Unos días después de que el señor Beteta nos pusiera a los trabajadores un serio veto a los cafelitos, salió don José Ignacio Echániz, consejero de Salud de Castilla - La Mancha, señalando que el copago de medicamentos les va a suponer a los pensionistas, como mucho, ocho euros al mes, o sea, el equivalente a cuatro cafés. ¡Qué obsesión con el café! Parece que los tecnócratas del PP se han puesto creativos y, lo mismo que los economistas hablan del Big Mac Index, ellos van a universalizar el Índice Cafelín, o Small Coffee Index (seguro que acabarán llamándole así, como corresponde en un país tan fashion y bilingüe como se nos está poniendo España), con el cual se podrá medir con absoluta precisión el nivel de ruina que alcance cada ciudadano, y así, podremos oír frases del tipo: "Venancio está en la miseria, tiene un Small Coffee Index de -194".
Aunque está claro que no todo el mundo va a tener unos parámetros como los de este Venancio, miren si no a don Jesús Moreno, el nuevo alcalde de mi pueblo, Tres Cantos, que se estrenó en el cargo subiéndose el sueldo 17.344'44 euros, es decir, aplicando las equivalencias del señor Echániz, se ha mejorado a sí mismo en un Small Coffe Index de +8.672'22, no está nada mal, y más, si se tiene en cuenta que se pone en un sueldo de 71.000 euros anuales y ha premiado/acallado a todos los demás concejales con unas sustanciosas subidas, otros más que estarán contentísimos con su Small Coffe Index, leed la noticia, que es una buena muestra del cachondeo en que se ha convertido este país y no tiene desperdicio, y más, en Tres Cantos, donde este asunto ya trae bastante cola, aunque es verdad que no difiere mucho de muchos otros municipios ni de la horda de privilegiados de nuestras superestructuras político-económicas: ¿a quién no le gustaría disfrutar de los índices cafelín de quienes aparecen en todos estos enlaces?
Pues no, queridos míos: esos índices Cafelín están reservados solo para los que mandan; a los demás, ya nos lo dejó muy claro el señor Beteta: recortes, paro, bajadas de sueldo, privaciones...: de cafelitos, nada.
¿Quién puede tragarse la pildorita de que hay que sacrificarse cuando vemos que los que más ganan y los que además nos han llevado al desastre siguen mejorando día tras día sus ya rollizos índices Cafelín?
¿Quién puede tragarse la pildorita de que hay que sacrificarse cuando vemos que los que más ganan y los que además nos han llevado al desastre siguen mejorando día tras día sus ya rollizos índices Cafelín?
Vaya país: unos cobrando tres supersueldos o subiéndoselo a costa de obligarnos a poner un corsé que nos deja sin respiración. Eso sí, nosotros seguimos igual, entrando por el aro e, incluso, defendiendo tal barbarie y cinismo. Sigo diciendo que estamos igual de atontados que en el XVII.
ResponderEliminarSi los datos que nos van llegando son ciertos, se preparan respuestas, Patricia. Habrá que ver la contundencia.
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