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-LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
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jueves, 9 de mayo de 2019

"Cuaderno de un profesor", por Alberto Royo

   Después de Contra la nueva educación y La sociedad gaseosa, libros en los que  abordaba los problemas de nuestra educación actual (en un sentido estricto en el primero y con una óptica más amplia en el segundo), ha publicado recientemente Alberto Royo un nuevo libro sobre educación, Cuaderno de un profesor, el cual está obteniendo la excelente acogida que se merece. 
    Es este de la acogida un motivo por el que debemos felicitar a Alberto y felicitarnos también todos aquellos que estemos interesados en que se sepan y se digan altas y claras dos cosas: que la verdadera educación consiste en la transmisión de conocimientos por aquellos que realmente los poseen y que el sistema educativo español actual tiene algunas cosas que necesitan serias mejoras, particularmente, una: los recursos y mecanismos para hacer frente al mal comportamiento de esos alumnos que un buen día deciden olvidarse de que existen el respeto y las obligaciones. Dado que en este libro lo que Alberto nos cuenta es su labor diaria como docente (ya sé lo que habréis pensado los de ese sector que lleva años madurando una moción de censura para arrebatarme las riendas de este blog: ¡pues claro, guachi, lumbrera: es un diario, lo dice el título), nos hallamos ante el vehículo adecuado para reflejar el daño que esos alumnos hacen al proceso educativo: daño a sí mismos por lo que poquito a poco se van hundiendo sin saberlo y creyendo hacer otra cosa; daño a esos profesores y a esa actividad a quienes a menudo ofenden; daño a esos compañeros cuya formación entorpecen y a quienes someten a intolerables conflictos; daño a ese sistema cuya eficacia empeoran...: ¿hacen falta más argumentos para sostener que es imprescindible poner los medios para cortarles las alas a esos alumnos "disruptivos"? Bien, pues, aun así, los responsables político-educativos de este país de paisitos llevan lustros sin enterarse. Y, por si esto fuera poco, cada vez parecen más empeñados en lastrar la ya de por sí complicada tarea docente con una carga burocrática que cada curso es más absurda y voluminosa que el anterior, cosa de la que a menudo me hablan mis amigos aún en ejercicio y de la que también hay unos cuantos testimonios en este libro. 
   Ahora bien, en el retrato que Alberto hace de su cotidiano quehacer, no solo da cuenta de los obstáculos, sino que también presta atención a lo bueno: a lo que va enseñando y sus alumnos con más o menos dificultades van aprendiendo, a la superación paulatina, al interés que sus enseñanzas despiertan en algunos desde el principio o van despertando progresivamente en otros, al surgimiento casi inesperado de los primeros brotes verdes y a su posterior e imparable progresión... Porque la enseñanza no es fácil, pero sus frutos, sea cual sea la generosidad de la cosecha, son siempre gloriosos. Mirad, si no me creéis, este del que no hace ni diez días nos daba cuenta el propio Alberto en su blog:
   Bello fruto para un profesor de música, y nada fácil: solo sabiendo mucho de música podría un profesor alcanzar algo así y en el tiempo en que se ha hecho. Sabiendo mucho de música y sabiendo cómo enseñarla a base de dar muchas clases, porque, como Alberto dice en la página 195 del libro, a enseñar se aprende enseñando. No se deje engañar: eso de los cursitos, de los expertos y del aprender a aprender son fraudes y tonterías. Pero, si esto aún no os convence, id a un pequeño episodio que culmina en la página 138, cuando, después de que él, músico, profesor y guitarrista, les ha dado algunas clases sobre la materia y un buen día se le acerca un alumno y le dice: "Profe, me he apuntado a guitarra".  Creo que sobran comentarios. 
    Estas son las cosas que os encontraréis en ese diario del profesor llamado Alberto Royo. Un último consejo: a lo largo del libro, se citan multitud de obras musicales concretas de autores concretos. Yo lo he leído con un folio al lado apuntando las que por uno u otro motivo me parecía que tendría que oír. Me salen unas cuantas, y creo que muy interesantes. 

8 comentarios:

  1. No he leído el libro, pero por los comentarios que habéis hecho parece ser una reivindicación de la profesión docente desde la experiencia real. Nada que ver con el discurso educativo de los que están fuera del aula y han deteriorado y degradado el papel del profesor.

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    1. Eso es en efecto, Mariano. Y deja también algo que me he olvidado en el artículo: unas cuantas reflexiones acerca de quiénes deberían ser considerados los verdaderos expertos en educación. Te doy una pista: no son Santos Guerra ni Tiana ni Fernández Enguita.

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    2. El problema de Tiana es que encima es ahora Secretario de Estado. Para seguir "avanzando".

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    3. Es desolador, pero es aún peor comprobar que entre los partidos políticos no hay uno solo que esté dispuesto a prescindir del pedagogismo, los expertos y sus mentiras baratas, porque están convencidos de que eso da votos.

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  2. Gracias, querido Pablo. Y también a Mariano. Ahora espero que espero que el libro guste a mucha más gente, además de a los amigos. Un abrazo.

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  3. Parece muy interesante. Es preciso seguir removiendo conciencias en lo educativo.

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