Apenas constituirse los ayuntamientos, el ultranacionalismo vasco vuelve a esas andadas de violencia, crispación y acoso que le son connaturales y nos da las primeras muestras de que, a pesar de esa piel de cordero que se puso para participar en las elecciones y poder echar mano a la ansiada pasta, es el mismo lobo de siempre, que tuvo, eso sí, la suerte de engañar a unos cuantos bondadosos ingenuos, entre los cuales, para desgracia de todos, se hallaban don José Luis Rodríguez Zapatero, el ahora lloroso Odón Elorza, el inconmensurable señor Urkullu y unos cuantos miembros del tribunal constitucional. Podéis ver en El País, El Mundo o La Razón las cartas credenciales que ha empezado a mostrar la "democrática" Bildu.
Y el PNV, ya también sin careta, ha empezado a intercambiar favores con Bildu, su repulsiva política de siempre. En el PSOE, surgen ya lamentos de Rubalcaba o Ares. Mientras tanto, volvemos al lamentable espéctaculo que nos recuerda lo de antes de que se ilegalizara a estos fascistas: actos de violencia, pancartas a favor de terroristas, persecución de la bandera española o discursos incendiarios mezclados con manifestaciones sibilinas e hipócritas destinadas a hipnotizar, a seguir fingiendo que no se vulnera una legalidad que, en realidad, se desprecia y se violará tantas veces como se considere necesario. ¿Tendremos que pasar muchos años contemplando esto pasivamente? ¿No se podrán hacer cosas, como, por ejemplo, destituir a alcaldes cuyos ayuntamientos retiren la bandera española o cuelguen pancartas pro-ETA? Lo que ha pasado en sitios como Elorrio, Lizarra o Basauri son los típicos actos de violencia batasuna; batasuna, y no etarra: estos señores tienen un probado historial antidemocrático y violento suyo propio, creo que, para volver a ilegalizarlos como se merecen, no haría falta estar pendientes de si condenan o no a ETA, porque tienen suficiente violencia propia de la que responder. Y mil millones de euros de los contribuyentes que no pueden administrar de acuerdo con sus delirios separatistas, la cosa no está para juegos.
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