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domingo, 7 de diciembre de 2014

Acerca de ese sinsentido llamado enseñanza concertada

   Reflexionaba hoy sobre los problemas de la enseñanza en España, que no son pocos, y sobre la nutrida serie de vicisitudes y debates que ha atravesado este asunto en los últimos años y me he acordado de repente de un audaz artículo que se publicó en Deseducativos el 25 de mayo de 2010, es decir, hace ya más de cuatro años, el que se tituló: Hola, soy profesor de un colegio concertado. Ese artículo, obra de mi amiga Xoia, fue quizás el que más comentarios atrajo en la aguerrida página deseducativa y también (esto, sin el menor género de dudas) el que generó la polémica más agria. ¿Cuál fue la razón? Esta que hoy, con el tiempo y las cosas que han pasado, ha quedado manifiesta para todo aquel que no se niegue a ver la realidad: que atacaba a la verdadera raíz de los males de la enseñanza pública en España: la existencia de la red concertada, la cual no podría sobrevivir si la pública no tuviera deficiencias. Y dentro de este marco, le han salido poderosos y variopintos valedores. Mencionaré primero a los sindicatos CCOO y UGT, que dicen defender la pública, pero, como tienen importantes secciones de concertada, han sido de hecho imprescindibles mantenedores de esta red, al firmar constantemente convenios que la reforzaban. Tenemos luego al PSOE, que, aparte de ser el partido que en la LODE le dio carta de naturaleza, la protege haciendo la vista gorda ante sus irregularides, tales como esas cuotas (de comedor, de uniformes, de matrícula...) que hacen que no sea en realidad una enseñanza gratuita o la selección del alumnado (encubierta o a las claras) que todos los centros concertados se permiten. En cuanto a UPyD, acepta en su programa la concertada como un hecho consumado, pero me temo que le tiene más cariño que a la pública, si he de juzgar por cómo la defiende, en comparación con el trato que dispensó a los profesores de Madrid en 2011, cosa que algún día contaré. Finalmente, está el PP, que no se anda con remilgos y protege a la red concertada (la de sus amigos, en especial, la Iglesia) con privilegios tales como la cesión de terrenos gratuitos o llevando a cabo explícitas y agresivas políticas de destrucción de la enseñanza pública, y si alguien no se cree esto que digo, que eche un vistazo a lo que ha hecho el PP en materia educativa en Madrid desde 2011.
   En conclusión y con lo visto hasta aquí, puede afirmarse categóricamente que Xoia, cuando tiró directamente y sin hipocresías contra la enseñanza concertada, acertó en la diana, lanzó un torpedo que impactó en la línea de flotación del verdadero enemigo de la pública. Si leéis el artículo, podréis comprobar que la reacción fue muy virulenta: un gran número de defensores de la enseñanza concertada o de sus profesores (contra los que nominalmente iba el escrito) se lanzaron a replicar y la mayoría de ellos lo hicieron con una cólera, una falta de respeto, una pobreza de argumentos e incluso unas deficiencias expresivas que los descalificaron ab initio. Y la cosa aún colea: el último comentario es de enero de 2014. Es de destacar, además, que bastantes de esos comentaristas críticos eran "trolls" de los más groseros y/o se presentaban ridiculamente disfrazados de cosas que estaba claro que no eran: profesores, obreros (?), madres... Ese vergonzante (y torpe) encubrimiento de su verdadera identidad dejó en evidencia que sus motivaciones eran inconfesables, que defendían prosaicos intereses materiales o rígidos fanatismos, y con esas credenciales no se podían presentar en un foro esencialmente preocupado por problemas educativos como era, a pesar de su irónico nombre, Deseducativos.
   Ese semidesconocido y polémico foro puede decirse que ha sido de los poquitos escenarios en que se ha desenvuelto un debate verdadero sobre los problemas de la educación en la España de la última década. Aquí ya solo se habla desde tribunas de discurso unidireccional, bien sea desde las páginas de las revistas sindicales (con una preocupante tendencia al autismo) o desde los documentos oficiales, que se obstinan en ser como el Válium, por aquello de que duermen y alucinan. En cuanto al debate que se generó en torno a Hola, soy profesor de un colegio concertado, en realidad, no comenzó con ese artículo, os lo cuento para los que estéis interesados y tengáis paciencia y ganas para seguirlo.
   Todo empezó con Hola, soy funcionario, una genialidad de un compañero de trinchera que firmaba como Tiza presa, un artículo al que acabo de comprobar  que quizás ya no se pueda acceder (una pena, porque tiene bastante gracia y es original), en el cual el autor fustigaba la borreguil pasividad de los funcionarios ante la rebaja del 5% de nuestros sueldos que nos asestó Zapatero en 2010, y de paso enumeraba algunos de los inconvenientes de ser funcionario. El artículo provocó tan solo nueve comentarios, uno de los cuales, firmado por Cisne Negro, decía esto:
     Hola, soy funcionario, sé que no me iré al paro, y cobro más dinero por menos trabajo que otros que hacen lo mismo que yo, es una vergüenza que me rebajen el sueldo.
   Estas palabras, como puede comprobarse en el inicio por lo que dice su autora, fueron las que la indujeron a replicar escribiendo su Hola, soy profesor de un colegio concertado, en el cual aparece a su vez un comentario de Cisne Negro, de solo tres líneas, pero que permite entrar en la réplica que él dio a Xoia en su blog.
   Como me pareció que Cisne Negro no pertenecía al segmento de los energúmenos y a la vez se me ocurrían muchas cosas que decir, en lugar de hacer un comentario, escribí un artículo, el cual se tituló Los motivos de Xoia. En él intentaba matizar algunas cosas, tales como que los profesores de la pública no teníamos nada contra los de la concertada y que lo que sí era criticable era este sinsentido: que existiese una red de titularidad privada sostenida con fondos públicos. Mi artículo alcanzó la cifra de cincuenta comentarios, dos de los cuales eran los que escribieron Xoia y Cisne Negro con intenciones conciliadoras, cincuenta comentarios que hay que sumar a los más de doscientos del de Xoia.
   Porque, en suma, el tema daba para mucho: la existencia de la concertada es una gran contradicción, no puede por menos que generar debate. Demostrar que lo hubo es uno de los motivos de este artículo, por eso os he enlazado en él el de Xoia y el mío, para que, si os apetece, les echéis un vistazo a las posturas que se defendieron en aquel debate extenso y a veces acalorado. Visto que desde otras esferas no se promueve el intercambio de pareceres, no está mal que podáis ver el que se suscitó en Deseducativos en torno a la enseñanza concertada.
   Hoy, más de cuatro años después, sigo pensando que los profesores de esta red no son ni mis adversarios ni mis competidores, pero soy aún más contrario que entonces a que exista un engendro como la enseñanza concertada, que existe solo en España. No es de justicia esa doble naturaleza: una empresa privada no se debe sostener con fondos públicos. Lo privado debe ser privado y lo público, público y nada avanzaremos en la educación en España mientras no se alcance esta clarificación. En 2011, Esperanza Aguirre cerró miles de aulas y dejó en la calle a miles de profesores de la pública con el pretexto de la escasez de fondos, pero, al mismo tiempo, dio ventajas fiscales a quienes matriculaban a sus hijos en la concertada, con lo cual esta red, mientras se reducían los fondos para la pública, era doblemente apoyada. Políticas tan repugnantes como esta -por otra parte, nada sorprendentes en Esperanza Aguirre y Lucía Figar- dejan muy claro que la red concertada es un baluarte sobre el que los partidos y los dirigentes clasistas depositan los privilegios destinados a sus afines ideológicos y/o económicos. Pero la educación es un derecho social; en una democracia, es inadmisible que nadie gaste el dinero de todos para privilegiar a sus favoritos. En los cuatro años que han transcurrido desde el artículo de Xoia, esto no ha hecho otra cosa que empeorar: ¿estará entre los propósitos de algún partido político la supresión de la red concertada? Yo solo lo he visto en lo que dice Podemos, pero, claro, esos señores ya se sabe que están locos y piden cosas imposibles.

6 comentarios:

  1. Me he llevado varias sorpresas con esta entrada. Primera que aún pueda verse la página de Deseducativos, aunque ahora haya vuelto al dominio wordpress.com. Y que aunque la página está inactiva de artículos desde 2012 siga habiendo comentarios en ciertas entradas que dolieron especialmente. Recuerdo esta entrada (ahora le he vuelto a leer) y lo que tenía de sarcasmo y caricatura, pero que no estaba lejos, ni creo que está de la realidad muchas veces. Yo conozco dos casos de profesores, en un caso no era la enseñanza concertada sino la privada religiosa y pijísima, donde sufrieron situaciones similares o peores, que no por esperpénticas eran menos reales. Creo que al menos un caso lo comenté contigo cuando nos vimos en Madrid hace un tiempo, aunque hablamos de muchas cosas ese día.
    La última y desagradable sorpresa es el enlace que pones sobre UPyD. Parece que se nada entre dos aguas queriendo contentar a todos, o sin ambages como hace el PP, cuyo objetivo es dejar la enseñanza pública sólo con carácter asistencial y completamente degradada. Y, ojo, que algunos que defienden o dicen defender la enseñanza pública y sólo la publica, que abolirían la concertada y lo tienen en sus programas y objetivos, también sabemos como la defienden: harían una purga al más puro estilo estaliniano quitando de enmedio a todos los que no son de su cuerda. ya sabes a quienes me refiero porque varias veces hemos hablado de ellos.

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  2. Por supuesto que lo sé, Hesperetusa. Hoy en día, defensores verdaderos de la pública hay pocos. Además de lo que digo en el artículo acerca de algunos que la defienden pero sostienen a la concertada, está eso que dices tú: lo de sectores que la defienden, pero introducen en ella elementos (ya sea de sectarismo o de degradación) que la perjudican en su competencia con la concertada, la cual está además muy fuerte. Fíjate en esto que te voy a contar; buscando información sobre Podemos y la concertada, he encontrado unas declaraciones de un líder de UGT que decía que eliminarla sería imposible, y lo mismo decía uno de ANPE, invocando ambos la inviabilidad de la medida y el perjuicio que causaría. Yo sé muy bien que el primero lo decía por interés partidista (UGT tiene una fuerte implantación en la concertada), mientras que el segundo lo hacía por pragmatismo: aunque ANPE blasona de ser un sindicato solo de la pública, no está dispuesto a meterse en el berenjenal de pedir la supresión de la concertada, por motivos largos de contar. Hay mucho cinismo en esto. Algunos aducen que suprimir la concertada es algo que no se puede hacer de la noche a la mañana: por supuesto que no, ni es lo que se pide, habría que hacerlo poco a poco, en un periodo transitorio en el que se compaginase la reducción de conciertos con la creación progresiva de nuevos centros públicos. Otros dicen que dejaría a muchos profesores en la calle, lo que es una tremenda falacia y Xoia misma lo dice en su artículo: dado que las necesidades educativas seguirían siendo las mismas, lo único que sucedería sería que cambiarían de red, yendo a la privada o a una pública ampliada. Esto último les favorecería, dado que, tal y como dice Xoia, todos sabemos y solo un cínico o un ignorante podría negar, los profesores están mil veces mejor en la pública y, de hecho, son muchos los de la privada o concertada que quieren dar el salto, pero no al revés. Otros dicen que se vulneraría el derecho a elegir de los padres, los que es un tremendo alarde de cinismo que suelen esgrimir desde la órbita eclesiástica: seguiría manteniéndose, solo que dejando a todo aquel que no aceptase la oferta pública la opción de irse a la privada, como se hace en todo el mundo, pero aquí, no, aquí debe hacerse sufragando negocios con el dinero de todos. Por otra parte, ese sarcasmo del que tú hablas es innegable, pero, envueltas en él, Xoia dice un montón de verdades, tales como esta del pagar negocios privados con fondos públicos, la de que los centros concertados seleccionan al alumnado, la de que son falsamente gratuitos (esto no recuerdo si lo dice, pero todos lo sabemos) o la de que venden una imagen de calidad o falta de conflicitividad retocada, ya que, a pesar de todo lo favorecidos que están, tampoco son paraísos en este sentido; es más, tienen una reprobable tendencia a ocultar los conflictos en lugar de afrontarlos, como se ve, por ejemplo, en el asunto del acoso escolar: ¿te has dado cuenta de que la mayoría de los casos graves se producen en centros privados o concertados? Es por esto que te digo. Y luego está la gran pregunta: ¿cuántos dirigentes políticos defensores de las medidas que hunden a la pública llevan a sus hijos a centros públicos? Me temo que muy pocos. La cuestión crucial es esta: en un país moderno y democrático, es inadmisible que una enseñanza privada se pague con fondos públicos. Cualquier gobernante serio y de verdad democrático tendría como objetivo la supresión de la red concertada, ya fuera medio o a largo plazo.

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    1. Digo lo de la caricatura y el sarcasmo del escrito de Xoia, pero eso no deja de ser cierto. Los dos profesores que te comento hoy, desde hace tiempo, son profesores de la pública. La profesora, que fue compañera mía de piso durante todo un curso (ella estaba en la privada) no podía asistir a las evaluaciones de sus alumnos ni enseñarles el examen. Cuando las evaluaciones acababan veía en los boletines unas notas que no conocía. aparte que le censuraban las clases y tuvo que impartir toda clase de "afines" algo que se va a generalizar por decreto en la pública. Dado que somos cuidadores ¿quién necesita a un licenciado especialista? El profesor de la concertada se preparó, y se presentó, a las oposiciones, en secreto..., algo mucho peor de lo que cuenta Xoia. Su esposa, que era compañera mía de trabajo, decía que en su centro estaban mal vistos los profesores casados que sólo tenían un hijo.

      La presión y el acoso en esos colegios son mucho mayores pues las envidias y la comparación de poder adquisitivo, pese a los uniformes, es mayor. Y en cuanto a los casos de drogas..., pues ahí ya hablamos de palabras mayores no de un porro..., pero con una conversación enb la dirección con los padres y decirles que discretamente cambien a su retoño de colegio, arreglado (otro caso que conocí de primera mano..., lo que andaba de por medio dentro del colegio privado era cocaína)

      Y hay algo peor que los dirigentes políticos o sindicales que llevan sus hijos a la concertada, los profesores de la pública que también los hay..., por desgracia (son pocos los que conozco pero haylos) los que su actitud es: “la pública para trabajar yo, la concertada o la privada para mis hijos”. Y es que la concertada es la falsa red en la que parece que todo va bien y no hay conflictos.

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  3. Me dejas de piedra con lo de las juntas de evaluación: ya no es presionar por la nota, es secuestrarla, ¡qué indecencia! Y no es mucho mejor lo de la intromisión en las vidas privadas. En cuanto a lo de las drogas, te diré que ya sabía algo. Un amigo mío que fue jefe de estudios en Alcobendas me contaba que por los institutos públicos los traficantes merodeaban bastante, pero que era mucho menos que lo que iban por los privados caros de La Moraleja, que pertenece a Alcobendas. Es de una lógica aplastante: donde hay más dinero, hay más negocio, así de claro, y también conozco unas cuantas historias de comportamiento algo más que gamberril en centros privados, con vista gorda del profesorado incluida: hay de todo en todas partes.

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  4. Excelente artículo, Sr. Guachimán, al cual, si se me permite, y con la venia, intentaré arrojar un rayo de perspectiva oblicua. Cuando termine el penoso cuatrienio de gobierno de súper-derechas que nos está tocando vivir, en nuestro país habremos alcanzado la paradójica cuadratura de un círculo Increíble: los ciudadanos tendremos que pagar por la sanidad pública, mientras que la enseñanza privada resultará gratuita (concertada). Toma ya. Insuperable y chocante, sin duda.
    Sobre las fechorías de los centros concertados podría contarle unas cuantas cosas. Demasiadas como para meterlas en un comentario a pie de página. Quizá algún día me anime a extenderme sobre ellas en una entrada del blog.
    Un saludo.

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  5. Manuel, esas paradojas de que hablas son tan ciertas como indignantes. El PP ha pasado por España en estos tres años (y lo que le queda) como el caballo de Atila y tampoco perdamos de vista los burros de Atila de sus gobiernos autonómicos, que serán más pequeños, pero han estado más tiempo y las han hecho muy gordas, mira Valencia, mira Madrid, o lo que han hecho en Castilla La Mancha en menos tiempo. Anímese usted a hacer ese artículo sobre fechorías de los centros concertados, porque es muy necesario desenmascararlos: ya resulta el colmo que, a base de hipocresía de unos e ingenuidad y desinformación de otros, encima, pasen como la maravilla que están muy lejos de ser.

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