Como ya sabéis, el gobierno anunció ayer un paquete de medidas económicas, entre las cuales la que más destaca es una rebaja temporal del IVA por adquisición de vivienda, que pasa del 8% al 4%. La medida pretende activar la compra de viviendas y se justifica en la necesidad de dar salida a las 700.000 nuevas sin vender que tenemos en España, las cuales pertenecen a la banca o a las constructoras y promotoras que componen el sector inmobiliario. No estaría de más recordar aquí que banca y sector inmobiliario fueron los grandes beneficiarios de la gloriosa y pasada bonanza económica, que lo fueron gracias a los abusivos precios de las viviendas que comprábamos los ciudadanos y que por eso se lanzaron a una demencial orgía de construcción sin control, todo ello ante la complaciente y pasiva mirada de los gobiernos. Bien, ahora estamos en la estación terminal de ese viaje.
Como cualquiera puede ver, esta medida remacha en el mismo clavo: pagar entre todos los líos de la banca, permitir que no arriesgue ni un duro y ver cómo, encima, está en posición privilegiada a la hora de recibir ayudas: mientras a los demás se nos imponen sacrificios, a la banca se le allanan todos los caminos. Está claro que el gobierno se equivoca: en lugar de bajar el IVA, ¿por qué no se prueba a que bancos y constructoras reduzcan los precios? Hace poco os puse aquí un artículo en el que se veía muy claro que los bancos no han cedido un milímetro en sus desmesuradas pretensiones económicas a la hora de vender sus pisos; es una lástima que el tiempo haya pasado y los enlaces hayan variado, porque, es su redacción original, ese artículo mostraba mejor cómo eran las birrias de pisos por las que se pedían esos intolerables precios. A la vista de estos datos, creo que lo que se debería hacer es esto: en lugar de ceder impuestos, que son la recaudación con la que se afrontan los gastos de todos, que sean los bancos los que reduzcan los precios. Durante años, en España se ha tirado alegremente de dinero público para resolver fregados privados, y así nos ha ido; en unos tiempos como estos, en los que tanto se habla de reducir el gasto público y tan drásticos han sido todos los gobiernos a la hora de tirar contra el débil, es imperdonable que se tomen medidas frívolas con la recaudación. En el caso que nos ocupa, la reducción del precio por parte del banco no solo no sería descabellada, sino que sería lo justo, os lo ilustraré con un ejemplo similar al que sale en el enlace de "El País" que os he puesto más arriba.
Tomemos ese piso en Manoteras de mi artículo que se vende por 220.000 euros. Con el IVA al 8%, su precio pasaría a ser 237.600 euros, los cuales se reducirían a 228.800 con las actuales medidas del gobierno. Id al enlace de mi artículo, mirad ese piso y haceos estas preguntas: ¿realmente ha valido alguna vez ese piso los 228.800 euros que ahora podría costar? Y, sobre todo: estando las cosas como están, ¿es razonable que un banco siga pidiendo un dineral así por esa vivienda? ¿Cree el gobierno que procurarle al posible comprador un ahorro de 8.800 euros con cargo al erario público en un negocio como este es la solución esperable en la situación actual? Si la situación es tan crítica como es, las medidas deberían ser más drásticas e implicar a los fuertes, cosa que parece ser que no contemplan los planes del gobierno. A mi juicio, la salida más razonable -y que, además, no representaría la hecatombe con que algunos nos amenazan- sería que el banco asumiera por fin que la realidad es dura también para él e hiciera una rebaja de verdad, o sea, que pusiera ese piso, por ejemplo, a 150.000 euros. Y fijaos bien en que esto, repito, no sería para echarse las manos a la cabeza, porque ese sigue siendo un precio por encima de los méritos de ese piso y lo único que pasaría es que el banco no perdería dinero, sino que ganaría menos de lo que quiere, lo cual no es tan grave, si se tiene en cuenta que a muchos lo que nos ha llegado ha sido el momento de perder de verdad. Con ese piso a 150.000 euros y sin bajar el IVA (es decir, lo que se recauda para todos), con los impuestos subiría hasta los 162.000, lo cual representaría que a lo mejor sí que habría ya muchos a los que les parecería interesante y asequible, y no el ROBO con IVA al 4% gracias a la generosidad del gobierno que representarían los 228.800 euros actuales. La ley del mercado es así de cruda: cuando no hay pasta, a lo mejor toca hacer grandes rebajas para poder vender. A ver si ahora va a resultar que la banca española no acepta las leyes del mercado y el gobierno es su cómplice en ayudarle a bordearlas.
Muy buen razonamiento, Pablo. Aquí nos venden los ladrillos a precio de lingotes de oro. Y por encima nos empaquetan las habituales chapuzas, en tanto la picaresca continúa ("¡escriture por menos, que pagará menos de IVA y yo me lo llevo en negro!"). Hay que decir una vez más que este país (?) no es serio.
ResponderEliminarNaturalmente, Pepe. Y adermás, siguiendo ese razonamiento mío (que no es descabellado, porque lo descabellado es pagar lo que se ha pagado y aún se está pagando aquí por los pisos), pagando mucho menos el comprador, aún se ingresaría más por IVA, 12.000 euros frente a 8.880. El problema aquí es que todos nos hemos plegado a unas pautas hechas inamoviblemente para que la banca gane.
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