En los primeros años de la democracia, tenía el PNV un portavoz parlamentario que se llamaba Marcos Vizcaya y que, os lo digo en serio, me impresionaba: ¡qué manera de cantarle las cuarenta hasta al lucero del alba: a la derecha a la izquierda y al centro, no escapaba ni uno! ¡Qué permanente y justificadísima expresión de santa ira! ¿Y por qué? Pues porque el señor Vizcaya se traía siempre a Madrid un cargamento de razón, ¡qué digo un cargamento!, se traía seis tráilers de ocho ejes a reventar de razón, porque lo que justificaba su permanente cabreo y sus constantes reclamaciones era una clamorosa injusticia: el horrible maltrato que por aquellos años la nación estaba infligiendo a la apaleada Euskadi.
El señor Vizcaya fue uno de los redactores del Estatuto vasco, júzguese a la vista de lo que hay hoy si no tenía motivos más que sobrados para el enojo.
Después de décadas oyendo a portavoces del PNV cortados por el mismo patrón, empezaron a dejar de impresionarme, hasta que los cielos jeltzales (1) han sido piadosos con nosotros y nos han enviado un nuevo fustigador de las conciencias españolas: Aitor Esteban. Este ultimísimo modelo de portavoz peneuvista está muy perfeccionado, pues une a las tradicionales prestaciones de la gama introducidas por Marcos Vizcaya otras tales como la suficiencia (Aitor Esteban siempre nos regaña perdonándonos la vida), la superioridad (inexcusable en un nacionalista; el señor Esteban no pierde ocasión de recordarnos los burros que somos todos, y más, si se nos compara con él) y la infinita sabiduría (don Aitor lo sabe tó de tó, no en vano es del mismo Bilbao).
En estos últimos días de componendas con Pedro Sánchez, el señor Esteban se ha coronado, ya que, a las virtudes ya señaladas, ha unido unas lecciones magistrales de democrática moderación y disposición al diálogo y prudencia. Ovación, vuelta al ruedo y petición de las orejas de Abascal, Arrimadas y Casado. Desde mi infinita ignorancia (en nada comparable a la sabiduría del líder jeltzale), me permito, aun reconociéndola, plantear algunas observaciones:
-Hace unos meses, cuando Sánchez aún no les había dado hasta el apellido, en un acto del PNV, el señor Esteban y su jefe de filas, Andoni Ortúzar, se manifestaban en unos términos plagados de agresividad y belicismo: ¿cuál es el verdadero Aitor Esteban, aquel o este mensajero de la paz y la concordia de ahora?
-La conversión a la prudencia y el entendimiento de Sr. Esteban se ha producido después del acuerdo que su partido firmó con el PSOE el pasado 30 de diciembre. En ese texto se les conceden cosas como la promesa de unas inconcebibles ventajas para con ellos en los acuerdos, el derecho del PNV a una revisión previa de las medidas fiscales -para toda España- del Gobierno, privilegios para la comunidad vasca en todos los ámbitos, el impulso de la participación de sus selecciones en el ámbito internacional...: una serie de ventajas tan descomunales que pueden considerarse descarados abusos. Esto hace que me pregunte si el ferviente deseo del señor Esteban de que las aguas no se alboroten por nada del mundo no será más que un intento de amarrar a toda costa este botín tan injustificable, que podría peligrar si Sánchez cae.
No perdamos de vista estas cosas, ni olvidemos que Esteban era el portavoz del PNV que tan repugnantemente traicionó a Mariano Rajoy, ni la aclaración de lo que es este partido que os facilito en la nota de abajo. Quizás, si tenemos en cuenta todo esto, conoceremos mejor a la formación y a su portavoz y será más difícil que nos deslumbren.
1. Los jeltzales son los miembros del Partido Nacionalista Vasco (el simpático PNV) y la palabra significa "partidario del JEL". El JEL no tiene nada que ver con el jabón líquido, sino que es un acrónimo que representa la frase Jaun-goukua Eta Lagi-zara, es decir, Dios y leyes viejas, un lema creado por Sabino Arana, aquel ínclito progresista. El nombre completo del PNV es EAJ-PNV y las tres primeras letras significan Euzko Alderdi Jeltzalea, lo cual quiere decir "Partido Vasco de los Simpatizantes del JEL".
Acabemos con el cupo y se acabarán nuestros problemas. En Navarra también....
ResponderEliminarHoy viene en "El Mundo" una entrevista con alguien que sabe muchísimo de esto: Mikel Buesa, que dice que en la comunidad vasca y en Navarra tienen como promedio una financiación por habitante que representa el doble del resto de España. Ese es el gato al que hay que ponerle el cascabel, sin duda. Otra cosa interesante que dice Buesa es que el PNV quiere las ventajas de la independencia, pero sin separarse de España, porque saben que con lo que pagan los vascos no basta para mantener ese presupuesto de lujo que tienen. Y si no lo han conseguido, poco les falta. Cuando el más prepotente y ambicioso es el que más se lleva, no puede decirse que tengamos un sistema razonable y justo. El Estado de las Autonomías es insostenible en estos términos.
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