Cuando España andaba enredada en asuntillos como la irrupción entre folklórica y dramática de una tromba de 8.000 inmigrantes ilegales por una playa de Ceuta, un conflicto diplomático con Marruecos neciamente inducido, la formación de un gobierno regional catalán que vocifera sus amenazas separatistas, un paro juvenil del 37'7% o una pandemia en declive pero aún viva, como si tuviera poco que resolver en 2021, el presidente del Gobierno va y se pone a hablar de 2050. La escenificación de esta enésima venta de humo -una más de las galas comerciales tras las que este gobernante acostumbra a esconder su vacío-, todos la habréis visto, así que entraré directamente en las profecías del documento, porque esa es la única palabra que cuadra a una tomadura de pelo que se puede refutar con solo una sencilla pregunta: ¿cómo sabe usted lo que va a pasar dentro de 29 años? Hace falta tener desfachatez para despacharse con un trampantojo así y ya es el colmo que su artífice, para colgarse sin el menor sonrojo medallas que no le corresponden, lo equipare con la Transición de los años 70, hito histórico en el que lo que se abordó sin dilaciones y con hechos reales y verificables fue el paso de una dictadura a una democracia.
¿Cómo sabe Sánchez que el 50% de los españoles tendrán estudios superiores? ¿Cómo sabe que la jornada laboral de 2050 será de 35 horas, cuando nadie en su sano juicio sería capaz de decir cómo será la de 2022? Este es el tenor de la ensoñación, que retrata muy bien a su autor. Pero hay cosas aún peores: partiendo de la premisa de que España tendrá reducida su fuerza de trabajo -cínico eufemismo para esconder el estoicamente esperado envejecimiento de la población- Pedro Sánchez propone la entrada de entre 191.000 y 255.000 personas por año, lo que arrojaría sin contar con el actual la llegada hasta 2050 de entre 5.539.000 y 7.395.000 inmigrantes. ¿Cómo sabe que van a ser esas las cifras? ¿Por qué está tan seguro de que van a ser las convenientes? ¿No se le ocurre otra solución para "limitar la reducción de la fuerza de trabajo"? ¿Qué hay, por ejemplo, del fomento de la natalidad? Recuerdo muy bien que en las últimas generales el PSOE fantaseó con esta medida. No sé, a lo mejor sería demagogia, o mentiras. ¿Dirá Sánchez alguna verdad antes de abandonar el gobierno? Debería darse prisa, porque cada vez huele más a expresidente.
Si descendemos al terreno de las medidas concretas (por decirlo de algún modo), nos encontramos con un buen puñado de inventos desagradables envueltos en papel de celofán. Así, en el capítulo medioambiental, todo avance o novedad se presenta vinculado a un impuesto: subidas fiscales en general, impuesto sobre los hidrocarburos para fomentar el coche eléctrico, modificación de la fiscalidad sobre la compra de vehículos, gravamen sobre los residuos (cuya gestión quedará a cargo del consumidor), impuestos verdes..: Sánchez nos cuela una granizada fiscal envuelta en un caramelito verde. Y no olvidemos que ya tiene muy perfilado el peaje hasta para los caminos de cabras, un abuso muy difícil de disfrazar: es cobrarnos por vías muy amortizadas, algunas, centenarias o casi, por no hablar de la fiscalidad que ya soportan los vehículos, incluido un impuesto llamado de circulación.
En lo que se refiere al capítulo laboral, esta es la utopía que nos tienen preparada de aquí a 2050 Pedro Sánchez e Iván Redondo, no Donald Trump ni Margaret Thatcher: pensiones privadas, elevación de la edad de jubilación y frases como estas para optimizar el mercado laboral: "El empleo por cuenta ajena y a tiempo completo va perdiendo peso"; "Ganarán relevancia los autónomos, los freelancers y los trabajadores on-demand". Quiero recordar que propuestas idénticas fueron las que se encargó de sembrar el PP allá por 2011, para crear el caldo de cultivo apropiado para descargar la cotización a la seguridad social exclusivamente sobre el trabajador y para vender esa reforma laboral que ahora cínicamente critica el PSOE. No estará de más señalar también que sobre pilares como estos se sustentó la aparición de una nueva categoría laboral: el precariado. ¿De qué van Sánchez, Redondo y el Gobierno que padecemos?
Llegamos por fin al capítulo de la vivienda, asunto acerca del cual no he visto que el proyecto mencione una sola medida para acabar con un gravísimo problema, la okupación, aunque también es verdad que no me he leído sus 676 páginas, que sin duda serán apasionantes. Es este un capítulo particularmente vago, con referencias nada claras a fiscalidad favorecedora del alquiler y utilización de viviendas vacías, más una serie de inconcreciones demagógicas referidas a la vivienda pública, aunque sí hay una medida muy zapateril y expresada en términos fashion: la apuesta por el cohousing, presentada además como una forma de hacer nuevas amistades: ¿qué más pueden pedir quienes aspiren a tener un techo bajo el que cobijarse?
En efecto, queridos: no hay una sola cosa que ilusione. ¿Esto es lo que Redondo y Sánchez nos tienen preparado para 2050? Pues se lo pueden quedar para ellos. Está claro que están en decadencia, ya están perdiendo hasta la capacidad de embaucar. La joven escritora Ana Iris Simón les ha hablado de cosas que sí podrían ilusionar y de paso ha puesto el dedo en algunas llagas: facilitar el tener hijos, recuperación de la España rural, fomento de la natalidad, creación de empleo para los jóvenes, lucha contra la precariedad laboral, defensa de la familia, recuperación de nuestro tejido productivo... Cosas efectivas y tangibles, de esas que hacen que la vida y las personas prosperen, pero, claro, esas cosas se consiguen con trabajo, acuerdos positivos, anteposición de los intereses generales a los particulares e inconfesables y una elección adecuada de los aliados políticos. Justo lo contrario de lo que está haciendo Sánchez, por eso, cuando tiene la desafortunada ocurrencia de ponerse a vender futuros, le sale una birria como el plan España 02050.
Ana Iris Simón ha estado muy bien y ha enfocado los asuntos decisivos de una vida buena, familia, trabajo y lealtad y compromiso con los que estuvieron aquí antes que uno, y con los que vendrán. Solía llamarse patriotismo y era una virtud cívica.... Nuestros tatarabuelos romanos prosperaron mientras la cultivaron, luego ya se sabe.... La Historia; Maestra de la vida...
ResponderEliminarY mientras tanto, el farsante que nos gobierna y que se ha sacado de la manga este montaje insultante de 2050 lo que tiene planeado es indultar a unos golpistas y pactar con ellos. La última coartada: llamar venganza a la justicia.
Eliminarhttps://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/05/25/economia/1621960073_115917.html
Este señor envilece todo lo que toca.
Ése señor no es anécdota, sino categoría; como ese diario de la mañana....
ResponderEliminarEse oscuro diario de la mañana...
EliminarPues ahora, la NASA!..... A ver si va a ser como en aquella película de Toni Leblanc....
ResponderEliminarA esto le veo un punto positivo: que puede ser una forma de embridar a esa "NASA catalana" que se creó hace un par de meses a bombo y platillo (u OVNI, no sé):
Eliminarhttps://www.vozpopuli.com/economia_y_finanzas/nasa-catalana-satelite.html
¿Qué traman con eso? Es bueno que exista una NASA nacional en la que, si llega el caso, se obligue a integrarse a la NASA regional. Con esta gente hay que estar muy atentos.