La igualdad entre todos los seres humanos es un factor esencial de la civilización y esto es un principio tan indiscutible que ni siquiera es necesario que una autoridad en derecho como yo se ponga ahora a razonarlo. De entre las odiosas discriminaciones que siguen azotando al mundo, hay una que, lamentablemente, está muy bien aferrada a todo lo largo y ancho de él: la discriminación por razones de sexo, que nos ofrece realizaciones concretas tan brutales como la africana ablación del clítoris, el burka afgano o la universal violencia de género. En estos días, los medios de comunicación están dando cuenta de algunas noticias aberrantes en este terreno.
-En Israel, en una pequeña localidad llamada Beit Shemesh, un reducido grupo de esos ultraortodoxos tan fanáticos como hiperáctivos de que disfrutan en aquel país tiene acorralados al resto de sus conciudadanos, a los que se empeñan en impedir cosas como que las mujeres lleven ropas que dejen al aire las rodillas o que hombres y mujeres circulen por la misma acera. Con su habitual gentileza, estos fulanos llegan a actos como escupir a niñas que no visten a su gusto. Tienen soliviantado a todo el país.
-En Egipto, los militares han estado haciendo pruebas de virginidad a las mujeres que habían participado en manifestaciones. El episodio ha sido bastante repugnante y, para colmo, salió por ahí un general que lo justificó diciéndole a un peridista: "Esas mujeres no son como su hija o la mía, sino muchachas que han compartido tienda de campaña con manifestantes varones". Y no olvidemos que lo de Egipto tiene más recovecos, pues hace unos meses fueron los manifestantes quienes violaron a una periodista de la CBS: mal camino para hacer una revolución.
-En Irán, país sobre el que todavía gravita la posibilidad de una ley que ampararía la poligamia, nos llegan recientemente nuevas noticias sobre Sakineh Mohammadi Ashtiani, cuyo calvario se está eternizando cual maldición divina. Lo último sobre este asunto es que sus piadosos enjuiciadores se están planteando no ejecutarla mediante lapidación, sino mediante ahorcamiento. Recordemos que está acusada de adulterio y de complicidad en el asesinato de su marido, pero que el hombre con el que llevó a cabo ambos hechos hace ya tiempo que está libre.
-De todos modos, de estos males no se libra nadie, y así, hoy los medios nos informan de que, en las academias militares de Estados Unidos, un 9% de las mujeres sufren acoso sexual y en el curso 2010 - 2011 ha habido 65 demandas de abusos sexuales, la mayoría, violaciones a mujeres.
Vemos, pues, que los abusos y la discriminación contra las mujeres no son cosa privativa del fanatismo religioso, aunque no cabe duda de que los países o los grupos donde tal postura predomina tienen más garantizada su permanencia en el fondo de la caverna oscurantista, ya que en ellos las conductas contra la mujer no solo están más extendidas, sino que lo están precisamente porque sus presupuestos ideológicos las toleran o las predican. Mucho tendrán que cambiar en este terreno ciertas religiones, ciertas ideologías y ciertos regímenes para poder presumir de civilizados, pero, a los que estamos alejados de ellos, también nos conviene estar atentos contra el abuso y la discriminación.
Es terrible; además no hay que mirar tan lejos; aquí mismo tenemos las ¿59? víctimas de este 2011 que termina. Es algo incomprensible y vergonzoso.
ResponderEliminarEstá claro que sobran unos cuantos cavernícolas. A ver si este año que entra nos trae más razón y más bondad.
Te deseo un muy feliz 2012, Guachimán.
Desde luego, como toda violencia y abuso, como todo oscurantismo estos hechos son indignantes, además de incomprensibles y vergonzosos. Y si nos fijamos en lo de incomprensibles, Lola, no sé si recordarás una encuesta que salió hace apenas un par de semanas acerca de las opiniones de nuestros jóvenes en torno a las relaciones de pareja, aquella que daba cosas como que tanto chicos como chicas veían bien los celos o fiscalizar el registro de llamadas de la pareja. Desde luego, resultados así en 2011 no dejan de sorprender. Que tengas tú también un 2012 muy feliz.
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