A través de una amiga, me llega un artículo publicado ayer en "El País Internacional" titulado Mis hijos y el colegio español. Lo firma alguien llamado Giles Tremlett, quien parece disertar desde esa tribuna en calidad simplemente de padre de un alumno. Desde mi punto de vista, el artículo (leedlo y júzguelo cada cual como quiera) es una colosal mezcla de churras y merinas que demuestra un más colosal aún desconocimiento de la enseñanza y extrapola males particulares que sin duda existen a la condición de males generales. En esa extrapolación, una vez más, los profesores -esta vez, los de secundaria- salen señalados como unos canallas incompetentes, culpables ahora del desastre educativo de nuestro país. La ignorancia y la visión simplista sobre la educación española son comprensibles en un padre, pero ya no lo son tanto en un medio como "El País", que me temo que obra de una forma muy artera al manipular la opinión "inocente" de este padre y tergiversar algunos de los males de la educación española para ocultar otros de mucha más envergadura, casualmente, los del bobo pedagogismo vacío que trajo esa LOGSE que este medio siempre ha defendido y que fue y sigue siendo la principal causa de los problemas más graves que sufre en la actualidad nuestra educación, tales como el fracaso escolar, el bajo nivel de conocimientos de un alto porcentaje de nuestros alumnos o el incivismo con que muchos salen de los centros, arropados por la permisividad "guay" de una filosofía educativa demencial. Para colmo, el artículo termina con estas edificantes palabras:
En el instituto de mis hijos corre una leyenda urbana sobre un profesor de matemáticas al que un grupo de chicos de 18 años indignados arrojó por las escaleras del metro de Madrid después de que hubiera suspendido a toda su clase de bachillerato, por lo que nadie pudo presentarse a selectividad. Después de las horas que he pasado preguntando a mis hijos cadenas montañosas, ríos y la tabla periódica, comprendo cómo se sintieron.
Zapatero nos bajó los sueldos como miembros que éramos del apestado colectivo funcionarial; Esperanza Aguirre se encargó de estigmatizarnos como unos vagos que solo trabajamos 18 horas semanales; en Valencia, los políticos del PP han descubierto que el paraíso de honradez, buena gestión y prosperidad que ellos han dejado se mejora encerrando a los profesores en los centros en julio... Y ahora, los voceros de la secta pedagógica, que pontifican desde "El País", por boca de un papá enfadado, nos descubren la nueva fórmula: tire usted al profe por las escaleras del metro. Aquí cada día lo tenemos más claro: ¿ha visto usted un profesor? No lo dude: duro y a la cabeza.
Hola Pablo.
ResponderEliminarPienso que la noticia o el escrito tiene algo de falso. No es posible que el padre se queje del ínfimo nivel en Primaria y luego diga que el nivel de Secundaria es altísimo, porque sabemos de sobra que no lo es ¿Cadenas montañosas? ¿Media docena de sistemas montañosos, ocho ríos principales traumatizan a un crío ya no tan crío? Porque vamos a ver que no preguntamos el último arroyo como se hacía en las viejas oposiciones a Correos o Guardia Civil. Hace quince días un alumnos mío de 2º de bachillerato no sabía a que provincias correspondía el valle del Gudalquivir. El escrito es una suma de despropósitos. Al parecer en el Reino Unido no deben enseñar nada o tienen algún problema con la tabla periódica.
Pero el escrito de la madre polaca sobre la escuela italiana tampoco tiene desperdicio. Menuda panda de vagos y sádicos son los profesores italianos.
Esto daría para mucho pero no tienen nada de inocentes estos escritos en los periódicos. Cuiden ustedes de que sus retoños no se frusten y machaquen a esos vagos e ignorantes profesores..., verán que paraiso es el nuevo feudalismo con horarios de la revolución industrial.
¡Qué asco y que hartazgo!
No tiene algo de falso, Hesperetusa, es en su totalidad una acumulación de despropósitos, salvo que la mezcla que tú señalas de cosas que acaban contradiciéndose la entendamos como táctica puesta al servicio de un propósito: el de condenar un cierto modo de ver la enseñanza. Y ese es el asunto: ¿qué es lo que ataca ese padre? La enseñanza basada en la transmisión de contenidos, casualmente, el modelo educativo que condenan "El País" y la secta pedagógica, porque es el contrario al patético vacío de la LOGSE. Y para sostener ese ataque, recurre al tópico de condenar el aprendizaje memorístico de algún contenido (en este caso, los ríos) como algo que no tiene sentido, sin darse cuenta de que ese tópico ya no vende, porque, lo queramos o no, un buen aprendizaje de la geografía española debe incluir, aparte de otras cosas, el aprendizaje de los ríos más importantes, aunque como tú también señalas muy bien, teniendo cuidado de no caer en exageraciones. Cuando enseñamos, enseñamos cosas reales, ya sean fórmulas, poemas, técnicas de escritura, accidentes geográficos, fenómenos naturales o sucesos históricos, y esas cosas reales a menudo se concretan en nombres de personas, hechos, cosas o entidades que hay que conocer y situar en el bagaje cognitivo del alumno. La crítica facilona al papel de la memoria en la enseñanza ya no se sostiene, y de hecho, mirándola con frialdad, no pudo ser sino el fruto de una moda frívola de cierta época, porque negar la memoria es negar una importantísima facultad humana. Sí estoy de acuerdo en una crítica que se expresa en esa carta de la que hablamos: en que el salto de contenidos de la ESO al Bachillerato es brutal, pero la razón de eso es que la LOGSE-LOE están mal diseñadas y parten de la petulancia de que una etapa de exigencias tan pobres como la ESO (supeditadas al aprobado fácil), como sus sapientísimos creadores la habían concebido tan bien, iba a servir como suelo para otra tan preteciosa y sobrecargada de contenidos como el Bachillerato LOGSE. Al final (lo he dicho ya muchas veces) los pedagogos que engendraron la LOGSE acabaron cayendo en lo que anatemizaban, pues el Bachilllerato es una etapa cuyos excesivos programas producen una indigestión de contenidos que empuja a la indigestión memorística. ¿Por qué? ¡Ah, amigo!, porque al final de la ratonera está el cepo de la selectividad, y, claro, se puede presionar al profesor para que regale los aprobados en el instituto, pero, eso sí, los papás van a poner muy mala cara si sus hijos no van preparados para la sacrosanta selectividad. Un último apunte: como muestra del disparate programático de la LOGSE, yo siempre pongo un ejemplo irrebatible: la unión de Lengua y Literatura en una sola asignatura. Con los nervios que a todo el mundo le entran con lo de dar el programa completo en 2º de Bachillerato, esto trae unas consecuencias demenciales. Y mientras tanto, "El País" sacando artículos frívolos escritos por papis ignorantes que se dedican a machacar al profesor. ¡Con lo que está cayendo!
EliminarLo de la crítica facilona a la memoria ha sido y es el tópico más estúpido al que se aferra el pedagogismo sectario. Somos memoria y sin memoria no somos. Pero vamos a seguir machacando con que las cosas no hay que aprenderlas de memoria. Ellos entienden por “aprender de memoria” todos los contenidos como algo sin sentido y ponen como ejemplo la famosa lista de los reyes godos que no sé quien la habrá aprendido alguna vez porque no conozco a nadie. Pero los contenidos se tienen que anclar en la memoria para que la realidad tenga sentido. Hace años, cuando yo era una joven profesora novata, vino una pedagoga del CEP comarcal a explicarnos las maravillas de un supuesto aprendizaje hueco que “no era memorístico”, no pude evitar preguntarle: cuando usted aprende o necesita saber algo ¿dónde lo guarda? ¿en el bolso? al menos la dejé sin habla unos minutos para alivio de todos.
EliminarGenial, Hesperetusa. Pues ya ves, aquellos polvos trajeron estos lodos, porque los actules ataques a la enseñanza pública se ven muy favorecidos por el debilitamiento al que 20 años de LOGSE y de "expertos", pedagogos del CEP y demás parásitos la han sometido.
ResponderEliminarSin memorizar, el niño no podría dar sus primeros pasos en la adquisición de la lengua. Me revienta que se pase del extremo de imponer aprender todo como un papagayo a desprestigiar la memoria. ¿Cuándo dejarán la organización de un sistema educativo a profesores de verdad?
ResponderEliminarEn eso soy pesimista, Patricia. A los políticos les interesa controlar el sistema educativo y parecen haber hallado una buena policía política en psicólogos y pedagogos, gente en general fuertemente contraria a cosas como el esfuerzo, la memoria, los contenidos o la responsabilidad del alumno. Como sabe cualquiera que conozca un poco la eneseñanza, esto ha sido cargársela, pero así estamos y así me temo que vamos a seguir.
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