Bueno, supongo que ya todos estaréis al tanto de la carta que Esperanza Aguirre nos ha enviado a los profesores. Si hace unos días os decía que nuestro primer objetivo debería ser la dimisión de Lucía Figar, hoy, aunque sé que es una meta política a largo plazo que rebasa nuestro marco profesional, os propongo que empecemos a tomar en consideración este otro objetivo: conseguir que este sea el último mandato de Esperanza Aguirre. Como habréis podido ver, la carta que nos manda hoy es un alarde de cinismo, por, como mínimo, las siguientes razones:
1.- Nos pide un esfuerzo olvidando que nosotros ya hemos hecho bastantes, tales como la práctica congelación salarial que sufrimos durante los largos años de bonanza y los descuentos en nuestros salarios de los que ya hemos sido víctimas, por no hablar de los recortes en contratación de profesores que su gobierno viene realizando en los últimos años.
2.- Como todos los políticos de este país, a la hora de pedir esfuerzos, se olvida de que los verdaderos causanrtes de la crisis, es decir, banca, inversores, especuladores y los propios políticos (véanse las múltiples noticias sobre autosubidas de sus sueldos que salen en los medios), no solo no han hecho esfuerzos, sino que siguen obteniendo beneficios.
3.- Se dirige a nosotros dando por hecho que compartimos con ella la responsabilidad de la formación de los jóvenes. Le diré que dedico mucho más tiempo del que se me paga a esa responsabilidad; le diré, por ejemplo y con respecto a la tutoría, que llevo años dedicando hasta los recreos a hablar con padres y alumnos...: una vez dichas estas cosas y viendo cómo se trata en Madrid a la enseñanza pública, terminaré por decirle que no creo estar en la misma nave de responsabilidad por la formación de los jóvenes que ella.
4.- Dice que con esta agresión a la educación piensa ahorrar 80 millones de euros: que los hubiera ahorrado en despilfarros de otros tiempos, que no hubiera regalado a los peregrinos 20 millones en abonos de transporte. La educación, como ella misma afirma, es muy importante, está por encima de ciertos dispendios que se han hecho.
5.- Se lamenta de que las empresas estén despidiendo y de que los jóvenes estén yendo al paro y, en la misma carta, nos pide comprensión para una medida que va a mandar al paro a 3.000 personas, muchas de ellas, jóvenes: ¿de qué clase de contradicciones quiere Esperanza Aguirre hacernos cómplices?
Estas son las razones que me hacen afirmar hoy que deberíamos luchar por hacer salir del gobierno a Esperanza Aguirre: está claro que sus políticas sociales y el lamentable trato que da a la enseñanza pública son extremadamente perjudiciales, no solo para nuestro colectivo, sino también para el conjunto de la sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario