A estas horas se sigue hablando mucho, como es absolutamente lógico, del trágico incidente ocurrido anteayer en el I.E.S. "Joan Fuster" de Barcelona, en el que un chico de trece años que iba armado de una ballesta y un machete mató a un profesor de ese instituto, el cual había salido a ayudar a otras personas a las que su asesino estaba atacando. Ese profesor se llamaba Abel Martínez Oliva y era un hombre de 35 años al parecer enamorado de la Historia (su especialidad) y de la educación. Si pulsáis aquí, accederéis a la noticia en la que he encontrado más información sobre él, de la cual he obtenido también una foto suya, esta:
Dado que Abel arriesgó valiente y generosamente su vida por salvar la de otros, se merece con todos los honores el calificativo de héroe. Y dado que la perdió, es la víctima más grave de este lamentable episodio (en el cual ha habido además otros cuatro heridos), por lo que, al menos a mí, me produce un sentimiento de compasión. Espero que las otras víctimas puedan recuperarse de sus heridas y superar el recuerdo de esta experiencia, como espero que en nuestras memorias haya durante mucho tiempo sitio para Abel Martínez.
El incidente del I. E. S. "Joan Fuster" obedece a unas razones concretas y está envuelto en unas circunstancias sociales y personales que será preciso analizar muy en serio para conocer la verdad y sacar las conclusiones pertinentes. Tendrá que pasar algún tiempo para que se alcance una auténtica claridad en este terreno, pero, en estos momentos, estoy percibiendo algo que me inquieta y que tiene que ver con el hecho de que la mayor parte de lo mucho que se está hablando se refiere al chico que mató a Abel. No me considero en condiciones de pronunciarme sobre él ni sobre sus actos y seguramente no lo haré nunca, y no voy a enjuiciar a quienes lo hacen, pero sí quiero manifestar mi absoluto rechazo a la tendencia "salvadora" que veo en el discurso de algunos -demasiados quizás-, que parecen tan interesados en retratar a ese chico como un pobre ser desamparado que transmiten la impresión de que la víctima sea él. No creo que haya que lincharlo públicamente, pero me parece inadmisible ese empeño que manifiestan esos valedores en exonerarlo: ni lo uno ni lo otro, dejémoslo estar y que decida quien deba. En España, esa tendencia buenista a lanzarse sobre los victimarios con unas inflamadas ansias de protección y comprensión es un mal quizás demasiado extendido y que a menudo ha dado frutos aberrantes, por no hablar de que, en el 99% de los casos, lo que hay detrás de estas posturas es una infame mezcla de narcisismo e hipocresía, y a veces, de cobardía. Aquí sabemos muy bien que meter a los verdugos entre algodones representa de forma casi automática postergar a las víctimas. Y a eso no hay derecho: el linchamiento por omisión es una forma de convertirlas en dobles víctimas.
HASTA SIEMPRE, ABEL
No sé si has oído hablar de esta señora, del libro que ha escrito y de sus opiniones, que están en la línea del blog. Sé que este no es el post ideal para copiar el enlace pero así le doy visibilidad, además, quizá tenga más relación de lo que aparenta.
ResponderEliminarhttp://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2015-04-21/como-la-educacion-espanola-se-echo-a-perder-contado-por-una-profesora-veterana_733989/
Gracias, Molina. Conozco a Luisa Juanatey desde hace tiempo, ya que los dos colaborábamos en Desducativos, página de la que creo que alguna vez te he hablado. De la cantidad y contenido de comentarios que genera el artículo que me has enlazado, puede deducirse lo honda y extensa que es la preocupación que produce el estado actual de la educación. Hay que decirlo sin remilgos: las políticas de los últimos veinticinco años se la han cargado, y en ello han sido los principales responsables estos nombres: PSOE, PP, IU, PNV, PP, CiU, ERC, CCOO, UGT y algún otro sindicato escolar. Úneles otros actores como las patronales de la concertada y, últimamente, la banca (sí, la banca, porque la aberración educativa que nos trae el PP (que no es solo la LOMCE) consiste en poner a la educación de rodillas ante el puro economicismo) y te sale la cuenta. Un instrumento muy útil han sido las pruebas PISA, que no en vano organiza la OCDE, es decir, una organización económica: ¿por qué se mete una organización económica a hozar en la educación? Las verdaderas intenciones se han clarificado en los últimos años. De todos modos, yo creo que el asunto de Barcelona no tiene que ver con la educación escolar, a no ser que mañana salgan datos que me desmientan; a mi juicio, en esta historia, el instituto solo ha tenido el papel de víctima.
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