En los últimos días, he tenido ocasión de ver en los medios una serie de noticias relacionadas con la educación que me entristecen porque todas confluyen en el mismo tema: el alarmante mal estado en que se encuentra nuestra enseñanza actual, del que cada una aporta su particular retrato, pero a la vez me alegran, porque su sola publicación contribuye a mantener vivo el interés por este asunto de importancia tan capital. Indigna pensar que la catarata de basura que a diario generan los que están hundiendo el país impida que prestemos la debida atención a algo tan vital como la educación de las nuevas generaciones.
En sendas entrevistas, mi amigo y compañero de generación Xavier Massó y Laura Rodríguez, bastante más joven pero también colega en la docencia, vienen a coincidir en el mismo diagnóstico sobre el estado actual de la enseñanza, que podríamos resumir en estas ideas: que la LOMLOE tiene unos planteamientos de una pobreza aberrante, que los alumnos aprenden la cuarta parte de lo que debieran y aun así aprueban y, por último, que la formación emburrecedora alcanza ya al profesorado. En pocas palabras: un panorama no por conocido menos aterrador. Ni que decir tiene que estoy completamente de acuerdo con Xavier y Laura y aplaudo que hagan públicas sus denuncias (1).
El pasado día 7, publicaba también "El Mundo" una noticia que daba cuenta de que un importante número de familias catalanas se han organizado contra el desplome educativo de su comunidad. Selecciona el diario para su titular esta significativa frase: "Mi hija no sabe sumar ni restar en 3º de Primaria", ahí queda eso. En el desarrollo de la noticia, aparte de señalar desastres como este y otros parecidos en lectura y conocimientos generales, se incidía en uno de los cánceres más inadmisibles y aberrantes de nuestra educación y nuestra democracia: la inmersión lingüística, es decir la conculcación de su derecho a ser educados en español que padecen y han padecido millones de personas en Cataluña, Valencia, Baleares, Galicia y el paraíso vasco. Este crimen ha representado además que todas esas personas hayan recibido la enseñanza de notoria peor calidad que, por H o por B, se está impartiendo en las comunidades bilingües, salvo en el caso de Galicia.
Y es que, si la LOMLOE es criminal, con lo de la inmersión se convierte en doble crimen, que haría a sus autores merecedores de la pena de prisión permanente revisable, como sabe muy bien Francisco Oya, un compañero que dignifica nuestra profesión y que durante muchos años mantuvo una dura y heroica lucha contra la manada de hienas que tienen sojuzgada a la enseñanza en Cataluña, que le sometieron a un miserable acoso por el delito de enseñar en español en España. Después de revolcar a sus adversarios en la vía adminstrativa, ahora los ha llevado a la penal, y espero que tenga mucha suerte en lo que ha emprendido. Aquí os dejo lo que cuenta, que es de inexcusable lectura, como se desprende ya solo de lo que desvela en el titular: que circulan listas negras de profesores enemigos de Cataluña. También es un excelente conocedor del desastre catalán otro colega: Gerard Romo. En Antididáctica, su blog, realiza una ácida presentación de lo que pasa allí. Voy a dejaros un enlace a su artículo titulado Pedagogía, el arte de hacerte sentir como un imbécil, porque puede que le dé pistas a esa señora que se queja de que su hija no sabe sumar ni restar.
En su interesante entrevista, Laura Rodríguez dice esta frase:
La escuela de ahora no esta pensada para aprender, sino para aprender a ser.
Querida amiga, desde la atalaya de mi ancianidad, voy a permitirme hacer un retoque a tu declaración, para reformularla como sigue:
La escuela de ahora no está pensada para aprender,
sino para aprender a ser gilipollas.
Estoy convencido de que sabes que esta barrabasada no va contra ti, sino contra la mezcla de incompetentes, insensatos y malvados que están detrás de la LOMLOE. Sinceramente, creo que, con mi modificación, la idea se hace un poco más precisa y veraz, porque una escuela cimentada sobre el borrado del profesor, las competencias, los proyectos, la fusión de asignaturas, lo emocional, las matemáticas de género, el desprecio del conocimiento, la concesión del título de ESO sin límite de suspensos o la concesión del Bachillerato con una asignatura suspensa, una escuela así, solo puede producir alumnos idiotizados e incapaces de usar la cabeza para resolver nada, es decir, alumnos gilipollas, que además no serán esos buenos ciudadanos que intentan hacernos creer; porque, con unas leyes que pretenden colarnos como objetivos generales del Bachillerato paridas como esta: Consolidar una madurez personal, afectivo-sexual y social que le permita actuar de forma respetuosa, responsable y autónoma y desarrollar su espíritu crítico. Prever, detectar y resolver pacíficamente los conflictos personales, familiares y sociales, así como las posibles situaciones de violencia, solo se puede conseguir una escuela gilipollas, que dará alumnos gilipollas a un país de gilipollas; porque jamás debemos olvidar que LA LOMLOE ES LA LEY EDUCATIVA DE PEDRO SÁNCHEZ, edificada o sostenida con cómplices como César Coll, Elena Martín, Alejandro Tiana, Isabel Celaa o Pilar Alegría, ¡vaya equipazo!, y que una ley educativa de Pedro Sánchez solo puede estar diseñada para sacar alumnos gilipollas, porque Pedro Sánchez ya nos ha dado sobradas muestras de creer que todos los españoles somos gilipollas y de aspirar a que lo seamos para siempre y más todavía.
Por eso estamos como estamos en educación... y en todo lo demás. O echamos sin contemplaciones a los totalitarios corruptos que quieren arrebatarnos nuestra lengua, hundir nuestra escuela y convertirnos en gilipollas, o ya sabemos lo que nos espera.
1. El blog de Xavier, que es presidente de la Fundación Episteme, se llama Vora la platja y, como algunos sabréis, hace años que lo tengo enlazado en la columna derecha de esta garita. En cuanto a Laura Rodríguez, responsable de Educación de Izquierda Española, podréis acceder a Sobre Ruinas, su canal de YouTube, o verla en otros escenarios pinchando aquí.