Hace pocos días terminé de releer Imán, la extraordianaria novela que Ramón J. Sender escribió en torno al desastre de Annual, aquella carnicería de 1921 en Marruecos en la que murieron unos 12.000 soldados españoles. Pensaba dedicar un artículo al libro, pero me impedían ponerme manos a la obra numerosas ocupaciones, y resulta que hoy se le ha concedido al regimiento Alcántara 14 la Laureada de San Fernando por su heroica actuación en aquella campaña, así que...
Así empecé el pasado 1 de octubre este artículo, y así me lo hicieron dejar ocupaciones diversas. Como estoy viendo que o me decido o no lo termino nunca, voy a darle final ya de una vez, aunque sea a costa de no hacer un artículo tan largo como me gustaría, porque sigo estando bastante liado. Vamos con ello:
...voy a aprovechar la ocasión para hablar de esta impresionante novela. La publicó por primera vez la editorial Cenit en 1930 y vuestro amigo el guachimán la leyó en la edición que hizo Destino en 1976, primera que se lanzó después de la Guerra Civil, pues durante el franquismo estuvo prohibidísima, y en su tiempo también tuvo bastantes problemas, ya que en ella Sender dejaba en evidencia con nombres o referencias perfectamente identificables la corrupción y la ineptitud de los generales y muchos mandos responsables de aquella histórica tragedia. En una breve nota incluida al inicio, el autor la presenta como una serie de notas recogidas durante su servicio militar en Marruecos a raíz del desastre del 21, lo que da fe veraz de su carácter de documento directo; más adelante, señala que "el libro no tiene intenciones estéticas ni prejuicios literarios": lo segundo hasta me lo creo, porque a menudo se percibe en él cómo el autor deja que prevalezca la fuerza expresiva del lenguaje directo y cronístico, pero lo primero es una trola fruto sin duda del viejo tópico de la falsa modestia, porque está claro que la novela está escrita con una sabiduría literaria y una voluntad de estilo guiadas precisamente, creo, por ese afán de sencillez y de fuerza expresiva, por no hablar del hecho de que su autor siembra en sus páginas un buen muestrario de su dominio de los recursos estilísticos, compruébelo quien la lea. El más notable de todos, a mi juicio, es de muy largo alcance, ya que afecta a la estructuración del relato en su conjunto, paso a explicarme.
En el inicio del libro, en los cuatro primeros capítulos, la voz narrativa es interna y en primera persona y se corresponde con el personaje de un sargento periodista (que entiendo trasunto del propio autor) que se encuentra en un campamento en el que todos están ociosamente dejando transcurrir la rutina castrense. Allí entabla amistad con Viance, un veterano poco recomendable y medio chiflado que no es que sea amigo de meterse en líos, sino que más bien los atrae (de ahí viene el nombre de la novela: su protagonista atrae los males como un imán). Pero a partir del capítulo cinco, de forma abrupta, el relato pasa a tercera persona: ahora es Viance el que habla y le cuenta al sargento (y al lector), una historia pasada: su testimonio del terrible episodio de Annual, que vivió en carne propia. Este relato es muy extenso (ocupa 142 páginas) y termina en el capítulo 13, en cuya primera línea reaparece el "yo" narrativo del sargento. Hemos vuelto del pasado, a un momento de relativa calma y de dominio de la situación frente a ese enemigo aniquilador de la historia de Viance. Ahora su situación es otra: en la rutinaria tranquilidad del campamento, le veremos anularlse y luego licenciarse y volver a la península y a su pueblo convertido en un auténtico pelele, porque una de las intenciones de la novela, en paralelo al retrato de la guerra de Marruecos, es hacer un homenaje a esos soldados que fueron sus primeras y más numerosas víctimas, a los que nos presenta como unos pobres miserables que llegaron a la contienda arrastrados a la fuerza para ser, por un lado, aniquilados por los moros, y por el otro, humillados, explotados y maltratados por sus propios mandos, con el resultado de abandonar la pesadilla con solo dos posibles condiciones: la de cadáver o la de ruina humana.
La parte medular del libro la constituyen sus páginas centrales, es decir, el relato de cómo Viance, tras escapar milagrosamente vivo de la posición de R. al ser tomada esta por los rebeldes rifeños, lleva a cabo una demencial huida, un pavoroso paseo por el horror sembrado de muerte, cadáveres, irracionalidad, fuego, destrucción, ruina, posiciones conquistadas por el enemigo... La locura del ser acorralado en que se convierte Viance, que a veces no sabe si prefiere estar vivo o muerto, está jalonada de episodios e imágenes apocalípticas, de violencia y crudeza increíbles. En la pesadilla irreal que constituye su relato, una de las escenas más extraordinarias la protagoniza, precisamente, el regimiento Alcántara 14.
A menudo se dice que, después de la Generación del 98, no hubo en la narrativa española grandes libros hasta la publicación de La familia de Pascual Duarte de Cela en 1942. No sé si se deberá esto a sus problemas con la censura o a despistes de la crítica, pero lo cierto es que Imán debe reivindicarse como una gran novela de la época del vanguardismo; de hecho, algunas de sus escenas y recursos son muy innovadores. En cuanto a su calidad, es indiscutible: la fuerza y la crudeza del relato siguen siendo impresionantes aún hoy, lejos ya de la época en que se compuso, lo que es un rasgo indiscutible de excelencia.
Aún recuerdo me lectura de Imán, que me recomendó mi abuelo (mi abuelo tendía a recomendarme excelentes y durísimos libros en mi adolescencia). Aunque no la tengo fresca coincido con tu apreciación, creo que este libro poco a poco irá recuperando el lugar que le merece la literatura española. En general, toda la figura de Sender que está bastante olvidada.
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ResponderEliminarCoincido contigo en valorar muy alto a Sender, Fernando. Acabé tardísimo y no me gusta alargar mucho los artículos, por eso no hice una referencia a "Crónica del alba" que quería hacer, aunque a lo mejor lo engancho un día y le dedico un artículo. "Crónica del alba" es el libro más ambicioso de la narrativa española del siglo XX. En algunos aspectos temáticos y de concepción, me recuerda a "La forja de un rebelde", de Barea, con la puntualización de que estilística y literariamente Sender es muy superior. La historia y el arte literario de "Crónica del alba" son francamente atractivos, pero se resiente de dos lastres: la extensión y el que, conforme va avanzando, se va haciendo, al tiempo que más experimental, más críptico y arduo de leer, lo que no sucede con el libro de Barea, que es ameno hasta el final. De todos modos, insisto, por ambición y valor artísitico, es un libro sensacional y quizás, como tú señalas, infravalorado. Espero que salga muy bien tu presentación de mañana; otra cosa: a lo mejor puedo hacer alguna filigrana y pasarme por allí siquiera los primeros minutos.
EliminarEs una de mis novelas preferidas. Dediqué un artículo a este autor: http://elballetdelaspalabras.blogspot.com.es/2012/08/30-anos-de-la-muerte-de-sender.html
ResponderEliminarY pensaba hacer otros sobre Imán, precisamente. Nos leemos la mente. Je
Almas gemelas que semos, Patry.
ResponderEliminarJe, je, je. De hecho, tu novela La República Mejor, me trajo a la mente Imán, precisamente. Y ya he mencionado que ésta es una de mis novelas preferidas. Por consiguiente, es lógico que tu obra sea mi predilecta dentro de la actualidad.
EliminarMe parece injusto que sea tan poco conocida.
Patricia, vas a conseguir que me ponga "colorao" aquí delante de todos todos los amigos.
EliminarPues como no he leído ninguno de los libros que mencionais, me limito a aprender de aquello que vais comentando y que es muy instructivo e interesante.
ResponderEliminarUn saludo y aunque no escriba mucho sí ando por aquí a menudo
Lo sabemos, Paco, y lo mismo te digo acerca de tu blog; a menudo, las obligaciones mandan. Un saludo.
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