Es cosa sabida que los sueldos de los políticos y otros sectores privilegiados han sido y son uno de los puntos más oscuros y perjudiciales de la larga era del pelotazo que hemos padecido en España y sus actuales nefastas consecuencias. La desmesura y el abuso que han imperado en este capítulo ponen muy en duda que este sea un país serio.
Ayer me llegó un vídeo en el que podemos ver cómo el diputado de UPyD Ramón Marco sacó a la luz este asunto en la Asamblea de Madrid el 14 de junio pasado. Las respuestas de los portavoces de los diferentes grupos son absolutamente esclarecedoras de hasta qué punto nuestros políticos se han convertido en una casta de parásitos que no están dispuestos a renunciar a sus privilegios. El vídeo es también muy elocuente acerca de la verdadera envergadura de este problema y del hecho de que constituye un enorme obstáculo para que empecemos a mejorar. Véanlo ustedes en este enlace, dura solo 7:36 minutos:
¿Qué les parece? Marco citando datos concretos y objetivos acerca del caos intolerable de los sueldos y prebendas y los portavoces respondiendo según este tenor:
-Libertad Martínez (IU), que llegó a cobrar 83.920 euros por ser portavoz de su partido en Arganda: elude la cuestión con agresividad y muestra unos modales arrabaleros y demagógicos.
-David Pérez (PP), que acumula una buena cantidad de cargos: elude la cuestión y tiene la osadía de defender al alcalde de Alcalá (100.000 euros). No se le cae la cara de vergüenza cuando habla de un mundo político de servicio, sacrificio y ejemplaridad.
-José Luis García Sánchez (PSOE). La estrella del grupo y otro buen acumulador de cargos. Sale al ataque con un tono y un lenguaje inadmisiblemente soeces. Habla de lo que sufren y trabajan los alcaldes y concejales, pero es tan torpe que hasta se ríe al decirlo (fijaos bien, minuto 6:22).
Si la unanimidad entre estos tres grupos políticos se ha conseguido cuando han tenido que salir a defender con fiereza unas retribuciones escandalosas, ¿qué futuro nos espera?
-David Pérez (PP), que acumula una buena cantidad de cargos: elude la cuestión y tiene la osadía de defender al alcalde de Alcalá (100.000 euros). No se le cae la cara de vergüenza cuando habla de un mundo político de servicio, sacrificio y ejemplaridad.
-José Luis García Sánchez (PSOE). La estrella del grupo y otro buen acumulador de cargos. Sale al ataque con un tono y un lenguaje inadmisiblemente soeces. Habla de lo que sufren y trabajan los alcaldes y concejales, pero es tan torpe que hasta se ríe al decirlo (fijaos bien, minuto 6:22).
Si la unanimidad entre estos tres grupos políticos se ha conseguido cuando han tenido que salir a defender con fiereza unas retribuciones escandalosas, ¿qué futuro nos espera?
Ya sabes que yo apuesto por intelectuales (los de verdad) para encargarse de la sociedad y no lo que consideramos ahora políticos. Lo triste es que a pesar de saber que nos roban por todos lados, gran parte del pueblo seguirá diciendo que los recortes de nuestros derechos están bien. La estrategia de desunión y envidia entre nosotros ha sido una paciente tarea de de estos "poderosos" que tanto miedo nos tienes cuando nos agrupamos y espabilamos como ayer junto a los mineros.
ResponderEliminarDesde hace mucho tiempo, en España se echa en falta la existencia de unos principios de esos que articulan un verdadero estado de derecho. Aquí se le da demasiada al cachondeo, la tapita, el dinero y el éxito (a cualquier precio). Así nos ha ido, porque, cuando vienen mal dadas como ahora, esas cosas ponen en evidencia su verdadero valor y el país que solo tenía eso se queda en pelota picada.
EliminarHola Guachimán:
ResponderEliminarEl desgobierno, el servirse con la cuchara grande sin que importen un comino las crisis (por venir o instaladas) y el cinismo con que se defienden las prebendas salen muy caros a los pueblos no sólo en términos de dinero sino de institucionalidad y legalidad.
Saludos desde el muy convulsionado México.
María Eugenia, no pueedo estar más de acuerdo contigo: si miras lo que le he respondido a Patricia, es prácticamente lo que aquí dices tú. Aquí somos muchos los que seguimos con interés lo que pasa en México, ese país grande y hermano (toma topicazos rancios, pero es que son ciertos, qué le vamos a hacer). Por tu parte, ya podrás ver que, en materia de convulsión, en todas partes cuecen habas. Un saludo.
EliminarEl vídeo que enlazas lo ví hace unos días, y me quedé atónita. Con semejante gente no me extrañan actitudes como la de Andrea Fabra, la hija del Gran Padrino de Castellón, gritando ¡que se jodan! cuando se recortan las prestaciones por desempleo. ¿Que trabajo ha tenido esa señora antes de ser representante del pueblo soberano del que se burla de manera tan soez? Ahora su trabajo es el insulto y cobrar un sueldo escandaloso por ello.
ResponderEliminarNo sigo que no quiero perder las formas, todo es demasiado bajo, rastrero e indigno.
Acabo de echarle un vistazo al vídeo, porque aún no había tenido ocasión de verlo. Aunque, como ella asegura ahora, su frase no fuera contra los parados -cosa que yo no me creo-, una salida así la deja en pésimo lugar: ¿qué palabras son esas en unas cortes y con lo que se estaba dirimiendo? Esta chica no añade gloria a la profesión de diputado, aunque, por supuesto, está ahí por ser la hija del impresentable de su padre, porque el caciquismo reina en España, por la aberración de las listas cerradas, por el también caciquil funcionamiento de los partidos...: mucho me extrañaría que poseyera otros méritos. Pero esto, a fin de cuentas, es un comportamiento individual: ¿qué me dices del comportamiento colectivo del PP, aplaudiendo en pie a Rajoy mientras contaba cómo iba a machacar al país? Lo de esta gente es inenarrable.
EliminarLo de la Andrea Fabra esta me hace pensar en lo que tú sueles decir acerca de que lo que tenemos hoy es una especie de alternancia decimonónica, y también en algo que sostienen muchos: que las comunidades autónomas son la versión actual del caciquismo, ahí están Fabra, Baltar y muchos otros para no dejarme mentir.
Querido Pablo y demás compañía, apenas tengo tiempo de rascarme, de modo que casi no enchufo el ordenador; pero el vídeo aquí colgado me obliga a hablar: ¡Qué hijos de la gran puta! Que tan descarado clasismo lo defiendan los carcas de siempre, poco puede sorprenderme, pero que forme parte descaradamente del ideario y las actitudes de la "izquierda", da una idea fiel del pudrimiento a que hemos llegado. ¿Cómo se les permite a estos animales salir a la calle sin bozal?
ResponderEliminarUn abrazo.
Raus
Hola, Antonio. Hace nada, me pasaba una amiga un vídeo de José Luis Sampedro en una entreviata que le habían hecho en la Sexta. Tratándose de él, ya puedes imaginarte que no hubo una sola palabra de desperdicio. Aquí tenéis el enlace:
ResponderEliminarhttps://mail.google.com/mail/?tab=wm#inbox/1388c15232e436f7
De entre las muchas cosas interesantes que dice, destaco dos:
-Primera: que las clases privilegiadas de hoy están utilizando preferentemente el miedo como arma de control de la sociedad.
-Segunda: que para arreglar esto solo hay un camino: quitarles el poder.
Conclusión: o nos quitamos el miedo de encima y planteamos una contestación contundente, o nos van a pisotear por los siglos de los siglos. Un abrazo.
Ésa es la clave, Pablo: perder el miedo. Los que ya han perdido casi todo, no les costará perder también el miedo. En cuanto pueda, miraré el enlace. Estamos permitiendo que los políticos obren con total libertad e impunidad. Los convenios colectivos son para respetarlos, no para romperlos cuando a una de las partes le dé la gana. Es un atropello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Raus.
Un atropello, Antonio, pero de los grandes. Por ahí circula el término 23-Financiero y yo no lo considero exagerado: lo que ha habido aquí desde el 10 de mayo de 2010 ha sido un 23-F, un auténtico golpe de estado sin tanques en la calle, a base de decisiones políticas despóticas. Ya desde mucho antes, la famosa e inexistente voluntad popular y su hermana, la también inexistente soberanía popular, habían sido secuestradas por una clase política corrupta que llevaba años preocupándose no de otra cosa que de forrarse y favorecer a los sectores económicos a los que estaba vendida, de ahí el desastre actual, la corrupción generalizada en la política y hasta en sectores sociales, la especulación inmobiliaria, las obras públicas faraónicas e innecesarias, los disparates ecológicos y esas cosas, pero también el empobrecimiento educativo y cultural y el embrutecimiento de una población a cuyos gobernantes no les importaba si convivían como personas o andaban a su aire como borricos en descampado. No dejaré de decir una cosa: aquí lo que necesitamos es una refundación democrática y ciudadana, con cambios profundísimos y con el horizonte de una verdadera democracia, pero ¿quién lidera una cosa así?
ResponderEliminarEn efecto, Pablo, nos hace falta una especie de Gandhi. Alguien con carisma y, lo más importante, con inteligencia y honradez suficientes como para llevar todo esto a buen puerto. Es hora de los grandes hombres (de mierdecillas ya estamos saturados), pero me temo que no es ésta no es época de épicas. El gato se nos queda sin cascabel.
ResponderEliminarRaus
Pues te diría que ¡Miau!, pero la verdad es que está el horno para pocas bromas.
ResponderEliminarPese a que la época no acompaña, creo que siempre hay gente valiosa que podría gobernar este charco de ranas. Por ejemplo, tú mismo, Pablo; y sabes que lo digo totalmente en serio. Pero pasa que las circunstancias no siempre son propicias para quienes sí podrían hacer algo bueno por esta sociedad sin norte. Y no me refiero sólo a España. Todo el mundo occidental precisa de una revolución en el pensamiento político que evite tanto la amenaza del igualitarismo y la corrección política (la demagogia actual) como los zarpazos del capitalismo "especulativo". Es un reto de extremada dificultad, pues la tentación de halagar al pueblo con dádivas envenenadas y falsas promesas es enorme en un sistema cuyos políticos compiten por alcanzar el poder, y una población estúpida, narcisista y hedonista hasta la tonsura, ávida de que le regalen el oído. El deseo de bienestar material, de consumir desaforadamente (capitalismo) también es difícil de combatir, pues va inscrito en nuestros genes de serie. En fin, izquierda igualitarista y capitalismo especulativo están enredados de tal forma que se alimentan el uno al otro.
ResponderEliminarRaus
Gracias por el piropo, Antonio, yo también tengo una gran admiración hacia tu valía. Naturalmente, no soy una persona que reúna las condiciones para gobernar, pero hace ya tiempo que busco un buen barco en el que subirme para echar una mano: eso sí que me gustaría, un buen barco. Los barcos para gente como nosotros están construidos, serían barcos como el PSOE o IU o sindicatos como CCOO, UGT, o, en mi caso ANPE o incluso CSIF. El gran problema es que, aquí, los barcos de ese tipo han sido invadidos por la corrupción o males como la corrección política o esos tópicos vacíos y perniciosos del progresismo de los que tanto hemos hablado tú y yo. Luego está UPyD, que sigue teniendo algunas acciones y propuestas muy interesantes, pero luego, si te metes dentro, la cosa cambia mucho, yo he estado y puedo asegurártelo. De cualquier forma, queda al menos la opción de ejercer como ciudadanos, pensar libremente y no dejarse atrapar por ese caramelito del materialismo que tan acertadamente señalas, con el que, a muy bajo precio, el poder nos tiene comprados. A lo mejor tenemos que empezar a hacernos a la idea de que hay que empezar a renunciar a algunas cosas.
ResponderEliminarGracias a ti, Pablo. Pienso como tú. Yo creo que hoy el partido más interesante es Upeydé. Veo que hace y dice cosas que son impensables en los otros, pero lo cierto es que yo ya no me fío de nadie. Creo que son palabras y gestos de cara a la galería. Lamento haber llegado a este punto de escepticismo. Casi no me creo ya nada. Está, por lo demás, lo que tú mismo dices de Upeydé, que ya los conoces algo por dentro. Por supuesto, queda la resistencia personal a todos esos caramelos envenenados propios de la sociedad híper-materialista. De todo esto ya hemos hablado mucho. A mí me parece que toda la podredumbre moral e intelectual que nos rodea desde hace mucho está en el origen de lo que ahora nos ocurre en la parte económica. Cuando falta la vergüenza, el respeto básico al otro, la decencia y la honradez, cuando ya no nos escandalizamos de nada, llega el momento de la factura, y nunca mejor dicho. La época del pelotazo (que algunos, zafiamente, llaman cultura) es el resultado de la mentalidad del todo vale. No tenemos nada que no nos merezcamos. En fin, ya seguiremos.
ResponderEliminarAntonio (o Raus, para no confundir a nadie).
Nuestro común amigo Maximiliano también deplora el materialismo y llega a conclusiones parecidas a las que estamos manejando. Está claro que estamos en una "cultura" del becerro de oro: si ese es el máximo "ideal" de una sociedad, ¿qué puede esperarse? Pues lo que hemos tenido: que la gentuza sin escrúpulos se ha arrimado a donde podía pillar más y mejor y ha barrido. Lo del respeto básico al otro, aquí nop es que se fomente, y en cuanto a las palabras vergüenza, decencia y honradez, hemos pasado una larga etapa en que mencionarlas podía llevarte a resultados tales como que te llamaran facha o se carcajearan de ti. Al lado de esto, ¿cuántas veces has oído tú calificar de listo a un ladrón, a un corrupto, a un aprovechado o a un timador? Yo, decenas. Hay que reconocer que un país que llama listos a los sinvergüenzas puede esperarse finales como el que hemos tenido. ¿Cuántos pueblos han votado a personajes o partidos con propuestas inmorales porque "traían riqueza"? Un montón, desde la Marbella de Gil hasta el pueblo ese del cultivo de marihuana, pasando por montones de pueblos que aprobaron proyectos urbanísticos que asesinaban el medio ambiente sin pestañear. Y hablo de proyectos que recibían el respaldo general de la población, no los que se han hecho en plan déspota o a escondidas. Así nos va.
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