Libros que he publicado

-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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sábado, 11 de octubre de 2014

Para enseñárselo a vuestros nietos

   A pesar de que el país está saturado de canalladas, robos, corrupción e indecencias mil perpetradas por la clase dirigente que lo ha arruinado económicamente y se ha cargado cosas como la ilusión y la credibilidad del sistema político (del que ahora pocos dirían sin pestañear que es una democracia), estos artistas son tan geniales que siempre son capaces de superarse, aun cuando ya parezca imposible, con lo que han conseguido, de paso, que nuestras narices no hayan podido todavía alcanzar la completa insensibilización ante el olor a mierda. El más difícil todavía que acaban de realizar es el asunto de las tarjetas opacas de Caja Madrid, ya sabéis, esas tarjetitas de las que disponían directivos y consejeros de la entidad para gastar lo que quisieran en lo que quisieran. En dinero no es una agujero de los más gordos (supone unos 15 millones), pero en indecencia roza lo insuperable: mientras el país se empobrecía, la banca había arruinado a preferentistas o suscriptores de hipotecas y nos costaba miles de millones por su rescate, esos señores estaban dilapidando el dinero de todos en lujos o en cosas que hubieran debido pagar de su bolsillo. Señores riquísimos o, como mínimo, de economías más que saneadas; señores que estaban ahí para gestionar la entidad o velar por que se gestionara limpiamenete; señores que pertencían a PP, PSOE, IU, CCOO, UGT, CEOE..., es decir, esa variopinta nómina de organizaciones que está suministrando una nutrida tropa de ladrones, aunque en principio estaban creadas para otros fines. Algo tendremos que cambiar aquí. El diario "El País" ha publicado un documento extraordinario: una lista de todos estos dirigentes y consejeros en la que figura lo que gastaron y un detallado desglose de en qué cosas. Aquí os dejo el enlace:
   Creo que deberíais guardarlo para enseñárselo a vuestros nietos: cosas como las que están ocurriendo hoy en España producirán asombro por los siglos de los siglos.

4 comentarios:

  1. Pablo, mira que hago lo posible por no ser derrotista (sin caer tampoco en el optimismo antropológico -o sea, en la estupidez-) pero qué difícil se está poniendo. Qué difícil nos lo están poniendo...

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  2. Va a ser cada día más insostenible este régimen si no se hace algo (y algo serio) con todos estos ladrones. Volvemos, de rebote, a la justicia: ¿cuánto han tardado en empapelar a Elpidio Silva? Por muchos reglamentos procesales que se haya saltado, no es asumible que, mientras a él le han dado un estacazo severo y fulminante, "su" Blesa, esta tropa y otros como ellos anden por ahí tan ricamente.

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  3. Los españoles estamos idiotizados, somos bobos, nos resbala todo o yo no sé qué creer ya. Asistimos impasibles a este saqueo sin hacer nada. A veces pienso que tenemos lo que merecemos por consentidores. Hace poco leía un artículo donde se decía que los políticos salen del pueblo, así que son nuestro fiel reflejo y me da una vergüenza tremenda, pero lo pienso, lo pienso... Hay muchos que se indignan, pero otros tantos si pudieran harían eso y más (y lo dicen y se quedan tan frescos). Yo ya no entiendo nada de nada. ¡Qué degradación moral!

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