Ayer, leyendo el ABC (autopenitencia que os recomiendo, porque te hace crecer mucho como persona), me encontré con que este diario le tiene tal fobia a Pablo Iglesias que, con tal de hacerle de menos, era capaz de insertar una noticia con este titular:
Curiosamente, hoy, leyendo "El País", me encuentro con una noticia en primera página que hace referencia al mismo episodio y que enlaza con esta profundización en el Huffington Post:
En ambas noticias se inserta el mismo brevísimo vídeo, este que os reproduzco aquí:
Si miráis bien la escena, el señor Tsipras no solo se permite la grosería de ignorar a Pablo Iglesias, sino que un segundo antes le hace exactamente lo mismo a una mujer que viste de blanco y que se ha dirigido a él tan afectuosamente como Iglesias: pasa de largo y la deja con la mano en el aire, pero ¿creéis que es solo esto? Ni mucho menos. Fijaos en una mujer rubia, con gafas y un vestido negro que hay en el fondo de la imagen. Resulta que ayer, cuando por la noche leí la noticia de ABC, lo hice después de haber visto una noticia con esta misma escena en la televisión. La toma televisiva empezaba en un momento anterior y ahí se veía cómo esa mujer bajaba de un estrado con gesto muy alegre y se dirigía inequívoca y amistosamente hacia Tsipras, el cual la ignoraba de una forma tan ostensible que resultaba ofensiva y la dejaba plantada con los brazos abiertos. Bastante confusa, la mujer agacha la cabeza y vuelve al estrado, donde se repone y, demostrando que ella si debe de ser una persona educada, mira sonriente hacia Tsipras, a quien está claro que Zeus y compañía no han llamado por la senda de los buenos modales (tal vez porque ellos tampoco solían transitarla), pues, en solo unos segundos, asesta a tres personas una solemne bofetada de olímpico desdén, por utilizar una expresión muy apropiada al caso, aunque esté ya algo caída en desuso.
Si por la mañana me sorprendió la grosería de este individuo, por la noche me sorprendió que ABC la ignorara y focalizase su titular sobre el hecho de que Iglesias quedase rebajado y me ha vuelto a sorprender hoy que "El País" incurriera en el mismo desequilibrio informativo. ¡No, hombre, no!, estoy de broma: no me ha sorprendido en absoluto: está claro que estos dos medios, voces ambos de un amo al que desagradan en profundidad Podemos y Pablo Iglesias, actuaban una vez más siguiendo el guión de quitarle lustre a este señor tanto si lo merece como si no, y esta vez lo han hecho desenfocando el titular de la noticia, la cual, sinceramente, creo que está mejor interpretada con el que le da vuestro amigo el guachimán. Resulta curioso lo de la casta y sus medios: con tal de ridiculizar a un adversario, son capaces de hacer la vista gorda con un feísimo gesto de Tsipras, incluso ahora, que cada vez nos parece más claro a todos que, por mucho que los griegos hayan sufrido los desmanes del FMI y demás y por mucho que hayan apoyado a su primer ministro, ellos también han cometido abusos intolerables y su líder se está destapando como un trilero. No se puede ser tan arbitrario a la hora de informar, pero me temo que, de aquí a noviembre, nos vamos a tragar muchos sapos y que más de uno va a ser mucho más gordo que este. Y en cuanto a Tsipras, me deja perplejo que se ejercite en la soberbia, cuando no es más que la cabeza de un ratón abrumado de problemas y con el prestigio por los suelos (el ratón, y también su cabeza): parece no darse cuenta de que, si está en el centro de la atención, no es precisamente ni por sus méritos ni por los del país del que es primer ciudadano.
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