Terminaron pocas horas ha las elecciones autonómicas de Extremadura y los resultados no han hecho más que confirmar lo que los barruntos y las encuestas vaticinaban: el PP ha gando de calle, el PSOE ha recibido un severo correctivo y la podemia y Vox han experimentado una subida, cuantiosa en el caso de los de Abascal. Después de felicitar a María Guardiola y su partido por su rotunda victoria, a la que el hecho de no haber alcanzado la mayoría absoluta no resta méritos, paso a facilitaros los resultados, que esta vez he obtenido del diario "El País". Todas las cifras que vayan entre paréntesis serán las registradas en el correspondiente concepto en las elecciones extremeñas de 2023.
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Partido y escaños |
Votos |
Porcentajes |
Diferencia de votos |
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PP - 29 (28) |
228.300 (236.235) |
43’18 % (38’84 %) |
-7.935 |
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PSOE - 18 (28) |
136.017 (242. 659) |
25’72% (39’9 %) |
-106.678 |
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Vox -11 (5) |
89.360 (49.400) |
16’9% (8’12 %) |
+39.960 |
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Podemia – 7 (4) |
54.189 (36.379) |
10’25% (5’98 %) |
+17.810 |
Se han emitido 539.251 votos y la abstención ha sido de un 37'26%, casi 10 puntos mayor que la registrada en la consulta de 2023, en la que los votos fueron 623.731, es decir, 84.480 más, que no son pocos, si se tiene en cuenta que el censo electoral extremeño oscila en torno a los 880.000 votantes. Vayan por delante dos obviedades que firmaría el mismísimo Pero Grullo: que el PP debe gobernar en Extremadura y que el descalabro del PSOE se expande a esta formación en el conjunto nacional y alcanza de lleno a Pedro Sánchez.
En cuanto a los detalles, el primero que debemos valorar es la importante abstención y la considerable disminución de votantes con respecto a 2023 que arrastra, que es más o menos de un diez por ciento del censo. Un fenómeno así debe explicarse principalmente como cansancio del electorado, cosa de la que los partidos tienen la inexcusable obligación de estudiar las causas. Sin duda, una de ellas es la cercanía de las anteriores elecciones, pero tendrá que haber otras que sean responsabilidad de los políticos y, por su bien, deberían analizarlas y corregirlas. Para el PSOE la cosa no puede ser más sencilla: mucho tendrán que ver en esa abstención sus culebrones de los últimos tiempos, pero entraré en esto más adelante. ¿Qué pasa con el PP? Parece también bastante claro, porque en las elecciones las cifras no engañan, y, viéndolas, les están gritando a los peperos que no han ganado ellos, que no enamoran, porque, a pesar de la problemática situación extremeña de hoy, han sacado menos votos que en 2023 y su victoria es en realidad una derrota brutal que su adversario, el PSOE, se ha trabajado con esmero. Que no se duerma María Guardiola, porque estos resultados le están diciendo que no es que lo esté haciendo de maravilla. Estas mismas cifras, por contra, deberían llevar al optimismo a Vox y Unidas por Extremadura, aunque creo que hay matices distintos. La formación izquierdista debe sin discusión congratularse de su ascenso en votos y en escaños, pero no puede ignorar una obviedad: que, al ser el partido minoritario de la izquierda, se ha tenido que beneficiar del hundimiento del PSOE, y es el caso que, de la hemorragia de votos que este ha sufrido, el ascenso morado no representa ni el 17%, luego, si con unas condiciones tan favorables su pesca ha sido tan mediocre, lo mínimo que se podría decir es que la ultraizquierda extremeña tiene un techo más bien bajito. Caso distinto es el de Vox, que casi duplica los votos obtenidos en 2023, y lo hace frente a una formación rival que está gobernando y no hace agua como el PSOE. Vox tiene motivos para creer que tiene mucho que ver en el estancamiento del PP, pero ¿debe de esto deducir que puede venirse arriba y apretarle las tuercas a María Guardiola a partir de mañana? ¡Qué gran satisfacción le daría esto a Pedro Sánchez! Repito lo que he dicho antes: el PP debería gobernar en Extremadura. Pero tendrá que hacerlo con el apoyo de Vox, lo que obliga a ambos a llegar a acuerdos. Si no lo hacen y caen en maximalismos que bloqueen a Extremadura, aparte de perjudicar a los extremeños, lo pagarán políticamente, y que tenga claro Vox que el palo más fuerte se lo llevarán ellos, porque en estas situaciones la ciudadanía siempre percibe que la parte minoritaria se ha dedicado a obstruir y chantajear.
Terminaré hablando de los fenómenos paranormales que dan título a este artículo: después del escándalo de David Sánchez y toda la porquería que está sacando a la luz, de las canalladas de Gallardo para agenciarse un aforamiento, de que a Pedro Sánchez le haya importado tan poco el PSOE extremeño que haya sido capaz de enviarlo al matadero poniendo como cabeza de lista a un imputado o de que se sigan haciendo auténticas gorrinadas con el puesto que se cocinó para el hermanísimo, ¡¡¡aún quedan en Extremadura 136.017 personas que han votado al PSOE!!! ¡¡¡Y con ese gallardo señor como cabeza de lista!!! No pueden ser de esta realidad, tienen que venir del más allá, de otra dimensión o de mundos muy lejanos. Los ovnis existen, y también las metarrealidades, está claro, una razón más para que el PP y Vox no se duerman, porque parece que el mundo de lo oculto se inclina a favor de Pedro Sánchez.
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