Hace unos días tuvimos noticia de un informe que la eurodiputada Maite Pagazaurtundúa ha elaborado en torno a las actividades de los CDR, esos grupos de activistas que están realizando la mayoría de las labores de acoso y violencia del separatismo catalán. El informe es extenso (como no podía ser menos, dados los ya muy numerosos desmanes de estos comandos), se basa sobre todo en fuentes policiales y periodísticas y sin duda va a suponer un perfecto retrato de la catadura totalitaria, teledirigida y perfectamente organizada de unos grupos que el cinismo independentista nos quiere presentar como un anecdótico fenómeno de pataleo inocuo, en lugar de lo que son: la fuerza de choque de un golpe de estado que en sus actos y sus intenciones es todo lo violento y segregador que asegura no ser.
Acerca de este informe, publica hoy La Vanguardia una columna de Ángel Casas titulada El demoledor informe Pagazaurtundúa que constituye un auténtico modelo de manipulación y un compendio de las trampas a las que suelen recurrir los nacionalistas para enturbiar los debates. En efecto: se trata de Ángel Casas, el gordito aquel que hace unos años nos aburría en la Televisión Española que no sé si ahora detestará con unos sobrevalorados programas que mezclaban entrevistas, destapes y no sé qué más, pulsad aquí para ver su página de Wikipedia. Si leéis la columna, veréis que en ella parte tomando el rábano por las hojas y magnificando lo que según él es una manipulación en ciertos titulares de "El Confidencial", que, en el caso de que lo fuera realmente, sería de un alcance mínimo y afectaría exactamente a un medio de comunicación. Con esto lo que pretende en realidad es empezar a descalificar el informe: ¿cómo va a decir la verdad sobre los CDR un documento del que se nos informa manipulando los titulares? Un procedimiento impecable, como veis. Acude después a otra vieja práctica tramposa: descalificar a su autora, cosa que hace mediante los siguientes recursos:
-Decir que su página de Wikipedia (la tenéis aquí) está encabezada por un aviso acerca de su neutralidad, lo cual es cierto, pero... sucede que si nos vamos a la página que habla del señor Casas nos encontramos que en ella hay un aviso similar, relativo en este caso a la fiabilidad de las fuentes, con lo que tenemos que el columnista de La "Vanguardia" es partidario de la ley del embudo.
-Minimizar el currículum de la señora Pagazaurtundúa (véase si esto se sostiene) y lanzar torpes insidias acerca de la intención electoralista de su informe. ¿Lo puede demostrar? En caso negativo, además de torpes, las insidias serán sucias.
-Infravolarar el premio a la Tolerancia que tiene la autora del informe porque también se le dio a una serie de personajes a los que se despacha con un comentario despectivo. Ni uno solo de esos personajes tiene nada que envidiarle al señor Casas, pues son gente como Rosa Díez, Fernando Savater, Francesc de Carreras o Albert Boadella.
-Reprocharle que siendo vasca meta las narices en un asunto de catalanes, que, naturalmente, como foránea, no puede entender. Este es todo un clásico de los cacareos nacionalistas para quienes, sin oponérseles frontalmente, no les dan la razón: es que no les entienden: ¡la de veces que lo llegaron a utilizar gente como Arzallus o Anasagasti!
-Acusarla de basarse, "siguiendo la ola cavernaria que ha maniatado al Estado para impedir desencallar el conflicto de Cataluña", en un informe de la Guardia Civil.
Como veis, ni una sola palabra acerca del contenido, que se despacha en tres líneas con el argumento de que no aporta novedades. El informe presenta acusaciones muy graves contra los CDR, pero eso el señor Casas se lo salta a la torera, no entra a demostrar que sea verdad o mentira: si los CDR constituyen una fuerza organizada con el fin de cargarse la democracia en España a base de sabotajes, limpieza étnica, acoso, violencia y agitación, contra eso el columnista de "La Vanguardia" no argumenta: el informe Pagazaurtundúa es condenable porque lo ha escrito una entrometida vasca amiga de Savater y basándose en datos de la odiosa Guardia Civil, con eso basta.
Me gustaría saber qué entiende el señor Casas por "desencallar el conflicto de Cataluña", para qué ha sido maniatado el Estado por la ola cavernaria. Hoy he oído el discurso del Rey en la entrega de los premios Princesa de Asturias, discurso que en talante, contenidos, miras, propuestas y principios, si se compara con lo que dicen y hacen esa gavilla de conspiradores que le tienen en el punto de mira y hablan de echarle para implantar una república, está a una altura estratosférica. Mientras el rey habla de concordia, progreso, respeto, libertades, trabajo en común y valoración de las muchas cosas buenas que hemos construido, personajillos como Iglesias y el merecidamente encarcelado Junqueras se encierran para decirse cosas que luego no se atreven a repetir en público y se obstinan en propuestas inviables, disparatadas, segregadoras, injustas y sembradoras de discordia. ¿Esa es la república a la que aspiran? ¿Os imagináis una república con presidentes que han demostrado las virtudes y la talla de Iglesias, Junqueras o el valeroso Puigdemont? Al mismo tiempo, desde el separatismo, luminarias como Tardá y el propio Junqueras insisten en exigir al Gobierno que presione a los jueces para que no condenen a los golpistas: ¿qué sentido de la democracia tienen estos señores? ¿Qué sentido de la división de poderes? ¿Qué sentido de la igualdad ante las leyes y de la justicia? ¿Qué respeto a la ciudadanía, cuando, por millonésima vez, la insultan pidiendo en voz alta que se les privilegie groseramente? ¿Qué sentido del respeto a las restantes fuerzas políticas? ¿Esas serían las pautas por las que se regiría su república? ¿Es a esta penosa cadena de enjuagues a lo que Ángel Casas llama "desencallar el conflicto de Cataluña"? Mucho me temo que sí.
-Acusarla de basarse, "siguiendo la ola cavernaria que ha maniatado al Estado para impedir desencallar el conflicto de Cataluña", en un informe de la Guardia Civil.
Como veis, ni una sola palabra acerca del contenido, que se despacha en tres líneas con el argumento de que no aporta novedades. El informe presenta acusaciones muy graves contra los CDR, pero eso el señor Casas se lo salta a la torera, no entra a demostrar que sea verdad o mentira: si los CDR constituyen una fuerza organizada con el fin de cargarse la democracia en España a base de sabotajes, limpieza étnica, acoso, violencia y agitación, contra eso el columnista de "La Vanguardia" no argumenta: el informe Pagazaurtundúa es condenable porque lo ha escrito una entrometida vasca amiga de Savater y basándose en datos de la odiosa Guardia Civil, con eso basta.
Me gustaría saber qué entiende el señor Casas por "desencallar el conflicto de Cataluña", para qué ha sido maniatado el Estado por la ola cavernaria. Hoy he oído el discurso del Rey en la entrega de los premios Princesa de Asturias, discurso que en talante, contenidos, miras, propuestas y principios, si se compara con lo que dicen y hacen esa gavilla de conspiradores que le tienen en el punto de mira y hablan de echarle para implantar una república, está a una altura estratosférica. Mientras el rey habla de concordia, progreso, respeto, libertades, trabajo en común y valoración de las muchas cosas buenas que hemos construido, personajillos como Iglesias y el merecidamente encarcelado Junqueras se encierran para decirse cosas que luego no se atreven a repetir en público y se obstinan en propuestas inviables, disparatadas, segregadoras, injustas y sembradoras de discordia. ¿Esa es la república a la que aspiran? ¿Os imagináis una república con presidentes que han demostrado las virtudes y la talla de Iglesias, Junqueras o el valeroso Puigdemont? Al mismo tiempo, desde el separatismo, luminarias como Tardá y el propio Junqueras insisten en exigir al Gobierno que presione a los jueces para que no condenen a los golpistas: ¿qué sentido de la democracia tienen estos señores? ¿Qué sentido de la división de poderes? ¿Qué sentido de la igualdad ante las leyes y de la justicia? ¿Qué respeto a la ciudadanía, cuando, por millonésima vez, la insultan pidiendo en voz alta que se les privilegie groseramente? ¿Qué sentido del respeto a las restantes fuerzas políticas? ¿Esas serían las pautas por las que se regiría su república? ¿Es a esta penosa cadena de enjuagues a lo que Ángel Casas llama "desencallar el conflicto de Cataluña"? Mucho me temo que sí.
Qué sentido de la democracia tienen? Orgánico sin duda....
ResponderEliminarSin duda, así que dentro de nada los vemos haciendo excursiones a la Almudena, que les pilla mejor comunicada que el valle de los Caídos. ¡Qué amable es el señor Sánchez!
ResponderEliminarTambién la han llamado popular... Como dijo Plà, demasiados adjetivos....
ResponderEliminarPues sí. Y si pensamos en Mao, lo de popular...
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