Por gentileza de ABC, puedo ofreceros una imagen muy elocuente de la transformación que han sufrido las aulas en la nueva propuesta educativa de los jesuitas de la que os hablaba hace unos días:
Pero ocioso es decir que las aulas no son salas de descanso, sino de trabajo, además de que esas coloristas zonas del gigante informático están concebidas para que los trabajadores, señores adultos y responsables de su actividad que se arriesgan a ser despedidos si no la cumplen, vayan allí, se relajen y luego vuelvan a sus trabajos, que, por lo que se dice, en Google no son livianos. Eso de la primera foto no parece un aula ni una zona adecuada para trabajar; esos niños que aprecen en la imagen están contentos y felices, pero, francamente, yo no los veo en disposición de aprender nada. Sigo desconfiando de esta propuesta, y mucho. Pero, insisto: recuerda un montón a los simpáticos EVALUparties de María Acaso y tiene unos planteamientos teóricos muy parecidos a los que proceden de las esferas oficiales. ¡Que no nos pase "na"!
Virgen Santa. Se va completando la cita catenular de Quevedo: tras la abundancia, el vicio. Y ojo, porque luego viene la guerra y Quevedo es Quevedo.
ResponderEliminarEl único reclamo posible es ya el ocio, la diversión y el placer. Lo importante, al parecer, es que los críos sean felices. Y es que el aprobado fácil o regalado es lo más cómodo para todos: para los niños, los padres y los mismos maestros. Todos contentos. Y encima "aprenden" jugando. Me recuerda todo esto, Pablo, a ese personaje que interpreta José Mota llamado "el Fumi". Un holgazán de siete suelas que vive como un marajá y va presumiendo de ello por ahí, y hasta reta a quien se le cruza a que le mejore la situación si puede. Pues eso: "Juego todo el día y "aprendo", me dan el aprobado y el título y todo el mundo está a mis pies: los políticos, los maestros y mis papis. ¿Me lo igualas?"
Raus
Tú sabes muy bien que el "Fumi" no es más que una parodia de una realidad muy extendida. Y ese tipo social no ha surgido de la nada.
ResponderEliminarY tanto. De hecho, la única pista que tenemos de que es una parodia es Mota, que si no...
EliminarRaus
Ciertamente, ciertamente, que yo conozco más de un "Fumi". La diferencia es esta: a los de la vida real, llega un momento que se les acaban las bromas, y entonces les toca lidiar. A unos se les da mejor y a otros peor, pero el 99'999 por ciento acaban lamentándose del tiempo perdido.
ResponderEliminarUno de los refranes que más trabajan es ese que dice que en el pecado va la penitencia. Hombre, es verdad que los hay que se van de rositas tras una larga vida de vicios o delitos, pero esto es la excepción.
EliminarRaus
Que el señor nos asista.
ResponderEliminarPue sí, Martín, aunque no se le ven muchas ganas. Es usted colega, ¿no?
EliminarMayormente, y fascinado desde hace muchos años por la ciencia de la pedagogía y sus aledaños. Con el tiempo he ido incrementando mis niveles de fe y esperanza religiosa, a pesar de los descuidos del Creador, con perdón. Posiblemente haya relación. Entre pedagogía y necesidad de consuelo religioso digo.
EliminarNo solo eso, sino que entre pedagogía y religión también la hay, y sólida. ¡Cuánto hábito colgado hay en las facultades de pedagogía y en los departamentos de orientación! ¡Cuánta vocación religiosa latente y/o no asumida hay entre esos colegas que afirman ser apóstoles de la enseñanza! Temible cofradía.
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