame la atención, sino que escandaliza, son dos hechos en conjunto: que una profesora exija que en un aula de un centro educativo español se quite la bandera española y que en una nación se pueda expulsar a alumnos por haber puesto la bandera de esa nación (para los inquisidores que estén con el cuchillo entre los dientes, diré que con el escudo constitucional) en el tablón de su clase, porque eso es, sencillamente, criminalizar un objeto que es perfectamente legítimo e inocuo, por no entrar en el hecho de que es un símbolo merecedor del mayor respeto y consideración. Lo segundo, que los alumnos parezca que hayan tenido que justificarse por ello. Lo tercero, lo fulminante de la expulsión. Lo cuarto que, según se relata en DM, el  claustro del "La Salle" hubiera tomado decisiones acerca del uso de la bandera nacional en el centro. Creo conveniente ir por partes, para que nos entendamos mejor. 

    a) La conducta de la profesora. Esta señora ha demostrado ser una fanática sin el menor asomo de ética ni de profesionalidad. Su obligación como asalariada de un centro educativo era hacer lo que le tocaba, es decir, dar esa clase en esa banda horaria, conque, si no lo ha hecho, ha incumplido el más elemental de los deberes que tenía hacia sus alumnos (a los que ha tratado con inadmisible desconsideración) y hacia la sociedad. Ni que decir tiene que su "motivación" hace agua por mil costuras: demuestra soberbia (parece ser que sus lecciones están por encima de los símbolos de la nación, o sea, de las leyes), desproporcionada incompetencia (no se abandona una clase por pequeñeces así; abre todas las puertas a que sospechemos que agarró al vuelo un pretexto para "fumarse" la tarea) y fanatismo (parece que la "seño" de Catalán no ha podido dominar su odio al español). Si no es sancionada, la inspección educativa balear demostrará que es basura, no una institución.

    b) La expulsión de los alumnos. El asunto de las expulsiones escolares me lo conozco bien, así que no necesito mucho para ver todos los despropósitos que se han cometido con esta, que ha sido una arbitrariedad disparatada al máximo, por lo que espero que a su responsable (el jefe de estudios del centro, según DM) le cueste una sanción, a no ser que en Baleares la inspección, la normativa sobre convivencia en los centros o ambas cosas estén a la altura de eso que tiramos en un cubo y luego se recicla. Como no podría ser de otro modo, en las reglamentaciones sobre convivencia escolar bien hechas, una decisión tan delicada como la expulsión está sometida a unos cauces que la encuadren en el contexto de los derechos, y no en el de la arbitrariedad. Dentro de esos cauces, son importantísimos dos: la fijación de unas motivaciones que justifiquen la expulsión (estas podrán decidirse si se dan unas razones señaladas en las leyes, y no porque le dé la gana al primer fulano que tenga un mal día) y las garantías de procedimiento. En lo referente a las motivaciones, si las normas baleares incluyen la colocación de la bandera de España en un tablón, es que en la comunidad gobernada por la Sra. Armengol han perdido el juicio. En cuanto a las garantías: jamás una expulsión del centro puede dictarse de forma flagrante, como ha hecho este señor, sino que se debe habilitar mediante la apertura de un expediente regualrizado, en el que nunca falta una audiencia formalizada al sancionado, que aquí ha brillado por su ausencia. 

    Otro aspecto que es para llevarse las manos a la cabeza es el de la expulsión colectiva, que en algunas normativas está EXPRESAMENTE PROHIBIDA, por una razón de elemental justicia: raramente en una infracción en la que hay varios implicados el grado de culpabilidad es el mismo en todos, por lo que este detallín debe aclararse muy bien, cosa que no ha parecido tener en cuenta el jefe de estudios del "La Salle". Hay otra cuestión que tampoco hay que infravalorar: aunque se trataba de alumnos de Bachillerato, o sea, de un nivel no obligatorio, el poner en la p _ _ _ calle a 32 alumnos de un simple dedazo y porque a la de Catalán le ha dado el berrinchín al ver una bandera española, es una tremenda irresponsabilidad y una muestra de que quien tomó la decisión es un completo incompetente, un sectario explosivo o ambas desaconsjables cosas. ¿Y qué decís de lo de la clase de Filosofía? ¿Por qué esa persona privó a los alumnos del derecho a recibirla y al profesor del de darla? ¿Tan urgente era echar a los alumnos del centro? ¿Estaban esos adolescentes de dieciséis o diecisiete años tramando alguna horrible conspiración españolista?  

    Y ya, para redondear el espantoso ridículo, el penoso pretexto que se montan los profesores, según relata MD: que, en realidad, la expulsión no se debió a lo de la bandera, sino a que a los alumnos se les expulsó por enfrentarse con la profesora, cosa que además ello niegan. Ni que fuera la Moreneta, vamos: jamás un motivo así ha justificado tan drástica respuesta, ¡jamás!, no intoxiquen ni tomen a la gente por idiota. Tengan ustedes un poco de entereza, si es que saben lo que es eso: si tan catalanistas son, no vayan luego escondiéndolo al primer roce. 

    c) El tratamiento de la bandera nacional, que es, no olvidemos esto, un importante elemento de nuestro ordenamiento legal. La bandera de un país es su símbolo más visible, pero también una cosa normal y que a nadie sano y sensato ofende; la venenosa anomalía está en España, el país en el cual, en gran parte de su territorio, lo que se ha normalizado es el delirio de que se estén proscribiendo la lengua oficial y la bandera. Que los alumnos de ese centro colocasen la bandera española en el tablón hubiera debido ser tan chocante o conflictivo como que hubieran puesto ahí el calendario de exámenes del primer trimestre o el aviso de una excursión a un museo, así que, si nos quitamos por un momento las lisérgicas gafas que el separatismo nos ha puesto a todos en la trastornada realidad española, deberían causarnos estupor todos y cada uno de los elementos de esta triste y a la vez esperpéntica historia:

    Primero, los ya comentados: la reacción histérica de la profesora de Catalán, la desafortunada expulsión y los lloriqueos de los profesores intentando "explicarla".

    Además de esos, estos otros, de los que se da cuenta en MD:

    -Que los alumnos tuvieran que dar explicaciones de que la bandera estaba ahí por la selección, en lugar de ponerla sin más.

    -Que tuvieran que pedirles permiso al tutor y al jefe de estudios para colocarla, y que incluso, para no herir la susceptibilidad de algunos energúmenos pancatalanistas que ejercen (ensuciándola) la docencia en su centro, se hubieran sentido obligados a poner un ridículo cartelito que decía: "Vamos Selección". ¿En qué clase de gulag se ha convertido la enseñanza balear? 

    -Que, ¡en previsión de que a los alumnos les fuera a dar por poner o llevar la bandera de su equipo y su país durante el mundial!, el claustro había acordado previamente unas normas de colocación en las clases, léalas en DM quien quiera saber hasta qué punto puede ser ridículo y a la vez abyecto el separatismo. Y el mundo de la enseñanza, claro: ¿nadie en ese centro vio que los claustros no son competentes para dictar normas que restrinjan el uso de la bandera nacional? Vuelvo al lisérgico delirio español: parece ser que en nuestro país algunos creen que sí. Y ya sería el colmo que la inspección educativa (otra institución sin competencia para ello) dictaminase que lo tienen, vamos a esperar un poco, porque, tratándose del circo balear, cualquier payasada el posible, acuérdense de un tal Balti, que llegó a ser nada menos que presidente del parlamento autonómico.

    Creo que hay muy poco que añadir. Utilizando una vez más como arma el sectarismo separatista y su odio a España, el pancatalanismo se ha permitido un grosero abuso contra los derechos de un puñado de adolescentes, grosero y esperpéntico. La cosa parece de risa, pero es muy seria, porque no se puede llegar tan lejos en el abuso y el ataque a lo que es de todos. Tratándose como se trata de un asunto que se cuece en una comunidad dominada por el secesionismo, me temo que este atropello quedará, como otros muchos, impune. Una anécdota más para el argumentario contra el podrido tinglado de las autonomías. 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

El viento del olvido

     El 4 de diciembre de 1936, unos hombres llamaron a la puerta de mi abuelo paterno, lo sacaron de su casa a la fuerza y se lo llevaron en un coche. A partir de ese momento, su familia jamás volvió a verlo, aunque sí sufrió el castigo de recibir esporádicas noticias sobre él, todas falsas. El 19 de abril de 1937, los mismos que habían ordenado aquella detención mataron a su padre, que se había vuelto ya muy incómodo. Tenía entonces 77 años. Sobre estos hechos, escribí hace algún tiempo una novela que titulé El viento del olvido y que acabo de publicar en Amazon. Por si estáis interesados en ella, os dejo aquí unos enlaces a las dos versiones en las que lo he editado: 

Tapa blanda (precio: 9 euros)

El viento del olvido (versión en papel)

Ebook (precio: 3'5 euros)

El viento del olvido (versión para libro electrónico)

    Os adjunto también la cubierta:



    Desde muy pequeño, oí en casa mil historias acerca de lo ocurrido con mi abuelo. Después, pasado el tiempo, más de una vez pensé contar el suceso en un libro, aunque siempre acabé desechándolo, porque ese relato familiar era muy dramático, pero no suficiente para construir una novela, hasta que en 2011 llegó a nuestras manos algo de lo que desconocíamos incluso su existencia: la investigación judicial que se realizó en 1941 sobre los hechos acaecidos durante la guerra en el pueblo de mi abuelo y mi bisabuelo, un sumario con más de cien documentos. Fue emocionante para toda la familia leerlos una y otra vez, comentarlos, enterarnos de datos que ignorábamos, atar cabos...

    Con la información nueva que allí descubrí, más alguna otra que obtuve posteriormente en un viaje al pueblo -que no pisaba desde hacía casi cincuenta años-, entendí que ya sí había suficiente para escribir una novela, me puse a ello y el resultado fue El viento del olvido. Quiero pensar que no es mala, porque, cuando intenté sacarla a la luz por otras vías, hubo una editorial que estuvo realmente interesada en ella y mantuvo una serie de contactos conmigo. Además, en la edición de 2020 del Premio "Ciudad de Barbastro", alcanzó la fase semifinal, podéis comprobar que no miento aquí. Aunque representan intentos fallidos, ninguna de estas dos cosas es fácil, tal y como está hoy la publicación de libros.

    Antes de acabar: el pueblo de mis mayores se encontraba en la zona republicana, y republicanos eran mi abuelo y quienes acabaron con él y con su padre del modo que se relata en El viento del olvido. Casi se me olvida este detalle, y eso que creo que, en los tiempos que corren, es muy relevante.

viernes, 4 de noviembre de 2022

Mercadotecnia y educación: La Caixa insiste con su 4C

    Quizás algunos recordéis que el pasado mes de junio escribí un artículo sobre cierto anuncio de las cuatro ces (educativas) de La Caixa. Escamado por esta nueva incursión de una entidad bancaria en el mundo de la enseñanza, entré en su página educativa, llamada EduCaixa, donde comprobé que el producto que tan primorosamente ofrecía el anuncio no era más que el humo que los innovadores pedagógicos llevan décadas vendiendo. Terminaba preguntándome qué "altruistas" objetivos atraían a La Caixa y a otros grandes bancos hacia la enseñanza, pero quizás no me hubiera hecho falta si, como he hecho hoy, hubiera pulsado el enlace ¿Qué es EduCaixa? Si entráis en él, veréis que estos señores tan cucos no responden directamente a la pregunta que ellos mismos plantean, sino que nos hacen una verónica contando en qué creen y lo que hacen, de lo que pensando un poquito acabas deduciendo esto: que EduCaixa es una ramificación de La Caixa dedicada a la implantacción de las supuestas bondades del innovacionismo educativo. Da que pensar el hecho de que no se atrevan a decirlo a las claras y, bien mirado, sigue sin respuesta una pregunta: ¿por qué lo hacen? ¿Por qué La Caixa y todos los bancos se han decantado por esos modelos educativos que tan decididamente están impulsando? 

    Tan poderosa maquinaria económica dispone de muchos medios y mucho dinero para llevar a cabo sus fines y, en el caso de esta ofensiva 4C, los está utilizando para un recurso muy caro y eficaz: una campaña publicitaria cuyo segundo anuncio anda estos días por las pantallas (ADVERTENCIA: si sois diabéticos, no pulséis el enlace, porque el cargamento de almíbar da para llenar seis piscinas). Dado que lo que ofrecen EduCaixa y el pedagogismo es un producto tan viejo como la promesa de paraísos futuros (de los que, por supuesto, ellos son los agentes inmobiliarios que nos venden la parcela), este es el recurso del que han tirado los publicistas, cosa que se ve ya desde el pricipio: acaraciantes notas de piano y un mar en calma con estas palabras sobrepuestas: "El mundo de mañana depende de la educación de hoy", lo cual es cierto solo en parte y, en todo caso, no significa que el aprendizaje por proyectos lo vaya a hacer mejor. Estas trampitas subliminales atraviesan el anuncio de cabo a rabo, vamos a verlo paso a paso en una de esas tablitas a las que tan aficionado es el guachimán.

Elemento del anuncio

Observaciones

Matrimonio sentado como si estuviera ante alguien que les entrevista. Ella dice: El profesor les conquistó desde el primer día […] Era profesor porque estaba en la escuela. El marido hace una pequeña observación acerca de que era diferente.

Entrando a matar desde el principio: ¡el profe guay, el Mesías del nuevo evangelio que salvará a la carcomida educación de hoy! Tan distinto era de los carcamales de siempre, que se entendía que era un profe porque estaba en la escuela, que si no… (Acotación: a lo mejor era un conserje, o un fontanero que había ido a arreglar un grifo). Fondo del mensaje: el visceral desprecio al profesorado, marca de la casa pedagogista.

Nueva pareja de entrevistados. Dice ella: Yo, como soy de la vieja escuela, le pregunté por los materiales. No tenía libros porque… o sea, trabajaba de otra manera.

Quemado el maestro, procede continuar con la segunda pira: ¡libros a la hoguera! Eso es cosa de… ¡la vieja escuela! ¡Anatema! En el Paraíso se trabaja de otra manera. Llevamos 22 segundos de anuncio y ya se ve que la innovación pedagógica tiene las mismas fobias que conocidísimas propuestas totalitarias (Inquisición, caza de brujas, franquismo, nazismo, Pol Pot…): los libros y los maestros. Algo huele muy mal aquí.

En la tercera pareja, la señora que habla tiene acento andaluz, oigámosla: Vamos a hacer un proyecto de biometalización. ¡¿Eeeeh?! ¡¿Quéééé?! ¿De bio qué? ¿Eso qué es? Laura, eso no va a funcionar, ¿eh?

¡Esta madre tan antigua que no tiene ni idea de lo que es un proyecto…! ¡Pues claro que va a funcionar, y mejor que ese c***** de los libros! Vaya, qué casualidad: a la madre que da mayores muestras de ignorancia, le ponen acento andaluz; en cuanto sale el plan de chiste, allá que te va el tonillo meridional. ¿Estos señores que les hacen los anuncios a La Caixa son por casualidad discípulos de Heribert Barrera, Jordi Pujol o Quim Torra?

En la cuarta pareja, ¡es el hombre el que habla! Nos dice: Cómo iban aprendiendo pues a exponer, a mejorar, a pulir el proyecto…

Que el señor notaba cómo su hijo iba aprendiendo en la escuela, vamos. Hasta que llegó EduCaixa, jamás un padre había tenido una experiencia así.

También en la quinta pareja es el hombre quien habla (al parecer, hubo telefonazo de Irene Montero y la cosa se frenó ahí), para decirnos esto: Se han equivocado una, dos, tres, cuatro…

¿Y? ¿Se estará quejando de que las chicas de la clase de su hijo son unas zopencas que no paran de equivocarse?  No sé, aunque no creo que sea eso.

Se restablece el orden y vuelven a dominar las señoras. La de la sexta pareja nos dice: Les abrieron las puertas al no fracaso y esto es muy importante, sobre todo, si es refiriéndonos a la adolescencia, que enseguida un fracaso se ve como que se ha hundido el mundo.

Estoy absolutamente de acuerdo con esta mujer: esto es importantísimo, una de las claves de arco de la LOGSE, la filosofía que la inspira (a la que sin duda EduCaixa es afín) y la temible LOMLOE. Este era el plan que ha hundido nuestra enseñanza: que el alumno jamás suspendiera, que al alumno jamás se le frustrara, que jamás se le sometiera a ningún reto, por el peligro de que "fracasase". Esto es letal para la educación, porque aniquila el progreso, el afán de mejorar y la excelencia.

En la séptima escena, el marido debe de haberse ido a por tabaco -total, para lo que servía…- y ya directamente está solo la esposa. Nos dice con un acentillo extranjero: Yo creo que todas las generaciones a sus niveles pueden hacer un mundo mejor.

Naturalmente que sí, señora, y también peor, menudo descubrimiento. Lo que me escama es eso de “a sus niveles”, que interpreto como un guiño a los propósitos inclusivos de la LOMLOE, loables, pero muy mal entendidos. Resulta todo bastante absurdo.

Llegamos a la última pareja. La mujer dice: En nuestra época nos enseñaban conceptos y los memorizábamos y los soltábamos en un examen. Ahora hacen proyectos… y por el camino han aprendido, sin darse casi ni cuenta.

¡Ja, ja, guachimancito! ¿Te creías que te ibas a escapar sin la preceptiva coz a la memoria y la casi preceptiva a los exámenes? ¡¡Iluso, esto nunca podrá faltar en el catecismo innovador!!  Y luego, las inevitables connotaciones negativas: “los soltábamos”, como quien vomita, a eso reducen los pedagogos el conocimiento. En el paraíso de EduCaixa será distinto: con los proyectos se aprenderá sin darse cuenta. ¿Aprender sin darse cuenta? Autocrítica involuntaria, sin darse cuenta, vamos, justo como se “aprende” con los proyectos.

  

    Así que está clarísimo: ¡sí hay un Paraíso, sí existe un mundo mejor, y nos lo van a traer EduCaixa, los profesores guay y los proyectos! 

    Puede que alguno se esté diciendo: oye, guachimán, ¿y todo esto por un anuncio? ¿No estarás matando moscas a cañonazos? Rotundamente, no, porque este anuncio no es ninguna mosca, sino más bien todo lo contrario. Comunicativamente, es una pieza de propaganda muy bien elaborada y muy eficaz, porque en tan solo ochenta segundos ha hecho todo esto: presentar las máximas de pedagogismo envueltas en un halo de solvencia, futuro prometedor, belleza y calor humano; lanzar unas andanadas tan tremendas como invisibles contra sus demonios: el profesor con autoridad, el conocimiento, la memoria, los libros, las clases, el rigor educativo, la evaluación seria...; exponer esta división como si, de manera natural, la sociedad (= esos padres dichosos) estuviese del lado de la propuesta de EduCaixa, o sea, de los que pagan el anuncio. 

    ¡Y en ochenta segundos, repito! ¿Podrían pedir más los artífices de la LOMLOE? Ha hecho este anuncio por su catecismo infinitamente más que todas las apariciones de Celaa y Alegría juntas, y no digamos ya que los plomizos artículos de Coll, Tiana y compañía. Con las mismas técnicas de la propaganda publicitaria: pillarnos con la guardia baja, seducir nuestra confianza con musiquitas dulces y grandes ideales (paz, futuro, igualdad...), chantajearnos moralmente con el bien de nuestros hijos, manipulando las modas ideológicas dominantes como esa de dar preferencia a las mujeres... Maquillando con todo eso un mensaje pobre, mentiroso y discutible, nos lo han colocado como si fuera la verdad de las verdades, y sin que nos diéramos cuenta de la trampa. 

    Subliminalmente y hurtando el debate, me temo que La Caixa pretende que los padres vean en esa escuela suya la ideal y la reclamen para sus hijos. Vuelvo a la pregunta de más arriba: ¿por qué La Caixa y todos los grandes bancos se han decantado con tanto empeño por los modelos educativos más empobrecedores? Acabaremos haciéndonos todos conspiranoicos.