Se celebra estos días la Conferencia Política del PSOE y ha venido a animarla un grupo de notables que están dentro, fuera o en la órbita de este partido, los cuales han impulsado una Carta abierta a la Conferencia Política del PSOE, que tiene la intención de llamar a este partido a encabezar un reagrupamiento de la izquierda que arrebate el poder al PP y el muy relevante rasgo de no decir nada. La idea parece ser la de abordar un gran replanteamiento y actualización de las propuestas de la izquierda, de donde surja un nuevo proyecto político que ilusione y atraiga a la ciudadanía. Me diréis que en este tipo de llamamientos es normal presentar líneas muy generales, pero, con lo que llevamos sufrido en España, hoy en día no basta con presentarse con vaguedades del tipo "somos de izquierdas y queremos acabar con el régimen de explotación e injusticia que ha implantado el PP y estamos a favor de la transparencia y de la redistribución de la riqueza y de la participación ciudadana y de los principios". Eso es muy difuso; con los oportunos retoques, podría lanzarse algo prácticamente igual desde el PP. Hoy en día hay que concretar más. Dennos ustedes pistas claras sobre lo que piensan que debe hacerse, por ejemplo, en materia de: recaudación, legislación laboral, fraude fiscal, políticas de población y territoriales, política de empleo, orientación de la economía, educación, sanidad, política exterior, medio ambiente, vivienda, corrupción, ley electoral, ley de partidos, competencias urbanísticas, Constitución, forma de Estado, derecho a decidir o unidad de España, política autonómica, políticas lingüísticas, función pública, controles a la banca y a las finanzas, recuperación de los derechos arrebatados por los últimos gobiernos, reforma de la Justicia... Háganlo, aunque sea en un anexo de dos folios a su carta, y entonces sabremos si su propuesta representa de verdad una regeneración democrática y nos convence, sean ustedes de izquierdas, de derechas o del Viso del Marqués.
Hay que clarificarse, porque, mientras en el PSOE no parecen tener muy claro, por ejemplo, qué hacer con el delicado asunto del derecho a decidir (que lleva camino de quitarle muchos votos en Cataluña y muchos más aún en el resto de España), el PP está llevando a rajatabla su plan de ir dando cada vez más apariencia de mejoría para llegar a 2015 en condiciones de ganar y, tras hacerlo, reimplantar el ladrillazo. ¿Síntomas? Un pequeño ejemplo: ya empiezan a verse subidas del precio de la vivienda, a pesar del banco malo, el montón de pisos sin habitar que hay por ahí, la no implantación de la dación en pago y todo eso. Ojito.
Pablo, que no, que te olvides, hombre, que los avances del nuevo medievo son imparables. Ya lo barruntó Umberto Eco en los setenta del siglo pasado.
ResponderEliminarLas izquierdas han hundido a España. Las derechas nos dan el tiro de gracia. Pero no nos equivoquemos: somos los españoles quienes estamos detrás del fiasco, por mucho que unos tengamos más responsabilidad que otros.
Con el PSOE, con el PP o con el PEPÓ es la misma porquería, el mismo recado de oscuridad y miseria. Mira, ayer mismo estuve hablando con un profesor de universidad. Me contó que puso un examen que sólo superó una alumna de entre 105 alumnos. Enseguida lo amonestaron los comisarios del medievo: "tienes que aprobar al 80% de tus alumnos. Apáñatelas como sea."
¿Adónde vamos con todo esto? ¿Esperanza? Yo, ninguna. Soy el primero que lo siente, pero si dijera otra cosa, mentiría.
Antonio Gallego Raus
Demoledor eso del 80%, Antonio. Hablaba hace unos días con un compañero acerca del aprobado regalado en los institutos y en la selectividad, del exceso de universidades que tenemos aquí y de lo firmes que han estado los rectores en la defensa de las becas y llegábamos a la conclusión de que, en el fondo, detrás de todo eso, solo estaba la defensa del negocio de cuatro sinvergüenzas: si la selectividad de verdad seleccionase y accedieran a la universidad solo los capacitados, la mitad de los que se presentan se quedarían fuera: ¿qué tendrían que hacer entonces los que los esperaban como clientes para su negocio? La mitad de ellos, cerrar. Si las becas se les empiezan a dar solo a los que las merecen, tal vez los señores rectores dispondrían de un número menor de clientes, así que, a defender las lentejas invocando el derecho a la formación de los menos favorecidos. No estoy defendiendo los recortes inadmisibles en becas: estoy defendiendo que se den a quienes cumplan JUNTOS estos dos requisitos: tener una VERDADERA situación económica desfavorecida (en este país de la trampa, se han visto auténticas barbaridades en este capítulo) y demostrar con resultados académicos que la merecen. Las becas con el dinero de todos no pueden servir para mantener 30 universidades de más ni las carreras a quienes no están capacitados para terminarlas, la universidad no es educación obligatoria. Volvemos a lo mismo, Antonio: testimonios como el que me cuentas, que se dan en los institutos y en la Universidad (ayer corregí 46 exámenes de 3º de ESO: aprobaron cinco, y tenías que ver el nivel de ignorancia y falta de estudio), fortalecen a Wert, porque demuestran que el actual sistema es calamitoso y el chiringuito del que viven un colectivo de sinvergüenzas, que lo mantienen a base de amedrentar al profesorado exigente y de dar educación basura: de engañar y perjudicar al país. Por eso no me sacan a la calle a decir no a la LOMCE; vale, de acuerdo, pero ¿qué ponemos en lugar de lo que hay? A eso hay que darle una alternativa, que, sin duda, no es la LOMCE, entre otras cosas, porque, como ya te he dicho a ti más de una vez, el PP también está por el clientelismo. Precisamente, hablo de esto en el artículo de la revista de Patricia.
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