Hará menos de una hora, me he enterado de que ha dimitido Manuel Castells, bendita noticia que no puedo decir que me entristezca. Castells aterrizó en el Gobierno (sector podemita, ¿qué podía salir mal?) como un prestigiosísimo intelectual de bla bla bla bla bla bla. Acabado su mezquino pasó por el cargo, esto es lo que queda: sectarismo aberrante, absentismo galopante, incuria, ineptitud, separatismo declarado, políticas que favorecían a su negociete (UOC frente a la UNED), demenciales ideas educativas. Manuel Castells, el ministro de Universidades que decía escuchar a los estudiantes pero ninguneó a los universitarios antiseparatistas que están siendo agredidos en las universidades catalanas; Manuel Castells, el ministro de Universidades y preclaro intelectual que estaba a favor de que se copiase en los exámenes y de que las becas se le diesen hasta al gato. En definitiva, en sectarismo e inutilidad, un ministro a la altura de los de su camarilla podemita, ¡qué nivelazo! Elevados él y los demás a los despachos ministeriales por el presidente Pedro Sánchez, no olvidemos jamás este detallín.
La guinda: era y es un peón de la fabulosa Ada Colau, lo mismo, al parecer, que el sustituto que le han puesto, Joan Subirats, del que poco bueno podemos esperar, ya les vale a los dos.
Coincido plenamente con tus apreciaciones. No sé si has leído un magnífico artículo de Jorge Bustos https://docs.google.com/document/d/1_ZMnWZ8wBxhwec8m2Yz-P0EP-Hebqgdw/edit?usp=sharing&ouid=108369091656654426507&rtpof=true&sd=true
ResponderEliminarBien, creo que el artículo retrata muy bien ciertos vicios de dos indeseables, pero hay algo en lo que no estoy de acuerdo con Bustos: Pedro Sánchez no tiene buenas maneras, ni siquiera con los suyos. En las Cortes y en sus declaraciones, frente a sus enemigos (este señor no concede otro estatus a los que se enfrentan), solo tiene respuestas como el desprecio, la burla, la falsa acusación, la calumnia o el cinismo: jamás se dirige a ellos con un mínimo de respeto. En cuanto a los suyos, defenestraciones como las de Carmen Calvo o Redondo dan cuenta de su estilo gangsteril. Ni siquiera cuando intenta aparentar cortesía tiene buenos modos, porque se nota a cien kilómetros que es impostada. Este estilo navajero es tan poderoso que incluso lo contagia (o tal vez lo impone) a sus colaboradores: mira lo de Calviño expresándose como una barriobajera sobre Casado, o mira las bochornosas intervenciones de la actual portavoz del Gobierno (la más lamentable y títere que ha tenido, lo cual es portentoso), que solo sabe responder atribuyendo a la oposición pecados que no ha cometido.
EliminarEl estilo de Pedro es pendenciero. Ha mejorado como actor, pero se le sigue viendo el pelo de la dehesa y ha terminado contagiando a gente que era más fina y que se sitúa como macarra de trinchera, que es lo que ha sido siempre Pedro Sánchez. Miquel Giménez ve el relevo en el ministerio con su característico humor. https://www.youtube.com/watch?v=EDlhhE0kr7k
ResponderEliminarMuy bien Jiménez, le lanza unos buenos pinchazos. Es que los izquierdistas catalanes que van presumiendo de ejecutoria democrática son lo que son. Mira el artículo feroz que les dedicó ayer Girauta:
Eliminarhttps://paralalibertad.org/inmersos-2/