Libros que he publicado

-2028. ¿Cómo será la Tercera República? -LA ESCUELA INSUSTANCIAL. Sobre la urgente necesidad de derogar la LOMLOE. -EL CAZADOR EMBOSCADO. Novela. ¿Es posible reinsertar a un violador asesino? -EL VIENTO DEL OLVIDO. Una historia real sobre dos asesinados en la retaguardia republicana. -JUNTA FINAL. Un relato breve que disecciona el mercadeo de las juntas de evaluación (ACCESO GRATUITO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA). -CRÓNICAS DE LAS TINIEBLAS. Tres novelas breves de terror. -LO QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO. Conflictividad, vaciado de contenidos y otros males de la enseñanza actual. -EL MOLINO DE LA BARBOLLA. Novela juvenil. Una historia de terror en un marco rural. -LA REPÚBLICA MEJOR. Para que no olvidemos a los cientos de jóvenes a los que destrozó la mili. -EL ÁNGULO OSCURO. Novela juvenil. Dos chicos investigan la muerte de una compañera de instituto. PULSANDO LAS CUBIERTAS (en la columna de la derecha), se accede a información más amplia. Si os interesan, mandadme un correo a esta dirección:
repmejor@gmail.com

Tenéis información de los precios aquí:

lunes, 31 de marzo de 2025

Margarita Robles en cinco pinceladas

     Cuando hace ya algunos años el primer gobierno de Sánchez empezó a prodigar las evidencias de su inmundo pelaje, se hicieron usuales las valoraciones que dejaban a salvo a Margarita Robles -la única que lo está haciendo bien, la única responsable, la única con sentido de Estado... cosas así-, un espejismo que tenía una explicación muy sencilla: lo que la rodeaba era tan malo e insolvente que podía hacer que ella pareciera buena, aunque tampoco lo es. Otra cosa que sin duda le sirvió para que su imagen no se estropease mucho fue la experiencia, pues no olvidemos que lleva ya en política desde 1993. Aun con todo esto, en cuanto uno reflexiona un poco, descubre que, en el marco de la corte pedrista, esta señora es una más, o sea, la voz de su amo y alguien que no tiene el menor escrúpulo en sostener las mayores aberraciones si el jefe lo ordena, y ya era así desde antes incluso de la obtención del poder en 2018, como se demuestra en la primera pincelada que os voy a dejar.

    1.- Julio de 2017. Dentro de su inmenso cinismo, el PSOE blasona una y otra vez de su lealtad institucional recordándonos que apoyó la aplicación del 155 en Cataluña en 2017, pero conviene precisar que lo hizo solo cuando, después de declarar Puigdemont la independencia en octubre, el negarse habría sido ya una deslealtad tan brutal que le habría descalificado, pero, aun así, todavía en ese mismo mes, el PSC, esa viscosa sucursal del PSOE, ponía serios reparos. No obstante, esa insistencia tiene un segundo objetivo, y de mayor alcance: tapar (esa técnica tan del gusto de este PSOE sepulturero de sus desmanes) la deslealtad y el rechazo recalcitrante al 155 que mantuvo durante los meses previos al golpe separatista. Todavía en julio mostraba esta postura, que manifestó con reiteración. Y, como portavoz del partido en aquella época, fue Margarita Robles quien defendió esa terca negativa, y lo hizo con dureza y acritud, es una verdadera lástima que no haya podido encontrar ningún vídeo. Conviene recordar lo que fueron aquellos tiempos; la amenaza del separatismo fue feroz, grosera y apremiante, de modo que al Gobierno de aquel dubitativo Rajoy, aunque gozaba de mayoría absoluta, le hubiera venido muy bien sentirse fortalecido por el respaldo del PSOE, respaldo que le negó con sus permanentes reticencias, que solía verbalizar el piquito de la señora Robles. Este vacío al gobierno perpetrado en un momento muy crítico -cuando el apoyo hacía falta de verdad, no montándose al carro en diciembre- y motivado por el propósito de que fuera solo el PP el que se desgastara haciendo frente nada menos que a una intentona separatista, fue una felonía que debilitó a quien defendía la legalidad y causó un enorme daño a la democracia y a la nación. Y su portavoz fue, recalco, Margarita Robles.

    2.- El terremoto de Marruecos de 2023. Cuando tuvo lugar en septiembre de 2023 el terremoto que asoló Marruecos, nuestra ministra de Defensa parecía encontrar lógico que el Ejército español participase en las labores de ayuda ante la catástrofe y hasta nos recordaba la importancia de la celeridad en la intervención, demostrando así lo humanitaria y razonable que es.

    3.- La dana de 2024. Sin embargo, cuando en octubre de 2024 se produjo la catastrófica dana que causó la muerte a más de doscientas personas en Valencia y Albacete, la opinión de la Sra. Robles ya había cambiado de forma radical, pues consideraba que "lo que no podemos es que en un país el Ejército haga todo". El resultado de esto fue que, mientras cientos de personas morían, miles de personas quedaban atrapadas o sufrían graves daños y el agua arrasaba poblaciones y territorios, el ejército español tardó al menos dos días en intervenir, ante la impotencia, el asombro y la cólera del país entero. Esta fuera de toda discusión que esta pasividad fue otra de las maquinaciones de ese malvado que hoy nos gobierna, que no juzgó oportuno ser diligente cuando lo que se inundaba era una comunidad gobernada por el PP, y, una vez más, ahí estuvo la señora Robles para defender lo indefendible con estupideces insostenibles. Ni que decir tiene que las miserables declaraciones del vídeo que he enlazado la perseguirán mientras viva, si es que tiene conciencia.

    4.- La jura de bandera de Alcobendas. De algún tiempo a esta parte, se vienen celebrando en toda España juras de bandera organizadas por el Ejército, pero destinadas a civiles. Han sido actos irrelevantes y festivos hasta que, hace unos días, la señora Robles decidió prohibir a Isabel Díaz Ayuso que presidiera una que se iba a celebrar en Alcobendas, a la cual la presidenta acudió finalmente, aunque situada entre los invitados. Como la misma Ayuso señala, este atropello es una apropiación del Ejército por parte del Gobierno. Y, como todos sabemos, la señora Robles la ha ejecutado para satisfacer la inquina de Pedro Sánchez hacia la líder madrileña.

    5.- Desfile militar del 2 de mayo. Esa inquina contra Ayuso y la apropiación del Ejército aparecen también en la última pincelada de este breve retrato de Margarita Robles: la prohibición de que haya participación de unidades militares en la celebración del 2 de mayo, día de la comunidad de Madrid. En todas estas festividades ha habido siempre y sin nigún problema presencia militar, que en un país como el nuestro no se les regatea ni a las procesiones de Semana Santa, pero, una vez más, la servil ministra de Defensa se ha cuadrado ante la vileza de su jefe para asestar una ofensa gratuita a Madrid y a su presidenta. Ha esgrimido "motivos" como que se trata de una celebración civil o que no está bien que el Ejército desfile al son de pasodobles: este es el nivelazo -de cinismo, de inconsistencia y de falta de respeto a unos ciudadanos a los que constantemente tratan como a imbéciles- de la señora Robles y el Gobierno al que pertenece.

martes, 25 de marzo de 2025

El odio

    Ha producido una muy comprensible polémica la reciente publicación de El odio, un libro escrito por Luisgé Martín acerca de José Bretón, el hombre que en 2011 asesinó a sus hijos Ruth, de seis años, y José, de dos, y luego quemó sus cadáveres en una tremenda pira. La polémica, creo entender, se ha suscitado sobre todo por el hecho de que el libro se basa en testimonios obtenidos por el autor en entrevistas realizadas con el propio Bretón, y ha sido muy agitada, pues ha incluido una petición de paralización de la publicación realizada por Ruth Ortiz, la madre de los niños, petición que en un principio tuvo éxito, pero que luego ha sido revocada por un juez. En cualquier caso, la agitación prosigue, como prueba el hecho de que, hoy mismo, cuando he intentado buscar información sobre el libro en las librerías que lo venden en internet, la tenían suspendida, cosa que ocurría también en la página de la editorial que lo publica, Anagrama, en la que sin embargo sí se podía acceder a un comunicado sobre el espinoso asunto, en el cual se establecen paralelismos entre El odio y otras obras literarias, entre ellas, A sangre fría, de Truman Capote.

    Escritor homosexual escribe sobre horrible criminal real: esta es la similitud que se impone a bocajarro entre Capote y Luisgé Martín, pero, sinceramente, creo que no deberíamos enredarnos con el Capote, sino venir a nuestra propia situación de hoy. Todavía está muy presente el horrible asesinato de Ruth y José a manos de su desnaturalizado padre; el dolor de familiares y allegados por la aparición de este libro habría sido previsible, pero Ruth Ortiz lo ha hecho incuestionable al pronunciarse rotundamente contra él e intentar que no se publicase; José Bretón es un monstruo, una mancha humana: creo que, solo con esto, se hace difícilmente sostenible la publicación de El odio. Para colmo, he visto por ahí que el asesino lo ha utilizado para pedir perdón, y no sé si será verdad o no, porque no pienso leer el libro, pero, en todo caso, siendo como es un tremendo manipulador (su exesposa se ha encargado de recordárnoslo), era muy alto el riesgo de que se la jugase al intrépido documentalista y aprovechase la ocasión en beneficio propio. Aproximarse a los monstruos es peligroso, así que conviene meditar bien antes de hacerlo.

sábado, 15 de marzo de 2025

Antes que quitarme el hiyab, me cambio de instituto

     Solo los habitantes de Barrio Sésamo o los muy muy despistados ignorarán que los países más ricos y avanzados de Europa tienen ya desde hace años serios problemas de conflictividad social, inseguridad, delincuencia o terrorismo relacionados con la inmigración. Hemos conocido asuntos muy graves ocurridos en el Reino Unido, Francia, Holanda, Alemania, Bélgica, Dinamarca o Suecia, y no parece que vayan a cesar o disminuir. España ya no es ajena a este fenómeno y, como en el resto de países, la tendencia es también al incremento, o más bien deberíamos entender que nos hallamos ya ante un problema bien cuajado que hay que afrontar con seriedad y determinación. Últimamente, han salido a la luz pública algunos episodios de esos que no deben pasarse por alto y dos de ellos han sucedido en Cataluña, cosa que no debe extrañarnos, pues las políticas del antiespañolismo oligofrénico que impuso hace décadas el Honorable 😂😂😂😂 Jordi Pujol terminaron por convertir aquella región en lo que es hoy: una auténtica jaula de locos donde se juntan el fanatismo separatista, la inseguridad ciudadana, el desgobierno, el ultraizquierdismo más necio del mundo, un islamismo cada vez más envalentonado y las palmaditas de Pedro Sánchez en las espaldas de unos políticos tan buscavidas como él, es decir, en un polvorín que cualquier día estallará y solo Dios sabe con qué consecuencias. Los más conocidos de estos episodios han sido el rezo callejero en lo que ya se conoce como el califato islámico de Tarrasa y los disturbios acaecidos en Salt (os dejo este enlace, que incluye un vídeo en el que unos manifestantes vitorean a Pedro Sánchez). Este último artículo interesa por algún motivo más: primero, por un elocuentísimo cuadro acerca de la demografía de Salt; segundo, por otros datos acerca de la okupación en aquella localidad, que dejan claro que el estado de esta cuestión en la tómbola de la alegría en que se ha convertido España ha creado en quienes vienen de fuera la convicción de que aquí es un derecho que te regalen una vivienda y que, si no te la dan, puedes enfadarte, exigirla detrás de una pancarta y luego okuparla tú mismo, como hizo el clérigo musulmán de Salt que originó el follón. ¿Aprendemos, tomamos nota, hacemos algo o seguimos autoflagelándonos por ser tan fachas de no haber puesto en marcha aún un megaplán de vivienda destinado a responder a esta demanda?

    Otra incidencia -que ya he tratado aquí- fue la manifestación de jovenzuelas en Parla exgiendo que se respetase su derecho a llevar el hiyab en los institutos -gratificante ejercicio de las libertades ciudadanas que en los países donde es permitido obligatorio llevarlo les habría costado muy caro-, en la cual recibieron el apoyo logístico del Sindicato de Estudiantes, organización feminista donde las haya. Unos días después de este evento, publicó "El Mundo" un artículo del que tomo el título para este, en el que se daba audiencia a diversas voces que opinaban en torno al hiyab, casi todas, a favor. Voy a reproducir esas opiniones, acompañándolas de lo que yo les replicaría. 

    1.- Antes que quitarme el hiyab, me cambio de instituto. Este aviso sería un brindis al sol si las autoridades académicas hicieran lo que deben: regular ellas la prohibición de llevar la cabeza tapada en los institutos, sea con hiyab, con cabezón de cabezudo de las fiestas patronales o con casco de armadura, aunque solo fuera por el muy poderoso motivo de entorpecer con ello la copia en exámenes con receptores inalámbricos. No se puede dejar a los institutos al pairo en cuestiones tan conflictivas.

    2.- Es una falta de respeto (la prohibición de llevar el velo, se entiende). Falta de respeto es argumentar con semejante cinismo; falta de respeto es obligar a las mujeres a taparse la cabeza, como se hace en todos los países donde el islam manda;  falta de respeto es montar motines contra normas que se sabe que son razonables. Y, sobre todo, falta de respeto es matar a una mujer por llevar el velo mal puesto (a juicio de los canallas que la asesinaron), como le ocurrió a Mahsa Amini en Irán, o asesinar a cientos de manifestantes en las posteriores protestas. Busquen estás jóvenes que claman por el respeto quiénes fueron las víctmas de esta barbarie y con qué motivos y salvaje crueldad las mataron.

    3.- En ningún lado de la Constitución pone que se pueda prohibir esto ("esto" es llevar hiyab en el intituto). Argumento irrelevante y pueril, porque las constituciones de los países civilizados no están pensadas para ocuparse del hiyab.

    4.- Se supone que España es laica y que nos podemos vestir como queramos. España no es laica, sino aconfesional. Por otra parte, es de un monumental retorcimiento utilizar el laicismo y la libertad de culto como baza para defender una imposición del fundamentalismo religioso. Por lo demás, el "argumento" es de una puerilidad similar a la del anterior.

    5.- Si el problema es que algunas ocultan pinganillos debajo de los velos, que se tomen más tiempo para revisar. Eso, eso: si, por ejemplo, se pone un examen el martes a las doce de la mañana, se convoca a las ocho para poder hacer la revisión de velos y pinganillos. Y la mitad de los profesores ocupados en ello, como si no tuvieran más cosas que hacer. En manos de Groucho Marx, Álex de la Iglesia o Woody Allen, esto habría servido para unas escenas fabulosas.

    6.- ¡¡¡ATENCIÓN!!! Veamos ahora los preclaros dictámenes de CORAL LATORRE, secretaria general del Sindicato de Estudiantes. Todo esto se gritó micrófono en mano (vean de paso un buen retrato de la señora Latorre) y produjo el delirio de las manifestantes:

    Yo no llevo el hiyab, soy profundamente atea, pero esta lucha también es de todas las que defendemos unas aulas libres de islamofobia, racismo y machismo.

    Me he pasado 35 años en las aulas españolas y no hay nada de eso, como sabe todo el mundo. Esta repulsiva agitadora inventa lacras y remueve odios para presentarse ella como la salvaora. Hay que llevar mucho veneno dentro para practicar un juego tan peligroso y dañino.

    Si tan laicos son, que prohíban la religión católica.

    ¿El laicismo significa prohibir la religión católica? ¡Qué cacao mental, Dios mío! De todos modos, la señora Latorre, con estas palabras, se quita la careta.

    ¡Queremos estudiar en libertad!

    Pues para eso el hiyab no ayuda, sino que más bien sobra. Y, por otra parte, ¿qué estudia la treintañera Coral Latorre, líder del Sindicato de Estudiantes, organización hipersubvencionada por los gobiernos de izquierdas? Lo digo porque, según informaciones que no he logrado confirmar, lleva al menos siete años sin matricularse en nada. Supongo que habréis notado que aborrezco al Sindicato de Estudiantes, y algunos sabéis la razón: me he pasado décadas contemplando cómo esta nefasta organización instrumentalizaba a niños y adolescentes para usarlos como fuerza de choque en la defensa de interses oscuros. Esto del hiyab constituye una nueva vuelta de tuerca: ha actuado de sicario de una causa tan opresiva como el velo y una ideología tan totalitaria como el islamismo con tal de atacar a lo que ellos llaman el sistema capitalista, pero es la democracia. Mucho tienen que odiar a la libertad que esta señora invoca cínicamente para ponerse al servicio de tales intereses.

    7.- Al igual que hay gente que lleva cruces o se tatúa, pues nosotras llevamos el hiyab. La medallita colgada del cuello, el hiyab y el tatuaje en el mismo plano: quien así razona, se autodescalifica y descalifica su discurso, al mezclar lo ornamental con el simbolismo religioso. Por otra parte, y centrándonos en este, desde siempre se han paseado por los centros personas llevando colgados crucifijos, medallas de la virgen, manos de Fátima, estrellas de David o círculos del yin y el yang, todos ellos símbolos religiosos, sin que a nadie le molestase ni se pidiera su prohibición, y es que aquí está un matiz que muchos, incluido el gobierno francés, no han sabido captar: el hiyab no se combate en tanto que símbolo religioso, sino por representar una obligación discriminatoria impuesta contra las mujeres por la religión islámica, lo cual se demuestra por el mero hecho de que, si esas chicas que se manifestaron en Parla se lo quitasen, enseguida vendría algún papá, algún hermano, algún buen musulmán o algún imán a conminarlas a volvérselo a poner, y quizás con un bofetón de propina. ¿Alguien me lo va a negar? ¿Coral Latorre, quizás, Irene Montero, esa ministra de Igualdad gritona que padecemos ahora? Tal vez, porque el cinismo abunda hoy en día. Pero, en todo caso, lo hicieran o no, todos sabemos que el hiyab es una imposición. Por eso tampoco puede compararse con las tocas de las monjas, porque estas las llevan porque se han integrado voluntariamente en las órdenes que las imponen, por no hablar además de que, en la mayoría de esas órdenes, les permiten quitárselas cuando es pertinente.

    8.- Sería lo mejor no prohibir y dejar que las adolescentes decidan. Ya he expuesto las diversas razones que refutan esta solución. Es la desconcentante propuesta de Jadiya Amin, periodista afgana refugiada en España que ha sufrido en sus carnes la delicada tolerancia de los talibanes, pero pienso que hay que respetarla -aunque sin darle la razón, por supuesto-, porque su fe religiosa condiciona que se mueva en la indefinición. Ni se debe dejar la decisión en manos de unas adolescentes que en realidad no decidirían libremente ni es admisible este otro razonamiento suyo: si ahora se les obliga a quitarse el velo, puede pasar que su padre se las lleve a su país de origen. Entonces vamos a perder a esas niñas que merecen tener libertad y vivir en un país libre. Esto es una incongruencia, porque representaría acatar el chantaje del fundamentalismo y, para evitar la posiblidad de que las niñas fuesen arrojadas a un país sin libertades, limitarlas directamente nosotros en el nuestro, no se moleste usted en llevarse a la niña a Marruecos, jefe. No se puede reblandecer la protección de los derechos para que no se cabreen los energúmenos; si alguno los pisotea, la responsabilidad será suya, no de las sociedades que los defienden. Con arreglo al razonamiento de la señora Amin, en España deberíamos permitir la ablación del clítoris, y así evitaríamos que los padres desnaturalizados que la aceptan se llevasen a sus hijas a países donde es legal esta bárbara mutilación para que se la practicasen.

    Transigir con particularidades grupales que vulneran los derechos individuales no es un signo de respeto a las libertades, sino de debilidad ante quienes las cercenan y, por tanto, una forma de atacarlas y limitarlas. Disfrazar la imposición del hiyab como un derecho es un acto de repugnante cinismo y apuntarse a esa "reivindicación" o impulsarla, como han hecho la avispada Coral Latorre y su organización, un síntoma de calamitosa estupidez. En esa calamitosa estupidez se revuelca nuestro feminismo rampante de hoy, el de Irene Montero, el 8-M, la ministra Redondo, Ione Belarra, Yolanda Díaz y similares. Muy torpes tienen que ser si están actuando de burras de Troya de una ideología tan ferozmente machista como el islamismo y no solo no se dan cuenta, sino que se creen que son el no va más de la defensa de los derechos de la mujer. 

    

    

sábado, 1 de marzo de 2025

Parece que Trump tiene prisa

  ¿Y quién no? A todos nos gustaría que la guerra de Ucrania acabara cuanto antes, por razones que no hace falta explicar, pero que salieron en la canibalesca encerrona a que fue sometido ayer Zelensky en el despacho oval, pues el propio Trump habló de los millones de muertos, como si el presidente ucraniano no supiera muchísimo mejor que él los que ha habido, y hasta le llegó a acusar de estar jugando con la tercera guerra mundial, lo cual fue un alarde de jeta, como si Ucrania fuese la superpotencia imperial, la que tiene espeluznantes arsenales nucleares y la que invadió Rusia.

 


    Se defendió bien Zelenski, y eso que todo estaba en su contra en el bochornoso recibimiento que le preparó el Gobierno norteamericano -que, a juzgar por el espectáculo, parece no saber muy bien lo que es la diplomacia-, desde el hecho de que el encuentro no se desarrollara en su lengua hasta la presencia de hooligans desvergonzados que tuvieron la grosería de afearle su vestimenta, dignísima y de causas muy razonables y por todos conocidas, pasando por los inadmisibles modales de Trump y Vance. Les dijo que él no había empezado la guerra y que esta no podía cerrarse premiando al agresor, les advirtió que se arrepentirían si impulsaban la victoria de Putin y les dio a entender que no aceptaría acuerdos que perjudicasen a su país. Estuvo sólido, a pesar de que casi ni le dejaron hablar.

    El frustrante final de esta reunión ha provocado mayoritarias reacciones de apoyo a Ucrania y diversas reflexiones, las más acertadas de las cuales sugieren una reconstrucción del diálogo, particularmente, entre Europa y Estados Unidos, pero, en todo caso, el fiasco se veía venir, a juzgar por los resultados de la conversación previa mantenida entre Trump y Putin (CP1, CP2), que, en lo referente a las expectativas del mandatario norteamericano, se podrían resumir en que el acuerdo de paz que pondría fin a la guerra representará que: la recuperación por parte de Ucrania de territorios invadidos por Rusia es poco probable (o sea, una quimera); Ucrania no se adherirá a la OTAN, pues no tendría sentido; habrá una fuerza que velará por la pacificación, pero de eso se tiene que ocupar Europa, no los Estados Unidos; este país y Ucrania firmarán un acuerdo por el que los ucranianos le cederán el derecho a explotar recursos naturales de su territorio hasta un beneficio (para los yanquis, claro) de 500.000 millones de dólares, derecho cuya compensación sería la ayuda que los EEUU ya han prestado a Ucrania (o sea, que ya está pagao), la cual Trump ha llegado a estimar en 300.000 millones de dólares y la mayor de todos los cooperantes, pero parece que más bien se reduce a 115.000 millones y está por detrás de la de la UE, que ha sido de 138.000. Cuando uno ve la película que se ha montado Trump después de sus arreglos con Putin, se acuerda de Le gateau des rois, aquel cuadrito que salía en los libros de historia cuando llegábamos al siglo XVIII:



    Y por eso se entiende lo que pasa: que Trump tiene prisa: ¡menudo negocio se ha motado el tío: el lío se acaba, el fregao se lo deja a otros y el negociazo, para su país! ¿El Zelenski ese que va vestido de soldadito? ¡Qué tío más plasta! ¡Firma y calla, joder! ¿Que Ucrania pierde un tercio de su territorio después de una invasión brutal y la pérdida de miles de vidas humanas? ¡Que les den! ¿Que a los países limítrofes con Rusia y a Europa en general se les queda al lado una escalofriante amenaza permanente? ¡Es su problema!

    Esta es la razón de sus modales groseros y apremiantes ayer con Zelenski, aunque tampoco es que sean raros en él: ¡apurando, que voy con la saca! ¿Es su posición auténtica o ha salido pisando fuerte por cálculo y para intimidar? Eso solo lo sabe él, pero ni para Zelenski ni para Ucrania ni para Europa esto es un juego, así que todos esos actores han visto que ni la cosa se puede quedar así ni las ensoñaciones de Trump (y quizás también de Putin) pueden cumplirse, porque para ellos sería la claudicación y el desastre, de manera que ahora ocurrirá lo único que puede ocurrir: que les pondrán las cosas claras a EEUU y su presidente para que entren en razón. Y lo más acorde al sentido común -expresión que el propio Trump ha usado mucho en torno a este asunto- será que lo hagan. Lo que se alcance al final ya es otra cuestión, porque en esta guerra -en sentido literal y figurado- también participa Putin, y de este no podemos esperar nada bueno. Muchos especulan con que, en realidad, Trump a lo que aspira es a un entendimiento y alianza permanente con él, pero otros aseguran que no llegaría a eso ni aunque fuera su propósito, porque sería desastroso para todos, incluidos los Estados Unidos. Esperemos que sean estos últimos los que estén en lo cierto.