Como recordaréis, la exconsejera de Educación de Madrid, Lucía Figar, fue hace poco imputada por los delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos. Ayer no fue capaz de dar al juez unas explicaciones creíbles acerca de los 80.000 euros de dinero público que al parecer dio a la trama Púnica para que se encargasen de mejorar la imagen de su consejería en internet. Con los destrozos que esta señora ha perpetrado entre 2011 y 2015, sin duda la etapa más negra que ha padecido la educación pública madrileña en los últimos 35 años, no extraña que estuviera preocupada por su imagen y la de su departamento, pero lo de hacerse la estheticienne con el dinero de todos es ya ir demasiado lejos. De esos destrozos dejo relación en la parte que dedico a Lucía Figar en un reciente artículo. Como digo ahí, estaría bueno que la responsable de tan nefasta política, destinada a cargarse sin el menor recato la enseñanza pública madrileña, acabase siendo condenada por corrupción. Habrá que seguir atentos al caso.
Lucía Figar, Púnica, es decir, Francisco Granados, otro que en su día la tomó con los docentes llegando a llamarnos obscenos y ahora está en la cárcel...: que el linchamiento que en su día sufrimos los funcionarios en general y los docentes en particular fuese orquestado por personajes como estos demuestra algo que unos cuantos sospechábamos: que la cacería estaba motivada, muy señaladamente, porque la figura del funcionario, un servidor público con su estabilidad laboral a salvo de las arbitrariedades de sus superiores, se convierte en un estorbo para quienes tienen propósitos inconfesables. A este respecto, no es ocioso recordar que la jefa de estos dos exconsejeros, Esperanza Aguirre, llegó a decir en una ocasión que los funcionarios eran unos privilegiados por el hecho de tener un puesto de trabajo. Sus convicciones ultraliberales le hicieron olvidar el pequeño detalle de que el trabajo es, primero que nada, un derecho.
Ahora en Madrid tenemos un nuevo gobierno, que sigue siendo del PP. Su credibilidad y la de Ciudadanos van a depender mucho de cómo traten a la educación pública, del interés que demuestren y la maña que se den en reparar los daños que le ha producido el aporreo inmisericorde de los anteriores gobiernos. Y sería muy de agradecer que sus demostraciones fueran con hechos, antes que con discursos, muestras de cariño o palabras de ánimo.
Lo primero de todo es que llevo casi tres días de problemas informáticos y no sé si esto va salir.
ResponderEliminar"Mejorar la imagen en internet"., s pe que esta señora había dado mucho dinero para que le mantuvieran un blog que mejorara su imagen. Me dije que tenía que haber montado una superweb con unos contenidos de calidad (que elaborarían otras personas claro). No sé si el blog todavía es público. Lo que vi fue un blog cutrísimo en el que los únicos escritos eran enlaces a las actividades de la consejera. Ya daba por hecho que los escritos no serían suyos..., pero es que no había escritos. En esto se ha gastado el dinero de los ciudadadanos.
No es ya que sean corruptos es que son gil...
Ya salió un gazapo ciudadadanos :(
EliminarPor lo que dices, lo debió de dar a alguien a quien solo le interesaba trincar la pasta, porque, por ese dinero, creo que se podría hacer un estupendo blog. Suele ocurrir con los asuntos de corrupción: si ya de por sí son penosos, en cuanto escarbas y te enteras de la forma en que se llevaron a cabo o de la catadura de sus implicados, ya empieza a aflorar una mezcla de ramplonería, vileza y estupidez (la mayoría de los chanchullos no se montaron contando con un plan inteligente para hacerlos viables e invisibles, sino a lo bruto, de cualquier manera, contando con el solo amparo de la impunidad que les daba estar en el poder) que produce arcadas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que dices de Ciudadanos, se juegan mucho en pactos como el de Madrid, y yo me temo que se han metido en la boca del lobo. Desde luego, una cosa tengo clara: en materia de educación, no van a tener muchas fricciones con el PP. Soy pesimista: en Madrid, creo que en estas elecciones la educación ha perdido, ya veremos.
Vd. no es pesimista, sino realista. Conoce la realidad del pescado. Nulla spes. Marcas blancas neoliberales. De derechas. Las de izquierdas ya las venimos disfrutando en otros lares. El país, es lo que da.
ResponderEliminarSigamos con el diktum de Walter Benjamín, si no me malrecuerdo: solo por los desesperados..
ResponderEliminarAparte de la interpretación de afinidades políticas que das, Martín, hay un problema de preferencias en educación: aunque de vez en cuando les den a sus declaraciones un barniz de defensa de la enseñanza pública, lo cierto es que, viendo las propuestas de Ciudadanos, la escuela a la que aspiran es muy parecida a la del PP: la calidad y la tranquilidad, para la privada (que incluye la concertada, claro). Sobre esta base, el PP de Madrid se ha pasado los últimos años desmantelando la pública y favoreciendo a la concertada, y esto Ciudadanos no lo va a ver mal. En fin, el tiempo dirá. Y, desde luego, es verdad que uno se ve impulsado a practicar un curioso optimismo que se alimenta de pesimismo y de decencia, siquiera unos mínimos.
ResponderEliminarLa corrupción y la política son indisociables.
ResponderEliminarLa corrupción y la política son indisociables.
ResponderEliminarLa corrupción y la política son indisociables.
ResponderEliminarLa corrupción y la política son indisociables.
ResponderEliminarSin duda, Isabel, y en España tenemos corruptos en la mayoría de los partidos politicos y hasta en esferas de la vida pública que no son exactamente partidos políticos: economía, banca y finanzas, empresarios y sus organizaciones, funcionarios, judicatura, sindicatos... También es cierto que en España, hay que decirlo bien alto, en el país y en todos esos sectores de los que hablo, predomina la gente honrada. La corrupción ha llegado a ser un terrible problema para el país: hay que sacar a la luz a los corruptos, hacerles pagar por lo que han hecho y crear sistemas que nos protejan de la corrupción mejor que los que tenemos ahora. Eso nos hará mucho bien.
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