Libros que he publicado

-2028. ¿Cómo será la Tercera República? -LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

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viernes, 28 de noviembre de 2025

Para cuando caiga la fruta podrida

     Sin temor a que me llamen ingenuo u optimista, declararé que estoy convencido de que Pedro Sánchez no va a tardar en caer; es más, incluso en el grotesco y deplorable marco político que hemos alcanzado en España, teniendo en cuenta todo lo que ya llevamos encima y que a ello se añadió ayer el ingreso de Ábalos y Koldo en prisión, con lo que ya han pasado por ella tres de los cuatro viajeros del Peugeot de las chistorras, sería lo más pertinente que ese que falta, el más guapo, más listo y más enaltecido de todos ellos, anunciase su renuncia a la presidencia del Gobierno antes del domingo, o, todo lo más y estirando mucho el chicle, antes de Navidad.

    Es poco probable que tenga ese rapto de sensatez, pero, aunque no lo tenga, ya está frito, su tiempo ha terminado, y solo podrá alargarlo de forma artificial, forzada y uncida el penoso añadido de enrarecer aún más la ya irrespirable atmósfera política que padecemos, con las tremendas consecuencias que ello acarrearía. Sea como sea, parece claro que se avecina un tiempo nuevo, y ya no podemos permitirnos más fallos ni más tiempos catastróficos como los de Zapatero y el propio Sánchez o estériles como el de Rajoy, porque urge sacar a España del pozo bananero en que se ha ido convirtiendo tras años y años de incuria. Hay un buen montón de cosas que deben arreglarse inexcusablemente y, cuando caiga esa fruta podrida llamada Pedro Sánchez, sea quien sea su sucesor, no será creíble si no se pone con decisión y sin ambigüedades a la tarea de atajar esos males. Son tantos que serían difíciles de enumerar (hoy mismo, Carlos Martínez Gorriarán ha hecho un interesante listado, que no los recoge todos, a pesar de ser bastante exhaustivo), así que me limitaré a deja aquí un bosquejo general de lo que yo veo.

    -Abrir horizontes que ilusionen. Eso que nos abrió a quienes éramos jóvenes en 1978 el marco constitucional que hoy se quiere cargar la peor conjura golpista a la que ha hecho frente, esa que conocemos como Frankenstein y que comanda Pedro Sánchez. Ciertamente, aquellos tiempos fueron difíciles (había un paro considerable), pero también aparecieron amplias vetas de oportunidad, basta con ver algo innegable: en esa fecha comenzó la época de mayor avance económico y más profundas y extensivas mejoras en las infraestructuras, servicios y calidad de vida de nuestra historia. Si se compara con lo que afrontan los jóvenes de hoy, con amenazas tan tremendas como el parón de la natalidad, la implacable losa de la vivienda (que me temo que podría estallar en una sonora burbuja), la precariedad laboral o los bajos salarios, aquello fue una plácida mañana primaveral frente a un horizonte de nubarrones borrascosos.

    -Frenar la amenaza separatista. Tienen que acabarse los delirios rupturistas que abrigan los peores sectores de la política española, es decir, los que de manera eufemística se autodenominan nacionalistas, que son responsables de cosas tan graves como el terrorismo asesino de ETA (pero también de Terra Lliure), el abusivo disparate que se conoció como Plan Ibarreche, el laaaaargo golpe secesionista que empezó Artur Mas, culminó Puigdemont y ha resucitado Pedro Sánchez (algo tendrán que pagar por esto, digo yo), la permanente extorsión esgrimiendo falsos derechos para obtener sonrojantes privilegios, el ultraje constante a todo aquello que asocien con España, los abusos indecentes en materia lingüística y educativa, la corrupción envuelta en banderas regionales usadas como sacrosanto blindaje, el segregacionismo... Hay que replantear el Estado de las autonomías para acabar con esta aberración, que se manifiesta en producciones inconcebibles que asombran a los foráneos, como eso de que en un país haya regiones donde la lengua oficial nacional se proscribe en la educación. Hay que podar muchas e importantísimas competencias autonómicas que se han pervertido. O se doblega al separatismo o el separatismo despedazará España, han dado mil muestras de que van muy en serio. Y no perdamos de vista a esas formaciones izquierdistas enemigas de la democracia que se alían con el separatismo porque comparten sus fines destructivos.

    -Erradicar la legislación y las políticas favorables a la delincuencia. Que el Tribunal Constitucional emitiese una sentencia exculpatoria para los responsables de los ERE de Andalucía, un descomunal caso de corrupción generalizada que no se sabe los cientos de millones de euros (más de seiscientos seguro) que volatilizó, indica el nivel de perversión a que hemos llegado en España, donde Sánchez ha indultado a golpistas o a autores de ataques violentos, los ha amnistiado o ha suavizado las penas contra delitos que habían cometido. No es posible que un país prospere sobre estas bases; no es posible ni tolerable la impunidad grosera de que gozan en España los okupas, que ha hecho un daño terrible a miles de personas; no es posible que lleguen unas tías fanáticas de no sé qué y hagan una ley que suaviza las penas contras los violadores y ha puesto en la calle o acortado las condenas de centenares de ellos. Un país gobernado por la locura que favorece a los delincuentes va derecho a la destrucción. Meto aquí las deplorables políticas que con el sanchismo, pero también desde antes, hemos padecido en materia de inmigración. El balance porcentual de delitos cometidos por extranjeros y por nacionales es escandalosamente favorable a los foráneos, con el agravante de que lo es más en los delitos más duros, tales como asesinatos, violaciones o formación de bandas violentas, de manera que no puede negarse la perjudicial influencia de la inmigración en la delincuencia, ya lo de los menas es sencillamente una burla. Esta vez no voy a poner enlaces, pero quienes de verdad quieran encontrar estadísticas que lo demuestren las encontrarán fácilmente, y además, las más fiables, es decir, las oficiales, tales como las de Interior o los cuerpos policiales, serán las más contundentes. Aconsejo que, si alguien se decide a mirar las de medios de comunicación, tenga cuidado, porque los hay muy amigos de dar gato por liebre; particularmente La Sexta hace unas manipulaciones sonrojantes.

    -Derogar la LOMLOE y consensuar, de una vez, un sistema educativo razonable. Con buena voluntad esto sería posible, pero, desgraciadamente, las malas voluntades están muy arraigadas en el universo educativo, sobre todo en sectores como estos: los sindicatos pesebristas, las pedagogos, el pedagogismo, la izquierda educativa, las patronales de la privada, la caverna separatista... Aun así, es inexcusable la elaboración de una ley educativa que garantice, sin trampas ni sectarismos, algo tan sano, razonable, necesario y benéfico como educar a nuestros niños y jóvenes. Esto, hablando solo desde la perspectiva meramente didáctica, pero sucede que en la actualidad nuestra educación sufre además el azote de tenebrosos intereses políticos que inoculan en ella una carga de adoctrinamientos tan elevada como intolerable. Por una parte está el separatismo, que envenena al alumnado, a su libertad y a la pura transmisión del conocimiento con sus persecuciones lingüísticas y sus tergiversaciones sectarias, lo que requiere que se haga lo posible y lo imposible por arrebatar de sus negras zarpas no ya las competencias, sino la más mínima capacidad de decisión en materia educativa. Por otra parte, está la funesta LOMLOE (1), que es una tremenda maquinaria de adoctrinar en la agenda del wokismo y de penetrar en el sagrado territorio de la emocionalidad de los alumnos, para narcotizarlos y adueñarse más fácilmente de su libertad, lo cual, por si fuera poco, se acompaña de una letal erradicación de la exigencia. Es inexcusable suprimir esta ley, una de las más nocivas que ha producido el sanchismo.

    Ya he dicho que esto era solo un bosquejo de las cosas que debería hacer cualquier gobierno que suceda al sanchismo y pretenda resultar creíble en la necesaria voluntad de corregir o erradicar los males que ha sembrado, que son, por supuesto, muchos más que los que aquí se mencionan o aluden, con lo cual se hace patente que, si al final tenemos la bendita fortuna de que el oso cae, nos quedará una ingente tarea por afrontar.

     

1.- Os dejo aquí, para sustentar lo que digo, solo una muestra de lo mucho que he escrito contra esta abominación: Trece observaciones; Aprobar suspendiendo; Derogar la LOMLOE.   

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Las ganas de ofender de un gobierno de inútiles

     Qué pena dan los años que hemos vivido en España desde 2018, estos años en que hemos sido gobernados por un canalla sin principios incapaz de la menor muestra de cosideración o respeto hacia nada ni nadie. Rodeado de unos socios políticos vomitivos y una red de esbirros serviles y/o corruptos (y a la espera del día en que se proclame que él es un corrupto más, día que sospecho que no tardará en llegar), ese canalla se ha dedicado a procurar su medro, socavar la democracia, erosionar la nación y mentir, mentir, mentir de manera enfermiza. 

    Otro de los vicios enfermizos del canalla es hostigar a los que señala como sus enemigos, con especial predilección por humillarlos gratuitamente, por escupirles a la cara sin venir a cuento. No se me ocurre otra explicación que esta para la última coz que nos ha asestado, este desafortunado cartelón que ha colgado en la Gran Vía madrileña:



    Hace falta tener muy mala baba y muchas ganas de asestar golpes bajos para descolgarse con un desplante como este. Y ser muy irresponsable. Como se nos explica en los medios (pulse aquí o aquí), la frase quiere enunciar uno de los logros que, a juicio de nuestro menguado Gobierno actual, alcanzamos con el advenimiento, hace unas décadas, de la democracia: la suprema libertad de colgar cartelones en catalán en medio de la madrileña Gran Vía. ¿De verdad que la democracia para lo que sirve es para eso? ¿No tendrá otros fines más dignos, inteligentes y sustanciosos? ¿Cuántos de los españoles que allá por los años setenta miraban con ilusión hacia la democracia albergaban el anhelo de que, con su advenimiento, ¡por fin!, podrían colgarse cartelones en catalán en la Gran Vía? Se contaban por millones, que nadie lo dude, ¡era una necesidad perentoria! 

    ¿A quién se le podría ocurrir semejante majadería? ¿Y para qué? Hemos tenido que llegar a 2025, cincuenta años después de la muerte de Franco y a pocos días de que la Constitución cumpla cuarenta y siete, para conocer las respuestas: a un Gobierno de mentecatos ineptos y con la inicua finalidad de lamerle el trasero al separatismo y humillar un poquito a la nación española, porque la pregunta es esta: en un tiempo en que se nos ha impuesto el bochornoso uso de lenguas de alcance SOLO LOCAL en el Congreso y el Senado, en que en Cataluña se multa por rotular los establecimientos en español, se agrede en las universidades a los estudiantes, profesores o visitantes que no renuncian a su derecho a expresarse en esta lengua (la oficial de la nación y hablada por todos, lo recalco para los muchos extranjeros que me leéis), se la hostiga en la escuela, se pisotea el derecho de niños, adolescentes y adultos a educarse en ella, se queman la bandera de España y la Constitución hasta en la televisión autonómica, se persigue el uso del español en la sanidad,  se incumplen sentencias que obligan a dar en la escuela catalana un miserable 25% de clases en español o Salvador Illa ha firmado con ERC un acuerdo de imposición brutal del catalán y lo está aplicando de forma inmisericorde, ¿se puede asociar la democracia con el uso del catalán (1)?

    Solo lo haría alguien infinitamente malvado y/o infinitamente estúpido, méritos ambos que acredita nuestro actual Gobierno. Solo lo haría una camarilla de incendiarios con irresponsabilidad de adolescentes.

    A menudo reflexiono sobre lo que nos han traído los años del sanchismo. Cualquiera que lo haga, cualquiera que mire con frialdad el abismo de corrupción, conflicto, crispación, disparates, mentira, ataques a la democracia y a la nación, desgobierno y porvenir inquietante para la juventud, ¡excavado por el propio Gobierno!, que han representado, no podrá por menos que considerarlos los más oscuros de la democracia, un periodo de negra degradación. Vuelvo a aquellos millones de españoles que allá por los años setenta mirábamos hacia la democracia con ilusión: ni imaginábamos que era esto a lo que vendríamos a parar ni, por supuesto, lo hubiéramos querido. Tampoco ahora debemos conformarnos.

1.- O del vasco o el gallego: sabemos muy bien que TODAS las comunidades en las que los separatistas han podido hincar su pezuña padecen una severa persecución del español, la lengua oficial de España, una situación kafkiana que solo se explica por la ya vieja corrupción de nuestra casta política.

jueves, 6 de noviembre de 2025

Los dos mil días de Nadia Calviño

     Hoy me encuentro con la noticia de que Nadia Calviño, la que fue vicepresidenta y ministra con Sánchez entre junio de 2018 y diciembre de 2023, ha escrito un libro titulado Dos mil días en el Gobierno. Por lo que he podido ver, parece ser un escrito de autobombo y autojustificación, ya que, si por un lado la señora Calviño se muestra muy satisfecha recalcando que siempre se sintió muy apoyada por el presidente, por otro nos relata los épicos desvelos que padeció por sus diferencias con Yolanda Díaz, con Pablo Iglesias o en un momento en que Sánchez pactó no sé qué con Bildu, allá por 2020. 

    La imagen que yo conservo de la gestión de la señora Calviño no justificaría su autosatisfacción. Uncidas a los vaivenes y las mentiras del Gobierno al que perteneció durante esos dos mil días, sus políticas no fueron mejores que las del conjuto, como no podía ser de otro modo, y no debemos olvidar que una de las primeras medidas que tomó, cuando vio que las cifras sobre el PIB no le eran muy favorables, fue cambiar el modo de calcularlas que se había utilizado siempre por otro que le resultaba más benigno: ¿se diferencia esto en algo de las trampitas que hace su feroz enemiga Yolanda Díaz con el cómputo de los fijos discontinuos para maquillar falsear las estadísticas sobre el paro? NO. Por otra parte, si no recuerdo mal, la señora Calviño intentó trabajarse un empleíllo fantasma para su marido, una cosilla de 80.000 euracos al mes, plenamente prescindible, creo que en Patrimonio Nacional. ¿Y recordáis sus risitas cómplices con Sánchez en el Congreso? ¿O aquellos numeritos de salirse de las fotos en las que ella era la única mujer? Y al final, esa fuga dorada hacia el BEI, con un sueldazo de casi 400.000 euros, un gran logro, sobre todo para ella, pero tal vez al precio de que España perdiera el convertirse en sede de la Agencia Europea del Medicamento, algo que hubiera sido más positivo para todo el país. ¿Y aquella frase de Sánchez: “Ellos no tienen a nadie, nosotros tenemos a Nadia”? 

    No parece que le fuera tan mal, se la veía muy contenta, y ella es la primera en reconocerlo y enorgullecerse, así que ¿a qué vienen los lloriqueos a cuenta de los horrores que padeció con la Yoli, con Iglesias o con los pactos de Sánchez con Bildu? Suenan a excusa, a querer nadar y guardar la ropa (¿se ve venir doña Nadia la caída de Sánchez?), y eso está muy feo. Si tan malos eran, ¿por qué compartió con ellos DOS MIL DÍAS

    Juzgo por completo innecesario leer este libro, pues no estoy para autobombos/autoexcusas de nadie ni de Nadia, y ya el título lo dice todo: dos mil días colaborando con el gobernante más nefasto de la democracia española, no es precisamente para tirar cohetes.