Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

lunes, 30 de mayo de 2011

Adiós a "La clandestina" (otra librería que cierra)

   Sí, amigos: otra que cae. La clandestina era un librería muy pequeña que estaba en el número 49 de la calle de la Palma. Era un establecimiento que hacía honor a su nombre y al barrio en que se encontraba, Malasaña, lo digo porque su línea era independiente y abierta a lo marginal, a lo que no tenía lugar en los circuitos de la gran distribución comercial. Esto a mí me benefició, porque fue lo que permitió que La clandestina fuese una de las tres librerías en Madrid capital que se avinieron a poner en venta La república mejor. Con su cierre y el de La librería de Lavapiés hace unos meses, ya solo me queda la vallecana Muga, a la que parece que le va algo mejor, porque ayer estuve en la Feria del Libro y me encontré con que tienen caseta, la número 92. A todos estos libreros vocacionales y un tanto románticos, los que andamos en el limbo de la autopublicación, les debemos un inmenso agradecimiento por no volvernos la espalda. Ya podéis ver que ellos, lo de abrir todos los días, no lo tienen fácil.
   Me dejaba caer a veces por La clandestina y charlaba un rato con su dueño, Mariano Vega, que es también editor y novelista, o sea, un gran conocedor y amante de los libros. Solíamos hablar de literatura y de cómo anda el mundo de la publicación y de los libros. Si en general es hoy en día complicado sacar adelante una librería, los últimos dos o tres años han sido más duros aún, pero él ha estado allí aguantando hasta el final. Sé que sigue adelante con la editorial que tiene, ya os hablaré algún día de ella. 
   La clandestina era la típica librería de barrio: ese sitio pequeño y acogedor donde un librero que conoce por lo general a sus clientes habla de libros con ellos y les da el consejo que a menudo le piden. El rumbo que va tomando el sector me hace no ser muy optimista acerca de la pervivencia de este modelo.  

domingo, 29 de mayo de 2011

Dos firmes candidatos a acabar en el fondo de la bahía

   Por las aguas de la enseñanza española de estos principios del siglo XXI, navega un variopinto muestrario de embarcaciones. Por un lado, destacan soberbios los autosatisfechos navíos del poder político y la Conferencia Pedagogical, auténtica VIª Flota dotada con temibles acorazados, portaaviones y destructores, desde cuyas amuradas se empeñan en ver y pregonar un cristalino océano que dormita sereno y con un idílico resplandor de plata en las noches de plenilunio; por el diametralmente opuesto, bogan o brincan a lomos del oleaje (según sea la condición de sus siempre precarias naves) caballeros ora de fortuna ora de infortunio que nos señalan los desastres de una visible y real galerna llamada 30% de fracaso escolar y a la vez nos avisan sobre la amenaza oculta de un mar de fondo todavía peor, que nos arrastra hacia un futuro educativo parecido a la Costa de la Muerte. No negaré que mi alma y mi mente están con estos últimos y esta es la razón por la que hoy voy a hablar de dos de ellos, los cuales han volcado sus inquietudes en sendos libros.


MAXIMILIANO BERNABÉ
   El libro escrito por Maximiliano se titula El enigma Ortiz y los PEPOES y fue publicado por la editorial Ledoria en 2010. Este libro tiene 409 páginas y está escrito en clave de humor y caricatura. En él, el autor retrata el absurdo mundo de la enseñanza media en España, a través de una historia donde conviven la corrupción grosera de unos mandamases político-educativos ignorantes y mentecatos (cuyo único objetivo es mantenerse en sus cargos, que les facilitan una vidorra muy placentera y sin responsabilidades), el fanatismo de un puñado de iluminados de la pedagogía que se empeñan en mantener a cualquier precio la pervivencia de sus dogmas pulverizados por la realidad y la mezcla de estupidez y desidia de un claustro de profesores que se prestan a llevar a la práctica los disparates de los anteriores sin la menor resistencia. El resultado es la delirante concreción de la enseñanza que se produce en el instituto “La gayola”, genuino templo de la estulticia donde los alumnos, en lugar de adquirir sabiduría y modales, se enfangan en la ignorancia y la zafiedad.
   No puede pasarse por alto que, como el propio autor reconoce, este libro es un tanto irregular: junto a episodios en que logra hacernos reír con su gran sentido del humor, aparecen partes en que el tono decae. Inserta en esa irregularidad, debemos señalar incluso la interpolación de un relato de terror que admitiré que no viene muy a cuento, pero que a mí, aficionado a este género, me parece muy logrado. No obstante, comentando con Maximiliano estas particularidades, me dijo que era muy consciente de ellas, pero que, en realidad, el verdadero propósito de su libro era sacar a la luz las cimas de absurdo y desastre a que puede llegar hoy la enseñanza media en España; abordado desde este enfoque, el libro cumple su objetivo a la perfección.

JOSÉ PENALVA
   El libro de José Penalva se titula Corrupción en la universidad y ha sido publicado por la editorial Ciudadela en 2011. Tiene 197 páginas y se presenta bajo la forma de un relato autobiográfico, una aparente novela en la que el narrador y protagonista cuenta en primera persona sus inquietudes por la enseñanza, la pedagogía y el penoso estado en que se encuentra la educación hoy en España; su trayectoria profesional y los esfuerzos a través de los cuales accedió a puestos en diversas universidades, que le permitieron compaginar el ejercicio de la docencia con su apasionada investigación sobre las bases teóricas de la moderna pedagogía y sobre los abismos de ineficacia que ha alcanzado el sistema educativo vigente hoy en nuestro país, y, por último y lo más importante, las “hazañas” de una auténtica mafia de profesores universitarios. Este aspecto es, repito, el esencial, ya que retrata minuciosamente lo que es la pútrida red de amiguismo, servilismo, corrupción, apropiación de los departamentos docentes y acoso y derribo de los profesionales honrados que impera en la universidad española de hoy, en la cual –y esto no lo dice solo este libro- resulta más útil la bisagra de hacer reverencias que la valía profesional; en la cual se premia la mediocridad sumisa y se castigan la brillantez y la independencia. Debe además puntualizarse que los extremos de sordidez, inhumanidad, bajeza y violencia -el protagonista sufre robos, calumnias, ataques a sus bienes, amenazas hasta de muerte...- que se alcanzan en este relato parecerían propios de una historia carcelaria, pero no, miren ustedes: son obra de profesores de un departamento universitario de pedagogía: pone los pelos de punta y tal vez sea muy explicativo de la miseria de nuestro sistema educativo. Decía más arriba que este libro es una novela solo en apariencia, ya que es evidente que el autor nos está contando sus experiencias reales, anteponiendo la autenticidad y claridad del documento a los casi inexistentes artificios literarios, si bien el estilo puede calificarse, como mínimo, de correcto. Pero esto es lo de menos: estamos, que nadie lo dude, ante un libro de denuncia cruda, muy cruda.

DOS PSEUDONOVELAS QUE HAN SIDO GALARDONADAS
CON EL MISMO PREMIO: LA REPRESALIA
   Insisto en algo ya dicho: no busque novelas o primores de estilo en estos libros, porque lo que verdaderamente pretenden ambos es señalar, decir en voz muy alta –una vez más-, que la educación española, sobre todo en la enseñanza media y la universidad, tiene gravísimos problemas. Uno de ellos, que cada vez está alcanzando unos límites más inadmisibles, perniciosos y asfixiantes, es el dominio que en ambos niveles ejercen los grupos que ostentan el poder, los cuales, carentes desde hace tiempo de argumentos o ejecutoria de logros con que justificarse, han optado por encastillarse y defender sus privilegios, mando y prebendas a base de imponer el silencio mediante la intimidación y el acoso: mejor acepte usted de buen grado lo que decimos, mejor no rechiste, no vaya a ser que le expedientemos o le echemos a patadas. Este encastillamiento suele organizarse bajo la forma unas veces de sectas y otras, de mafias; curiosamente, lo que denuncian estos autores es precisamente eso: uno, las sectas y otro, las mafias. Más curioso es que, para demostrar una vez más que sus libros no son ficciones, Maximiliano ha sufrido por escribir el suyo una serie de apartamientos y destierros, mientras que el acoso y expulsión que ha padecido José Penalva los cuenta él mismo en su relato. ¿Ven lo que les decía? ¡No eran novelas, era la realidad pura y estricta! Teniendo lo que tenemos en la enseñanza, ¿para qué queremos novelitas, si ya está la realidad? ¡Esa sí que es una buena novela! Una novela negra -era innecesaria la precisión-, de esas con “capos” que mandan al fondo de la bahía al que se va de la lengua.

sábado, 28 de mayo de 2011

¿Una vileza?

   Se publica hoy en la prensa la foto que podéis ver en este enlace:


   La verdad es que tanto la foto como la noticia se comentan solas: al parecer, en un momento de la reunión en que los hombres fuertes del PSOE deliberaban acerca de lo que debían hacer en estos momentos de naufragio, el bueno de Pachi López hizo con su móvil esta foto y luego la colgó en Twitter con el siguiente texto: "Buscando fórmulas para dar las mejores respuestas". Con esa foto y ese titular en tan sólido foro como Twitter, se me ocurren estas preguntas:
   1. ¿Habrá querido el señor López hacer una de esas fotos simbólicas que tanto impresionan a los semiólogos?
   2. ¿Habrá querido, de ser así, que interpretemos que la mejor respuesta es que Zapatero coja de una vez la puerta y se largue?
   Para el caso de que la respuesta fuera SÍ a ambas preguntas, lamento decir que esta foto me parece una vileza, aun reconociendo que el señor López recibió en el pasado canallescas puñaladas del señor Zapatero, como la que le dio cuando, hace unos meses, pactó con el PNV para la aprobación de los presupuestos ignorándole por completo. Ciertamente, Zapatero no ha sido un modelo de ética en la política, pero eso no implica que se tenga que imitar su estilo, sino que más bien me atrevo a sostener lo contrario: si algo nos han demostrado hechos como el movimiento 15M o los resultados de las elecciones, es que ese estilo no solo es deplorable, sino que la ciudadanía está asqueada de él y lo condena. Terminaré con estas reflexiones:
   1. No es edificante que todo un lehendakari haga leña del árbol caído de esta manera tan burda, y menos aún, que elija el procedimiento de la foto alevosa con el móvil colgada luego en la red, que es el preferido por quienes perpetran todo tipo de actos execrables, ahí está youtube para corroborar lo que digo.
   2. Fíjense en los "hombres fuertes" que aparecen de cara en la foto: Barreda, Montilla, Fernández Vara, Tomás Gómez y otro señor a quien (perdón por mi ignoriacia) desconozco: ¡menuda alineación de perdedores en política por sus propios deméritos! 
   3. ¿Esta es la fórmula que propone Pachi López "para dar las mejores respuestas"? Pues apañados estamos.    

jueves, 19 de mayo de 2011

Tablas de jubilación y mapas de corrupción

   En estos días estoy encontrando algunas páginas con informaciones interesantes. Aquí os dejo algunas.

1.- Tablas de jubilación en Europa.- Ayer, Angela Merkel empezó a desbarrar con los tiempos de vacaciones de los europeos y señaló en particular a los españoles. Casi de inmediato le cerraron la boca desde su país y desde otros, señalando que no estaba haciendo más que demagogia populista barata y que resulta que los alemanes son de los que tienen unas vacaciones más largas y unas jornadas laborales más cortas. Les envidio por eso y por lo que les cunde, deberíamos aprender, pero, en cuanto a Merkel, a mí esta señora ya me da miedo, porque, hace solo unos meses, bastó un arqueo de ceja suyo para que nuestro querido gobierno, ese al que ahora le ha entrado la sensibilidad, nos elevase por narices la edad de jubilación, desoyendo voces razonables que criticaban la medida. ¿Sabíais que ahora vamos a ser de los "pringaos" que más tarde se jubilen de Europa? Aquí tenéis una interesante tabla. 

2.- Mapa de la corrupción.- Una acertada iniciativa del movimiento 15 de Mayo ha sido elaborar un mapa de la corrupción, para que tengamos más claro a qué corruptos no votar. Podéis consultar aquí el corruptódromo.

3.- Nuestra bendita universidad.- Puede que mucha gente no lo sepa, pero esta venerable institución cultural es quizás la que más chanchullos, amiguismo y corrupción registra, amparado todo ello por su secular (y no es exageración, la cosa viene de siglos) endogamia. Existe una plataforma que tiene un exhaustivo seguimiento de lo que ocurre en este alcaponesco mundo. Y si queréis conocer un caso concreto y que todavía está calentito, aquí tenéis información sobre la persecución al profesor de la universidad de Murcia José Penalva, que ha sido expedientado por haber escrito "Corrupción en la Universidad", un libro que denuncia estos hechos:
   -Penalva se explica en la prensa
   -Información bastante completa sobre el caso
   -Un fragmento del libro

Acerca de la grosería hispana

   Mi amgo Antonio Gallego Raus nos cuenta en Deseducativos una historia que  me parece un ejemplo de la grosería, la falta de sensibilidad y de modales, la falta de empatía y el entumecimiento moral y mental que se van extendiendo en la sociedad española. De bastantes años a esta parte, España se ha convertido en un país donde la cortesía se toma por estupidez y la educación y los buenos modales por debilidad; donde se lleva el pisar fuerte, el sacar pecho y el entrar arrasando. El listo que se te cuela por la cara, el energúmeno que te pasa por encima y bichos así son ejemplares que te puedes encontrar sin demasiada dificultad, y no solo eso, sino que además, el 99% de ellos se imaginan que lo que hacen está muy bien, que ese es el comportamiento adecuado en el ciudadano rebosante de desparpajo y sin complejos que, al parecer, hemos convertido aquí en ídolo y modelo. Una situación típica: cuando dos personas o dos grupos se cruzan en una calle que no permite el paso de todos a la vez, la cortesía y educación más elementales indican que lo apropiado es, por parte de ambos, recogerse un poco para facilitar el paso; pues bien, yo tengo observado que en nuestro modélico país es cada vez más la gente que anda como Napoleón: arrollando y sin apartarse una micra, como si el mundo fuera suyo. Esta cortesía española procede de una mezcla sutil de varios factores, a mi juicio, y creo que aquí la escuela no es la más culpable.
   En primer lugar, hoy en muchas casas no se enseña cortesía y en algunas incluso se procede a lo contrario:  a dar ejemplo de prepotencia. En segundo lugar, este escalón primario de formación, que (Savater dixit) debería venir ya de casa y al no venir se convierte en una de las principales fuentes de problemas en los centros educativos, se nos transfiere a los maestros, pero con el agravante de que, a veces, meterte a enseñar cortesía produce un gran rechazo, porque ciertos energúmenos no conciben que su asnalidad sea algo reprobable, lo cual es arriesgarse a generar más conflictos, cosa a la que, hemos de admitirlo, muchos docentes no están dispuestos. En tercer lugar, y aquí sí que veo ya un factor de cierta importancia, están los sacrosantos derechos: los españoles, entre pitos y flautas, llevamos ya muchos años venerando la libertad y los derechos, cosa que está muy bien, pero desde las esferas políticas creo que se ha cometido y se sigue cometiendo el error de no haber puesto al lado de la imagen de san Derecho la de su hermano san Deber, porque ya se sabe que nuestras autoridades políticas son poco inclinadas a disgustarnos, y aquí los deberes a muchos les producen auténticos ataques de licantropía. El resultado de esto ha sido, en el asunto que nos ocupa, que dentro del concepto hipertrofiado que de nuestros derechos tenemos, los más cerriles han incluido el de tratar a los demás como felpudos y el derecho a no tener ni un solo deber. En cuarto lugar, y a mi juicio, con mucha culpa, están los medios de comunicación, particularmente, los televisivos, que, sobre todo desde el desembarco del estilo Telechinque de los primeros tiempos, han encanallado el sentido del espectáculo,  y han modificado sensiblemente el de la vergüenza, el de la consideración, el de la dignidad, el de la discreción, del saber estar, el de los modales, etc. etc. que se pueden reflejar cara al público: ahí tenemos la telebasura, los matamoros, las belenes esteban, los grandes hermanos, etc. etc., que han demostrado que se puede vivir, e incluso muy bien, sin esas cosas que he mencionado, y hasta ser gracioso o parecerlo, ser popular, hacerse rico... ¿Cuánta gente se traga esta porquería? ¿Cuánta gente la tiene como su único horizonte informativo? ¿Cuánta gente la ve muy bien? ¿Cuántas jóvenes en España desearían montárselo como Belén Esteban? Se ha creado un modelo, este que os digo, que tiene la misma sensibilidad de un carambuco y está muy extendido. La clave humana, de sentimientos y de sentido del humor del programa del que nos habla Antonio es esta; los descerebrados que se burlaron tan vilmente de esa pobre chica que les llamó para desahogarse de su grave problema funcionan en este registro y salen todas las noches a las ondas pensando en gente de "esa onda". Desde la escuela, creedme, podemos hacer y hacemos algo o quizás mucho contra esto, pero siempre he dicho una cosa: un minuto inspirado de cualquiera de esos tertulianos puede tirarme por tierra el esfuerzo de todo un año.

martes, 17 de mayo de 2011

Dando la nota

   De verdad, no me he reído tanto desde que vi aquella de "Que se mueran los feos" (y que conste que no estoy lanzando indirectas). Como resulta que a los funcionarios nos están arreando bien en un lado tan doloroso como la nómina, pues un día sí y otro también salen rumores que pronostican nuevos descuentos. Los últimos han debido de tener algo que ha movido al gobierno a reaccionar y ha sido el ministerio de hacienda el que ha dado la nota con un comunicado en el que declara que ni ha pensado ni piensa asestar a los trabajadores al servicio de la administración ningún nuevo recorte. La risa viene porque, en esa misma nota, hacienda se lamenta de la falta de sensibilidad de los que propagan rumores que pueden provocar preocupación en muchos ciudadanos. ¡Jua, jua, jua, jua! ¡Me parto de risa! Para preocupación, la que nos provocaron en su día los recortes que SÍ nos hizo el gobierno. Y en cuanto a lo de la sensibilidad... ¿cómo puede reclamar sensibilidad por esto un gobierno que no solo nos quitó dinero, sino que además lo hizo -y creo que a propósito- con unos procedimientos gélidos que daban a entender que nos lo merecíamos? Y ahora, estas monsergas.
   Llegan unas elecciones y parece que estos señores del gobierno y el PSOE se están poniendo nerviosos. Razón no les falta: esta semana van a tener el primer voto de castigo y, para dentro de menos de un año, volveremos a hacer uso de nuestra papeleta justiciera. 

¿Y si fuéramos pensando en hacer alguna reformilla?

   Nos encontramos en una campaña electoral municipal y autonómica en plena crisis económica y quién sabe si política. La crisis económica viene después de un largo periodo de bonanza, está siendo muy fuerte y ha sido ya objeto de numerosos estudios, análisis y valoraciones. ¿Qué hay, sin embargo, de la crisis política? No he visto tanta atención a ella, pero es indudable que existe y, no solo eso, sino que pienso que es una crisis en profundidad, es decir, que afecta al sistema: no se trata de una coyuntural sequía de ideas o de que el partido A o el partido B carezcan de programa o liderazgo, sino de que el marco político general muestra síntomas de agotamiento y, sin duda alguna, está dejando de convencer a cada vez más ciudadanos, cosa que podría ser terrible si esos ciudadanos llegasen alguna vez a ser mayoría o un contingente de dimensiones respetables, porque una democracia que no convence a sus ciudadanos, una democracia en la que estos sospechen que no hay libertad, igualdad y justicia, es, sencillamente, una democracia falsa.
   A menudo me he hecho esta reflexión: el régimen de Franco, que aspiraba a ser eterno, se quedó en 36 años (de 1939 a 1975) y ya en los últimos seis u ocho (por lo menos) evidenciaba síntomas de invencible decadencia y de falta de conexión con la sociedad española que los bunkerizados sectores dominantes se empeñaron en ignorar. El sistema actual, si nos permitimos la licencia de dejar en el limbo la transición, nació con la Constitución de 1978, con lo que ya, en broma en broma, cuenta 33 añitos, solo tres menos de los que duró el franquismo: ¿no sería ya el momento de pensar que quizás le hacen falta sensibles reformas? ¿O es que acaso nuestros políticos democráticos, como aquellos paladines de la dictadura, piensan que nos hemos dotado de un sistema de inalterable perfección? Si es así, les convendría echar una miradita a la calle. Dejo aquí algunos puntos para la reflexión, enunciados sucintamente:
   -Democraciarealya. Así se llama el movimiento que desde hace unos días está dando su salto definitivo del mundo virtual al real. Su nombre ya lo dice todo: se trata de gente que ha dejado de creer en el sistema. Si quieres entrar en su web, pincha aquí.  Tiene bastante confusos a los medios informativos y políticos, aunque, como veis en el enlace, algunos de estos son tan cínicos que hacen como que no se han enterado de que ya no les creen. Comparto la indignación de este movimiento, pero aún no lo veo claro.
   -La crisis económica. Ha dejado muy malparada la credibilidad de los gobiernos, de nuestra estructura económica, de los partidos y de los sindicatos. Todos parecen haber estado al servicio del dinero.
   -La banca y los sectores financieros. No es sostenible que sean los amos de su dinero y del ajeno. No es sostenible que se lleven los beneficios y provoquen la crisis y luego se lleven también el apoyo estatal con dinero de todos, incluso a costa de bajadas de sueldo a funcionarios y congelación de pensiones. No es sostenible que siempre jueguen con las espaldas cubiertas. No es sostenible que si no puedes pagar una hipoteca, el banco se quede con el piso y tú sigas teniendo la deuda con él. No es sostenible que una ministra de hacienda defienda esto.
   -El problema de la vivienda. Millones se hipotecan de por vida para que otros tengan yates de cien metros. Un problema que ha contado con la connivencia banca-constructores-partidos políticos, que han sacado grandes beneficios a costa de la ciudadanía. No es inocente ni casual que la crisis haya sido, sobre todo, por los excesos en el sector de la construcción.
   -Los sindicatos. Un modelo agotado: que vivan de subvenciones, cursos y demás grifos gubernamentales los ha convertido en fantasmas patéticos, ineficaces y sin credibilidad. Su venta al poder ha sido un factor crucial en la paralización de la sociedad ante agresiones e injusticias.
   -Los partidos. Otro modelo agotado. Se han convertido en máquinas de ganar y mantener el poder para beneficiarse de ello, disociadas de la realidad económica, social y hasta política. Ante problemas que parecen muy reales, manifiestan la misma ceguera inmovilista e interesada que aquel viejo búnker franquista. 
   -Instituciones. ¿Cuánto tiempo lleva en crisis la justicia? ¿Por qué no se cambia de una vez el injustísimo sistema electoral? ¿Y el senado? Circula por Internet un escrito abogando por su supresión (aseguran que nos cuesta 3.500 millones de euros al año), cosa que suscribo, porque es una cámara que, en 33 años de democracia, ha aportado un pedo de Camilo José Cela, una piscina de superlujo y un sistema de traducción simultánea destinado a que se entiendan en lenguas diferentes dos señores que hablan la misma: ridículo, aberración y despilfarro. Y, si fuera eficaz, aún sería peor, porque el sistema de elección de sus miembros es un monumento a la desproporción.
   -Hacienda. Somos todos, pero unos más que otros, porque en España seguimos siendo los asalariados los que más pagamos. El fraude es escandaloso, lo del IVA da risa, las SICAV y otros procedimientos para escabullirse los que más tienen son una vergüenza: aquí no hay democracia fiscal.
   -El estado de las autonomías. Caro, duplicador de un sistema político con saturación de cargos y centros de poder y generador de desigualdades territoriales. Por no hablar de la conflictividad política y la crispación (acuérdense ustedes de Ibarreche, por mencionar a un señalado envenenador) que llevan generando los nacionalistas desde que tenemos constitución democrática. 
   -El paro y las desigualdades económicas y sociales. Poco que yo pueda añadir ante estos graves problemas. Véanse algunos apartados anteriores.  
   -La corrupción. La piedra de toque: si a todo lo visto hasta aquí, le añadimos que algunos se están llevando la pasta cuando deberían estar sirviendo a la comunidad, nadie podrá extrañarse de que haya cada vez más desencanto. 
                 En fin, lo dicho: ¿no habrá serias razones para pensar que el sistema se está agotando? ¿Hacemos algún esfuerzo para mejorarlo razonablemente o seguimos así? ¿Qué pasará entonces?

martes, 10 de mayo de 2011

Errandonea / Pinochet: pronto empezamos

   Ayer escribí un artículo preguntando si os acordabais de aquel que un día dijo que la justicia era un cachondeo; hoy quiero preguntaros si no os parece que aquí hay alguien que lleva lustros cachondeándose de la justicia. Supongo que ya sabéis todos a qué me estoy refiriendo, pero, por si acaso, aquí tenéis este enlace:

   En estos días nos ha tocado ver la enésima burla de los batasunos a los principios del estado de derecho en que no creen: unos partidos-disfraz llamados Sortu y Bildu, programados para sacar provecho de las elecciones de una democracia que han querido cargarse desde que nació, porque  ¿acaso queda aún alguien capaz de negar que el nacionalismo radical vasco ha sido el enemigo más letal del régimen surgido de la constitución de 1978? Ni siquiera le gana el golpe de Tejero: contemos las víctimas humanas, consideremos la duración de la amenaza, miremos el odio venenoso de los aberchales contra España y nos quedarán pocos lugares para la duda.
   No ha tenido gracia ver cómo este nuevo montaje producía un enfrentamiento entre instituciones tan respetables como el Tribunal Supremo y el Constitucional; no ha tenido gracia contemplar cómo la excesiva generosidad de un régimen democrático favorecía a sus enemigos. Menos gracia aún ha tenido ver lo poco que han tardado en reírse de todos ante nuestras propias narices. Ver hoy a este Errandonea con la pancarta de Bildu produce la misma sensación de escarnio que nos produjo  Pinochet cuando se levantó de la silla de ruedas después de salvarse de un juicio internacional gracias, también, a un uso fraudulento de los derechos que sistemáticamente mancilló. Y es que, por mucho que los ingenuos se nieguen a verlo, todos los fascistas tienen el mismo sentido del humor: ¿derechos humanos? ¿Garantías? ¿Democracia? Mirad por dónde me paso yo todo eso, imbéciles. Les encanta carcajearse de esas cosas, especialmente, cuando se han servido de ellas mediante el engaño. En esta línea, hoy ha sido un partidario de Bildu quien se ha encargado de cachondearse de la justicia democrática y generosa que él jamás aplicaría. He leído que todavía hay tiempo hasta el jueves para corregir este error: ¿se pondrá esa justicia escarnecida manos a la obra?   

El ocaso de los López

   Bien es verdad que, a pesar de las quejas y denuestos de cuatro avinagrados seguramente fachas, José Luis Rodríguez Zapatero dejará para la historia importantes progresos en la vida de los españoles, sobre todo, en el capítulo social. Uno de los más formidables será el de renovar el sistema de decisión del orden de los apellidos de los hijos. Sabido es que el sistema tradicional (primero el del padre y después el de la madre) era, por fascista, retrógrado, anticuado, machista y discriminatorio, fuertemente rechazado por amplias capas de la sociedad, lo que a lo largo del siglo XX y de lo que llevamos del XXI produjo un sinfín de durísimos conflictos y manifestaciones multitudinarias exigiendo su inmediata y radical modificación. Urgía, sin duda, tan crucial reforma y Zapatero y su equipo se pusieron a ello y al fin lo han logrado: después de algunas tentativas fallidas, hoy podemos congratularnos de que esa perverversión de poner primero el apellido del padre, que tanto daño hacía y se basaba en un fundamento tan absurdo como el haber funcionado durante siglos, haya sido sustituida por un sistema mucho mejor: o los padres se ponen de acuerdo, o decidirán libremente los funcionarios del registro civil. A esto le llamo yo eficacia y grandes avances.
   La cosa habría podido ser aún más graciosa si se hubiese hecho caso a los muchachos del PNV, que proponían directamente que el apellido menos frecuente fuese siempre el primero: ¿qué tendrá esta gente contra los López?

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Se acuerdan de aquel que dijo que en España la justicia es un cachondeo?

   Sí, hombre, fue Pedro Pacheco, que fue alcalde de Jerez durante muchos años, y lo dijo en 1985, cuando tuvo un conflicto por la demolición de un chalé de Bertín Osborne. Por decir eso, le empapelaron, pero la verdad es que yo me acuerdo de él muchos días. ¿Que a qué viene esto? Resulta que hoy me he enterado de que la audiencia provincial de Murcia ha absuelto por su pericia en la conducción a un conductor al que la policía atrapó después de saltarse un control antialcohol y dar una tasa de 0'45 gramos por litro de sangre. Si se leen la noticia, verán que la aventura de este señor comenzó saltándose el control y continuó con una fuga a toda velocidad con virajes a lo bestia, trompos y semáforos saltados a lo largo de dos kilómetros. Parece, por lo que cuentan todos los medios, que la sentencia absolutoria del juez solo habla de la tasa de alcohol, así que, como supongo que a muchos otros, se me ocurren dos preguntas:
   1.- ¿Todas esas animaladas de película americana (sumadas a una tasa de alcohol que casi dobla lo permitido) pueden quedarse sin sancionar porque, según la audiencia, demuestran una gran pericia al volante?
   2.- ¿No da la impresión esta sentencia de ser una invitación a conducir como salvajes?
   Bueno, pues lo dicho, que hoy es uno de esos días en que me he acordado de Pedro Pacheco.

martes, 3 de mayo de 2011

El asesinato de la literatura

Este artículo fue el último de mi blog difunto y se publicó el 5 de septiembre de 2009

Siguiendo con lo anunciado de dedicar unos cuantos artículos seguidos al tema de la educación, con el propósito esencial de sacar a la luz algunas de las grietas del sistema LOGSE aún reinante, quiero ocuparme hoy de mostraros cómo este sistema ha destrozado la asignatura de literatura. El arma utilizada no ha sido puñal, pistola, veneno ni cordel de seda, sino otra más sutil y adecuada a la mano asesina (la alianza entre burócratas y pedagogos que ha perpetrado la LOGSE): los programas legales, en los que la literatura, que siempre había sido una asignatura autónoma, pasó a unificarse con lengua, de lo que resultó una asignatura (Lengua y Literatura Castellanas, creo que es el nombre oficial) en la que la literatura quedó difunta y la lengua, maltrecha, porque al fin ni una ni otra se pueden dar en condiciones. Los detalles de cómo se concreta esto en los programas, a base de repeticiones absurdas de un curso a otro y diversas majaderías que hacen dudar seriamente de la competencia de los autores de este currículo, os los ahorraré, tampoco es cuestión de mataros de aburrimiento. Sí diré que cada vez estoy más convencido de que esta colosal laguna de la LOGSE, que en apariencia sería de alcance limitado al afectar solo a un área muy concreta, es en realidad tan grave que repercute en todo el sistema y ejerce un gran peso en su ineficacia, ya que, como todo el mundo sabe, uno de los mayores problemas de nuestra enseñanza actual (tal vez, el mayor) son las preocupantes deficiencias en comprensión y expresión que se aprecian en un alto porcentaje de nuestro alumnado, y no hace falta decir que un área de lengua-literatura bien organizada ayudaría mucho a que esas deficiencias no aparecieran o se mitigaran. Que la LOGSE y su sistema naufragan en este capítulo es una realidad palmaria e incontestable. Pero la ignorancia, irresponsabilidad y demagogia de políticos y burócratas no se paran en barras: en estos días, se está poniendo en marcha la anunciada incorporación de los ordenadores a las aulas, la cual tendrá las ventajas e inconvenientes que sea, pero lo que me preocupa aquí es que ya hay voces no sé si decir audaces, ignorantes, oportunistas o iluminadas que la presentan como esencial para la mejora en el aprendizaje de la lengua. Lo niego rotundamente desde mi posición de profesor con muchos años ya de experiencia: el ordenador no es esencial para el aprendizaje de la lengua; será, en todo caso, lo que ya es: un instrumento más y, en algunas parcelas (como la lectura de libros), perfectamente prescindible, por lo que solo espero que no aparezca por ahí ningua santa Inquisición a la que se le ocurra hacérnoslo tragar a la fuerza.

En el asunto concreto de la literatura, el despropósito ha sido no solo sangrante, sino, además, de resultados diametralmente opuestos a lo que con gran sensatez proponían en sus orígenes los enfoques anti-tradicionales, pero empecemos por el principio. Contrariamente a lo que puedan pensar los burotecnócratas que en el fondo no tienen ni idea de educación, la literatua no es un lujo esteticista innecesario, sino un elemento esencial que cualquier sistema educativo con pretensiones de calidad debe no solo incluir, sino mimar, por múltiples razones. Primera: los sistemas educativos deben suministrar a las personas el bagaje formativo fundamental, del que la literatura forma parte. Para la escuela esto es un deber, pues a muchísimas personas, no se les hablaría de literatura (como de otras áreas) fuera de ella. Segunda: la escuela debe promover el desarrollo integral de las personas, del que los elementos de belleza, arte, reflexión sobre la vida o fantasía presentes en la literatura forman parte. Tercera: la literatura forma una parte de la cultura y la historia de los pueblos cuyo conocimiento es irrenunciable. Cuarta: la literatura es un campo muy adecuado para estimular la imaginación, el análisis, el sentido crítico e incluso las competencias lingüísticas, cosas todas ellas muy deseables en una persona formada, y si alguien no está de acuerdo, que explique por qué.

Pues bien, con reducir la literatura a una especie de anexo de la lengua, los responsables educativos logsianos se cargaron todo esto, ya que la literatura necesita una cosa: TIEMPO, pues, como sostenían los anti-tradicionales, la literatura hay que verla demorándose en la lectura y análisis de los textos, es una aberración reducirla al estudio memorístico de un listado de autores, fechas y obras, como se hacía hace cuarenta años... y se hace ahora, ya que los anti-tradicionales que hace tres o cuatro décadas luchaban contra el aprendizaje tradicional rutinario y memorístico llegaron al poder y se sacaron de la manga una cosa llamada LOGSE que impone, al menos en la literatura, a la que se ha hurtado el tiempo, un estudio rutinario y memorístico, y quien no me crea, que se moleste en averiguar cómo se enfoca el apartado de la literatura en el examen de selectividad y cómo obliga ello a prepararla.

Así pues, con algo menos de dos décadas de reforma LOGSE, se nos ha impuesto un estudio de la literatura en términos tan inconvenientes como los de hace cuarenta años, y eso, cuando se estudia, porque sé de profesores que, en los cursos que no sean 2º de bachillerato, apenas la rozan, no trae cuenta: ¿no es esto asesinar la literatura?