Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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martes, 24 de noviembre de 2020

La LOMLOE incorpora una propuesta del guachimán (aunque debidamente descafeinada)

      ¡Me ha hecho una "ilu" cuando lo he visto...! Estoy sentado al lado del teléfono esperando la llamada de doña Isabel Celaa para agradecérmelo. Veréis, esta mañana me he dicho que hacía ya mucho que no escribía un artículo, así que he metido las narices en lo que por ahora he podido encontrar de la LOMLOE (este texto del proyecto) en busca de inspiración, y en su exposición de motivos he encontrado algo que me ha recordado mucho a ciertas propuestas que presenté en mi artículo titulado Por una seria modificación de la Enseñanza Primaria. Aquel artículo mío señalaba entre otras cosas que, gracias a la remodelación de las etapas que trajo la LOGSE, mientras que los alumnos del sistema antiguo se enfrentaban por primera vez al reto que supone la obtención de un título (concretamente, el Graduado Escolar) con catorce años, los del que lo sustituía lo retrasaban enormemente, hasta los dieciséis, edad en que debían esforzarse para obtener el Graduado en ESO. Esto tenía además otro inconveniente: que ese retraso a menudo provocaba también que muchos alumnos llegasen demasiado tarde al momento de elegir su opción, lo decía sobre todo pensando en esos montones de chicos que, a lo largo de mi vida profesional, he visto encarcelados con 15 o 16 años en una secundaria que ni les interesaba, ni les aprovechaba, ni aprobaban. Por ello, formulaba la siguiente propuesta:

    La etapa de Primaria debería acabar a los catorce años, por razones sobradamente expuestas. Los alumnos que la aprobasen podrían elegir cualquiera de las tres vías que el sistema debería ofrecer: Bachillerato, Formación Profesional o una que llamaré Educación Secundaria Básica. Los alumnos que no aprobasen solo podrían acceder a la última, que sería obviamente menos exigente, pero también abriría puertas menos prometedoras.

     Quien aprobase esa opción, que acabaría a los dieciséis años, obtendría el título de Graduado en Educación Secundaria Básica, pero la propuesta es mucho más compleja e incluye una multiplicidad de posibilidades cuya exposición alargaría mucho este artículo, así que quien quiera más información puede encontrarla pinchando el enlace.

     Eso es lo que yo proponía para los alumnos de catorce años, que con la EGB estaban afrontando el reto del Graduado Escolar y con la LOGSE pasaron a vegetar en el dulce limbo del tránsito incoloro, inodoro e insípido del primero al segundo ciclo de la ESO. Pero ahora resulta que la LOMLOE propone para ellos una modificación. ¿Cuál es? Si os vais a la página nueve del enlace que os he dejado, podréis encontrar esto:

     En el segundo curso de educación secundaria obligatoria todos los centros realizarán una evaluación de diagnóstico de las competencias adquiridas por su alumnado. Esta evaluación, que será responsabilidad de las Administraciones educativas, tendrá carácter informativo, formativo y orientador para alumnos y alumnas, para los centros, para las familias y para el conjunto de la comunidad educativa. Estas evaluaciones tendrán como marco de referencia lo establecido en el artículo 114.1 de esta ley.

    Por otra parte, el equipo docente podrá proponer a alumnos, alumnas y a sus padres, madres, o tutores legales a través del consejo orientador la incorporación del alumno o alumna a un ciclo formativo de carácter básico. Estos ciclos garantizarán la adquisición de las competencias de la educación secundaria obligatoria en un entorno vinculado al mundo profesional. La superación de estas enseñanza conducirá a la obtención del título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria [...].

    Los ciclos formativos de grado básico concretan, así, el esfuerzo del sistema educativo para garantizar que ningún alumno o alumna quede fuera del mismo sin un título de educación secundaria obligatoria.

    Parece bastante claro, ¿no? La LOMLOE pretende recuperar por la puerta de atrás lo que el guachimán proponía: una evaluación de cierta importancia a los catorce años (donde yo propongo la existencia de un título en condiciones, ellos establecen una descafeinada evaluación de diagnóstico) que permita que los chicos que hoy en día se pasan dos años perdiendo el tiempo gracias a la estúpida rigidez logsiana que hemos padecido durante treinta años puedan ya escapar eligiendo un camino con contenidos profesionales. Lo que vuestro seguro servidor llama Educación Secundaria Básica ellos lo presentan como unos aún inconcretos ciclos formativos de grado básico. Este proceso se refuerza con el elemento del consejo orientador, que antes existía solo para cuarto de ESO, curso en que se obtiene el título de graduado en ESO, y ahora se implanta también en segundo (página 9), lo que confirma mi idea de que esta propuesta es, en realidad, un retorno encubierto y descafeinado al título de primaria que se daba antes al acabar octavo y que nunca se debió suprimir. 

     El problema es que el progresismo escolar, prisionero aún de sus prejuicios, ñoñeces y fantasmagorías, no se atreve a implantarlo con firmeza y lo hace, como ya he dicho, bajo una fórmula descafeinada y dejándolo a la elección de padres y/o alumnos, gravísimo patinazo. Pero esto no le resta a este paso la  importancia que tiene, que es grandísima, porque supone un reconocimiento implícito de que fue un error robarle dos años a la primaria, reconocimiento que lleva aparejado el de algo que ya la experiencia nos mostraba: que el primer ciclo de la ESO ha sido un engendro, más otra cosa muchísimo más importante: que la división en etapas de la LOGSE (y de sus descendientes, entre los cuales, se encuentra la LOMLOE), es decir, un pilar tan fundamental como su estructura, está mal hecha y es perjudicial. Si esto lo reconocen hasta sus propios artífices, puede suponer un gran avance hacia algo tan deseable como la demolición de un sistema educativo nefasto y su sustitución por otro nuevo, a ser posible, bien consensuado y presidido por la racionalidad y el sentido común. Y también supone otra cosa importantísima: la renuncia implícita a uno de esos dogmas sagrados con los que el progresismo educativo ha estado treinta años perjudicando gravemente a la enseñanza y, lo que es peor, a millares de alumnos: la _ _ _ _ pollez esa de que con menos de dieciséis años no se podía orientar a un alumno hacia la formación profesional, o, dicho sin sus remilgos hipócritas, hacia la opción de darles a unas personas que ni querían ni aguantaban las aulas la oportunidad de obtener unos conocimientos que les permitiesen cuanto antes salir de ellas y buscarse un trabajo. Para los rematadamente clasistas mandarines de la LOGSE, hacer esto era fomentar la segregación y la marginación, con lo que no vacilaron en poner sus prejuicios por encima de la libertad de elección de las personas.

    Un par de ladrillos que se desprenden del muro, por algo se empieza. 

2 comentarios:

  1. Buenos días, Guachimán, un alumno (mayor de edad) me habló de una serie japonesa de "anime" y ha despertado en mí cierto interés pedagógico. Se llama "Assassination Classroom" y es algo loca en su planteamiento (https://es.wikipedia.org/wiki/Assassination_Classroom). En particular, es interesante ver cómo, mientras aquí en España (y creo que en otros países occidentales) se desdeña cada vez más el papel que los exámenes representan en el sistema educativo, en otras culturas se destaca su importancia hasta convertirlos en algo de naturaleza ÉPICA. Aquí tienes un capítulo que refleja de lo que hablo:

    https://www.youtube.com/watch?v=VKML1jdtuRY

    Saludos cordiales.

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  2. Hola, Weno, gracias por los enlaces. El mundo del manga es bastante sorprendente, al menos, a los ojos de un profano. La actitud de los alumnos de ese episodio es tan beligerante que llegan a la competición entre ellos, aunque parece bastante sana y quizás un elemento jocoso de la serie. Francamente, situarse ante un examen viéndose a uno mismo como un gladiador que sale a la arena a hacer frente a un adversario formidable, es decir, planteárselo como un reto para demostrar(se) la propia valía, me parece óptimo. Hay una cosa que he dicho muchas veces, incluso a mis alumnos: que ponerles exámenes facilones es menospreciarlos, es traarlos como a idiotas. Tu suspenso en un examen de exigencia apropiada debe hacerte pensar que algo va mal; tu cinco, tu ocho o tu diez en ese examen tienen el valor de que no se los debes a nadie. Los chicos esa diferencia la aprecian y la valoran. Al principio del episodio, el maestro habla de un elemento crucial: valorar a todos con las mismas reglas. Saltarse esto es un grave error que por aquí se comete demasiado a menudo. Un saludo y feliz año nuevo.

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