Si no me lo dice el telediario de las tres, ni me acuerdo: hace veinte años que se suprimió el servicio militar obligatorio, o sea, la mili. La noticia del aniversario se ilustraba con este reportaje, que no hubiera desentonado en un telediario de los años sesenta:
20 AÑOS SIN MILI: ¡LO QUE OS HABÉIS PERDIDO LOS QUE NO LA HICISTEIS!
Ni una palabra crítica, ni una mención a las sombras que tuvo la mili, a las oscuras de verdad, que las tuvo, muchas y mucho más negras que eso que se menciona en el reportaje de que te suponía un paréntesis de un año en tu vida personal. ¿Qué hay de los abusos? ¿Qué hay de las arbitrariedades? ¿Qué hay de las humillaciones? ¿Qué hay de los regímenes de terror que imponían algunos mandos desquiciados en sus compañías? ¿O de los que en otras establecían bajo cuerda algunos grupitos de degenerados? Porque los compis, los mitificados compis de la mili, no siempre eran angelicales o unos tíos simpatiquísimos, os lo digo yo, que algo sé de esto. ¿Y qué hay, sobre todo, de los muchos jóvenes que sufrieron graves accidentes, se volvieron locos o perdieron la vida haciendo el servicio militar, es decir, la simpática mili? No olvidemos el pequeño detalle de que se iba por obligación, y cuando a uno le obligan a ir a un sitio lo menos que se puede pedir es que lo devuelvan a su casa sano y salvo: con un buen puñado de los que hicieron la mili, no fue así.
Hace unas horas, viendo el reportaje, no daba crédito: cualquiera hubiera sacado la idea de que aquello fue Disneylandia, pero me temo que no todos los que pasamos por la mili tenemos la misma visión; es más, puedo asegurar que, al menos cuando yo la hice, la imagen que tenía en la sociedad era más bien negativa. Hace veinte, treinta o cuarenta años, ningún informativo se hubiera permitido un reportaje tan almibarado sobre la mili: ¿qué está pasando con los medios de comunicación de hoy?
Decía antes que sé de qué hablo cuando hablo de la mili, y lo decía no solo porque la hice, sino porque en 2009 publiqué una novela titulada La república mejor, en la que me propuse dejar un testimonio de lo que fueron esos puntos negros que tuvo. Encontrarías montones de personas para las que la mili fue un calvario y fueron miles los jóvenes que perdieron la vida en ella. Datos relevantes: en 1988 murieron 185 jóvenes en nuestros cuarteles, de los que 24 se suicidaron. Durante los cinco años que pasé escribiendo La república mejor, examiné mucha información sobre casos trágicos; para la redacción final, me basé en la obtenida de los más espeluznantes, que os aseguro que lo eran: reviso el listado y compruebo que está constituido por 87 historias.
Ninguna editorial me quiso publicar la novela, así que la publiqué yo mismo, porque era una historia que no se podía quedar sin contar, no fuera a darse el caso de que años después los telediarios se descolgasen inventando fábulas. Hay bastante información sobre ella en la columna de la derecha de este blog y, además, todavía me quedan algunos ejemplares. Si a alguno le interesa, la puede obtener por 7'50 euros por correo ordinario y 11'00 por correo certificado: ya veis que no es por dinero, porque en esa cantidad, que es el precio final, hay más gasto por el envío que por el libro. Si os decidís, mandadme un correo para que os informe a esta dirección: repmejor@gmail.com. Saludos para todos.
Pues pasa que no hay dinero para mantener un ejército profesional operativo y hay que reimplantarla, por lo que ya van preparando al personal. Espero que de ser así, no sea sólo una obligación masculina. Quizá ello conllevaría otro proceder con la tropa....
ResponderEliminarEl propio Federico Trillo, que fue quien en su día comunicó a la nación la supresión (o suspensión, según dicen algunos) de la "mili" dijo hace no mucho que sería un disparate su reimplantación. No puedo estar más de acuerdo con él, que, como ministro de Defensa que fue, debe de saber bastante acerca de la cuestión. Me inclino a pensar incluso que no serviría para resolver ninguno de los problemas operativos o económicos del ejército actual, sino tal vez incluso para agravarlos. En medios de comunicación, en reportajes o incluso en charlas que presencié personalmente cuando estaba en la "mili", fueron muchas las veces que oí a militares quejarse de que era un despilfarro que no servía para nada. En cuanto al trato con la tropa, desde la profesionalización ha mejorado bastante, entre otras cosas, porque el soldado profesional, asume que se ha buscado un trabajo en el que hay una jerarquización y una disciplina militares, pero, aun así, aún siguen saliendo cosas, mira esto:
Eliminarhttps://elpais.com/espana/2020-08-27/procesados-cuatro-mandos-y-cuatro-legionarios-por-encubrir-la-muerte-de-un-soldado.html
Casos iguales tengo yo en mis notas. O esto otro:
https://papabloblog.blogspot.com/2015/03/no-es-solo-zaida-cantera.html
No dudo de ello, ahora bien, podremos con un ejército profesional como el que hay, escaso y con tropa de escasa lealtad nacional, sostener el conflicto armado al que vamos con Marruecos en un futuro no muy lejano? La OTAN se inhibirá....
ResponderEliminarUn conflicto armado sería una situación muy distinta que obligaría a medidas adecuadas al momento. En todo caso, te lo digo en serio: mientras la "mili" existió, la opinión generalizada era que operativamente aquel ejército no valía para nada, si se exceptuaban algunas unidades de élite, que son las que hoy están funcionando y con personal profesional, o sea, mejor. En cuanto a la lealtad, un ejército de leva tampoco la garantiza. Imagínate a un puñado de podemitas o separatistas en esa situación.
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