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Inés Arrimadas y Cayetana Álvarez de Toledo
Uno de los grandes pasos que quedan por dar en la política española es la llegada del día en que la presidencia del Gobierno la ocupe una mujer. Han pasado por nuestra política unas cuantas que, por capacidad y/o por encontrarse en puestos, partidos o situaciones oportunas, podrían haberlo sido y, a riesgo de que me llaméis ingenuo, ignorante o chiflado, diré que yo durante algún tiempo pensé que Soraya Sáenz de Santamaría tenía muchas bazas para haberse colgado la medalla, pero las malograron lastimosamente entre ella y Mariano Rajoy.
Hoy pongo en este artículo a dos mujeres que, por talento, carácter e indicios de que podrían tener el liderazgo necesario para ser presidentas del Gobierno de la nación, me animan a apostar por ellas como serias candidatas a ocupar un día ese cargo. También actúa en su favor el requisito de la edad. Ya sé lo que estaréis pensando los del sector crítico de los suscriptores a este blog: "Las dos son de derechas, guachi, ¡qué facha te estás volviendo!" Rotundamente, NO: el guachimán es, ha sido y será siempre un observador objetivo, desapasionado y distanciado de la realidad española y mundial. Si hoy pintan bastos para la izquierda, qué le vamos a hacer, ellos se lo han buscado, mirad en el archivo y veréis las decenas de artículos que tengo sacándole los colores a la derecha. Es lo que hay: en la izquierda actual, solo encuentro a una mujer que da pero que muy bien la talla en el capítulo del liderazgo: Irene Montero, pero, por razones que serían largas de exponer, no la veo como futurible para presidenta. A Inés Arrimadas y a Cayetana Álvarez de Toledo, sí.
Hoy pongo en este artículo a dos mujeres que, por talento, carácter e indicios de que podrían tener el liderazgo necesario para ser presidentas del Gobierno de la nación, me animan a apostar por ellas como serias candidatas a ocupar un día ese cargo. También actúa en su favor el requisito de la edad. Ya sé lo que estaréis pensando los del sector crítico de los suscriptores a este blog: "Las dos son de derechas, guachi, ¡qué facha te estás volviendo!" Rotundamente, NO: el guachimán es, ha sido y será siempre un observador objetivo, desapasionado y distanciado de la realidad española y mundial. Si hoy pintan bastos para la izquierda, qué le vamos a hacer, ellos se lo han buscado, mirad en el archivo y veréis las decenas de artículos que tengo sacándole los colores a la derecha. Es lo que hay: en la izquierda actual, solo encuentro a una mujer que da pero que muy bien la talla en el capítulo del liderazgo: Irene Montero, pero, por razones que serían largas de exponer, no la veo como futurible para presidenta. A Inés Arrimadas y a Cayetana Álvarez de Toledo, sí.
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Nuestras Agustina Zaragoza y Manuela Malasaña contemporáneas. Sin cuotas. No las necesitan.
ResponderEliminarInés Arrimadas destrozó dialécticamente a Marta Rovira en el programa de Évole, y eso que, por lo que he oído, el revolcón fue mucho mayor de lo que vimos, pero no lo sacaron todo. Y lo mismo ha hecho con todos los rivales que se le han puesto por delante en el Parlamento catalán. Se me podrá decir que juega con la nada despreciable ventaja de contar con razones frente a sinrazones, pero eso también hay que saber defenderlo. Luego está el temple que ha tenido para afrontar el repugnante acoso a que la ha sometido el totalitarismo separatista. Solo le pondría un pero, que es de envergadura, aunque quizás sea responsabilidad suya y no de su partido: se equivocó al no aspirar a la investidura cuando ganó en Cataluña.
EliminarEn cuanto a Cayetana Álvarez, la conozco más bien de sus artículos en "El Mundo", donde demuestra gran solidez y conocimiento, y también de la firmeza y audacia que ha demostrado en los debates de esta campaña. Lo que tú dices: no necesitan cuotas. En mi opinión personal, lo de las cuotas es ofensivo para las mujeres, aparte de ser un sistema absurdo e injusto.
No aspirar a la investidura fue una gran cagada, que ahora estamos pagando....
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo, Paco, ahora bien, quizás sería injusto cargársela solo a ella o a C's, porque el desquiciamiento que se ha adueñado de Cataluña desde hace ya demasiados años sin duda ha tenido que ver en los resultados de ayer. A ello alude Arcadi Espada en este artículo tan lúcido:
Eliminarhttps://www.elmundo.es/espana/2019/04/29/5cc618e3fc6c83441e8b456e.html
Otra cosa que menciona y todos hemos visto es que en las comunidades vasca y catalana ha crecido a lo bestia el voto nacionalista (¡incluso el de Bildu!). Esto es una guerra -al menos de momento, incruenta- y las guerras no se ganan repartiendo gominolas. A quienes creamos en la unidad de España y en la igualdad de todos los españoles garantizada por el sistema más próspero y democrático de nuestra historia, nos va a tocar remangarnos.