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sábado, 15 de abril de 2017

Algunas observaciones sobre el pacto de los 250.000 interinos

   Hará un par de semanas, se firmó entre el Gobierno y los sindicatos CCOO, UGT y CSIF (1) un acuerdo que en general se ha presentado en los medios (2) como  una oferta de empleo que convertirá en funcionarios fijos a 250.000 interinos. El acuerdo ha sido recibido como una noticia excepcional (algún medio lo califica de histórico), pero ha generado cierta confusión y bastantes incógnitas. La confusión está principalmente en las cifras. En primer lugar, ni la Administración sabe exactamente cuántos interinos hay en España, aunque se calcula que están en torno a los 350.000; en segundo lugar, al menos los sindicatos no tienen muy claro a cuántas personas va a beneficiar esta medida, pues CSIF habla de 250.000, UGT, de casi 350.000 y CCOO, de entre 270.000 y 300.000. 
    El tiempo dirá a cuántas afectará exactamente, aunque seguro que no nos enteraremos, porque eso no lo van a ir publicando los periódicos. En todo caso, lo que más inquietud ha generado es esa coletilla que ha seguido siempre a la cifra de 250.000 plazas: que van a servir para convertir a interinos en funcionarios. Por indicación europea, el Gobierno español a lo que estaba obligado era a reducir la altísima tasa de temporalidad en la función pública de nuestro país, no a convertir en fijos a los que están ahora como temporales, que es lo que parecen haber entendido tanto el Gobierno como los sindicatos, es por tanto lo que han transmitido los medios, es lo que ha alegrado mucho a los que ahora son interinos, es lo que ha decepcionado a los que no lo son y tienen sus esperanzas puestas en las oposiciones y es lo que nos ha inquietado a los que creemos que los puestos públicos deben cubrirse respetando al máximo el principio de igualdad de oportunidades. Lo que todos nos tememos es que, aderezándolo debidamente en las convocatorias, se van a poner todos los elementos encaminados a que se queden los que están, y ello porque es esto lo que conviene a los que cortan el bacalao: el Gobierno (que quiere espantar al máximo el nubarrón de una millonada en indemnizaciones), los sindicatos (que en este asunto han obrado como los representantes de sus clientelas, o sea, los interinos que ya lo son) y los caudilletes de esos sitios donde el interino es el amiguete o el pariente que se pone a dedo, que no deben de ser pocos. Si al final es esto lo que ocurre, este proceso nacerá lastrado por una falta de limpieza y dejará en la cuneta a muchos que con lo único que cuentan es con su talento personal y sus derechos individuales, es decir, a esos que no tienen respaldos del poder o del grupo de presión. Dado que las democracias presumen de proteger los derechos individuales de los ciudadanos, la Administración e incluso el Gobierno deberían tomarse muy en serio que las convocatorias que emanen de este acuerdo garantizasen que se dieran las plazas a quienes más las merecieran, sean o no interinos en el momento actual. ¿Lo harán? Ya veremos. 
    Vengo ya a los apuntes finales. Una vez más, el PP ha dado muestra de su cinismo. ¿Os imagináis que un padre tacaño llevase a sus hijos medio desnudos y un buen día les comprase ropa y pretendiera por esto que le tomásemos por un padre ejemplar? Esto es ni más ni menos lo que ha hecho el Gobierno: cumplir con obligaciones que se llevaban escamoteando décadas y que él ha escamoteado todavía más y querer colgarse una medalla por ello. Y lo está presentando además como creación de empleo, cuando en realidad es dar otra categoría a empleo que ya estaba, increíble. Tampoco me sorprende el oportunismo de los sindicatos, que se han prestado a esta farsa del acuerdo para aparentar que hacen algo, cuando todos sabemos que llevan décadas mirando pasivamente cómo los funcionarios perdemos derechos, particularmente, desde 2010. Lo único que han hecho los sindicatos de la función pública desde 1988 ha sido convocar huelgas intermitentes completamente inútiles, que solo han servido para que se les descontasen días a los ingenuos que las secundaban. Y ahora salen con esto.
    Y la última, de verdad: me produce una enorme satisfacción ver que los funcionarios ya hemos dejado de ser una montonera sobredimensionada de parásitos odiosos: ahora resulta que servíamos para algo, que en España (como, por cierto, se ha sabido siempre) éramos incluso menos de los que haría falta, y que esa estabilidad por la que se ha llegado a injuriarnos era muy conveniente. Echad un vistazo a lo que decían en 2011 el PP, algunos de los medios que ahora echan las campanas al vuelo y la jauría de trolls que tienen distribuidos en la red.  

1.- El acuerdo en las páginas de los sindicatos: CCOO; UGT; CSIF.
2.- La oferta en diversos medios de comunicación: El confidencial; El Mundo; El País; El diario; La Razón.

2 comentarios:

  1. Lo que se intuye, leyendo entre líneas, es la posibilidad de reeditar durante x años otra 'transitoria', el modelo de oposición que siguió a la LOE durante unos años y que privilegiaba de modo desaforado a los candidatos interinos (hasta el máximo de méritos a cubrir con experiencia, carácter no eliminatorio y 'secreto' de las notas de los exames, ausencia de prueba práctica, más bolas/temas, exención de la defensa de unidad didáctica para los interinos, etc...).

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    1. Amigo Fra Vernero, ojalá que nuestro compartido pesimismo esté errado. Lo malo es que, como usted señala, los mecanismos torcidos los tenemos no ya inventados, sino muy arraigados.

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