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-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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jueves, 12 de marzo de 2020

El sindicato de estudiantes no es "los estudiantes"

     ¿Cuándo nos daremos cuenta de la importancia de la precisión verbal?  ¿Cuándo serán los medios de comunicación -precisamente quienes más celosos tendrían que ser con el uso apropiado del lenguaje- conscientes de que sus frivolizaciones y perezosas vaguedades son responsables de males tan graves como la confusión y la desinformación, es decir, justo lo que ellos deberían combatir? Como diría el simpático e irreverente lobo de la revista Hermano Lobo:
Resultado de imagen de hermano lobo aullando
¡Uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!
    Leo en el diario El Español este titular:
Los estudiantes piden suspender la Selectividad
 por el coronavirus y que solo cuente el Bachillerato
   Inmediatamente, mi ceja adquiere un arqueo zapateril y entro como un rayo en la noticia para confirmar lo que me temía: que este medio está atribuyendo al inmenso colectivo de los estudiantes lo que es tan solo una más de las andanadas del Sindicato de Estudiantes, o sea, es como si El Español nos hubiera dicho que Comisiones Obreras son los obreros, así no hay forma de aclararse.
     ¿Cuántas veces habrá que decirlo? ¡Cuidado!: ni el PNV son los vascos, sino solo un partido muy oportunista y muy votado allí, ni cuando ERC o TV3 piden la independencia la están pidiendo los catalanes, sino solo un partido separatista y una televisión de chupópteros. Pues lo mismo pasa con esto: que, por su inveterada demagogia y oportunismo, el Sindicato de Estudiantes no haya tenido escrúpulos en tirarse a la piscina reclamando la suspensión de la Selectividad no significa que eso sea una petición de los estudiantes, aunque solo sea por estas razones: este colectivo es muy extenso y su voz es muy difícil de aglutinar; aún es prontísimo para saber qué medidas convienen por la incidencia del coronavirus y, sobre todo y muy especialmente, el Sindicato de Estudiantes es un sobredimensionado tigre de papel cuyo inmenso poder de hacer ruido está a años luz de su implantación y representatividad entre los estudiantes: es una gavilla de señores y señoras que debieron abandonar los institutos hace siglos y que solo se representan a sí mismos, aunque, eso sí, están más capacitados para armar bulla que un millar de cotorras metidas en una iglesia. 
     Debería El Español tener más cuidado con dar eco a quien no se lo merece. 
    Terminaré este artículo con unas precisiones acerca del Sindicato de Estudiantes que ya he puesto en otros artículos. ¿Que por qué lo hago? Porque, durante los siete lustros que me pasé como profesor, pude comprobar lo perniciosas que son sus campañas para la actividad docente, los centros y esos estudiante a los que pretende representar. Ahí van:
  -Primero. Esta organización es una falsificación ya desde sus fundamentos. En primer lugar, al no ser el estudio una actividad profesional, no ha lugar a la existencia de sindicato de estudiantes alguno. En segundo lugar, este sindicato manipula y agita mucho en el mundo de los institutos de secundaria, cuyos alumnos son en su mayoría menores de edad, por lo que deberían estar fuera de las movilizaciones y acciones propias de una organización como este pseudosindicato, tanto las sindicales que predica como las políticas que en realidad practica. En tercer lugar, debería llamarse Sindicato de los Estudiantes que No Estudian, porque, como se ha demostrado en repetidas ocasiones, los personajes que lo lideran, o no están cursando ningún tipo de estudio, o están matriculados en centros a los que no acuden y en carreras que no terminan. Sobre esto podréis encontrar mucha información en internet.
   -Segundo. Unido a lo último que he dicho, está el grotesco asunto de la edad: al frente de las movilizaciones que convoca esta organización, están personas que superan muy de largo las edades adecuadas a esos estudios que deberían realizar: gente que supera los treinta años o los roza, veinteañeros al frente de una huelga de institutos... No son estudiantes, son gente a la que se ha pasado el arroz muy de largo y que se dedica a crear conflicto en ese mundo educativo al que no pertenecen.
    -Tercero. Es un sindicato sin bases ni afiliados: los escasísimos verdaderos estudiantes que a veces dicen pertenecer a él son en general colaboradores ocasionales. Bien es cierto, no obstante, que en esto difieren cada vez menos de los verdaderos sindicatos.
    -Cuarto. Las reivindicaciones que promueven o a las que se adhieren son falsos conflictos educativos, en los que esta organización actúa como fuerza de agitación en la calle a beneficio de otros intereses, que son en realidad políticos: así ocurrió con las famosas broncas en las que se hizo célebre Jon Manteca, o en la guerra contra la LOMCE, o en la de los deberes, o en este asunto de la educación sexual de hoy.
    -Quinto. Y es que este falso sindicato que vive del engaño de atribuirse una identidad que no le corresponde es un peón de las fuerzas políticas de la izquierda y del progresismo educativo, la fuerza de choque con la que estos sectores intentan legitimar sus filias o sus fobias creando la apariencia de que están respaldadas por los estudiantes. Acerca de esto, os dejo unos cuantos enlaces de gustos diversos:
    -Wikipedia.
    -Sexto. Representa un enorme cinismo llamar a la huelga a los menores de edad: como comprobé decenas de veces, cuando mis alumnos respaldaban las huelgas del Sindicato de Estudiantes, lo hacían para tomarse uno o varios días de asueto: así me lo confesaban cuando les preguntaba y, por supuesto, no tenían la más remota idea de las tablas reivindicativas por las que "se movilizaban". En estas condiciones, es también un enorme cinismo alardear luego de las cifras de seguimiento de las huelgas.
    -Séptimo. Y, por encima de todo, es una gran irresponsabilidad y una indecencia manipular a los menores como marionetas.  Esta irresponsabilidad y esta indecencia, lo mismo que el cinismo del apartado anterior, son extensivas a las organizaciones políticas o de otra índole que a su vez manipulan al Sindicato de Estudiantes. 



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