Leo la noticia de que la Fiscalía ha pedido prisión incondicional para José Luis Trapero, mayor de los Mozos de Escuadra, en la causa que se le sigue por sedición a raíz de la espectacular pasividad e incluso colaboración de los Mozos en toda esta conspiración para segregar Cataluña. Lo encuentro muy lógico, dado que el señor Trapero -a quien para esta citación de hoy se le advirtió que no fuera de uniforme, una forma de señalarle que se acabó el guiñol- parece haberse tomado sus obligaciones de defensa de la legalidad demasiado a la ligera, con lo que demuestra que ha sido una víctima más del espejismo en que han caído todos los artífices del prusés, sus secuaces y sus comparsas: el de tomarse como un festivo cachondeo lo que en realidad era algo tan grave como una rebelión separatista. Vuelvo a utilizar la palabra guiñol: uno de los pecados más graves que han cometido los nacionalistas ha sido el de la soberbia: durante años, han estado siguiendo una estrategia saturada de trampas, engaños, simulaciones y tergiversaciones con las que imaginaban que eran unos chicos listísimos que estaban burlándose de la legalidad, del estado de derecho, del Gobierno y de esos millones de españoles que no pensaban como ellos y que eran tan cretinos que no se daban cuenta. Parecían decirse: "¡Qué imbéciles son! ¡Nos estamos riendo de ellos, estamos instrumentalizando sus leyes y sus principios para pisotearlos y no se dan ni cuenta!"
Quien no me crea, que repase las risillas, los desprecios y las jocosas ocurrencias al hacer declaraciones de sujetos como Homs, Turull o Bosch, o el cínico aplomo de Neus Munté para presentar lo negro como si fuera blanco o viceversa, o todo el rosario de extralimitaciones sustentadas en argumentos insostenibles llevados a cabo por Mas, Junts pel Sí o Puigdemont. Es innegable: el referéndum de 2014, las leyes (?) dictadas por el Parlamento catalán en septiembre de 2017, el referéndum de 2017 y todas aquellas bobadas de las urnas y las papeletas, la inmensa manipulación informativa sobre la actuación policial del 1 de octubre, la declaración/suspensión de la independencia, la absurda respuesta que el supuesto presidente Puigdemont ha dado hoy a un gravísimo ultimátum...: tremendos actos cuyos artífices han estado llevando a cabo con estúpida ligereza, persuadidos de que los conducían como habilísimas estratagemas con las que iban a ganar y a eludir sus responsabilidades. Y me temo que las triquiñuelas de Trapero -su ambigüedad, eso de presentarse en el juzgado vestido de uniforme- formaba parte de este decorado.
Pero parece ser que el guiñol se ha acabado. Que ni ellos eran tan listos ni los demás éramos tan tontos. Que se está empezando a pasar lista para rendir cuentas. Que ya va en serio.
En este contexto, a la vista de que a Trapero se le está calificando de mando superior de los Mozos, creo que habría que hacer una precisión: operativamente, Trapero es un mando, de acuerdo, pero, políticamente -y lo más gordo de lo que aquí se cuece es político- es un "mandao": por encima de él está el agresivo y desaparecido Pere Soler, ese al que le damos pena los españoles, y más por encima aún, el consejero Forn, que tampoco se ha distinguido por su moderación: ¿qué hay de estos dos altos cargos? Si a Trapero se le acusa de sedición, ¿qué va a pasar con ellos? Porque supongo que a estas alturas nadie pretenderá que creamos que Trapero iba por libre y que estos dos superiores suyos no le transmitían ningún mandato. Y ya que hablamos del consejero, ¿qué hay del Gobierno catalán? ¿No tiene nada que ver en esa sedición de la que se acusa a Trapero? ¡Este Trapero, la que ha montado él solito! A ver si va a ser porque rima con Tejero. ¿Y del señor Puigdemont, que ha conducido toda la política que ha desembocado en el 1 - O y declaró la independencia de Cataluña, si bien la suspendió medio minuto después? ¿Y de Artur Mas, que puso en marcha la conspiración y convocó el referéndum de 2014? ¿Y de la señora Forcadell, que ha pasado como el caballo de Atila por encima de todas las normas y garantías parlamentarias? ¿Y de los parlamentarios que han votado leyes, referendos e independencias que sabían que vulneraban la legalidad?
¿Qué hay de todos estos? ¿Es que tienen menos responsabilidad que Trapero? ¿Los llamará también un juez? Tendría gracia que los que están en un grado mayor de jerarquía o los que han violado las leyes de manera flagrante fuesen a salir mejor parados que el "mandao", a no ser, repito, que todo esto haya sido tan solo una conspiración de los Mozos, lo cual no parece ser el caso.
Se acabó la feria: esto no era un guiñol, así que ahora... A la vista de todo esto, se me ocurre, además, una cosa: cuando las aguas vuelvan a su cauce y se aborde esa reforma constitucional por la que tanto suspiran el PSOE y su líder, ¿en qué va a consistir? ¿En buscar el encaje de Cataluña? Sinceramente, creo que eso sería como si, después del golpe de Tejero, se hubiese emprendido una reforma constitucional para buscar el encaje de los pronunciamientos militares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario