Los que seáis tan viejos como yo o incluso más, o tal vez un poquito menos, os acordaréis del asunto del negro de Bañolas, aquella historia de hace unos años en la que se vio implicada la momia de un aborigen africano que, con un concepto de la etnografía y de la cultura más bien decimonónico y con todo merecimiento repulsivo a los ojos de hoy, tenían expuesta en el museo Darder de aquella hermosa localidad gerundense. La polémica se resolvió con la dignificación del ser humano cuyo cadáver se exponía, cadáver momificado que, en el año 2000, fue repatriado a Botsuana, si no recuerdo mal, para ser enterrado.
Leo hoy una noticia que cuenta que en el mismo Bañolas (o Banyoles, según la lengua constitucionalmente reconocida en que uno lo diga) un profesor ha denunciado a un alumno de 1º de ESO, después de que este dorado querubín de 13 años le arreara un puñetazo que le partió el labio.Tras examinar la noticia, a este guachimán le han llamado la atención las diversas reacciones que ha generado el incidente, veámoslas.
1.- El docente y víctima de la agresión presentó denuncia ante los mozos de escuadra, alegando haber recibido un puñetazo en la cara con sangrantes resultados.
2.- Los alumnos que presenciaron el suceso declaran que el alumno, que ya había protagonizado otros actos conflictivos, dio un puñetazo al profesor después de discutir con él.
3.- El equipo directivo del centro ha preferido no hacer ningún tipo de declaración sobre este hecho.
4.- El departamento de Ensenyament (¿ensañamiento? ¿Enseñanza? Reconozco que mi catalán es deficiente, a pesar de que nací en Barcelona) recuerda que se trata de un menor y que por lo tanto no se facilitarán detalles del caso. También ha confirmado que se está estudiando cuál podría ser la sanción para el alumno, teniendo en cuenta la normativa que rige en este centro educativo.
5.- El señor Bayot, director de los servicios territoriales d'Ensenyament en Gerona, ha declarado que bla bla bla bla bla bla bla bla gestionarlo bla bla bla bla bla bla pedagógicas, a lo que ha añadido que bla bla bla bla bla bla este chico bla bla bla bla bla bla reconducción bla bla bla bla bla.
6.- Desde el departamento del señor Bayot, se nos recuerda también que desde el primer momento un Inspector de Educación sigue este caso por si el centro necesitara algún tipo de apoyo.
Leído todo esto, al guachimán se le ocurre que:
a) No tiene nada que añadir a los puntos 1 y 2: si te rompen la boca, lo denuncias; como todo el mundo sabe, en su bendita decencia, los chicos cuentan lo que saben y/o lo que ven sin pervertirlo con maquillajes interesados.
b) Nada que objetar tampoco en cuanto al punto 3: este equipo directivo responde con la cobarde "neutralidad" con que responderían el 95% de los equipos directivos que hoy en día contribuyen de manera señalada al actual floreciente estado de la educación en España.
c) Cuando el departamento d'Ensenyament recuerda que se trata de un menor, se está refiriendo sin duda al agresor. ¿Qué hay de la víctima? ¿Le importa algo más que un pito a este departamento? Lo de la sanción ya me deja más tranquilo: seguro que a este pillastre le caen dos días sin recreo como hay Dios. ¡Ah!, y pedirle perdón al profesor, con una sonrisa de oreja a oreja.
d) Con respecto al señor Bayot, solo cabe una respuesta: bla bla bla bla bla, sin perder de vista que bla bla bla, faltaría más.
e) Alivia, en cambio, leer lo del seguimiento de un Inspector de Educación, sobre todo, si se tienen en cuenta precedentes como el del colegio Valdeluz.
En conclusión: querido y desconocido colega del instituto "Pla de l'Estany": a la vista de las posturas del departamento d'Ensenyament, de tu equipo directivo, del señor Bayot y de la esperable de la inspección, ¿no envidias un poco a la momia del museo Darder? No han dicho una sola palabra de ti, a pesar de que en este asunto eras la víctima: ¿tendrás que esperar ciento y pico años para que reconozcan que también tú te mereces una consideración? Ojalá no te conviertan en el negro de Bañolas del siglo XXI.
Hola Pablo, y demás lectores:
ResponderEliminarDespués de estar desaparecida unos días de este mundo virtual por asuntos laborales, acabo de leer los posts y comentarios que me he perdido. Voy a comentar aquí, porque la "cosa educativa y de convivencia" es algo que me hace no poder estar callada.
Tengo la suerte de estar en un centro donde la Directiva actúa de inmediato en situaciones graves, y desde luego la que se cuenta arriba es gravísima. Que después de los hechos acontecidos se estén planteando aún qué van a hacer con un alumno que agrede a un profesor con un puñetazo en la cara haciéndole sangrar me hace plantearme qué narices hacen los profesores y los padres que no piden que esa directiva sea puesta a disposción de la inspección.
Os cuento un caso ocurrido hace menos de un mes con un alumno mio: llego a clase después del recreo, abro con la llave la puerta de aula de diversificación para que entren conmigo los alumnos de 3º de "diver", y en la mesa que se sienta una de las alumnas había un cuaderno que se había dejado un alumno de 4º de la hora anterior, abierto por una hoja, escrito.
La chica me dice que de quién es ese cuaderno, y le digo: "a ver la letra". Empiezo a leer, y me encuentro cosas escritas como ésta: " Como el profesor de Ambito Socio Lingüístico Don ...... (nombre) me ponga la amonestación le voy a dar un palo que lo voy a matar, lo voy a enterrar, y no se va a enterar nadie. --Es un cabrón, unn hijo puta....".
Evidentemente eso me pareció muy grave, y la letra me hizo identificar al autor de las amenazas, asi que como además soy la tutora de 4º diver, con las mismas cogí el cuaderno y bajé al despacho del director, estando además toda la junta directiva reunida. Cuando leyeron aquello se quedaron a cuadros, localizaron al alumno para pedirle explicaciones, al profesor implicado le enseñaron el escrito para que supiera lo que había pasado (en su clase le había puesto al alumno una amonestación por una frase bastante grave que dijo que no voy a reproducir, lo que había desencadenado el escrito), reunió en el recreo a la Comisión de Convivencia para decidir por cuánto tiempo se le expulsa, llamaron a su madre para que viniera a recogerlo, y se lo llevó a su casa expulsado para dos semanas.
Como veis, se actuó de inmediato. En 2 hora y media se resolvió todo. Y eso sin tocar al profesor. Por eso no entiendo que en el caso que cuentas nadie exija responsabilidades ante una junta directiva inoperante.
Lourdes: lo que cuentas es un modelo de actuación ejemplar ante un comportamiento que excede lo gamberril y toca lo inquietante. Las palabras de ese chico podían ser meras bravatas o expresión de una intención cierta. El mero hecho de formularlas debe tomarse en serio, pero, cuanto más se acerquen a la segunda opción, más necesario es estar pendientes de ese alumno (desde el punto de vista del control y desde el de la atención educativa). Supongo que estaréis bastante preocupados. En cuanto a la cadena de actuaciones vuestras, es digna de aplauso, pero insisto en que en la actualidad no todos los equipos directivos actuarían como el tuyo y mucho me temo que el modelo mayoritario es el del equipo de Bañolas.
ResponderEliminarHola, pues una vez más, si me permitís os doy mi visión de madre, que no es ni más ni menos que la de daros la razón y la de entonar un mea culpa por los padres que no educan a sus hijos y que no son capaces de inculcarles respeto ni siquiera por ellos mismos. Mis hijos todavía son pequeños, pero saben perfectamente que las faltas de respeto no les salen gratis. Nunca he consentido que me peguen ni que me insulten y así es como crecen respetándose a sí mismos y a los demás. Se empieza por el propio hogar familiar. Estoy segura de que este tipo de alumno, en casa no debe ser un ejemplo de educación y respeto, porque si no, tendría perfectamente adquirido el comportamiento correcto hacia los demás. Mis hijos tienen clarísimo que si cometen una falta, tan siquiera de mirar mal a un profesor, me los "como con patatas".
ResponderEliminarEllo no quita para que cuando han recibido alguna sanción injusta por parte de un maestro (que nadie es perfecto), les insto a que acepten el castigo que les cae, y cuando el profe esté más tranquilo hablen con él y lo aclaren todo (y he de decir que pese a su corta edad (8 y 11), han sido capaces de solucionarlo de modo diplomático, cordial, y sin mi intervención).
Sin embargo, veo a padres, que si riñen a su hijo, se ponen a pedir explicaciones, y encima, delante del crío, que ya me parece una barbaridad. Claro, después ves que si tienen que dar un empujón o una patada a su madre o a su abuela porque no le compran una golosina, lo hacen y nadie les reprende. Así que no me extraña que luego pasen estas cosas. Los padres hemos perdido las riendas de la educación y de unos mínimos valores que debían ir en las mochilas de los hijos cuando salen de casa. Lamentable.
Hola Lourdes y Pablo.
ResponderEliminarComo algunos saben tengo poco tiempo y mayores problemas con Blogger, así que un par de apuntes:
Lo de Banyoles es... lo de siempre, o cais siempre, aquí es sospechoso, como ocurre con las mujeres violadas, es la víctima y no el agresor. Quizá actuar a favor del profesor pueda restar votos para la unidad de destino en lo universal que se está construyendo desde hace más de treinta años en Cataluña. Uno de los primeros lugares donde se aplicó la pedagogía chachiguay y uno de los primeros lugares, me acuerdo de mis primeros cursos de profesora pipiola de donde venían noticias inquietantes de agresión a profesores. Ahora esto ya es "estatal" desde hace mucho tiempo.
Chapeau por la directiva de tu instituto, Lourdes, proque eso no es lo habitual. Como Pablo sabe por los correos que intercambiamos de tanto en tanto, yo trabajo en un instituto "duro", aunque sé que aún los hay peores. La directiva de mis instituto es algo ambigua. Vamos a ver, nunca se ha puesto de parte del agresor, eso nunca, pero tenemos tantos expedientes disciplinarios que un tercio del alumnado estaría expulsado permanentemente. Lo que es muy duro en mi centro es el primer ciclo. En general una situación como la que comentas ya no se da ni en segundo ciclo, ni en diver, ni en bachillerato. Y digo lo de ambigüedad porque algunos casos tardan en tramitarse tanto que pierden toda efectividad. aunque en otros se ha actuado con contundencia y rapidez.
pero ¡ay! existe eso que se llama inspección. Y ahí con la Iglesia y la SantaInquisición de los derechos del menor hijo de ... hemos topado. hay un alumno en mi instituto que hace dos curso me amenzaó de muerte, delante de toda la clae y el profeosr de guardia, cuatro días antes de que acabaran las clases en junio. al poco rato estaba llorando, lleno de odio, ante su padre y la jefa de estudios. A final de curso poco puedes hacer, las sanciones del instituo ya no tienen validez, solo te queda la denuncia que hay tiempo para tramitarla y le amenacé con esto. al curso siguiente, el curso pasaodo, la profesora de Biología tuvo que aguantar como la llamaba "puta" en clase, delante de todos los dmeás: sanciones explusiones pero allí volvió más tarde el angelito. Y este curso, ya en 2º de ESO, la inocente criatura, las cosas llegaron a tal extremo que l direcotro dijo que ese alumno volvería más a este instituto. ¿que ha hecho la inspección? tras tres meses no s lo devolvió. Estamos hablando de un tipo que será menor de edad (creo que tiene entre 15 y 16 años), es muy grande físicamente, es extremadamente violento, no tardaremos en enterarnos que matará a alguien, esperemos que nosea ningún profesor ni alumno, (lo este curso iba contra unos pobre alumnos inmigrantes, éste es español de pleno de derecho pero de la etnia propia que tenemos aquí) y muy probablemte muera joven de manera violenta. Pero según la inspección tenemos que tenrelo alumno en mi instituto hasta que decida marcharse y aguantar sus lindezas.
Larga vida a la inspección. Los inspectores apenas pisan mi instituto ahora y se largan lo más rápido posible, se encontrarian en graves problemas si decidieran entrar en un aula.
Bueno, ya os he amargado un poco el domingo. Lo siento.
Vega, dado que educas bien a tus hijos, no tienes que pedir disculpas por nada. Está claro que, en lo referido al comportamiento y el respeto hacia los demás, la educación de los jóvenes depende de una serie de fuentes y modelos entre los que las escuela y los padres son solo dos más, y a menudo, no los más importantes: la propia escuela, los padres, el ámbito familiar, los amigos, los círculos en que el niño se mueva (equipos, academias...), los modelos sociales (deportistas, cantantes, famosos...), los medios de comunicación... Y luego está el carácter y las preferencias de cada individuo, que es el que finalmente hace el cóctel y elige. Existen los padres que son por sí mismos un modelo negativo, pero, por lo que yo tengo observado, de los chicos que dan problemas, en la mayoría de los casos los padres han fallado más por no saber controlarlos que por constituir en sí mismos modelos negativos. Hay más chicos problemáticos por padres consentidores que por padres impresentables, y esto es grave, porque, por diversas razones, la tendencia a consentir y "no frustrar" se ha hecho muy extendida desde hace ya demasiados años en nuestra sociedad. El diálogo entre padres y profesores es, en todo caso, muy positivo, aunque no siempre dé frutos, ya que estos dependen casi exclusivamente del tercer vértice del triángulo.
ResponderEliminarClaro, hay muchos casos distintos y causas mil. Yo parto de que nadie educa mal a sus hijos a propósito, pero observo dejadez en esa función por múltiples motivos. Al niño no se le quiere llevar la contraria por no oírle llorar o por no discutir, por pena, yo qué sé. Hay padres que son muy buena gente, pero sus hijos les tienen tomada la medida y a edades muy tempranas ya dicen que no pueden con ellos y más o menos tiran la toalla. Conozco niños que van a ser futuros conflictos en las aulas y a nadie parece importarle porque aún son pequeños y no los ven venir o no quieren.
EliminarYo pienso que en la educación hay que estar siempre de guardia y por descontado, que aunque yo me esfuerce por hacer las cosas lo mejor posible, mañana mis hijos tomarán sus decisiones y quizá todo lo que hoy hago no sirva para nada y se malogren, lo sé y lo temo.
De todos modos yo sí pienso que los padres y los profesores no solo somos dos factores más en su crecimiento como personas, sino los más importantes, al menos hasta cierta edad. Lo que ocurre es que vosotros ya tratáis con chavales mayores en los que estas actitudes son más difíciles de corregir. Pero en fin, habrá que seguir peleando por sacar lo mejor de cada uno, que todos lo tienen aunque muchos no lo saben. Y sí, el diálogo padre-profesor es fundamental. Un saludo.
Por descontado que somos importantísimos, Vega, por mil factores obvios, pero muy a menudo nuestra importancia se anula porque los propios chicos nos ponen muy abajo en su escala de valores. Esto lo hacen incluso los que no dan problemas, en algunas etapas es casi ley de vida. Pero, aunque sepamos esto, no hay duda de otra cosa que dices: hay que estar en guardia permanente, porque esto, como mínimo suele servir para evitar males mayores.
EliminarComo de costumbre las erratas dan vergüenza. si puedes lo corriges. Tendría, con mis problemas en blogger que escribir en Word antes, pero el tiempo ahora hace que haga esas vergonzosas meteduras de pata. No escarmiento.
ResponderEliminarBueno, Hesperetusa, como ya he dicho otras veces, creo que deberíamos ser todos muy flexibles con los errores y erratas en los comentario, al menos yo lo soy, porque empiezo por cometer muchos por diversas razones. En cuanto a lo que comentas acerca del asunto de la indisciplina, el gamberrismo o asuntos peores, creo que las directivas blanditas y paidocéntricas se complican la vida, maleducan y estropean los centros. Se complican la vida porque la fama de un centro (como la de un porfesor) es un importante factor a la hora de gfenerart conflictos. Si el centro es permisivo, multiplica el volumen de conflictos, no solo por que se convierte en un sitio sin ley, sino porque atrae a los gamberros de los alrededores; por contra si los gamberros saben que no se permiten bromas, se controlan ya ellos mismos por el efecto intimidación. Así pues, el ser blanditos, a los directivos les genera más trabajo, frustración, desaprobación hacia su gestión, pérdida de nivel y de fama al instituto. El diálogo, el buen rollito y la tolerancia con los gamberros, además, no es educativo, como los contemplativos dicen, sino al contrario: los refuerza y los hace más gamberros aún. Alumnos como esos de los que habláis yo también los he conocido (¿qué profesor no?) y el balance en los sitios donde no se les ha parado los pies desde el minuto uno ha sido penoso: pasarse un año fortaleciendo a un impresentable y aguantándolo todos para acabar sancionándolo de todos modos, pero con sanciones irrisorias: ni chicha ni limoná y un negocio ruinoso. Coherencia y sencillez: el que la hace la paga, y al instante: con eso se gobierna muy bien cualquier grupo.
EliminarTotalmente de acuerdo con Pablo... si una directiva no es contundente con un alumno violento y maleducado, lo único que consigue es que el problema se acreciente cada vez más, y el problema aumente como una bola de nieve, por eso estoy contenta en mi centro... Atajan el problema en cuanto pueden si es grave. Y conste que pusimos en marcha el programa de mediación en conflictos (fuimos pioneros en Cuenca), que siempre nos ha ido fenomenal, y hemos resuelto muchos gracias precisamente a los mediadiores y a los alumnos ayuda (yo he mediado en algunos conflictos). Pero aunque un alumno entrase en el programa de mediación, eso no excluía nunca la sanción si era merecedora de ella. Este programa al que iba unido el programa de convivencia tuvimos que dejarlo porque gracias a la decisión de aumentarnos las horas por decisión de la Consejería de Educación era inviable. Aun así, en algún recreo hemos hecho alguna mediación por nuestra cuenta.
ResponderEliminarEn cuanto al alumno de la historia que os he contado, lo cierto es que el profesor de ámbito estaba bastante asustado porque aunque sus padres, y sus amigos dijeran que eso se iba a quedar en palabras... cualquiera sabe (anda en porros, y en un momento dado se le cruzan los cables...). Pero como llevaba todo suspenso y no iba a sacar nada, han decidido darlo de baja, con lo cual al menos al centro le han quitado un problema.
En lo que no estoy tan de acuerdo es en lo referente a la educación de los padres... ese chico tiene un hermano que también llevé en diversificación, y era un pan bendito, deportista, estudioso, trabajador, que nunca dió motivo para llamar a sus padres. Pero claro, no andaba en sustancias raras, que quizás sea el problema. Porque por lo demás, supongo que sus padres habrán educado de la misma forma a los dos.
Y a Vega le doy la razón en hacer que sus hijos la respeten y a los maestros. Yo no he tenido problemas con los mios, por suerte. Pero un día cuando iban a la escuela, la profesora de Inglés me mandó una nota de que mi hijo con 10 años le había contestado ( le dijo que lo tenía que haber suspendido por vago y le contestó: ¡pues suspéndeme! ). Esa tarde se quedó sin merienda (lo que le dolió eso...) y al día siguiente tuvo que pedirle perdón a la profe ( me encargué de hablar con ella para saber si lo había hecho). Esta semana acaba de presentar el Proyecto de Fin de Carrera de Grado en Japonés, y nunca nadie me ha vuelto a decir nada de él.
Vuelvo a dos palabras que he mencionado ya antes, Lourdes: coherencia y sencillez. A los chicos no podemos darles mensajes alambicados ni contradictorios: debe estar claro lo que está bien y lo que está mal. Como en la vida no es todo blanco o negro, habrá veces en que sea necesario matizar: hágase en su momento y siempre por razones poderosas. No podemos decirles cosas del tipo "has hecho bien, pero te doy un caramelo" o "esto está bien y está mal", de ahí que sea muy importante algo que tú mencionas: un programa de mediación bien hecho debe ser un programa de diálogo y reconciliación, pero nunca debe encubrir una vía de impunidad. Si en un conflicto hay alguien que merece sanción, debe llevarla, independientemente de que esto se compatibilice con un proceso de mediación, que sin duda tendrá la estimable virtud convertir relaciones de enemistad en relaciones amistosas o, al menos, de respeto. Con respecto a lo que dices de tu hijo, aparte de felicitarte, está claro que, a la larga, mostrar los caminos correctos aunque ocasionalmente sean incómodos acaba rindiendo frutos.
ResponderEliminarLa verdad es que no puedo aportar mucho, salvo felicitar a Pablo y a todos los participantes en esta conversación por su sensatez. Sí me gustaría resaltar algo que Pablo menciona en su último comentario: la incomodidad que conlleva mostrar el camino correcto. Para cualquier padre es más cómodo ceder que exigir, condescender que reconducir. El problema es que el perjuicio es para los hijos, aunque uno mismo se sienta, al menos en el momento, mejor. Luego es verdad que por mucho que uno haga las cosas lo mejor que sabe, un hijo te sale rana y ya puedes tener la mejor voluntad que la cosa se te va a complicar. Pero yo estoy convencido de que la educación que los padres dan a los hijos tienen una repercusión directa en lo que estos hacen luego en la escuela. Y que, en uno y otro sitio, la mejor manera de pensar en ellos es ayudarles en su evolución, en su madurez. Y esto no es posible si se les sobreprotege o se les trata como si fueran unos seres desvalidos, incapaces de hacer nada. Mis hijos son aún muy pequeños, pero ya estoy comprobando con el mayor, que tiene tres años y siete meses, que transigir no funciona. Lógicamente, la exigencia sin afecto no tiene sentido, pero esto segundo se da por hecho en cualquiera que ha decidido tener hijos. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Alberto. Por incidir en algo que señalas tú y señala también Lourdes, desde luego, esto de educar es muy complejo y se pueden dar mil combinaciones, como podemos ver muy bien los docentes, espectadores de privilegio para este fenómeno. ¿Habéis tenido alumnos fenomenales con padres capullos? Yo he tenido algunos; uno de ellos era tan fenomenal en todas las facetas que lo recordaré toda la vida. ¿Habéis conocido a padres excelentes con hijos inaguantables o que se han torcido? También he conocido a gente con este perfil. Esto es complejísimo, así que, como diría Calderón de la Barca, "obrar bien, que Dios es Dios". Y aun así...
ResponderEliminarDesde luego. Pero sí suele ocurrir que a los alumnos imbéciles de vocación sus padres les han solido permitir todo. Luego, como muy bien dices, no hay reglas exactas. Muy complicado. Por eso precisamente a nosotros nos basta con intentar enseñar, que también tiene lo suyo. Si además se nos pide que eduquemos...
ResponderEliminarEse es el quid de la cuestión Alberto, que muchos padres creen que nuestra labor es educar, que creen que el centro es una guardería donde dejan a sus hijos para que hagamos con ellos lo que queramos o debamos hacer. Y no se dan cuenta de que nosotros los "aguantamos" unos años, pero ellos deben aguantarlos toda la vida. Muchos padres hoy día han delegado en nosotros la educación porque "no saben qué hacer con sus hijos", como si nuestra obligación fuera meterlos en vereda. Si ellos cuando tienen que "domarlos" no lo hacen porque han transigido, como dice Alberto, no pueden pretender luego que nosotros los domemos, cuando ya tienen el suficiente mando como para imponerse a padres y a quien se les ponga por delante.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que comentabais de alumnos fenomenales con padres capullos... a veces me pregunto cómo algunos alumnos han podido salir como han salido viviendo donde vivien y teniendo los padres que tienen ( tengo uno en diver que vive en medio del supermercado de la droga aquí en Cuenca, con la madre en el psiquiátrico, el padre ni se sabe, al cuidado de los abuelos...y el chico es un pan bendito, que aprendió a hablar a los 6 años, de ahí el retraso por abandono, pero, un excelente alumno). Y al contrario, de padres excelentes... hijos inaguantables suelen ser más aun los casos. Pero sí que es cierto, como dice Pablo que los alumnos imbéciles es porque los padres les han permitido todo... me supera cuando un alumno suspende 7 materias y sus padres como premio le compran una moto.