Lo que está sucediendo hoy en España en lo referido al respeto a las leyes es un despropósito difícil de superar, de tales dimensiones que ya empieza a ser dudoso que nos encontremos en un estado de derecho. En estos, es indiscutible que las leyes las hacen los Parlamentos y la justicia la administran los tribunales, pero en la España de hoy da la impresión de que la justicia anda un poco arrastrada por las calles, y cualquiera que tenga el poder de convocatoria o la desvergüenza suficiente puede echarle m_ _ _ _ _ a manotadas bajo dos modalidades que están teniendo mucho éxito: la algarada o la pancarta. Dejo aquí dos ejemplos de estas de parecido muy grande en una cosa: la defensa de indeseables que han atentado gravemente contra la convivencia:
¡Vivan los golpistas!
¡Vivan las manadas!
¿Alguien puede hacer algo?
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