Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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sábado, 26 de febrero de 2022

¿Cómo acabará la guerra de Ucrania?

     No hará falta que diga que no soy experto en geoestrategia, política internacional ni asuntos militares, pero sí que soy uno de los millones de seres humanos que están perplejos y aterrados ante el atropello que ha cometido Rusia, por mandato del ejemplar personaje que preside esa gran nación, de invadir Ucrania. Por lo que he ido captando, el motivo que aduce Putin para tan tremenda decisión es, básicamente, que está defendiendo de forma preventiva su país, ya que de ningún modo podía permitir que se llevase a efecto el proyecto anunciado por Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, de adherir su país a la UE y a la OTAN. Para Putin, esta decisión soberana llevaba implícitas unas amenazas tan terribles para Rusia que justificaban meter sus tanques y sus soldados en el país vecino y bombardear sus ciudades, en el último de la ya larga e histórica serie de zarpazos que los rusos le han asestado. Algunos analistas aseguran que estos propósitos manifestados por Putin ocultan otros que se calla, el mayor de los cuales sería someter al mundo democrático a la zozobra, la confusión, el debilitamiento y el miedo. En todo caso, el hecho es que el señor Putin ha empezado una guerra que ya ha ocasionado muertes, exiliados y destrucción -esto es lo más terrible- y, recurriendo a una lógica elemental, cualquiera puede entender que esa guerra, como todas, algún día tendrá que terminar. Nadie sabe cómo lo hará, ni siquiera ese Putin que parece estar tan seguro de sí mismo que se ha atrevido a ponerla en marcha. 

    Tengo la absoluta convicción de que, antes de hacerlo, él y sus asesores y altos mandos militares se preguntarían cómo podría acabar, y está claro que debieron de darse una respuesta que les animó a echar los tanques a rodar. Me acabo de hacer esa pregunta y me salen estas posibles respuestas:

    1.- Putin se contenta con el aviso dado hasta ahora y decide retirar sus tropas, como diciendo: "Ahora ustedes verán lo que hacen". 

    2.- Zelenski anuncia una capitulación, renuncia a las adhesiones a la UE y la OTAN y dimite.

    3.- Los militares ucranianos hacen caso a los llamamientos de Putin y se rebelan contra su Gobierno, con el resultado de que en Ucrania se juntan dos formas de guerra: una invasión extranjera y un golpe de Estado.

    4.- Las cosas empiezan a irles mal a los rusos y en su país estalla una insurrección que acorrala al Gobierno. En las tropas invasoras reina la confusión, o se declaran hostilidades entre los partidarios de Putin y sus contrarios, o, prudentemente (cosa poco esperable en él), Putin ordena un repliegue.

    5.- A Zelenski lo depone o lo mata un complot de ucranianos. 

    6.- O lo contrario: a Putin lo matan en un atentado, o se muere él solito (veo muy improbable un complot militar o político en Rusia). 

    7.- Rusia conquista Kiev y fuerza a Zelenski a negociar. O esa negociación se produce sin mayores progresos bélicos que los logrados hasta ahora por los rusos.  

    8.- A los rusos les sale el tiro por la culata y el paseo militar que esperaban que iba a ser esto se les complica: tienen bajas, pierden batallas, los objetivos no acaban de caer... O incluso la cosa llega tan lejos que se ven obligados a retirarse con el rabo entre las piernas. 

    9.- Rusia conquista Ucrania. El Gobierno y el Ejército de este país son derrotados, quizás con algún juicio-farsa y ejecuciones, y Putin decide ocuparlo permanentemente o incluso anexionarlo.

    10.- Putin se viene arriba e invade Finlandia, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia. Tras una llamada de Puigdemont, el líder ruso le hace caso de una p _ _ _ vez e invade también Cataluña. La OTAN dice hasta aquí hemos llegado e interviene.

    11.- La OTAN interviene aunque Putin no haya invadido más que Ucrania. 

    12.- El papa Francisco media en el asunto. O, si a él no le es posible, lo hace José Luis Rodríguez Zapatero. 

    Bueno, seguro que podría haber alguna posibilidad más, pero estas son las más viables. En todas las opciones que he puesto, de manera natural, se le suscita a uno esta pregunta: vale, y después de eso, ¿qué? Deliberadamente, ni la he formulado ni he aventurado posibles respuestas, porque en bastantes de ellas, por no decir en todas, saldría una larga y complicada conjunción de opciones. Creo, no obstante, que hay dos cosas claras: la primera, que el conflicto no va a tener ni una sola solución fácil; la segunda, que bastantes de ellas serían perjudiciales o incluso muy perjudiciales para Rusia, véanse, por ejemplo, la número 4, la número 6 o la número 8. O también la número 9, porque, aunque en apariencia es una victoria, si se piensa en Afganistán... ¿Y qué me decís de la número 10 y la número 11, que llevan implícita la posibilidad de un conflicto nuclear? Putin ha hablado del potencial nuclear de Rusia, pero, como sabe que la OTAN también lo tiene, cabe preguntarse si imagina que los rusos o él mismo, que es tan sietemachos, son inmunes a las bombas atómicas. Yo no lo creo posible, me temo que morirían por millones, como en el resto de países del mundo. Por tremendista que parezca, he de decir que a lo peor este capricho del señor Putin es el comienzo del fin de la humanidad, desde luego, impensable no es.  

    Putin la ha liado parda, y a mí por lo menos me da la impresión de que no ha reflexionado muy bien sobre las posibles consecuencias de la guerra que ha puesto en marcha, absurda y criminal, como todas. No sería el primero que declara una guerra convencido de que la va a ganar y al final va y la pierde, por no hablar de que en las guerras, en realidad, el llamado ganador es simplemente el que menos ha perdido.

    Veremos en qué acaba esta. De momento y como siempre, ya hay un buen número de inocentes que han perdido sus vidas o las han visto arruinadas. Eso seguro que Putin tuvo que pensar que iba a ocurrir. ¿Qué importancia le daría? 

  

miércoles, 16 de febrero de 2022

Pedro Sánchez instrumentaliza una tragedia

     Cualquiera que lo desee podrá comprobarlo, porque, cuando leáis esto, seguramente la sesión parlamentaria de hoy en el Congreso estará ya completa en internet. Ha sido cuando debían de ir quince o como mucho veinte minutos de debate, y de la siguiente manera: en la segunda interpelación al presidente del Gobierno, que ha corrido a cargo de Santiago Abascal, a grandes rasgos, el jefe de filas de Vox ha preguntado a Sánchez qué soluciones pensaba dar a los actuales problemas energéticos de España y en un apartado de su planteamiento ha afirmado que el Gobierno parecía desentenderse de ellos, mientras se ocupaba de iniciativas de escasa utilidad, entre las que ha citado las Matemáticas con perspectiva de género. 

    Estaba meridianamente claro que ni de lejos era esta la cuestión básica sobre la que se interesaba Abascal, pero ha sido a ella a la que se ha agarrado Sánchez para iniciar su respuesta, con el siguiente razonamiento: que las Matemáticas con perspectiva de género son importantes porque hoy mismo nos hemos enterado de que una niña de 14 años fue asesinada ayer por un individuo de 22. Huelga decir que está completamente fuera de lugar en este momento entrar en consideraciones pedagógicas, pero ya sí que resulta pertinente proclamar esto: que vincular cualquier forma de estudiar las matemáticas con un asesinato (aun con la muy discutible pretensión de que pudiera evitarlo) es un completo disparate, por lo heterogéneas que son y lo alejadas que están ambas cosas. 

    Si solo fuera por esto, ni merecería la pena ocuparse del tema, porque estaríamos tan solo ante una majadería, bien que dicha en el Congreso y por el presidente del Gobierno, lugar y persona de los que serían deseables discursos de mayor inteligencia y seriedad, pero sucede que el episodio resulta muy lamentable y digno de atención por otro motivo: si como afirmación era una estupidez, como acto, la respuesta del presidente Sánchez ha sido algo mucho peor: ha sido una verdadera indignidad, ya que ha supuesto la instrumentalización de un hecho trágico y muy doloroso tan solo para salir del paso en un lance parlamentario. La incongruente alusión de Abascal a las Matemáticas con perspectiva de género no tenía la menor importancia, pero, aunque la hubiera tenido, Pedro Sánchez no estaba legitimado en absoluto para intentar capearla con un hecho tan grave y doloroso como un asesinato, y menos aún, tan reciente, sin pararse a pensar en ello o ni siquiera en que lo hacía ante millones de espectadores, entre los que tal vez incluso podría hallarse algún allegado de la víctima. 

    Hay ciertos asuntos con los que jamás se debe frivolizar, por lo que es mejor pararse a pensar un poquito antes de utilizarlos para el lucimiento facilón de la pirotecnia parlamentaria.

miércoles, 2 de febrero de 2022

Las rectificaciones de José Antonio Marina

     El pasado 29 de enero, apareció en "El Mundo" una entrevista a José Antonio Marina con esta elocuente y rotunda frase suya como titular:

El concepto del deber ha sido expulsado de la escuela

    Y no vayáis a creer que se quedó ahí, porque la frase completa era esta: Pero el concepto de deber también ha sido expulsado de la escuela. Y es una estructura de la inteligencia. ¡Casi nada!: deber e inteligencia unidos íntimamente, o sea, dinamitar los pilares de la pedagogía innovadora, que está plagada de simpáticos ácratas convencidos de que los alumnos que desprecian las reglas es porque son los más inteligentes, mientras que los que las cumplen lo hacen por simple mediocridad. Y, para los que tengan aún dudas de que el señor Marina ha asumido un fuerte giro de timón, también dijo estas cosas: 

    -La educación es la construcción de la memoria; no podemos hacer nada sin ella. Sin embargo, no se está educando la memoria en la escuela. La educación la ha desprestigiado. Me produce una irritación tremenda cuando se la relaciona con los Reyes Godos

    -[La memoria cayó en desgracia] por la ignorancia de todos los gobiernos. Y por un tipo de psicología que ha dicho que el paradigma tradicional era malo y la "escuela nueva" es buena, cuando se ha visto que para algunas cosas el modelo antiguo es mejor. La escuela tiene un lío psicológico y pedagógico muy serio

    -Estamos fomentando en los niños una falta de atención por no educarla

    -Se nos ha cruzado otra mala herencia de la psicología: la excesiva importancia que da a la motivación. Se dice que si un niño no está motivado no puede realizar una acción, cuando el progreso de la Humanidad radica en que podemos hacer cosas aunque no estemos motivados, simplemente porque es nuestro deber

    Todo eso lo habría firmado este humilde guachimán, pero seguramente estaréis de acuerdo conmigo en que choca un poco viniendo de Marina, si atendemos a su trayectoria de los últimos años. Hace no muchos, tuve el privilegio de asistir en la Fundación Ramón Areces a un mano a mano entre él y Ricardo Moreno Castillo, en el cual era este el rotundo e inequívoco defensor de la escuela en que encajarían las ideas arriba expresadas, la del "modelo antiguo", como dice Marina, mientras que a él se le podía ver como el defensor de la escuela de la LOGSE, los pedagogos y la innovación, esa que ha hundido nuestra enseñanza y con la que ahora se muestra tan severo. Y no hablo a humo de pajas, porque a Marina le hemos visto decir tonterías como esa de que un niño que sube del 1 al 4 ha progresado más que uno que pasa del 9 al 10, uno de esos dogmas-trampa de los pedagogos por completo incompatible con lo que defiende ahora, o fundar cátedras en Inteligencia Ejecutiva cuando esto era lo que molaba. ¿Y qué hay de aquel proyecto llamado Superpadres que se sacó de la manga allá por 2012 en colaboración con Planeta? Ni os molestéis en buscar, porque en internet ya se ha esfumado todo rastro suyo. 

    Parece que ese José Antonio Marina ha caducado y ha vuelto el de los primeros tiempos, el bueno, el profesor que escribió libros como Teoría de la inteligencia creativa, lo que debe alegrarnos, porque en este sí que es esperable que diga cosas como las que dice ahora sobre la atención, la memoria, el esfuerzo y el deber, las cosas que diría un educador, no un pedagogo, un psicólogo o un "experto". ¡Por fin ha descubierto lo que son y el daño que han hecho!, lo mismo, supongo, que, después de aventuras como el famoso Libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar, le habrá ocurrido con los políticos, a juzgar por lo que en la entrevista deja caer acerca de los gobiernos. No, don José Antonio, el problema no eran ni son los docentes, aunque está muy bien que aspiremos a su excelencia, el problema son los pedagogos, los psicólogos, los "expertos" y los gobiernos, que han hecho las cosas que han hecho, ahí tiene usted la LOMLOE, que pone los pelos de punta. Y todavía no me explico cómo en la entrevista comete usted el desliz de mencionar a la nefasta Irene Rigau, con las cosas que hizo esa distinguida señora, se conoce que aún no está curado del todo. 

    Terminaré con una puntualización. Dice Marina que otro mal de nuestra enseñanza es que se ha dado excesiva importancia a la motivación por un mal legado de los psicólogos. Esto hay que matizarlo, porque el regalito envenenado que han dejado a la escuela los psicólogos no es exactamente una excesiva importancia de la motivación, sino algo mucho peor: una excesiva importancia de un concepto aberrante de la motivación. Lo que las monsergas de los autodeclarados expertos han implantado con la etiqueta de "motivación" han sido cosas como dar clase disfrazado de payaso, contar chistes, dar bollos o regalar aprobados, pero, como ya he dicho en otras ocasiones, eso no es motivar, eso es engatusar con premios ajenos al acto educativo, o sea, un chantaje facilón, al contrario que la motivación auténtica, que consiste en la compleja y ardua tarea de conseguir que el alumno se sienta atraído por lo que se le enseña, bien por ello mismo o bien por el beneficio que el conocimiento de esa materia pueda aportarle. El alumno verdaderamente motivado se sentirá satisfecho con premios de auténtico valor, logros como haber aprendido algo que ha acabado interesándole o pareciéndole importante, haber superado un reto, tener la sensación de que en algo ha mejorado o móviles similares. Será un alumno que no necesitará pseudomotivaciones como que el "profe" de historia aparezca un día disfrazado de húsar, e incluso tendrá la sensatez y la perspicacia suficientes para entender que esos trucos, en el mejor de los casos, son tan solo juegos extravagantes. No lo rebajemos, no le ofendamos, no lo tratemos como a un delfín al que se da un pez para que pase por el aro, porque, inyectando en la enseñanza esta pervertida "motivación" circense, se ha conseguido confundir a los alumnos, tiene razón Marina. Los alumnos son seres humanos, no delfines de delfinario o monos de feria, no perdamos de vista este pequeño detalle, respetémoslos y no les motivemos con miserables chucherías, sino con retos elevados, los cuales no solo no excluyen el esfuerzo, sino que rara vez pueden darse sin él. O sin el sentido del deber, pues son virtudes que congenian maravillosamente.