Los chicos de Comisiones
convocan movilizaciones;
los muchachos de Ugeté
han convocado también.
Como dice la canción,
a los dos preguntaré:
¿dónde estabas entonces
cuando tanto te necesité?
Perdonad estos ripios, queridos amigos; despreciad lo accesorio y quedaos con su ironía y con el mensaje que encierran. Después del anuncio de recortes de retribuciones para los funcionarios, a los maestros del oportunismo que son nuestros sindicatos mayoritarios, les ha faltado tiempo para hacer lo que últimamente mejor se les da: un gesto de cara a la galería, consistente esta vez en convocar una huelga de funcionarios para el 2 de junio. Hagámonos las siguientes preguntas: ¿para qué convocan? ¿Con qué estrategia? ¿Con qué calendario? ¿Con qué legitimidad? ¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar? Y por último, teniendo en cuenta que estos sindicatos hoy convocantes jamás movieron un dedo mientras todo subía como la espuma y el nivel adquisitivo de los funcionarios permanecía sistemáticamente estancado, volveré a preguntar: ¿dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?
Que nadie se engañe, y menos, entre los funcionarios, porque con esto pretenden hacer lo de siempre: montar un circo efímero para aparentar que se oponen a estas medidas, pero luego no pasar de ahí, bien dejando caer el asunto en el olvido o bien con pretextos del tipo: "Compañero, hay crisis, tenemos una responsabilidad social..." Lo sé porque en mi sector (educación, por si alguien no lo sabía) llevan lustros haciendo lo mismo: convocan una huelga incendiaria allá por abril o mayo para hacerse los comprometidos, arrastran a unos cuantos ingenuos (cada vez menos) a perder el sueldo de dos días por descuentos y después... adiós muy buenas. CCOO y UGT hace años que han dejado al pairo a los funcionarios, me consta que con el cínico aunque inconfesado argumento de que no era muy "social" ocuparse de un sector de privilegiados que apenas trabajan y tienen el sueldo asegurado. Sin embargo, CCOO y UGT tienen gente colocada en los consejos de administración de las poderosísimas cajas de ahorros; tienen una áurea cadena de subvenciones que les fideliza a los poderes políticos de cualquier signo; no han dado nunca muestras de preocuparse en serio de asuntos como los desmesurados beneficios de la banca o el fraude fiscal, que son algunas de las cosas que nos han traído hasta aquí... Soy funcionario y, por tanto, trabajador, pero no pienso adherirme a ninguna movilización farsa de estos sindicatos, a uno de los cuales, por cierto, cuando aún merecía este nombre, pertenecí durante catorce años.
A la espera de que contesten a las preguntas que planteas (en sus posibles respuestas estaría la clave de todo) esta historia me suena demasiado a lo que llevamos años aguantando en Educación, por lo que estoy de acuerdo contigo. Sin exigir compromisos al gobierno para que en todo caso una a esta reducción salarial de los funcionarios y a la congelación de las pensiones, políticas redistributivas reales que pasen por subida de impuestos (IRPF,SICAV, Patrimonio, Sociedades...) a la artistocracia económica del país, desde luego que no cuenten conmigo para hacer el paripé y darles otro soplo de aire a unos sindicatos moribundos y sin capacidad real de acción
ResponderEliminarEs claro y meridiano, Pepe: los hechos son tozudos y no se dejan maquillar. Hace tiempo que los sindicatos son un engranje más del sitema, que además, se autorregula, no está sometida al sufragio de los ciudadanos de una forma tan exigente como los partidos, así que no van a comprometer tan cómoda y ventajosa situación tomando posturas que irriten al sistema, del que, al cabo dependen vía subvenciones y otras prebendas. Decir que los sindicatos de hoy se parecen al viejo y franquista vertical no es ninguna exageración.
ResponderEliminarLos sindicatos no hacen más que chupar del bote. He estado pagando una cuota durante mucho tiempo y a la hora de mi despido no han hecho nada. Fui sola a dar la cara con mi empresa. Ahora que intento mejorar mi situación y opositar tras mucho tiempo, empiezan a cambiar las cosas. Y no tengo fe alguna en ellos. Son unas sanguijuelas...Es increible. Saludos a todos.
ResponderEliminarSaludos y suerte, Arandanilla. Las cosas mejorarán, ya lo verás. ¿Los sindicatos? Eso ya lo veo más difícil, se han corrompido demasiado.
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