Amigos míos:
Después de las zozobras que al delicado corazón de este guachimán le han producido las Acasos, los Barajas y las Pedagogías Blancas que andan por el mundo, cuando ya me creía alejado de aqueste mar tempestuoso, héteme aquí que me entero de que mi admirado José Antonio Marina se ha sacado de la manga una cátedra en Inteligencia Ejecutiva y Educación. ¿Estará abierta la matrícula para verdugos? ¿Dispensará títulos con licencia para matar y acabaremos viendo al bueno de Marina como si fuera el señor Bond, James Bond, o sea, tal que así?:
Por suerte, leo un poquito más y me tranquilizo, ya que veo que esta nueva patente educativa, llamada sin duda -como todos los apostolados de innovación educativa que han sido y serán- a salvarnos de la ignorancia sin el menor esfuerzo, cuenta con el respaldo de la Universidad Antonio de Nebrija y el Banco de Santander, así que está claro que aquí la licencia dominante va a ser la licencia para cobrar. Vaya, pues, el complemento multimedia apropiado al caso:
Os contaba ya hace unos días que, en medio de los embates neopedagógicos ciclogenéticos que nos han estado azotando en los últimos meses, me decía un amigo que todas estas propuestas no son más que la avanzadilla de los que, a la vista de que se avecinan cambios, se preparan para lo que él cree que acabará siendo el nuevo modelo educativo: el desembarco del sector privado en la enseñanza pública. Dicho en otras palabras: la conversión en negocio privado de un servicio público, algo muy en la línea del catecismo ideológico del PP, cuyo primer mandamiento es amarás a la empresa y al cash sobre todas las cosas. Naturalmente, queda muy feo presentarse solo con un crudo "yo vengo aquí a ganar pasta" por delante, de ahí que, con mayor o menor acierto y gracia, todos se disfracen de innovadores y dueños de la fórmula mágica para salvar a la menguada educación española. Nunca agradecerán lo suficiente al PSOE, a la secta pedagógica y a su LOGSE que les hayan brindado un pretexto con la demolición sistemática a que han sometido a la escuela en los últimos veinticinco años. Tampoco será ocioso señalar tres cosas: que estos neopedagógicos son tan torpes que apenas saben ocultar sus intereses comerciales, que suelen presentar un alarmantemente bajo nivel profesional y que las "innovaciones" con que se adornan son más viejas que el chotis, además de coincidir con los peores hallazgos del caduco pedagogismo "progre", los que más daño han hecho a la escuela, cosa que no es en absoluto casual, porque son los reclamos más demagógicos y resultones, las mentiras más útiles para embaucar a la gente. Relaciono algunos de los más señalados en el apartado número 1 de mi artículo Un espectáculo aberrante. Recalco: las propuestas de renovación que defiende la división pedagógica de última hornada, es decir, la del PP, no solo son viejas, sino que además han demostrado en la práctica ser muy dañinas, ¡buen comienzo!
Os dejo aquí una relación sucinta de las propuestas y las figuras a que me refiero:
1. La fundación Empieza por educar. Se dio a conocer en el conflicto en la enseñanza madrileña de 2012, con una inquietante maniobra para infiltrarse en los institutos que relato en un artículo sobre ella. El plan contaba con el respaldo de la Consejería de Educación dirigida por Lucía Figar. No quiero dejar pasar la ocasión de recordar que su entonces jefa, Esperanza Aguirre, ha sido sin duda la dirigente política que más canallescamente ha tratado a los profesores. Curiosidad: esta organización también tiene detrás al Banco de Santander.
2.- José Antonio Marina. Nunca dejará de inspirarme el respeto que se merece por dos cosas: sus libros buenos y el ser un verdadero conocedor de la enseñanza y sus problemas. Declarado esto, me provocan toda la desconfianza del mundo iniciativas suyas como esta de la inteligencia ejecutiva o el proyecto Superpadres, que analizo en mi artículo El planeta de los padres.
3.- Pedagogía Blanca. Me ocupo por extenso de esta iniciativa (que conocí por una entrevista de ABC) en un reciente artículo. Lo leáis o no, os recomiendo que les echéis un vistazo a unos vídeos que salen en el enlace ESCUELA DE PADRES que incluyo en él, para que os deis cuenta del bajísimo nivel de este producto.
4.- Sebastián Barajas. Ya hemos vertido ríos de tinta sobre él. Analizo y critico sus propuestas en Un espectáculo aberrante y en Experiencias paranormales en la televisión, un artículo del blog de Alberto Royo. En este último, empiezo haciendo una relación y breve comentario de citas literales del señor Barajas que bastan para que se descalifique él solo. Eso le da a él pie para obsequiarme con una serie de réplicas en las que se dedica a echar balones fuera, tergiversar, descalificar e insultar, pero nunca a explicar los disparates suyos que yo reproduzco. Con esto, termina de cubrirse de gloria y de desenmascararse: es, en esencia y como demuestra sobre todo en sus dos últimas réplicas, un resentido contra la escuela. En otro de los artículos del blog de Alberto llega a equiparar sus propuestas con el descubrimiento de la penicilina: como lo leéis, buscadlo si tenéis paciencia. Y todo esto, plagado de faltas de ortografía y errores de redacción: se mete a experto en pedagogía sin conocer la enseñanza y despreciando a sus profesionales; se mete a escribir libros sin saber escribir: ¿qué se puede esperar? Bien, pues La 2 lo convoca como experto en educación, esto es lo peor: así va el país.
5.- María Acaso.- Confieso que en parte me desconcierta, porque sus desvaríos encajarían más en el progrepedagogismo chachiguay, pero luego la respalda la Fundación Telefónica, publica en Planeta y airean su propuesta y sus productos en ABC. Desde luego, no pierde ocasión de promocionar su librito. También hablo de ella en Un espectáculo aberrante. Allí ya señalo algunas de sus "novedosas" propuestas: fobia a los contenidos y al esfuerzo, colegueo con los alumnos, odio a los exámenes, enseñanza lúdica, todo el mundo aprueba...: los ajados disparates con los que los logsianos ya se han cargado la enseñanza. Añade aportaciones demenciales como bailar o comer en las clases. Lo peor no es que ella lo haga, allá ella y sus alumnos, lo peor es que se cree que eso es el colmo de la metodología didáctica y se ha propuesto hacérnoslo tragar a los demás, fiel al sectarismo impositivo de todos los iluminados de la innovación pedagógica. En el artículo de su blog titulado 2014 EVALUparty, podemos ver sus innovadores métodos de evaluación: plantarse un cabezón de paloma, poner globos, ir los alumnos (ya mayorcitos) disfrazados de Spiderman, enganchar a una por las piernas... ¡Qué divertido! ¿Es así como quieren que evalúen a sus hijos los directivos de La 2, la Fundación Telefónica y ABC? Mira que lo dudo.
Estos parecen ser los vientos que soplan en la innovación pedagógica y enamoran a los bancos, las instituciones y los medios de comunicación: que Dios nos pille confesados.
Que nos pille...
ResponderEliminarMuy bien descrito. Le enseñanza es un caladero de negocio muy atractivo y todos quieren pillar algo. Las grandes empresas, y pienso así, a bote pronto, en Telefónica y el Santander, y todos los uqe se arriman al ascua mejor dotada de euros.
Un saludo.
Borja, si te acuerdas de los tiempos de Deseducativos, nuestro mayor adversario eran esos pedagogos que han convertido a los centros, en especial, a los de secundaria, en terreno abonado para la falta de respeto, el aprobado regalado y la bajada de niveles. ¿Qué vendrá ahora? No lo sé, pero, si tomamos Madrid como referencia, durante sus ya muchos años de gobierno, el PP no ha hecho grandes cosas en contra de la secta pedagógica, sino que se ha aliado con ella. Me temo que va a ser más de lo mismo pero con la novedad de los mercaderes, el bochorno de que tendremos que ver cómo la propia Administración les tiende la vía libre. Lo de la fundación Empieza por Educar fue un buen ejemplo. El artículo que enlazo es un poco largo pero muy ilustrativo de lo que hicieron la Administración... y los docentes, que tampoco te los pierdas. Un saludo.
ResponderEliminarExcelente artículo,señor Guachimán. Coincido plenamente en todo lo que expone. A mí me parece que lo que la inmensa mayoría de la gente no comprende es que esta estrategia de destrucción de la enseñanza pública tiene dos fases y, de momento, aún estamos empezando a asistir tan sólo al comienzo de la primera, la que implica depauperar los centros públicos y sus condiciones hasta extremos que lleven a las familias al convencimiento de que la enseñanza concertada es mejor y se lancen en masa hacia ella. Me temo, y no quisiera pecar de soberbia adivinatoria, que nadie fuera del gremio docente aparenta ir más allá en la visión de la jugada y todos parecen contentarse con creer que el final de la pugna se producirá cuando los dos sistemas estén bien delimitados, la concertada para los alumnos más guays, la pública para los menos guays (minorías étnicas, marginales y demás).
ResponderEliminarSin embargo, de completarse el ardid, la segunda fase resultará aún más dolorosa: para entonces, con la inmensa mayoría de la población escolar en los centros concertados, se pondrá fin a los conciertos educativos y las familias tendrán que pagar por llevar a sus hijos a esos coles tan guays. Las empresas privadas (religiosas incluidas, ¡ay!) se habrán apoderado del lucrativo negocio y las familias no tendrán ni la posibilidad ni las ganas de volver a la selvática enseñanza pública. Y a pagar se ha dicho. ¿Que exagero? Aguanten firmes en el recuerdo de lo que acabo de esbozar y luego me cuentan: está a la vuelta de la esquina.
Ah, y recuerden que el mismo día en que mis vaticinios educativos se cumplan, ya solo nos quedará gratis el aire que respiramos. Eso, y no otra cosa, es asomarse al precipicio.
Posdata: Por cierto, algún día espero poder contarle (lo más privadamente posible) una anécdota, mitad divertida, mitad trágica, de los tejemanejes educativos de la Consejera de Educación madrileña.
Seré todo oídos a esa anécdota, Manuel, de momento, te recuerdo que en mi perfil tienes un correo mío y, en la columna de la derecha, donde informo sobre mi novela "La república mejor", otro. Yo te voy a contar, a propósito de lo que dices del manejo del negocio, algo que es de dominio público y que demuestra cómo las gasta el PP y cómo las gastaba Aguirre. En el año 2011, por un lado, con el fin de "ahorrar", aplicó unos recortes brutales en educación, pero por otro, regaló 20 millones de euros en ayudas para transporte y otras cosas a los que vinieron a ver al papa y, además, puso en marcha unas ayudas fiscales para las familias en gastos escolares de esos que se producen en la enseñanza privada, tipo uniformes y demás. En pocas palabras: lo que detrajo del sistema público de todos y de los entre 1.500 y 3.000 profesores que dejó fuera en la enseñanza pública, lo repartió en sectores afines o teóricamente afines: peregrinos papales y ayudas a familias que prefieren la privada, lo cual, indirectamente, favorece al empresariado de este sector. Aquí hay implícito un desacuerdo con algo que dices tú: lo de que convertirán en privados los concertados: harán algo peor, porque ya lo hicieron en Madrid: esos gastos que generen esos centros no los harán recaer sobre sus usuarios, sino sobre los contribuyentes, con lo que el empresario -desde el que vende los uniformes hasta el propietario escolar- seguirá haciendo negocio, pero no espantarán al usuario. Por lo demás, tú sabes que en España la privada se paga y la concertada también se paga, a través de las mil triquiñuelas que sus empresarios idean, con la complaciente vista gorda de la Administración, gobierne quien gobierne. No sé si en otros países un gobernante podría hacer tan alegremente como hizo Aguirre eso de dar gratis el transporte a los peregrinos, que representó el regalarles 20 millones del dinero de todos, pero aún hay algo más. Entre los chollos de que disfrutaron los peregrinos, estuvieron unos vales de comida regalados por el gobierno de Aguirre. El peregrino iba a un restaurante, comía y, en lugar de pagar, daba los valecitos aguirrescos que fuera. Pues bien, varios meses después de la visita papal, los restauradores madrileños se quejaban de que el gobierno de la comunidad no les había pagado esos vales y a día de hoy no sé si habrán recuperado su dinero. Así las gastan Aguirre y el PP madrileño.
ResponderEliminarEs un excelente análisis, como siempre, Pablo. Siempre ando debatiéndome entre dos opciones: si los responsables de la cosa educativa son malvados o incompetentes. En cuanto a sus esbirros, los charlatanes de la pedabobería, cada vez me inclino más por pensar que se trata de aprovechados que quieren sacar partido de la mala salud de nuestra pobre enseñanza pública vendiendo soluciones milagrosas para hacer dinero.
ResponderEliminarA la enseñanza española, desde hace tiempo, le vienen pasando las cosas que le pasan a los organismos bajos de defensas: que cualquier germen puede aprovecharse de ella y que, en consecuencia, la acosan gérmenes de diverso pelaje. Las que deberían ser sus defensas naturales, o sea, asociaciones profesionales y Administración, hace tiempo que se pasaron al bando de los gérmenes, dando lugar a patologías que a ti no te tengo que explicar. Con el PP y la LOMCE, se va a poner de moda el germen empresario sacapasta, con los siguientes campos de acción: formación del profesorado, FP en todos los niveles (que ya casi es suya y lo va a ser mucho más, yo creo que el blanco hacia el que miran Sebastián Barajas y otros como él es ese), clases de apoyo, ampliación de la concertada... Esto, de momento. Como ya he dicho por ahí, a este germen le va a favorecer mucho el debilitamiento del organismo producido durante años por políticos, Administración y pedagogos. Estos señores han impuesto un sistema catastrófico que ha dañado mucho a la escuela, con lo que los pescadores de río revuelto, cuando salen en la televisión a decir "la escuela es una mierda" en lugar de "el sistema es una mierda" (con intenciones ocultas nada inocentes), están realizando una tergiversación interesada que se ve favorecida por la mala imagen que de la escuela está dejando el sistema logsiano. Por fortuna, no todo es tan catastrófico, porque la gente no es idiota y la mayoría conoce muy bien la realidad de los centros y sabe que habrá problemas y disfunciones, pero los alumnos que quieren aprender, aprenden, y aprenden además un amplísimo abanico de conocimientos de diversa índole, y no solo a gestionar peticiones de créditos. Y los padres saben que además se les forma como personas, con sensibilidad ética, artística y social, y con sentido crítico (¡por supuesto!, me gustaría ver a algunos petimetres lidiando con el sentido crítico y hasta hipercrítico de ciertos alumnos de secundaria), aunque haya algunas lumbreras a las que estas cosas les parecen tonterías. Y que los padres lo saben es muy poco discutible, que se miren los que desprecian a la escuela pública y a sus profesionales la invariable estupenda consideración que como colectivo tenemos los profesores de la pública en las encuestas. Y todo esto, además, prestando un servicio universal, es decir: atendiendo a todos, a los más capacitados y a los menos, a los que quieren aprender y a los que no, a los que valoran el respeto y la convivencia y a los que acostumbran a tratar a los demás a patadas. Y, aun así y a pesar de todos los palos en la rueda que nos meten, no parece que el país y la enseñanza se hundan, porque, entre otras cosas, los que la atendemos somos mayoritariamente personas muy responsabilizadas con el servicio público que prestamos, ya me gustaría ver cómo funcionaban ciertos negocietes privados, ciertos oráculos y la mayoría de la enseñanza concertada si trabajasen bajo nuestras condiciones.
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo. Pese a todo, yo tengo muy claro que mis hijos irán a la escuela pública (bueno, el mayor ya va, la pequeña el año próximo). Pese a que a veces, conociendo la opinión de algunos compañeros, me vengo un poco abajo, sigo confiando en el profesor de la pública porque estoy convencido de que, vocacional o profesional, su compromiso es, en la mayoría de los casos, indiscutible.
ResponderEliminarMis hijos fueron ambos a la pública y han acabado muy bien educados. También te digo que no hubiera sido Guzmán el Bueno: a alguno de los centros por los que pasé, no los habría llevado jamás, en general, por cosas de la zona (sitios de esos con más alumnado superconflictivo del razonable). Tengo un amigo del PSOE pero muy crítico con la LOGSE que, cuando tropieza con alguno de su partido que defiende a capa y espada los "logros" socialistas en la enseñanza, le pregunta a qué tipo de centro lleva a sus hijos. La mayoría le responden que a concertados: esto es lo que hay.
ResponderEliminarPor estas tierras, una parejita de IU que ya no están, si no me equivoco, en la política (tendré que contrastar esto porque la verdad es que me extraña) llevaban a los hijos a colegio de monjitas. De todas formas, quiero aclarar que respeto a quien decide llevar a sus hijos al colegio o instituto que mejor le parezca. Yo tengo mi opinión (y puedo contrastarla porque estudié en privado y público y he trabajado en privado y público) pero eso no significa que otros puedan discrepar. Y, como dices, hay factores que a veces condicionan la elección.
ResponderEliminarSiempre me ha parecido muy bien que cada cual eligiera la opción que le pareciese oportuna. En España hay una red pública y una red privada (que se divide en concertada de pago o privada de pago, no sé si me explico) y creo que cada cual puede elegir el centro que le plazca o le convenga. Privados o públicos coinciden en una cosa: de ambos los hay buenos y malos, aunque sería muy largo entrar en por qué son malos los privados malos y por qué son malos los públicos malos. También es jugosa esta cuestión: ¿cuánta mierda de la que hay en los públicos y se airea existe también en los privados pero estos señores son más lagartos y la ocultan? Cuidado con esto. Otra cuestión: ¿sabe todo el mundo que los centros concertados tienen muchos recursos válidos o indecentes para rebotar a los públicos los alumnos indeseables? ¿Sabe todo el mundo que una cosa así los centros públicos no la harían ni aunque pudieran? Cuidado también con esto. Señalado esto, solo me resta decir que está muy mal jugar con ventaja y luego tratar de aparentar que uno es el mejor (aunque no lo sea) y que respeto la libertad de elección, pero, al igual que tú, deploro la incoherencia: si usted es defensor e incluso responsable de la LOGSE, está obligado a predicar con el ejemplo y llevar a sus hijos a uno de esos centros que han sufrido la LOGSE con todas sus consecuencias: ¿no son tan buenos el buen rollito y la falta de rigor? De todos modos, mal estamos, pero la que se avecina es aún peor, porque está naciendo un nuevo pedagogismo (en este artículo hablo de ello) que de lejos peor que el que hasta ahora hemos padecido.
ResponderEliminar...claro que una cosa es que se pueda escoger y otra que a quien escoja un privado se lo paguemos todos. Nosotros llevamos al crío a un colegio público a unos quince minutos de donde vivimos. Hay uno privado justo al lado de casa, de monjas. Tienen un polideportivo que no he visto jamás en un centro público, ampliado recientemente. Por supuesto, está concertado. Creo que esto no es lógico. Por lo tanto, volvemos a estar de acuerdo, Pablo. También en que el defensor/responsable de la LOGSE debería predicar con el ejemplo. Un abrazo.
ResponderEliminarcomo diría Camarón: "¡Ay, como el aaaaaaaaaaaaaaagua!"
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