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martes, 31 de octubre de 2023

Ramoncín nos explica lo que es la monarquía

     ¿Monaquía o república? Es este uno de los grandes debates a los que desde hace siglos hacen frente las naciones, la política y disciplinas tan respetables como la historia, el derecho o la sociología. Y sin duda, como en todos los asuntos de profundo calado para el progreso de la humanidad, el dictamen de esas personas que por su ejecutoria y su sabiduría la han enriquecido e iluminado debe ser tenido particularmente en cuenta: si un sabio se decanta por una u otra de estas opciones, buena será su decisión para tomarla como ejemplo. Para quien ande necesitado de  ello, hoy se ha pronunciado el famoso cantante de rock, actor, escritor y presentador español conocido como Ramoncín. Veamos su sentencia:

DE LO QUE RAMONCÍN DISPUSO SOBRE LA MONARQUÍA

    Dejándonos ya de ironías, me parece lógicamente muy respetable lo que cada cual piense sobre la monarquía o la república, pero sucede que, cuando uno lo expresa en un medio de comunicación de gran cobertura, pasa de ser opinión a ser propuesta, con lo que queda expuesto a la aprobación, la matización, el rechazo o la crítica. En el caso de estas palabras de Ramoncín, creo que se hacen muy merecedoras de esta última, y por múltiples razones. En primer lugar está la frivolidad. Las memeces que nos asesta Ramoncín vienen motivadas por la inminente jura de la Constitución por parte de la princesa Leonor, un evento ya de por sí muy importante para ella y para el país. Ya solo por eso, se merecería un trato más serio que el que se le da en el corte que os he enlazado: entre risas y para alumbrar unas paridas cuñaderas que producen vergüenza ajena, pero es que además el momento que atraviesa España está para pocos chistes con la forma de Estado. Solo alguien muy descerebrado, muy ignorante o muy malintencionado (este paquete estaría en segundo lugar) podría permitirse una actuación como esta engendrada por La Sexta. En tercer lugar, están la demagogia y el cinismo, la primera, porque los topicazos de igualitarismo barato que nos empaqueta Ramoncín son pobres, resobados y de una antigüedad de dos siglos o más, y el segundo, porque, encima, este señor se adorna comenzando su intervención arremetiendo contra la demagogia de no se sabe quién, pero además y sobre todo porque nos dice: "Yo estoy muy preocupado por las chicas que cumplen dieciocho años...": ¡no, hombre, no, Ramoncín, eso no cuela! A los que te conocemos desde que empezaste a hacerte famoso no nos la vas a dar, porque sabemos la clase de personaje que eres y cuál es tu única preocupación: tu santo trasero, así que eso de que estás preocupado por no sé quién no nos lo cuentes. En cuarto lugar está la pobreza dialéctica: lo que dice Ramoncín para descalificar la monarquía es de una vaciedad y una ignorancia que solo merecen un comentario: infórmese usted un poco, señor, lea algo, no tenga la desvergüenza de pontificar con un nivel tan sonrojantemente bajo de concimiento y razonamiento. 

    Dejo para el final la quinta razón, a mi juicio, la más poderosa: la inhabilitación personal. ¿Quién es Ramoncín para ponerse estupendo y dar lecciones de moral y de teoría política? ¿Podría Bernard Madoff dar lecciones de honradez? ¿Podrían Hitler, Stalin, Mao, Pol Pot o Franco dar lecciones de humanitaria piedad? ¿Podría el tonto del pueblo impartir cursos de metafísica o de química molecular? Entonces, ¿cómo se atreve este señor a pontificar sobre sistemas políticos? ¿Qué formación tiene, qué talentos, qué currículum? Este caballero no sabe nada de nada que no sea buscarse su puestecito al sol. ¡Qué decir de la ética! Los que le recordamos de sus comienzos, con aquellas actuaciones que eran batallas de escupitajos con su selecto público o con sus declaraciones jactándose de haber estado en la cárcel, nos escandalizamos al verle ahora reconvertido en censor de la moral política y pública. ¿Quién es este señor para desempeñar estos papeles? El menos indicado, y voy a dejar un pequeño documento que así lo demuestra. Hoy la princesa Leonor, una joven en muchos aspectos ejemplar, está a punto de dar un importante paso en su vida. Tiene dieciocho años, esos dieciocho años con los que hemos visto a Ramoncín ponerse estupendo y campanudo. ¿Queréis verlo a él con unos poquitos más, unos veintitrés, si no me equivoco? Bueno, aunque sean veintidós, o veinte, o incluso los mentados dieciocho:



    ¿A quién le confiaríais vuestros hijos o le compraríais un coche usado, a este farsante o a Leonor? Este sujeto es el que ahora quiere darnos lecciones acerca de moral y de política. Él y la cadena para la que trabaja, que son tal para cual.   

    

4 comentarios:

  1. Aquí en Catetonia Triompfant es muy popular, o al menos así nos lo quieren presentar. Aparece a menudo, por un módico precio y dietas, como tertuliano- ¡Qué boda sin la tía Juana!- en TV3 y el resto de televisiones comarcales filoseparatistas; todas ellas. Suele acompañarle otro madrileño ejemplar; de progresista comprensivo con las sevicias separatistas, Ramón Cotarelo. Tal para cual. Yo creo que a gente de esta lo que les joroba es pasearse por el Retiro, la Cuesta de Moyano o el barrio de las letras viendo las estatuas de Baroja, Unamuno, Valle... ¿Cómo puede ser que esos carcamales reaccionarios y españolistas escribiesen tan bien y nosotros... En fin, igual me equivoco y les vino un aire del Guadarrama o de Gredos que les congeló el cerebro, aunque yo creo que ya lo traían tarado de serie...

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  2. Lo de Ramoncín tiene una explicación muy fácil: es un tipo de una vulgaridad aplastante que encontró un camino hacia el dinero y la fama en la época de la movida, favorable a todo tipo de manifestaciones artísticas de sello callejero, canalla, marginal, antiautoritario, ácrata o cosas así. Eso está muy bien como cultura popular y hasta puede resultar divertido, pero es solo eso: diversión, espectáculo. ¿Qué le pasó a él? Que, cuando ese estilo y su música pasaron de moda, se dio cuenta de que era exactamente un perfecto inútil y se tuvo que buscar la vida, y dando tumbos en programillas basura ha aterrizado en una cadena basura, La Sexta, que le ríe las gracias y le saca partido a su mentalidad barriobajera de miras alicortas. Pero él se cree un tío listísimo y un gran referente cultural. Su perfil y el de Almodóvar no difieren mucho.

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  3. Al lado de Almodóvar, Ramóncín es Paul Valéry....

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  4. Poco aprecio le tienes a Almodóvar (yo tampoco le tengo mucho, gracias a truños como "Todo sobre mi madre" o "Hable con ella", entre otras cosas), porque Ramoncín no es que sea el colmo del talento.

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