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domingo, 20 de junio de 2021

Indultos a los golpistas: adelanto de lo que dirá Sánchez el día 30

     Uno de los procedimientos que están utilizando el PSOE y sus aliados políticos para justificar esos indultos con que el Gobierno de Sánchez va a castigar a Oriol Junqueras y los restantes separatistas condenados por el golpe del 1-O es que otros gobiernos anteriores también dieron indultos muy discutibles, argumento (?) que arroja un pobre retrato de quienes lo esgrimen, pues es como si un ladrón se defendiese ante un juez diciéndole que en su barrio hay más gente que roba. Ayer nos recordaba eldiario.es que, en 2011, el Gobierno de Mariano Rajoy indultó inexplicablemente a Ramón Jorge Ríos, un malvado que decidió un día meterse a conductor kamikaze, aventura que acabó causando la muerte de una persona y gravísimas lesiones a otra. La noticia que os enlazo cuenta por extenso el vergonzoso proceso de aquel indulto y deja en evidencia a unos cuantos políticos del PP, pero, con una sorprendente ofuscación, quienes están utilizando este argumento no se dan cuenta de que en el delicado asunto de excarcelar a los golpistas de lo que se trata no es de hacer política rastrera, como están haciendo ellos, sino de posicionarse ante la justicia o injusticia de una decisión del poder, y por ello no se han percatado de que el caso de Ríos, lejos de darle la razón al Gobierno con sus indultos de hoy, lo que hace es quitársela, porque no legitima al PSOE para cometer un abuso similar al cometido en su día por el PP, sino el rechazo a que sigan cometiéndose ese tipo de arbitrariedades aberrantes. ¿Qué disparate es ese de que un abuso del PP dé al PSOE derecho a cometer otro? La potestad gubernamental de indultar no puede interpretarse como una licencia para atropellar a la justicia. 

    Pero existe otra razón que hace más inexplicable aún que la izquierda acuda al precedente de este indigno personaje: que la familia del joven al que mató recurrió la medida de gracia y, como era de esperar, la justicia la revocó. Pues bien, sorpréndase quien aún sea capaz: Sánchez también va a echar mano de él, si hemos de creer lo que dice en el artículo titulado "Las razones de los nueve indultos: fomentar la convivencia en Cataluña" Carlos E. Cué, portavoz oficioso y lanzador de sondas del Gobierno desde el buque insignia de su poderosa flota mediática. Voy a entresacar y puntualizar algunas de las cosas que se dicen en este cuasicomunicado de Moncloa, ya que se presenta como un adelanto y compendio de las monsergas que nos va a asestar Sánchez el próximo 30 de junio:

    Las razones de los nueve indultos: fomentar la convivencia en Cataluña.

    La primera en la frente, o, mejor dicho, en el frente, o sea, en el titular. Este aireadísimo embuste ha sido ampliamente comentado y refutado por múltiples voces, pero creo que es un despropósito tan brutal que no necesita muchas palabras para rebatirlo, como no gastaría ni un segundo en discutir con uno que viniera a decirme que los pingüinos saben hacer raíces cuadradas: indultar a quienes atentaron gravemente contra la convivencia es todo lo contrario de fomentarla

    Se trata de una apuesta para facilitar la salida de la crisis catalana, con un mensaje para los ciudadanos que sienten un profundo desgarro por la cárcel de sus líderes, y no tanto como una medida de gracia a los propios presos [...]. Es un gesto hacia la sociedad que les vota, no hacia ellos, explican fuentes del Ejecutivo

    Esto pone los pelos de punta, porque viene a decirnos que, si una sociedad lo vota y lo respalda, el golpismo debe perdonarse y a esa sociedad que vota a delincuentes insensatos hay que alabarle el gusto y la mala elección con este tipo de guiños. ¿Cuántas veces habré oído decir a sesudos comentaristas de izquierdas, para prevenirnos contra tiranos populistas, que a Hitler también le votaron grandes mayorías? ¿Será necesario recordarle al PSOE que Franco reunía a millares de personas en la plaza de Oriente? ¿No saben las fuentes del Ejecutivo que ese Perón que arruinó Argentina tenía el respaldo de las masas? La verdad es que ya son demasiadas las veces, en este asunto y en otros, que Sánchez y su entorno nos toman por idiotas, no deberían insultar de este modo a los españoles. Lo mismo ocurre con eso de "no tanto como una medida de gracia a los propios presos": ¡hombre, no!, que no nos digan que están dando el indulto pero que en realidad están haciendo otra cosa. Termino con lo del profundo desgarro, que, aparte de ser una concesión a la cursilería hipócrita y efectista (ya me imagino a millones de indepes abriéndose las venas porque Junqueras o Romeva estén en chirona viviendo a cuerpo de rey), supone un grave desprecio hacia quienes (millones también, y muchos más, si contamos lo que debe contarse: Cataluña y el resto de España) lo que sentimos es alivio por ver que a los delincuentes que envenenan a la sociedad se les encarcela.

    Se dará mucha importancia a gestos que demuestran que hay posibilidades de iniciar un nuevo tiempo en Cataluña,  como la reciente carta de Oriol Junqueras, líder de ERC condenado a 13 años de prisión, en la que hace autocrítica y admite que la vía unilateral no sirve. También en el discurso de investidura del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, en el que apostó por un referéndum pactado y no por la consulta ilegal que desencadenó los acontecimientos de octubre de 2017.

    Otro intento de tirarnos a la cara mentiras como montañas. No existe el menor indicio de que la carta de Junqueras sea una propuesta de pacificación, es insultante que se nos esté presentando ese desafío chulesco que nos ha remitido como un documento esperanzador. Lo único que nos ha dicho don Oriol es que la vía unilateral no le sirvió para sus fines, pero no va a renunciar a ellos, tan solo va a buscar otros medios. Volviendo al símil con otros actores delictivos, es como si un asesino hubiese dejado viva a una víctima después de apuñalarla y nos anunciara que, para eliminarla, renuncia al cuchillo y va a explorar nuevas vías, como la pistola, el veneno o los explosivos. Junqueras no ha dejado de insistir en sus peligrosas intenciones, y qué decir de Aragonés, que en los últimos días ha hecho ostensión de desairar al rey (sin tener en cuenta que no ofende quien quiere, sino quien puede), se ha ido a Waterloo a intrigar con Puigdemont, un demente que no pierde ocasión de dañar a España, y ya ha anunciado que mañana no estará en el Liceo para respaldar a Sánchez, al que sí que desaira, porque es el bellaco de su misma condición con el que anda firmando acuerdos: ¿estos son los nuevos tiempos que traerán los indultos? Y, por cierto, a la vista de las razones por las que se elogia a Aragonés: ¿debemos entender que el referéndum pactado es el final feliz al que se aspira con todo esto? 

    Esto es lo principal, pero el artículo es largo y representa un repulsivo panfleto destinado a embellecer y respaldar los postulados del Gobierno. Así, dedica varios párrafos a dar por hecho que estas maniobras de Sánchez están haciendo mucho daño a sus adversarios del arco político y que la manifestación de Colón del pasado día 13 fue un error que sus convocantes ya están pagando. ¿Por qué? Porque lo asegura el señor E(lordi). Tan despreciable no será esa manifestación, en la que miles de ciudadanos ejercieron su derecho a manifestar su repulsa a una nueva gran traición que prepara Pedro Sánchez, porque, si lo fuera, sus esbirros no se hubieran apresurado a intentar minimizarla con patéticas mentiras acerca del número de asistentes. Hace bien el señor Sánchez en tener miedo a esos actos, porque son el embrión de la corriente ciudadana que primero lo desalojará del gobierno y después le hará rendir cuentas por sus abusos. Algo que no están valorando bien ni él, ni el señor E., ni el resto de sus esbirros es el constante aumento de la indignación ciudadana con las extralimitaciones de este gobernante que dista mucho de ser digno del honorable puesto que ocupa.  

    Terminaré llamando la atención con el detalle más esperpéntico del artículo del señor Elordi. El penúltimo de sus apartados se titula "Interlocución al máximo nivel", el cual se personifica en Junqueras (por vía epistolar), Sánchez, Aragonés, sus respectivos jefes de gabinete (Iván redondo y Raül Murcia), Gabriel Rufián y Adriana Lastra. Si estos son los personajes que marcan el máximo nivel de este negocio, ¿qué resultados podemos esperar? 


    

4 comentarios:

  1. Todo esto va a traer consecuencias muy graves y profundas, muchas inesperadas. La pasada semana, mi madre, a sus 83 años me soltó esta frase escalofriante: " todo lo que tu padre y yo os intentamos enseñar estaba equivocado; cumplir las leyes es de imbéciles. Hijo, defrauda y roba todo lo que puedas... Ya está bien de hacer el gilipollas..." Y en mi círculo social no he sido el único en vivir algo así.... Teruel, existe? Estoy mitad desmoralizado y mitad furioso, pero también contento de que mi madre, a sus 83 años, sea capaz de darse cuenta del engaño...

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    1. Tremendo. La prosperidad de la mentira está haciendo estragos, pero creo que aún no está dicha la última palabra.

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  2. Han puesto toda la maquinaria mediática a todo tren para defender algo tan indefendible como los indultos a los golpistas, que solo tienen una explicación: es el peaje que tiene que pagar Pedro Sánchez para mantenerse en el poder. Las consecuencias de esta arriesgada y lamentable decisión van a ser desastrosas en mi opinión. Van a envalentonar más a un triunfante nacionalismo secesionista racista y ahondando más la división en la sociedad. Luego los que crispan son los que protestan contra los indultos.

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    1. Este irresponsable de Sánchez puede pasar la historia con el nombre de Pandoro, porque tal vez acabe de abrir la caja de los vientos.

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