Tengo que felicitarlos a ambos, sí señor, con su insistencia petarda han conseguido algo que ha ocurrido rara vez: que me leyera entero el discurso del Rey, cosa que acabo de hacer ahora mismo. Escucharlo en directo -como fue anoche mi intención- resultó tarea imposible: mi cuñada, mi hija y mi mujer charlando por un lado, mi hermano exigiéndome una cerveza, los sobrinejos pegando botes por ahí... Imposible, ya digo: yo creo que, en el ambiente de fiesta de las nochebuenas, deben de ser muy contados los españoles que puedan oír el discurso de don Juan Carlos. La gente está a otras cosas, la gente normal, digo, la gente como Anasagasti me figuro que estará encerrada en un sótano con una grabadora, un boli y un bloc, anotando las ofensas que el tirano vaya arrojando sobre la oprimida Euskadi. Bueno allá ellos, cada cual se organiza las fiestas a su manera. ¿Y qué ha dicho el Rey? Bien, que cada cual se quede con lo que más le interese, pero, como siempre, ha hablado de integración, de superación de diferencias y de esfuerzos unitarios. A lo mejor ésas son las cosas que cabrean tanto a Anasagasti y sus amigos.
¡Felices fiestas y próspero año nuevo para todos!
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