Como todos sabéis, el nacionalismo es un producto gravemente perjudicial para la salud de las naciones (de las de verdad) y su consumo produce intoxicaciones muy dañinas. A la vista de esto y dado que hoy pienso hablaros de tres asuntos que tienen que ver con el nacionalismo, voy a hacerlo dosificándolo en pequeñas píldoras.
Píldora primera: consulta catalana, diálogo y voluntad popular
Esta mañana, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría ha dicho en RTVE cosas como que no habrá consulta soberanista, porque es ilegal, o que Rajoy no se entrevistará con Artur Mas, a causa del maximalismo del presidente catalán, que, a juicio de Santamaría, le ha llevado a un callejón sin salida. La respuesta por parte del gobierno catalán ha venido por boca de Francesc Homs, que ha dicho que quien se mete en un callejón sin salida es el gobierno nacional. ¡Qué gran cómico del Paralelo se ha perdido Cataluña con este hombre, quién le mandaría meterse en política! Lo digo porque hay que ver la cara de chiste casposo que se le pone cada vez que dice una de esas cosas que no se cree ni él mismo, le convendría repasarse lo que piensa la ciudadanía acerca del modelo territorial. No le vendría mal tampoco hacerlo a Joan Tardá, quien parece estar persuadido de que su partidete es el depositario de la voluntad popular, cuando parece más bien que está cosechando las peras que produce el árbol de los errores ajenos. Que tenga humildad y eche un vistazo a lo que es y ha sido siempre ERC y verá que no da para mucho. Pescadores de río revuelto como el PSOE o el grupo Prisa también deberían medir muy bien su estrategia en este asunto, ya que, demasiado a menudo, por cargar contra el PP, parecen dar alas a Mas, lo cual puede acabar siendo muy perjudicial para todos, incluidos ellos mismos. La última: respuesta de la CUP a los empresarios alemanes que han mostrado su inquietud por la hipotética independencia de Cataluña: decir que a su formación se la trae floja. Esta aquilatada muestra de lenguaje político da idea de los mimbres de que está hecho el cesto del separatismo catalán.
Píldora segunda: ¿a quién permite el nazionalismo radical hablar en la universidad española?
Esta misma mañana, en la universidad de Santiago de Compostela, un grupo de energúmenos totalitarios ha reventado unas charlas que intentaba dar Baltasar Garzón llamándole fascista. Cosas veredes que farán fablar las piedras: llamar fascista a alguien como Garzón, que ha plantado cara a muy diversas formas del delito y del totalitarismo, y hacerlo por parte de una recua que, mientras lo hacía, estaba pisoteando la libertad de expresión. Para más inri, estos trogloditas parecían defender a un movimiento que es preclaro ejemplo de democracia: ETA. Cinismo e ignorancia: una buena muestra de lo que los últimos lustros de deseducación y confusión política están depositando en las calles y en la universidad. Y además, modos violentos y totalitarios. Ya no es la primera vez que sucesos así ensucian los foros de expresión de ideas que por definición deberían ser las universidades; sucedió, por ejemplo, con Rosa Díez o Fernando Savater. Preocupa que en la casa del saber y la cultura se impongan los modos y el tufillo de colectivos como ETA, los nacionalismos radicales o ultraizquierdismos violentos de desconocido y nada tranquilizador pelaje.
Píldora tercera: un nacionalismo de méritos injustamente infravalorados
Me refiero en este caso al nacionalismo canario, ese faro de cualidades democráticas que ilumina al mundo sin ocupar las portadas que merecería. El gobierno canario, presidido por Paulino Rivero, se propone someter a referéndum la decisión de hacer prospecciones petrolíferas en las proximidades de sus costas. ¡Cómo mola el referéndum, qué gran instrumento para expresar las voluntades de los pueblos oprimidos! La decisión de hacerlas no le correspondería legalmente a un gobierno autonómico y, en una época en la que las fuentes de energía y las prospecciones están bajo la lupa, hay que tener cuidado con esta iniciativa, por la siguiente razón: ¿está el señor Rivero a la caza de opciones de negocio a cualquier precio? Desde su partido, Coalición Canaria, al que algunos llaman Corrupción Canaria, en ocasiones ha mantenido posturas de corte nacionalista radical. Ahora bien, si queréis saber cómo se entiende el nacionalismo en CC, mirad una noticia que salió el domingo en "El País" titulada "Negocios bajo el volcán". Ahí se habla de Pedro de Armas, un miembro del Partido Nacionalista de Lanzarote (!), formación integrante de Coalición Canaria. Con sus 150.000 habitantes, Lanzarote tiene 200 imputados por corrupción, casi todos de estas formaciones, entre los cuales está el señor de Armas, dueño de 112 fincas, 9 barcos y 66 cuentas corrientes, ¡joder con el señor concejal nacionalista canario! La noticia es larga, pero deberíais leerla, porque no tiene desperdicio, es una buena muestra del pozo de porquería en que se ha convertido España. Y algunos te presentan sus robos como defensa de no sé qué nacionalidades.
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